El tribunal le permitió testificar con el cubrebocas a pesar de que afirmó que se encontraba dentro de su domicilio y no estaba acompañado.
El expresidente del Gobierno de España José María Aznar compareció el miércoles ante un tribunal. Lo hizo por videoconferencia y en calidad de testigo para declarar sobre un caso de corrupción que implica a su formación política. Pero, además de sus afirmaciones sobre el desconocimiento del funcionamiento económico en el Partido Popular (PP), llamó la atención que lo hiciera mientras llevaba puesta una mascarilla blanca FFP2.
Uno de los abogados de las acusaciones particulares, Gonzalo Boye, ante esa circunstancia, le preguntó que si se encontraba solo, ante la duda de que pudiera estar acompañado o recibiendo asesoramiento, algo que está completamente prohibido.
«Sí, estoy totalmente solo», respondió el expresidente, que también afirmó que se encontraba en el despacho de su propia vivienda. Boye le inquirió entonces que por qué llevaba mascarilla si estaba solo, a lo que Aznar respondió: «Porque yo respeto las indicaciones de las autoridades sanitarias».
La escena ha sido muy cuestionada y se ha viralizado en las redes sociales. Son varias las dudas que se plantean al respecto. En primer lugar, se cuestiona la actitud del tribunal al permitir que un testigo declare con mascarilla cuando no hay ningún motivo para ello.
También se duda de si el expolítico se encontraba solo o acompañado, que sería el único motivo que explicaría de una manera racional el uso de la mascarilla, puesto que las autoridades sanitarias en ningún momento han recomendado llevar mascarilla en el propio domicilio cuando se está solo.
Incluso algunos internautas han querido ir algo más allá para señalar la incoherencia de que Aznar hiciera hincapié en que era una persona «respetuosa» con las indicaciones de las autoridades. Así, han recordado algunas de las intervenciones más famosas de Aznar, como cuando exclamó que a él «nadie le decía cuantas copas podía beber», en referencia a los límites de consumo de alcohol para conducir impuestas por la Dirección General de Tráfico, o que el expresidente se marchó de Madrid a su segunda residencia en Marbella tan solo un día antes de que se anunciara el decreto del estado de alarma y cuando las autoridades sanitarias ya recomendaban no salir de los domicilios, si no era imprescindible, para frenar la pandemia.