Manuel Pastrana, exsubteniente de la Guardia Civil: “Las órdenes del 23-F venían de la Casa Real, yo creo que para consolidar la monarquía”

Participó en los preparativos del intento de golpe de Estado del que este martes se conmemora el 40º aniversario.

Manuel Pastrana, exsubteniente de la Guardia Civil: “Las órdenes del 23-F venían de la Casa Real, yo creo que para consolidar la monarquía”

Manuel Pastrana, durante su entrevista en TV3

Manuel Pastrana entró en la Guardia Civil en 1971 como agente y se retiró de ella en 2012 como subteniente. Entremedias, los GAL y el 23-F. Pastrana es autor, junto al periodista Joaquín Vidal, de ‘Pastrana. En el nombre de la guerra sucia’, donde aborda entre otras cuestiones su participación en los preparativos del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, del que este martes se conmemora el 40º aniversario.

“Solamente pongo en el libro lo que yo hice del 23-F, que fue la previa del Congreso, Radio Nacional de España y Televisión Española”, explica Pastrana en una entrevista en TV3 celebrada y emitida en 2018, con motivo de la publicación de sus memorias. El guardia civil ahora retirado destaca que mantuvo “contactos” con Jaime Milans del Bosch, con Antonio Tejero y con José Luis Cortina, el “cerebro” del intento del golpe de Estado. A la pregunta de “quién ordenó el 23-F”, Pastrana responde “las órdenes venían de donde venían, de la Casa Real, me dijo a mí Tejero”. A la pregunta de “cómo se explica que Zarzuela estuviera detrás de un golpe de Estado”, responde “para mí que era para consolidar la monarquía”.

Pastrana recuerda que, durante los preparativos del 23-F –operación de la que según asegura acabó apartándose porque no estaba de acuerdo con cómo se estaba organizando–, llevó a Tejero “un aparatico pequeño para grabar las conversaciones” con sus superiores jerárquicos y cubrirse así las espaldas, pero Tejero le respondió “tú tienes deformación profesional; si no vamos a creer de dónde vienen las órdenes, pues apaga y vámonos”.

“Me llamo Manuel Pastrana y soy subteniente de la Guardia Civil. He estado infiltrado en ETA dos años y he sido el tipo que más información ha manejado sobre la organización. He mandado en el GAL y participado en el 23-F, entre otras muchas misiones del servicio. Me han disparado y he disparado, pero no he matado. Sí he prendido fuego, preparado bombas, huido, engañado y manejado mucho dinero. He decidido contar las cosas hoy, cuando la memoria sigue siendo mía”. Así presentó Pastrana sus memorias.

Siete partidos plantan al rey en el acto del 40º aniversario del 23F del Congreso

ERC, PNV, EH Bildu, Junts, la CUP, Compromís y BNG se ausentan de la conmemoración al entender que sirve para «blanquear» a la monarquía

El Congreso ha organizado un acto de conmemoración del 40º aniversario de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 con la presencia del rey Felipe VI, Pedro Sánchez y la plana mayor del Gobierno, incluidos los cuatro vicepresidentes, del que se han descolgado siete partidos por la presencia del jefe del Estado y también por las dudas sobre el papel que tuvo Juan Carlos I durante la intentona golpista. El evento, al que asistirán representantes de las instituciones del Estado, consistirá en sendos discursos de la presidenta, Meritxell Batet, y el monarca, cuya participación en eventos parlamentarios se limita a citas puntuales como la apertura solemne de las Cortes tras las elecciones.

Felipe VI entrará al Congreso a través de la Puerta de los Leones -que tan solo se abre en esos eventos especiales- tras haber sido recibido por Batet, Sánchez, la presidenta del Senado, Pilar Llop; el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; y el presidente del Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes. Se dirigirán al Salón de Pasos Perdidos, donde el rey saludará a los invitados: los ponentes vivos de la Constitución (Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca), los vicepresidentes del Gobierno, el jefe de la oposición, Pablo Casado; los miembros de la Mesa del Congreso de los Diputados y portavoces de los grupos parlamentarios.

Dos horas antes de que el rey suba las escalerillas del Congreso, varios grupos parlamentarios explicarán en una rueda de prensa el rechazo a ese acto que encuentran inoportuno en este momento. ERC, EH Bildu, la CUP, Junts y BNG se ausentarán, además, del acto, al igual que PNV y Compromís, aunque en su caso no participarán en la convocatoria a los medios. Esos partidos, la mayoría aliados parlamentarios del Gobierno que no suelen participar en eventos similares, como el homenaje a la Constitución cada 6 de diciembre, consideran que es inapropiado el evento en las actuales circunstancias y consideran que es una fórmula para «blanquear» la monarquía.

«No queremos participar en un lavado de imagen», explican desde Compromís, donde entienden que el acto debería limitarse a la participación de los parlamentarios. «Conmemorar el 23F como un triunfo de la democracia no nos parece que refleje la realidad de lo que sucedió. Todavía no sabemos qué sucedió realmente, porque hay lagunas de información que voluntariamente el Estado mantiene en el secreto más absoluto», agregan desde EH Bildu. 

Levantar los secretos oficiales sobre el 23F

También el PNV marcará distancias con la Corona en ese acto y explicará sus motivos previamente, pero por separado. El grupo que pilota Aitor Esteban tiene, además, otra queja: el bloque sistemático de la reforma de la ley de secretos oficiales que permitiría precisamente desclasificar información sobre el 23F y otros episodios de la historia reciente.

También desde Unidas Podemos recalcan esa situación como «una de las grandes anomalías de la democracia en comparación con la mayoría de países modernos» y destaca que «a día de hoy todavía quedan muchas zonas de oscuridad» sobre el intento de golpe de Estado. «Si este acto tiene que servir para algo más allá del boato institucional, ojalá sirva para que todas las fuerzas políticas tomen conciencia de la necesidad de desbloquear el trámite de la ley de secretos oficiales, para que así los españoles podamos saber qué pasó exactamente en esos días tan críticos, quién hizo qué, quién estuvo del lado de la democracia y quién no tanto», señalan desde el grupo confederal, cuyo portavoz, Pablo Echenique, admitió la semana pasada que la presencia del rey emérito no aportaría «dignidad institucional» al acto.

Fuente: (https://www.eldiario.es/politica/siete-partidos-plantan-rey-acto-40o-aniversario-23f-congreso_1_7242505.html)

 

Juan Carlos I, protagonista del 23-F desde la distancia

“Uno de los dos sobra en este país. Uno de los dos está de más. Y, como comprenderás, yo no pienso abdicar”. La Operación Armada ya estaba en marcha y ni siquiera la dimisión de Suárez fue capaz de detenerla.

Juan Carlos I, protagonista del 23-F desde la distancia

A la izquierda, Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981 en el hemiciclo del Congreso; a la derecha, Juan Carlos I comparece ante las cámaras de TVE la madrugada del 24 de febrero

Juan Carlos I era el jefe del Estado español y de las Fuerzas Armadas Españolas cuando, hace cuarenta años, se produjo el 23-F, el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. El general Franco lo había designado jefe del Estado –designación refrendada después por la Constitución de 1978–, restaurando así en él y en sus sucesores la monarquía borbónica, restauración que la Constitución refrendaría también.

Aunque el anterior jefe del Estado no podrá asistir este martes a los actos oficiales de conmemoración del cuadragésimo aniversario de la efeméride –sí lo hará el actual jefe del Estado, su hijo Felipe VI–, pues sigue en Abu Dabi. Pero desde la distancia volverá a ser el protagonista de la celebración, como lo fue también aquella larga jornada de hace cuatro décadas.

Porque –dicen– “salvó” la “democracia”. Y porque encausados y condenados en el juicio del 23-F lo señalaron como la autoridad en la sombra del intento de golpe, aunque él ni siquiera fue llamado a declarar como testigo y, por supuesto, nunca ha dado explicaciones más allá de la versión oficial, martilleada durante décadas por la prensa del régimen del 78: él “salvó” la “democracia”.

¿Fue así?

El 23-F tuvo dos grandes efectos, necesarios para que todo transcurriera según lo previsto por quienes, a uno y otro lado del Atlántico, habían pilotado, o más bien seguían pilotando, la Transición del franquismo al régimen del 78: el primero –que empezó a producirse antes del propio 23 de febrero de 1981–, sacar a Adolfo Suárez del Gobierno español y del escenario político; el segundo, que –a los ojos de la mayoría– Juan Carlos I logró ‘de ejercicio’ la legitimidad que como jefe del Estado le faltaba ‘de origen’. Lo que salvó es la Corona.

Por eso investigadoras como Rebeca Quintáns –autora de ‘Un rey golpe a golpe. Biografía no autorizada de Juan Carlos de Borbón’ (Ardi Beltza, 2000), el primer libro abiertamente crítico con la figura de Juan Carlos I, y de ‘Juan Carlos I. La biografía sin silencios’ (Akal, 2016)– han asegurado que el fracaso del intento de golpe fue sólo “relativo”.

En la misma línea, investigadoras tan poco sospechosas de republicanas como Pilar Urbano –autora de ‘Con la venia… Yo indagué el 23-F’ (1982) y de ‘La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el rey prefiere no recordar’ (2014)– han asegurado que lo que hizo Juan Carlos I hace cuarenta años sólo fue detener la operación que él mismo había puesto en marcha.

“Tú estás aquí porque te ha puesto el pueblo con no sé cuántos millones de votos”, cuenta Pilar Urbano, en ‘La gran desmemoria’, que le dijo Juan Carlos I al todavía presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez. “Yo estoy aquí porque me ha puesto la Historia, con setecientos y pico años. Soy sucesor de Franco, sí, pero soy el heredero de 17 reyes de mi propia familia. Discutimos si OTAN sí u OTAN no, si Israel o si Arafat, si Armada es bueno o peligroso. Y como no veo que tú vayas a dar tu brazo a torcer, la cosa está bastante clara: uno de los dos sobra en este país. Uno de los dos está de más. Y, como comprenderás, yo no pienso abdicar”, cuenta Urbano que añadió el entonces jefe del Estado. La Operación Armada –golpe destinado a sustituir el Gobierno de Suárez por un Gobierno de concentración presidido por el general de División Alfonso Armada y vicepresidido por el entonces secretario general del PSOE, Felipe González, y por José María López de Letona, exministro de Franco– ya estaba en marcha, y ni siquiera la dimisión de Suárez fue capaz de detenerla.

A pesar de que, cuarenta años después, el acceso al sumario y a los registros del juicio del 23-F es imposible porque siguen siendo secreto de Estado, Quintáns no tiene dudas de que Juan Carlos I fue el artífice del golpe, pues así lo evidencian los informes que la CIA sí ha venido desclasificando.

Felipe González y la OTAN

La Operación Armada fracasó relativamente, pues el acceso de Felipe González al Gobierno sí acabó produciéndose, aunque al año siguiente, en 1982. Como acabó produciéndose el ingreso del Estado español en la OTAN, ingreso al que Suárez –cuyos choques con el monárquico Armada eran continuos– se había mostrado tan reticente.

Para culminar la Transición del franquismo al régimen del 78 sólo faltaba precisamente que el PSOE de González –“persona de confianza de la CIA”, advierte Quintáns– llegara al Gobierno y que el sucesor de Franco por designación directa de este se diera un baño de multitudes. Y se lo dio.

En cuanto a Antonio Tejero –que, tras una rocambolesca entrada en el hemiciclo del Congreso en la que no faltaron ni tiros al aire, abortó la Operación Armada porque, según dijo, él no había llegado hasta allí para que después se formara un Gobierno de concentración “con socialistas y comunistas”– y al propio Armada, fueron condenados a treinta años de cárcel cada uno por su participación en el 23-F, aunque el segundo fue indultado por el Gobierno de González en 1988 y el primero recibió el tercer grado en 1993 y la libertad condicional en 1996.

Quintáns insiste en que –a pesar de que el sumario y los registros del juicio del 23-F siguen siendo secreto de Estado– las grandes líneas del 23-F se conocen con certeza desde hace tiempo y por saber sólo faltan algunos pequeños detalles.

El caso es que tras el fracaso de la Operación Armada, Zarzuela supo reaccionar a tiempo y, la madrugada del 24 de febrero, hacer de la necesidad virtud. Hubo un plan que estaba perfectamente trazado pero que no pudo desarrollarse exactamente según lo previsto, por lo que los mismos que lo habían diseñado –y con los mismos objetivos– tuvieron que rectificarlo sobre la marcha para que su fracaso fuera sólo relativo. Y lo consiguieron. De hecho, probablemente su triunfo fue mucho mayor que si la Operación Armada hubiera salido adelante. Aunque en esta ocasión, por primera vez, Juan Carlos I no pueda estar presente para conmemorarlo.

Fuente: (https://laultimahora.es/juan-carlos-i-protagonista-del-23-f-desde-la-distancia/)