La moción a Pedro Castillo ha contado con las firmas de las agrupaciones derechistas Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular, que lidera Keiko Fujimori.
La oposición derechista de Perú ha pedido formalmente este jueves la destitución del presidente, el izquierdista Pedro Castillo, por «permanente incapacidad moral».
Patricia Chirinos, vicepresidenta del Congreso, ha promovido la moción, presentada con 28 firmas, dos más del mínimo que exige la ley peruana para que se discuta su eventual admisión en una primera instancia.
Los analistas y medios locales señalan que la moción aún no tiene el apoyo necesario para que sea admitida a debate ya que, para que sea debatida a fondo, se requieren 52 votos a favor.
La moción a Pedro Castillo ha contado con las firmas de las agrupaciones derechistas Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular, que lidera Keiko Fujimori.
El documento argumenta que Castillo es «incapaz moralmente«, lo que estaría detrás del uso ilegal de fondos para su campaña electoral de este año, Además se señala que se ha designado «a altos funcionarios vinculados al terrorismo y acusados de apología del terrorismo». También se le acusa de tráfico de influencias en los ascensos de altos mandos de las Fuerzas Armadas y de las jefaturas de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat).
Los firmantes acusan a Castillo de «debilitar el sistema democrático»
Los firmantes acusan a Castillo de «debilitar el sistema democrático» al «fortalecer las relaciones con gobiernos antidemocráticos como Venezuela y avalar la intervención de personajes extranjeros en asuntos internos». Además, afirman que se ha dado un «maltrato a medios de comunicación y negativa a rendir cuentas a la sociedad», así como una «permisibilidad a la violencia contra la mujer».
Por los motivos que señala la oposición derechista piden que Castillo se declare de manera permanentemente «incapaz moral» y que su vacancia sea cubierta por el régimen de sucesión que se establece en la constitución peruana. Siguiendo la norma, el cargo de Castillo sería asumido por su vicepresidenta, Dina Boluarte.
Pese a esto, el líder del partido ultraderechista Renovación Popular, Rafael López, señaló la semana pasada que tiene la intención de destituir también a Boluarte, por lo que el cargo lo ocuparía la derechista María del Carmen Alva.
La posición del Gobierno
Pese a que el Ejecutivo no ha respondido a la petición, Mirtha Vásquez, primera ministra afirmó la semana pasada que esto puede representar un atentado «contra la voluntad popular y por ende contra la democracia» de su país.
Boluarte, vicepresidenta y ministra de Desarrollo e Inclusión Social, también le solicitó al parlamento o «reflexionar para trabajar por un Perú unido» y aseguró que al gobierno no le «han dado un minuto de tregua», recogen fuentes de Efe.
Por otra parte, Castillo retó a la derecha a pedir su salida en las calles «y no dentro de cuatro paredes». Aunque el presidente se ha mantenido al margen, anticipó que se siente en la obligación de salir a hablar frente a las críticas constantes de la oposición en el Congreso.
Al menos cuatro de los trabajadores eventuales que contrató con cargo a los presupuestos del Ayuntamiento y la Diputación reconocen a la policía que entregaban en mano y en metálico a Gonzalo Pérez Jácome sus donaciones al partido.
El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jacome, cobró durante años en mano, en metálico y sin declarar a Hacienda las mordidas sobre los sueldos de los asesores ficticios a los que contrataba con cargo a los fondos públicos de la Diputación Provincial y del Ayuntamiento.
Así figura en las actas de las declaraciones de al menos cuatro supuestos colaboradores del regidor ante la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, que investiga las denuncias contra el alcalde por malversación y apropiación indebida del dinero que recibe su partido, Democracia Ourensana, para sufragar el funcionamiento de sus grupos municipal y provincial en las dos instituciones.
Las mordidas en B que reflejan esas declaraciones, a las que ha tenido acceso Público, se suman a las que abonaban otros supuestos asesores, que ingresaban en ventanilla o por transferencia a la cuenta bancaria del grupo municipal las donaciones mensuales de hastael 60% de sus sueldos, incluidas las pagas extra, que el alcalde exigía en algunos casos a cambio de contratarles. Esa cuenta era luego vaciada por Jácome mediante cheques y traspasos de cantidades de hasta 40.000 euros por facturas por supuestos servicios prestados al partido por el canal de televisión propiedad del regidor.
Entre los asesores del alcalde figuraba Camilo Fernández Pacios, quien, pese a no tener más titulación que la Educación General Básica -el equivalente a primero de Enseñanza Secundaria Obligatoria que cursan hoy los alumnos de once y doce años- fue contratado como asesor político de la Alcaldía entre diciembre del 2019 y mayo del 2020, y posteriormente como auxiliar político desde septiembre del año pasado hasta su cese hace unos meses.
En su interrogatorio ante la policía el 20 de octubre del año pasado, Fernández Pacios declara que entregaba 400 euros todos los meses al alcalde «en mano» y «dentro de un sobre» como aportación voluntaria al partido. Preguntado por si incluía esa donación en su declaración sobre el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el asesor explica que no lo hacía porque «le dijeron que no hacía falta».
Fernández Pacios cobraba una pequeña ayuda social cuando Jácome se hizo con sus servicios «para realizar un censo, listado, relación de establecimientos comerciales de la ciudad», cuenta a la policía. Por esa labor cobraba un salario de 1.800 euros netos mensuales –más de 34.000 euros brutos al año-, que se redujo a 1.300 cuando pasó a ser auxiliar.
El asesor admite en su declaración que apenas pisaba el Ayuntamiento y que iba a la zona donde se ubica la sede municipal «a desayunar» entre las ocho y media o nueve de la mañana e inventariaba comercios «hasta la una y media, de lunes a viernes«, aunque no siempre. Algunos días no iba a trabajar porque, aunque estaba «a disposición de la Alcaldía«, tenía «libre albedrío» para realizar sus funciones.
Fernández Pacios ha confirmado a Público la veracidad de su declaración ante la UDEV, aunque ha subrayado que sus donaciones eran «para el partido», y que se sentiría «decepcionado» si resultara que el alcalde se apropiaba de ellas.
La lista de los supuestos asesores que pagaban a Jácome en persona continíua con Zaida Alejos Garrido, amiga de la adolescencia de Jácome y abogada con domicilio en Alcorcón (Madrid), quien fue contratada como colaboradora del grupo de DO en la Diputación entre marzo del 2018 y octubre del 2020. Según declara a la policía, hizo donaciones hasta julio del 2019, que tampoco registraba en su IRPF, entregando 100 euros al mes «en mano» al alcalde «aprovechando sus desplazamientos a Ourense» con motivo de las reuniones en el Concello.
Alejos explicó a los agentes que teletrabajaba desde su domicilio en Alcorcón, y que cobraba un salario de 2.100 euros mensuales. Según sus propias palabras sus funciones iban desde la redacción de notas de prensa y mociones, las «búsquedas en Internet sobre temas que estaba trabajando el alcalde» y las visitas a los mercados de Madrid para ver ocpciones para aplicar en Ourense lo que veía en la capital del Estado, pasando por las reuniones y la recopilación de información «sobre proveedores de contenedores». Alejos dice que no tenía «una jornada reglada» y que algunos días era «de 24 horas» porque el alcalde le encomendaba «multitud de labores«.
Otra de las trabajadoras de las que Jácome obtenía donaciones era María del Carmen Monteiro da Silva, psicóloga que fue contratada durante tres meses en el 2015, cuando Democracia Ourensana estaba en la oposición, y desde el 2019 hasta hace unos meses como asesora política del alcalde.
Monteiro admite ante la policía que en los dos períodos como colaboradora del regidor hacía donaciones de 200 euros al mes, que tampoco declaraba en su IRPF y que entregaba «en mano al propio Gonzalo Pérez Jácome en la sede del partido, en Jolper». Jolper es la tienda de música que regenta la familia del alcalde, donde también está instalado el estudio de su cadena de televisión.
A muller declara que en el 2015 cobraba un salario de 1.300 euros y que «no iba físicamente a trabajar«. Monteiro asegura que Jácome la contrató para «reorganizar las áreas del Concello revisando el listado de personal», pero que entre diciembre del 2019 y septiembre del 2020 no acudía al Ayuntamiento porque «teletrabajaba» desde la oficina de su marido o realizaba «trabajo de campo para el parque canino y un estudio de agricultura ecológica». Desde septiembre del año pasado se habría incorporado a la Secretaría de la Alcaldía, con las funciones de «coger el teléfono y recibir gente».
María del Carmen Monteiro está casada con Manuel Gutiérrez Álvarez, otro asesor de Jácome en la Diputación que declaró a los agentes de la UDEV que él sí iba a trabajar a un despacho en la sede de esa institución. También realizaba donaciones periódicas, que su mujer cifra en 200 euros aunque en realidad eran de más de 500 euros mensuales, que según la documentación bancaria a la que ha tenido acceso Público se libraban mensualmente mediante transferencia a la cuenta de DO.
Gutiérrez se ha negado a explicar a este diario por qué, al contrario que su esposa, ingresaba las donaciones mediante transferencia, dejando, por tanto, registro fiscal de esas operaciones Públicono ha podido contactar con Monteiro para saber por qué ella, sin embargo, las entregaba en mano a Jácome y no las incluía en su declaración de la renta.
Otro de los que ha confesado a la policía que hacía donaciones dándole dinero en metalico al alcalde es Gernán López Vázquez, quien hacía entregas mensuales de 100 y 200 euros que tampoco hacía constar en su declaración del IRPF. Fue contratado entre el 2015 y el 2018 en el grupo de DO en la Diputación; posteriormente en el del Ayuntamiento entre junio y septiembre del 2019, y de nuevo en la Diputación desde diciembre de ese año hasta octubre del 2020, cuando Jácome lo cesó, pocos días antes de su declaración ante la UDEV, para darle de alta en Jolper.
Hasta su primer empleo en el 2015 como asesor político, López Vázquez trabajaba como «técnico de sonido en diversas orquestas» y como «autónomo en alquiler de hosting para juegos on line», según figura en el curriculum vitae que entregó en la Diputación. Y aunque fue contratado por Jácome con cargo a ésta y al Ayuntamiento, lo que hacía en realidad era trabajar para la empresa del alcalde. Su función, según declaró a la UDEV, era «la realización de grabación en Auria Televisión«, el canal de televisión local que Jácome gestionaba a través de Jolper.
«Las labores que realizaba durante ese período eran la grabación de actos del Concello, plenos y otros eventos, realizando posteriormente la edición y postproducción de las imágenes para su difusión final en Auria Televisió», reza el acta policial. Cuando los agentes le interrogaron, López Vázquez ya estaba contratado por Jolper, y cuando se interesaron por las razones por las que desarrollaba en la empresa del alcalde «las mismas funciones que desempeñaba como personal eventual en el Concello de Ourense y en la Diputación Provincial», el trabajador no supo explicarlo: «Fue una decisión del alcalde» cambiarlo de puesto en varios ocasiones durante ese tiempo, «siempre desempeñando las mismas funciones».
La legislación española permite a los militantes de partidos políticos deducir el 20% de sus aportaciones, tanto cuotas como donaciones esporádicas, con un máximo anual de 600 euros. La deducción no es obligatoria para el donante, lo que exime de cualquier responsabilidad fiscal a los asesores del alcalde de Ourense que afirman que, aunque empezaron a abonarlas cuando fueron contratados por él, se trataba de donaciones voluntarias. Lo que sí es obligatorio es que el receptor declarar esos ingresos.
Jácome despachó este mismo viernes el ofrecimiento de este diario para que explique su versión de los hechos, con un lapidario insulto al periodista que intentó preguntarle si ingresaba las donaciones de sus asesores en la cuenta corriente del partido, si las registraba en la contabilidad de la formación o si, en caso de quedárselas, las incluía en su declaración de la renta. «Pobre mediocre«, se limitó a contestar Jácome en un mensaje de Whatsapp.