En EE.UU. no fue ilegal hacer negocios con la Alemania nazi hasta que el país norteamericano entró en guerra tras el ataque de Pearl Harbour. Así, varias grandes corporaciones estadounidenses contribuyeron de alguna forma en el ascenso de Hitler durante la guerra. Incluso nombres como Prescott Bush, el padre y abuelo de los expresidentes estadounidenses, estuvieron involucrados.