El Tribunal Superior de Madrid se ha pronunciado. Los empresarios que se embolsaron «elevadas» comisiones en tres contratos con el Ayuntamiento de Madrid deberán clarificar ante el juez lo sucedido.
Almeida ha intentado defender el papel del Ayuntamiento en el caso de esos contratos pero sus explicaciones no han resultado nada convincentes. El alcalde ha destacado que durante aquellas fechas, en lo peor de la pandemia, «era conseguir material en una jungla» y que «en ningún caso el Ayuntamiento hizo un pago a esas personas».
El caso es que escurrir el bulto es legítimo. Lo hacemos desde que tenemos uso de razón. Ya en la escuela acostumbramos a culpar al gato de nuestra falta de compromiso académico. Con el tiempo descubrimos que esa no es manera de operar.
Asumir nuestra parte de responsabilidad es un ejercicio necesario para todos, pero es, si cabe, fundamental cuando se es servidor público. Almeida, en cambio, ha optado por la justificación.
Excusas que han sabido a poco a la opinión pública y que el periodista y escritor Juan José Millás, con lucidez, ha querido evidenciar con un sencillo tuit que se ha convertido en viral.
La coalición de Podemos queda fuera del Parlamento cuatro años después de liderar la oposición y el PSdeG no logra recuperarse
La izquierda gallega ha sufrido una nueva sacudida. La histórica subida del BNG, que con Ana Pontón como candidata ha pasado de 6 a 19 escaños, ha reordenado las posiciones y ha colocado a los nacionalistas como cabeza de la oposición. Por detrás, el Partido Socialista, que con 15 diputados se queda prácticamente como estaba. Pero la gran sorpresa de la jornada, que al contrario de la escalada nacionalista, ninguna encuesta consiguió detectar, es el final parlamentario de lo que en su día se llamó nueva política. Galicia en Común, la coalición integrada por Podemos, Esquerda Unida, Anova y algunas mareas municipales, no ha obtenido representación.
La impresionante recuperación de los nacionalistas los ha llevado a superar incluso el techo que había alcanzado Xosé Manuel Beiras en 1997, que entonces consiguió 18 diputados y también superó al PSdeG. Una campaña personalista, en la que Pontón incluso abrió la casa natal de su aldea de Chorente (Sarria, Lugo) a la prensa, un discurso sin asperezas y una continua reivindicación de su condición feminista, impulsó sus resultados. “No oculto que queríamos más, que queríamos una nueva etapa en nuestro país, pero empezamos a trabajar desde ya para que dentro de cuatro años el cambio sea posible”, afirmó Pontón. Detrás de su resultado, añadió, está “la coherencia, la perseverancia y el amor a Galicia”. El BNG cierra definitivamente una de las etapas más convulsas de sus casi 40 años de existencia, la que comenzó en 2009 con la caída del bipartito y se agravó en 2012 con la ruptura de la Asemblea de Amio.
Fue entonces cuando Beiras abandonó la formación y, en el fragor de la crisis del neoliberalismo, se alió con Esquerda Unida. Aquella alianza -Alternativa Galega de Esquerda- se convirtió en tercera fuerza del Parlamento de Galicia y relegó al BNG a la cuarta posición. Arrancó así otra aventura también convulsa, la de las confluencias de izquierdas federales y sectores nacionalistas, a las que se incorporó en 2014 Podemos, y que esta noche electoral ha llegado a su estación término. Galicia en Común recogía, más o menos, ese hilo. Y si en 2016, como En Marea, había liderado la oposición con 14 diputados, cuatro años de inacabables peleas internas han pasado factura: con 50.000 votos y apenas el 3,92%, nadie de lo que también se denominó “espacio rupturista” se sentará en el Parlamento gallego.
“Son malos resultados. Es un mal día para nuestro país pero especialmente para nuestro espacio político”, declaró muy serio su candidato Antón Gómez-Reino, todavía diputado en el Congreso, quien anunció “una reflexión profunda”. La ascensión y caída de la izquierda rupturista -otro de los adjetivos que se le apuso- ha sido fulgurante. Hace apenas dos años, lideraban la oposición, gobernaban A Coruña, Santiago de Compostela y Ferrol y contaban con cinco parlamentarios en Madrid. Algunos grupos municipalistas, dos asientos en las Cortes -uno de ellos, el de la ministra de Trabajo Yolanda Díaz- es lo que sobrevive.
Si bien el BNG ha recogido buena parte de la base electoral del rupturismo, el Partido Socialista no ha pescado en ese caladero. Los 14 diputados que en 2016 obtuvo Xaquín Fernández Leiceaga se han transformado en 15. La la valoración de Gonzalo Caballero, su aspirante a la presidencia de la Xunta, la noche electoral fue optimista: “Mejoramos un punto y medio. Tenemos un apoyo relativo mejor”. A Caballero lo acompañaron en sus mítines la práctica totalidad de ministros socialistas del Gobierno de coalición en el Estado. Su discurso a menudo se dirigió a defender la acción de Sánchez, pero eso no bastó para reeditar la victoria en las generales de abril de 2019, cuando por primera vez el PSdeG derrotó al PP. “No son resultados satisfactorios, no son los que esperábamos”, admitió finalmente este domingo.
Los socialistas no consiguieron salir de la tercera posición. Superados por el BNG, el Parlamento gallego vuelve a arrojar un dibujo que contradice la imagen conservadora de Galicia: la izquierda a la izquierda del PSOE es una de las electoralmente más fuertes de las cámaras autonómicas.
Francia repite casi idénticos resultados que en 2017. Emmanuel Macron y Marie Le Pen, se enfrentarán en la segunda vuelta de las elecciones del próximo 24 de abril. Otra vez la ultraderecha francesa a las puertas del Elíseo.
En La Base de Público, Pablo Iglesias, Sara Serrano y Manu Levin, analizan en profundidad, las presidenciales celebradas ayer en Francia.
¿Qué conclusiones podemos sacar de estos resultados? ¿Lo tiene ganado Macron? ¿Cuál es el mejor cordón democrático frente a la ultraderecha? En nuestra mesa de debate contamos con Lilith Verstrynge, politóloga especializada en relaciones internacionales y estudios europeos y secretaría de organización de Podemos, y con Elisabeth Duval, filósofa y escritora.
Y como punto final, la visión política desde un punto de vista cinematográfico de Anita Fuentes y su sección ‘Placeres culpables’.
La Unión Europea (UE) advierte de que Rusia intenta avanzar más en el este de Ucrania y promete estudiar nuevas sanciones contra Moscú.
“Las tropas rusas están concentrándose en el este para lanzar un ataque contra el Donbás [Ucrania]. Me temo que la guerra los próximos días va a incrementar en el Donbás”, ha advertido este lunes el jefe de la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell.
Al llegar a una sesión del Consejo de Ministros Exteriores de la UE, Borrell ha anunciado que el organismo ha aprobado elevar la financiación del envío de armas a Ucrania hasta los 1500 millones y los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) también buscan formas de hacer llegar tanques a Ucrania.
En respuesta a la posibilidad de nuevas medidas para sancionar el gas y petróleo ruso, el jefe de la diplomacia europea ha dejado claro que “todas las sanciones están sobre la mesa” y que la UE está estudiando “los siguientes pasos”.
Después de que Rusia lanzara el 24 de febrero una operación militar contra Ucrania, Washington, la UE y otros Estados y organizaciones occidentales han impuesto varias rondas de sanciones financieras y comerciales contra Moscú, medidas consideradas por Rusia como “una declaración de guerra”.
Asimismo, los aliados occidentales de Ucrania, liderados por EE.UU., siguen suministrándole armas, incluso desde antes del inicio de la operación militar rusa, una medida que según el Kremlin pone en peligro la vida de los civiles.
El Gobierno de Ucrania no es soberano para tomar decisiones favorables a su nación en las negociaciones de paz con Rusia, opina un analista.
“Rusia entiende que Ucrania no es soberana para tomar decisiones que vayan en bien de los ciudadanos ucranianos”, ha señalado el economista Luis Hernando Muñoz Castañeda en una entrevista concedida este lunes a HispanTV.
En este sentido, ha precisado que Estados Unidos y el Reino Unido no permiten a Ucrania firmar una capitulación ni llegar a ningún acuerdo de paz con las autoridades rusas.
A su juicio, al Gobierno ruso le interesa salvar a tanto los civiles como los militares y, por lo tanto, se esfuerza por llegar a un acuerdo cuanto antes para impedir “una carnicería”.
Esta misma jornada, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, ha asegurado que Moscú no ve ninguna razón para no continuar las negociaciones de paz con las autoridades ucranianas, a pesar de que en los diálogos, Kiev “siempre esquiva y, a veces, da un giro de 180 grados, rechazando lo que acababa de proponer”.
Un diario chino indica el papel que EE.UU. ha desempeñado en el aumento de las crisis en el mundo, financiando laboratorios biológicos y promoviendo guerras.
En un artículo publicado el domingo, el diario estatal chino The Global Times aborda cómo Estados Unidos ha estado avivando durante años las crisis en todo el mundo para mantener su llamada hegemonía.
Misteriosos laboratorios de armas biológicos
Las preocupaciones por las armas biológicas de EE.UU. se dispararon después de que el Ministerio ruso de Defensa revelara documentaciones, según las cuales, Washington destinó más de 200 millones de dólares para el funcionamiento de los laboratorios biológicos en Ucrania.
Desde EE.UU., hubo reacciones contradictorias al respecto. La subsecretaria estadounidense de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, reconoció que Ucrania tiene “instalaciones de investigación biológica”. Posteriormente, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, desmintió las “falsas informaciones” lanzadas por Moscú sobre supuestos laboratorios estadounidenses de armas biológicas y químicas en el territorio ucraniano.
De hecho, conforme alertan varios analistas, estos laboratorios biológicos están dedicados a recoger muestras genéticas de poblaciones de China y de Rusia y busca aparentemente iniciar una guerra o ataque bacteriológico en base de una limpieza étnica en torno de dos países referidos.
Guerra, herramienta de EEUU para mantener su hegemonía
La historia de EE.UU. está llena de guerras y matanzas. Durante sus más de 240 años de historia, solo hubo 16 años en los que el país norteamericano no estuvo en guerra, recuerda The Global Times.
Después del final de la II Guerra Mundial, EE.UU. se convirtió en el país más poderoso del mundo; sin embargo, la guerra se convirtió en una herramienta importante para que Washington mantuviera su hegemonía.
En concreto, detalla, desde el final de la II Guerra Mundial hasta 2001, EE.UU. inició 201 de los 248 conflictos armados en todo el mundo en 153 lugares, lo que representa más del 80 % del total de conflictos mundiales, entre ellos la invasión a Afganistán e Irak.
Las autoridades chinas consideran a EE.UU. la mayor amenaza para la seguridad mundial al comparar los gastos militares de diversos países. Solo en 2020, Washington destinó 778 230 millones de dólares a su presupuesto militar, mientras el resto del mundo tuvo un gasto total de 1 202 770 millones de dólares, subrayan.
El Ejército ruso destruye con misiles Kalibr sistemas de defensa aérea S-300 suministrados a Ucrania desde Europa, según informa el Ministerio de Defensa de Rusia.
Tal y como ha informado este lunes la Cartera rusa, los militares rusos han logrado destruir varios equipamientos militares en las regiones ucranianas, incluida сuatro lanzamisiles S-300, en las afueras del sur de Dnepropetrovsk que fueron suministrados de Europa.
Asimismo, una base de reparación de armas y equipos militares ucranianos cerca de la localidad de Velíkaya Novosiólovka han sido destruidos por los misiles rusos, así como dos depósitos de municiones cerca de Nikoláev y Zhovtnevoye.
Conforme a las declaraciones del Ministerio ruso, los misiles destruyeron nueve tanques, cinco sistemas de artillería autopropulsada 2S3 Akátsiya, y cinco sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple BM-21 Grad en la región de Donetsk. También, derribaron dos aviones Su-25 ucranianos cerca de la ciudad de Izium, en la región de Járkov (noroeste).
Durante las operaciones rusas, más de 60 nacionalistas ucranianos fueron liquidados cerca de las localidades de Vozdvízhenka-2 e Ivánovka en la región de Donetsk.
En total, añade, que, desde el inicio de la operación militar especial, las tropas rusas han destruido 129 aviones, 99 helicópteros, 243 sistemas de misiles antiaéreos S-300, Buk-M1 y Osa, 441 vehículos aéreos no tripulados, 2079 tanques y otros vehículos blindados, 239 lanzacohetes múltiples, 909 unidades de artillería de campaña y morteros, así como 2003 unidades de vehículos militares especiales.
Rusia abate a un líder neonazi ucraniano, quien es responsable del asesinato de cientos de ciudadanos en la región de Donbás, entre ellos niños.
“Un grupo especial ruso, durante operaciones de reconocimiento y búsqueda a cinco kilómetros al sur de la ciudad de Izium, eliminó a uno de los detestables líderes del llamado ‘cuerpo ucraniano de voluntarios Pravy Séktor’, Tarás Bobánich”, ha destacado este lunes el Ministerio ruso de Defensa.
Según su comunicado, el líder se unió a Pravy Séktor en noviembre de 2013, siendo el líder del grupo neonazi de Lvov. En 2014, participó en la operación de Ucrania en la región de Donbás (este), y en 2019, fue comandante adjunto de las unidades de reserva de Pravy Séktor.
Asimismo, Bobánich ordenó el bombardeo de zonas residenciales en Donetsk y Lugansk, ambas en Donbás, con armas pesadas y “es culpable de la muerte de cientos de civiles en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, incluidos niños”, ha denunciado la Cartera rusa.
Es más, fue uno de los ideólogos de la llamada teoría de “la superioridad de la raza ucraniana”, por lo que participó en ataques y asesinatos de la población rusoparlante en el país europeo, revela el texto.
Además, el ministerio ruso ha prometido que las Fuerzas Armadas del país euroasiático continuarán buscando y eliminando a los líderes de las organizaciones neonazis de su vecino Ucrania.
Rusia ha denunciado en reiteradas ocasiones los crímenes de los neonazis ucranianos contra los civiles. En este sentido, el jefe del Centro Nacional de Gestión de Defensa de Rusia, Mijaíl Mizíntsev, anunció el 20 de marzo que los neonazis han convertido la ciudad portuaria de Mariúpol, ubicada en el sureste de Ucrania, a un centro de terror por lo que asesinan a diario a entre 80 y 235 ciudadanos.
Ante tal situación, el Gobierno de Moscú ha dejado claro que sigue su operación militar en el territorio ucraniano, iniciada desde el 24 de febrero, con el fin de “desmilitarización” y “desnazificación” del país europeo.