Este 25 de mayo, los bolivianos celebran un nuevo aniversario de la Revolución de Chuquisaca, considerada como el Primer Grito Libertario de América, fundamental para los movimientos independentistas que surgieron después en el continente.
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Fue en esa fecha del año 1809 que los habitantes de la ciudad de Chuquisaca, en la actualidad Sucre (Bolivia), protagonizaron un levantamiento popular contra la Real Audiencia española de Charcas.
Por tradición, cada año los habitantes de esa ciudad boliviana salen a las calles a conmemorar la revolución del pueblo contra el imperio español.
Primer Grito Libertario de América
Los historiadores de la independencia latinoamericana catalogaron como el Primer Grito Libertario de América el levantamiento popular contra las autoridades de la Real Audiencia de Charcas, en Chuquisaca, ahora Sucre, a favor del rey Fernando VII de España.
Luego de conocerse la caída del rey español Fernando VII, los insurgentes bolivianos se levantaron ante las autoridades coloniales y entre ellos destacó Bernardo de Monteagudo, quien manifestó su desacuerdo con José Bonaparte como nuevo rey de España y de las colonias, tras la invasión francesa en la metrópoli.
Este levantamiento fue justificado por las sospechas de que la Real Audiencia de Charcas, dirigida por Ramón García de León y Pizarro, planeaba entregar el país a la infanta Carlota Joaquina de Borbón.
Se llevaron a cabo protestas populares en las calles de Chuquisaca bajo el lema «Muera el mal gobierno, viva el Rey Fernando VII».
Las campanas de la iglesia de San Francisco se hicieron sonar para convocar al pueblo a levantarse en contra de las autoridades.
A raíz de este evento cada 25 de mayo la llamada “Campana de la Libertad” se toca en honor a lo que se denominó por los historiadores como la «Chispa de la Liberación Americana».
Los estudiosos coinciden en que el apresamiento del rey Fernando VII por parte de Napoléon fue tomado por los intelectuales más librepensadores de la época como el momento ideal para la emancipación criolla.
Así que de esta manera, un grupo de dirigentes de la Revuelta de Chuquisaca intentó aprovechar las circunstancias para buscar la independencia, entre ellos destacan Mariano Michel, José Manuel Mercado, Álvarez de Arenales, Gregorio Lanza y Bernardo de Monteagudo que fueron enviados a diferentes ciudades para transmitir sus leales intenciones.
La primera victoria independentista tras la Revolución de Chuquisaca estuvo a cargo de Mariano Michel, que cumplió su cometido en La Paz, donde permaneció un mes.
Logró que los líderes independentistas locales se hiciesen con el poder y depusieran el 16 de julio al gobernador Tadeo Dávila y al obispo de La Paz, Remigio de la Santa y Ortega. Allí se formó la junta de gobierno denominada Junta Tuitiva presidida por el coronel Pedro Domingo Murillo.
La campaña de emancipación duró tres lustros, alcanzando su objetivo el 6 de agosto de 1825, con la proclamación de la independencia de Bolivia.