Las mujeres han levantado la voz en Castilla y León desde que el pasado 10 de marzo Mañueco abriera la puerta del Gobierno regional a Vox.
Antes incluso de la investidura de Mañueco, representantes feministas de las nueve provincias se dieron cita el pasado 2 de abril en Valladolid para realizar una manifestación que condenaba el retroceso de derechos que quiere Vox, nuevo socio del Gobierno del PP en la comunidad. Convocada por el movimiento feminista de Castilla y León, la marcha surgió para condenar la «política machista que propone Vox negando la historia de violencia sufrida por las mujeres», como reconocía a Público Nina Infante, de la Coordinadora de Mujeres de Valladolid.
Ahora, otras tres organizaciones llaman a la movilización de toda la comunidad. Desde Rebelión Feminista (de León), la Asamblea Feminista de Burgos y el Movimiento Feminista de Salamanca han mostrado su repulsa al pacto de investidura que ha permitido entrar a la extrema derecha en el gobierno de Castilla y León. Las tres entidades han realizado un manifiesto con el que buscan hacer fuerza para su causa y recoger firmas hasta el próximo lunes 18 de abril. De momento, en las primeras horas, más de 70 colectivos y casi 600 personas lo habían rubricado.
Las organizaciones denuncian que Vox quiere «rescatar el fascismo y adaptarlo a nuestros días»
En el manifiesto aseguran que «en los últimos años el movimiento feminista ha mostrado su fortaleza en las calles, en los hogares, en el ámbito laboral, en las instituciones…» logrando que el patriarcado, como sistema estructural, se resintiese. Sin embargo, Vox plantea propuestas de políticas públicas misóginas que quieren «rescatar el fascismo y adaptarlo a nuestros días», dicen.
En Castilla y León, aseguran en el manifiesto, «ya estábamos a la cola en todo, pero este pacto nos deja con promesas de pérdidas de derechos, especialmente para las mujeres».
Para estas organizaciones feministas, el PP ha traicionado su palabra «y nos traiciona a las mujeres convirtiéndose en cómplices para derogar la Ley de Violencia de Género», dicen. “Mañueco promete que va a seguir existiendo, pero esto es porque la Ley de Violencia de Género es una ley orgánica y, por tanto, la Junta de Castilla y León no tiene competencias para erradicarla. A lo que sí se ha comprometido este gobierno de Castilla y León es a poner en marcha una Ley de Violencia Intrafamiliar que dejará sin fondos a todos los servicios de atención directa a mujeres víctimas de violencia de género», se lamentan.
De hecho, tras claudicar Mañueco ante Vox en este sentido, los fondos que «antes no llegaban al medio rural, ahora ni siquiera llegarán a la ciudad. Estos servicios son públicos, servicios sociales dependientes de las diputaciones o los ayuntamientos. Solo quedarán los servicios de atención y protección a las mujeres víctimas de violencia de género que no dependan de la Junta de Castilla y León», aseguran los colectivos feministas regionales.
Las leyes LGTBI+ y Trans
Por otro lado, Rebelión Feminista, Asamblea Feminista de Burgos y Movimiento Feminista de Salamanca aseguran que lo único que no está en peligro en Castilla y León «son las leyes LGTBI+ y trans porque ninguna de ellas había sido aprobada en nuestra comunidad autónoma. Junto con Asturias y Castilla la Mancha, somos una de las tres únicas comunidades donde no se han legislado los derechos de estos colectivos. Exigimos la aprobación de las dos leyes en nuestra región. No es solo que no estemos dispuestas a dar un paso atrás, sino que seguimos queriendo dar pasos adelante».
«Las mujeres no somos una moneda de cambio para que Castilla y León continúe siendo el feudo del PP»
Al respecto, el único procurador que preguntó a Mañueco directamente sobre la ley LGTBI+ fue Pablo Fernández en su primera réplica durante la sesión de investidura. Sin embargo, el que fuera elegido presidente de la Junta optó por no contestarle, al seguir con su discurso ‘enlatado’, leyendo lo que había escrito a priori, que nada tenía que ver con lo que le preguntaban sus adversarios políticos.
Para finalizar, las tres entidades aseguran que «vamos a plantar cara. No vamos a quedarnos calladas ante esta agresión a nuestros derechos. Nos unimos para ser más fuertes. Nos coordinamos porque organizadas somos mejores. No vamos a permitir que nos quiten lo poco que hemos conseguido arrancarle al partido que lleva gobernando esta tierra más de tres décadas. Nunca nos ha dado miedo enfrentarnos al PP, y tampoco nos dan miedo sus aliados. Las mujeres no somos una moneda de cambio para que Castilla y León continúe siendo su feudo».