Rusia asegura haber proporcionado debidamente los datos requeridos por las autoridades españolas.
Un destructor y un remolcador ruso anclaron esta semana a 46 kilómetros de la costa de Argelia, después de que España les denegara permiso para hacer una escala en el puerto de Ceuta, reporta Interfax, citando publicaciones en redes sociales de observadores en Gibraltar.
El diario El País informó la víspera que el Ministerio de Exteriores de España no autorizó la visita del Vitseadmiral Kulakov y el remolcador Altái, solicitada para el periodo entre el 18 y el 20 de agosto, esgrimiendo para ello falta de información por parte de Rusia sobre el punto final del viaje, con lo que se quería evitar cualquier situación conflictiva.
Según fuentes del Ministerio de Exteriores citadas por El Confidencial, la exigencia de las autoridades españolas no había sido satisfecha.
Sin embargo, un representante de la Embajada rusa en Madrid afirmó este viernes a los periodistas que «la información necesaria fue proporcionada en tiempo oportuno«.
Las acciones posteriores de los dos buques rusos, con alrededor de 350 tripulantes en total, no han sido revelados.
La práctica de escalas regulares por buques de guerra rusos en este puerto español en África fue habitual entre 2010 y 2016, cuando tuvieron lugar unas 60 visitas con más de 10.000 tripulantes, que inyectaron en la economía portuaria alrededor unos 4,5 millones de euros en totalidad, según lo evaluado por las autoridades locales.
La práctica cesó en octubre de 2016 por el descontento de varios países aliados de la OTAN, como el Reino Unido, que criticaron a Madrid por el apoyo a la Armada rusa, que participó en operaciones en Siria.
Aunque gran parte de los ingresos del movimiento talibán provenía del narcotráfico, los talibanes recaudaron sumas considerablemente mayores de gravámenes sobre productos autorizados, según Financial Times.
El derrocamiento del Gobierno prooccidental de Afganistán ha permitido a los talibanes asumir el pleno control del sistema financiero nacional, una tarea para nada ajena al movimiento, que habría mantenido una «administración paralela parásita» en el país a lo largo de los últimos veinte años, según lo revelan varias fuentes citadas por Financial Times.
Aunque gran parte de los ingresos del movimiento talibán provenía del narcotráfico, los insurgentes recaudaron sumas considerablemente mayores de gravámenes sobre productos como petroleo o cigarrillos que transitan por el territorio del país.
«Las drogas no han sido un suministro de fondos tan importante para los talibanes como muchos han asegurado», lo que habría derivado en una «comprensión distorsionada del sistema financiero y de su insurgencia», sostiene David Mansfield, analista para Afganistán en el ‘think tank’ Abroad Improvement Institute.
Según Mansfield, la principal fuente de los fondos del movimiento talibán eran «los gravámenes sobre productos autorizados», en particular los que entran en el país desde el territorio de Irán.
Según un informe elaborado por el ‘think thank’ ODI, en la provincia de Nimroz, «los 5,1 millones de los ingresos recaudados por los talibanes por producción y comercio de drogas ilegales resultaron ser solamente una mínima parte de los 40,9 millones de ingresos ganados de gravámenes sobre bienes en tránsito y petróleo«.
No obstante, se estima que en los últimos años se disparó la producción y el tráfico de metanfetaminas, seguido por el de opiáceos.
Presiones financieras
A comienzos de esta semana, el portavoz del movimiento talibán, Zabihullah Mujahid, aseguró en rueda de prensa que el país tiene el objetivo de renunciar la producción y tráfico de drogas a fin de «reactivar su sistema financiero».
«Desde ahora Afganistán estará libre de drogas, pero necesitamos ayuda de todo el mundo», aseveró Mujahid.
Sin embargo, aunque el movimiento tomó el poder hace menos de una semana, el presidente de Vizier Consulting, Arif Rafiq, asegura que el país ya se está «quedando sin tiempo para reavivar la confianza».
Según Financial Times, la llegada al poder de los talibanes se tradujo en grandes presiones financieras que chocaron con el bloqueo de las reservas de su banco central por parte de EE.UU., lo que derivó en la imposibilidad de pagar salarios a funcionarios o de hacer que el país funcione.
Asimismo, según el diario, a pesar de que los talibanes podrían atraer a una parte de los afganos cansados de los sobornos del antiguo Gobierno, la población del país se apresuró a sacar sus fondos de los bancos.
«Este tipo de perturbación ya empieza a minar el espacio financiero construido por los talibanes», sostiene Mansfield.
La ofensiva talibán se intensificó desde el mismo momento en que las tropas estadounidenses iniciaron su retirada de Afganistán, que Washington tenía previsto completar el próximo 31 de agosto. El pasado domingo, los insurgentes tomaron el control de la capital y dieron por finalizada su ofensiva por todo el país. El presidente Ashraf Ghani renunció a su cargo y abandonó precipitadamente el territorio afgano.
La economía de Afganistán, desgarrado por décadas de intervención militar y de crisis interna, se caracteriza por la fragilidad y dependencia de asistencia internacional. En 2020, el PIB de Afganistán rondaba los 19.800 millones de dólares, según datos del Banco Mundial, mientras el PIB per cápita solamente llegaba a 508 dólares.
* El movimiento talibán, designado como «organización terrorista» por el Consejo de Seguridad de la ONU, está declarado como grupo terrorista y prohibido en Rusia.
Respecto a un eventual reconocimiento de los talibanes, Sánchez aseveró que solo sus actos «nos dirán su grado de credibilidad
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha defendido este sábado la presencia de las tropas extranjeras en Afganistán a lo largo de los últimos 20 años, pese a la crisis en el país provocada por la ofensiva relámpago de los talibanes.
«Estos 20 años no han sido en balde», resaltó Sánchez durante una rueda de prensa en la base Aérea de Torrejón de Ardoz, en la que compareció acompañado con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Asimismo, el dirigente subrayó que la presencia española en la provincia afgana de Badhis contribuyó a «sembrar» una «cierta estabilidad, cierta seguridad y cierta prosperidad» en el país.
Respecto a un eventual reconocimiento de los talibanes, Sánchez aseveró que solo sus actos «nos dirán su grado de credibilidad«.
Sánchez y otros altos funcionarios europeos llegaron a base de Torrejón para inspeccionar las instalaciones de acogida y el dispositivo de atención destinados a los ciudadanos europeos y afganos que cooperaron con las fuerzas internacionales durante su invasión.
El pasado 17 de agosto, el país ibérico se ofreció a acoger a estos ciudadanos afganos, parte de los cuales se trasladará después a otros estados comunitarios que les otorgarán visados.
El Ejército del Aire español ya ha evacuado a 48 y 110 afganos en sendos vuelos, mientras que este viernes otro avión español con 110 personas evacuadas de Kabul hizo escala en Dubái en su camino hacia España.
* El movimiento talibán, designado como «organización terrorista» por el Consejo de Seguridad de la ONU, está declarado como grupo terrorista y prohibido en Rusia.