El sector cinegético ha recibido cuantiosas subvenciones en forma de ayudas agrarias en los últimos años. A través de fondos de la Política Agraria Común (PAC) y de otras ayudas autonómicas de orden agropecuario, los diez principales cotos de caza, los más conocidos y famosos del país, han recibido al menos 6,2 millones de euros entre 2019 y 2022, según los datos oficiales recabados por el partido animalista PACMA a los que ha accedido Público.

Destaca, entre todas las empresas del sector cinegético, la del coto asentado en la finca de El Castañar, afincada en Mazarambroz, Toledo, y gestionada por los hermanos José María y Rafael Finat. En los últimos cuatro años, este asentamiento donde se comercializa la caza mayor y menor, ha recibido ayudas públicas por valor de 2,4 millones de euros. El grueso de las subvenciones son ayudas de la PAC concedidas desde la Dirección General de Política Agraria Común, además de algún apoyo puntual desde la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA), adscrita al Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca.

La otra finca que más ayudas ha recibido en el último año es La Garganta (Ciudad Real), también afincada en Castilla-La Mancha, que es la segunda región de España con más hectáreas destinadas a cotos de caza después de Andalucía. Esta empresa cinegética pertenece a Hugh Grosvenor, duque de Westminster, y obtuvo 1,4 millones de euros divididos en numerosas resoluciones de parte de varios organismos autonómicos: Dirección General de Agricultura y Ganadería, Dirección General de Políticas Agroambientales, Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad o la Dirección General de Política Forestal y Espacios Naturales.

En la comunidad castellano-manchega destacan otras fincas como la de La Dehesa del Lobillo (Ciudad Real), que ha recibido 753.090 euros y que es propiedad del empresario Juan Abelló ; o El Castaño (Ciudad Real), una propiedad de la familia Botín que se llevó 242.250 euros entre 2018 y 2022.

En la provincia de Cáceres, aparecen también dos cotos importantes que han sido respaldados con lujos de dinero público. Por un lado, el centro cinegético de Valdepuercas, propiedad de José María Aristain, se ha beneficiado de 467.993 euros en los últimos cuatro años, la mayoría dinero proveniente de las ayudas europeas de la PAC que son otorgadas desde la Dirección de Política Agraria Comunitaria. El marqués de Valdueza, Alonso Álvarez de Toledo y Urquijo, por su parte, ha recibido en su finca cacereña de La Azagala 197.639 euros a través de los subsidios agrarios de Europa.

En Andalucía, destacan los cotos de Los Altarejos (Sevilla), propiedad de Carlos March, con 581.901 euros; Los Alarcones (Jaén), una propiedad de la empres ganadera Samuel Flores que percibió una cifra más baja de 29.529 euros; y Las Lomas (Cádiz), de la familia Mora Figueroa Domecq, con ayudas por valor de 102.625 euros. Por último, destaca la finca El Tochar, en València, que recibió 85.626 euros entre 2021 y 2022 de parte de la Agencia de Fomento y Garantía Agraria.

Desde el Partido Animalista critican abiertamente que el destino de dinero público vaya a parar a manos privadas que se lucran a través del maltrato y la violencia contra los animales y denuncian que la mayor parte de las subvenciones vayan a parar a manos de aristócratas.

«La caza, además, es cruel con los animales, arcaica, innecesaria y, en muchos casos, contaminante. Ya que a día de hoy es imposible abolirla debido al gran peso del lobby, lo suyo sería que no se financiase públicamente. Quien quiera cazar, que se lo pague y se mantenga el negocio con recursos propios mientras pueda», zanjan desde la formación animalista.