El cambio climático solo va contra los pobres
Día: 10 de septiembre de 2022
Un policía antidisturbios agredió en la cara a un manifestante en la protesta de Sevilla contra la regulación de los VTC de la Junta
El Gobierno de Andalucía aseguró que siguen «negociando y hablando» sobre la regulación, dado que afirman que quieren aprobarla en base «al diálogo y la participación».
En dicha convocatoria hubo enfrentamientos con la Policía. El ambiente estaba cada vez más caldeado. Varios de los manifestantes intentaron tirar las vallas del perímetro de seguridad y lanzaron huevos.
Tras ello, las fuerzas de seguridad detuvieron a uno de los participantes por desórdenes públicos y atentado contra la autoridad. A continuación, tuvo lugar una carga policial que concluyó con una segunda detención.
«Nos han engañado»
Alrededor de un millar de personas participaron en la protesta. Portaronn tambores, pitos y pancartas en las que anunciaban que el sector del taxi «no se rinde», en esta ocasión ante el proyecto normativo, que según anunciaba esta semana Fomento habilitará a los VTC para que sigan operando en los núcleos urbanos a partir del 1 de octubre, si bien se establecerán requisitos para que estas medidas garanticen «la convivencia» y ofrezcan «el mejor servicio al ciudadano».
Una argumentación que no convence al taxi. «Nos han engañado, en esencia nos han engañado», aseguró a los periodistas Francisco de la Piedra Vega, representante de la Federación Andaluza de Autónomos del Taxi (FAAT). Los taxistas consideran que «de la noche a la mañana y con la mayoría absoluta del PP el discurso ha cambiado completamente» en San Telmo y se sienten «traicionados» ante el movimiento de la Consejería, a la que advirtieron de que no dudarán en recurrir a los tribunales.
«Que sepan que vamos a denunciar si prosiguen en esta regulación que pretenden hacer. Ellos sabrán lo que hacen», apuntó tanto en relación al Gobierno de la Junta.
El Gobierno andaluz asegura que sigue negociando
Mientras en los alrededores del Parlamento se desarrollaba la protesta, en el interior Marifrán Carazo, la consejera de Fomento, subrayaba que aún no habían concluido las conversaciones para elaborar la regulación, que se buscará el «diálogo y la participación» y que en todo caso el objetivo es tener seguridad jurídica y «no dañar la actividad que presta el taxi».
«Seguimos negociando y hablando porque queremos aprobar esa norma y hacerlo en base al diálogo y la participación«, dijo la consejera, que señaló que las conversaciones se desarrollan desde hace una semana, «todavía no se ha concluido y tienen que seguir avanzando».
Asimismo, insistió en que el objetivo principal del Gobierno de Juanma Moreno es «contar con seguridad jurídica» para poder organizar y facilitar la convivencia del taxi y los VTC y dar un mejor servicio al usuario. «Por encima de todo y en el centro de la regulación ha de estar el usuario, que tiene que contar con los mejores servicios», argumentó Carazo, que ha aseguró que desde la Junta no se que quiere «dañar la actividad que presta el taxi».
Teresa Rodríguez, «frente a las multinacionales radicadas en paraísos fiscales»
Desde el edificio acudió a saludarles la diputada de Adelante Andalucía Teresa Rodríguez, quien explicó que se dirigía a la reunión con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, al que aseguró le expondría las reivindicaciones de los taxistas «como primer punto» del encuentro, lo que desató vítores entre los manifestantes.
«Nos parece que ha habido mala fe por parte de Fomento y del Gobierno de la Junta«, dijo a la prensa Rodríguez, que consideraba que «les han dado coba durante mucho tiempo diciéndoles que no se iba a regular» para al final proponer «un decreto ley que es claramente pro-VTC».
«Nosotros estamos a favor de las familias del sector del taxi frente a las multinacionales radicadas en paraísos fiscales», subrayó la diputada, que aseguró que defenderá que el decreto no salga adelante y que la Junta negocie con todas las organizaciones del sector.
Pero Niño, el pirata al servicio del rey de Castilla que quiso invadir Londres
Amigo desde la infancia del rey Enrique III de Castilla, este le dio patente de corso en el Mediterráneo y el Atlántico.
Dicen que si le vino fortuna por compartir pechos con el rey.
No, espera, igual mejor empezamos de otra forma.
A ver, segundo intento.
Sobre Pero Niño. La historia de Pero Niño. Que es cosa antigua, a caballo entre el siglo XIV y el XV. Hace mucho, mucho rato. Pero merece la pena, tienen ustedes mi palabra. Hay fraudes, piratas, fiestas sacrílegas, reyes majetes, reyes no tan majetes, un Londres demasiado chiquitín y dos o tres golfadas de nivel superlativo. Quien quiera extrapolar comportamientos y modos… sea él responsable.
A ver, por concretar. Tiempos difíciles. Luchas internas, nobles que caen en gracia y desgracia dependiendo de si entra nordeste o regañón. ¿Saben eso de la Reconquista, lo que cuentan algunos metiendo aire y sacando pecho? Pues bien, sí, pero sobre todo nos metíamos buenas hostias entre nosotros. Reinos cristianos del norte contra reinos cristianos del norte. O facción ante facción, si prefieren. Menos torres defensivas hay para proteger de Al-Andalus que para cubrirnos del linajudo que se acerca. Solo que vende menos.
En esas estaba el devenir histórico cuando nació Enrique III. El futuro Enrique III, que habría de ser rey castellano. Y de nodriza le pusieron a Inés Lasso. Vamos, que monarca y Pero Niño fueron hermanos de leche, y luego compartieron ayo. Venía el tal Pero de linaje fermoso pero venido a decaer. Resumiendo, que decía emparentar con los reyes de Francia (invención), pero estaba su padre relegado a ojos de la Corona por un quítame allá esos apoyos palaciegos (y esto es de verdad). Así que, para humillar al buen hombre, hagamos ama de cría a su mujer. Y de allí salió, paradoja, fortuna para el mozo. Amiguete de Enrique, compañero, tipo en quien confiar.
Hizo por ello, cuidao. Hombre de armas, de letras, de pendencias y alcobas. O tres de cuatro, ejem. Apoyo siempre a Enrique, medrar rápido en el reino. Bautismo de sangre cuando asedio de Gijón… sí, de Gijón, vuelvan a leer lo de cascarnos entre primos y aspirar a tronos. Digamos que allí Pero mostró buen temple, y fue subiendo escalones en la baraja del rey. Amigo, talento militar, arrojo, también cierto porte, que luce mucho en los cantares de ciego. El porte nunca es imprescindible, pero luce…
Sucede que la soldadesca es caprichosa, y tiende a prometer lealtades a quien ve cerquita y no al que gobierna desde un trono. Vamos, que de lugarteniente a caudillo hay salto bien pequeño, y nuestro protagonista podía lanzarse a él, para buen disgusto del tal Enrique. Que hizo lo más inteligente en estos casos… Mira, Pero Niño, a ti te gusta un huevo la mar, y dices que sueñas con gestas gloriosas allí, entre galernas… Así que te nombro almirante, te pongo al frente de unos barquitos y te firmo, hop, esta preciosa patente de corso. Y, mira, ya puedes ir a recorrer el inmenso azul y arramplar con cuanto enemigo de Nos te encuentres, que no serás pirata exhibiendo tal signatura, fíjate, fíjate, es algo digno del mejor taumaturgo. No solo actúas conforme a Derecho, sino que son tus gestas algo para recordar orgullosos. Y esto, queridos lectores, es lo que hacen las palabras… De pirata a corsario.
Claro que, una vez metidos en harina, pues resulta labor el diferenciar unas naves de otras, y gastando recursos y nudos marineros para perseguir tal o cual pabellón pues es una pena desaprovechar abordaje, ¿no? Vamos, que corsario las más de las veces, pero pirateo algunas otras, tampoco vamos a andar mirando la letra pequeña. Sobre todo en el Mediterráneo. Que no vean ustedes la de cosas que hizo Pero Niño, en el Mediterráneo. Para recordar. Perseguir infieles, desembarcar por zona bereber, asaltar ciudades y pueblitos, pasar noches en un sitio que le decían cementerio de cristianos, salir por patas para no sentir alfanjes, enterrar el tesoro, volver después y no recordar exactamente dónde narices dejamos esto, que es una cosa normalísima, que a mí me pasa con el coche en los parkings.
Eso frente a los hijos de Alá. Con los de su mismo credo… bueno, digamos que a veces cruzábase un barquito frente a las goletas del almirante y, pum, abordemos, siempre habrá tiempo después para decir que no sabíamos, pensamos que eran musulmanes, somos nuevos, perdónenos vuesa merced y ponemos rumbo a Castilla. Le pasó en Marsella, por ejemplo, cuando quiso meter mano a unas naves que navegaban bajo protección de, nah, una fruslería, el Papa. Ya ven, como para no agachar gesto.
Claro que un buen corsario mira también al Atlántico, porque allí hay más olas, y un agua más azul, y salen más ricos los percebes. Debió pensar eso Pero Niño (igual lo de los percebes no), porque pidió embarcarse a hacer un poco de caos allá por costas de lo que hoy es Francia y lo que hoy es Inglaterra, que no era sencillo, entonces, definir la una y la otra, y la primera estaba en alianza con Castilla pero era la segunda enemiga mortal. Así que se metió un par de expediciones graciosísimas por toda la vertiente atlántica, acosando las costas de Gironda (terreno inglés), quemando pueblecitos por Cornualles e incluso conquistando la isla de Jersey, que puso bajo pabellón castellano, solo que los de Jersey le dijeron: mira, Pero Niño, te pagamos diez mil coronas sin factura en caso de que nos dejes libres, y vio Pero Niño que era buen negocio, pues en Jersey siempre fueron de hacer las cosas con alegría, y pilló las monedas sin hacer siquiera recibí, quedando Castilla sin paraíso fiscal.
Le acompañó en estas andanzas un tal Charles de Savoisy, noble francés (baronía de Seignelay, ahí es nada) con quien hizo amistad Pero Niño, y en cuyo cómodo château pasó un invierno, disfrutando de los placeres del lugar. De todos los placeres del lugar, añadimos, pues era practicante Savoisy del liberalismo en lo tocante al sexo, y ambos gozaban por igual de Bérengère, esposa del francés. Al menos eso dicen las crónicas, ya verán más abajo ustedes cómo el tal Pero era bastante golfo, así que uno se cree lo justo.
Ah, tres cositas más hizo nuestro Niño en estas batidas atlánticas. Primera, cepillarse Poole, que era patria chica del pirata Henry Poole (los ingleses dicen el corsario Henry Poole, ya saben). Pieza menor, pero con su simbolismo. Segunda, ganar un torneo de campeadores en el mismísimo centro de París, por donde ahora está el Louvre. Poco menos que exhibiciones para la época, ojo, pero siempre luce. Y, tercera, demostrar que andaba algo cortito en geografía. Digamos que a Pero Niño se le había metido en la testa que molaría bastante, nah, una cosa facilona, casi travesura… que molaría bastante invadir Londres. Sí, sí, Londres, tiramos Támesis arriba y luego ya pues ciscamos la Torre de Guillermo y todo lo que pille cerca. Vamos, locurón. Vamos, un suicidio. Pero que lo tenía dentro nuestro protagonista, y (a estas alturas seguro que comprenden) no era alguien que cambiase fácil de sentir. Así que alguien tomó mandos del asunto. Alguien con más sentido común, añado. Alguien que llevó al Pero hasta Southampton y dijo: mira, allí está, ¿ves? Inexpugnable, ni ponemos proa al estuario, que nos cepillan el forro. Y tornaron para Castilla. Me esperaba más grande Londres, quizá pensó Niño.
En Castilla su suerte era… bueno, pues según viniesen aires. Respetado en Corte, temido por muchos, apreciado por el rey. Cuando éste pensó que, mira, se me ha ocurrido, por qué no hacemos durante la Semana Santa una representación de la última cena, sí, sí, y yo seré Jesús, y mis doce mejores caballeros serán los doce apóstoles… cuando el rey tiene esa idea (que me parece herética hasta a mí) Pero Niño es uno de los seleccionados. Si eso no te pone en lo más alto de la sociedad… Tenía riquezas, ascendiente, tenía carisma y bastante fama, pues era diestro en torneos y arrastraba andares de galanteo, es un truhan, es un señor. Precisamente lo que guardaba bajo su escarcela habría de darle problemática, pues anduvo en amores prohibidos y aquello gustó regular al rey. O al regente, que esto es un poco culebrón de sobremesa.
Digamos que había muerto Enrique III, y que el futuro Juan II era un chavalín, y que la regencia recaía sobre Fernando de Antequera, que era muy cuco. Este Fernando tutelaba a Beatriz de Portugal, hija del infante Juan, pretendiente al trono portugués, que andaba en aquellos tiempos un poco en disputa, porque… en fin, por lo que dijimos antes, que siempre hay ambiciones y luchas. Y el Fernando usaba ominosamente a Beatriz como moza casadera para enlaces gordos y portadas en revistas del corazón, y aquello resultaba ya un poco descarado, pues era moneda corriente, pero el de Antequera excedía en la obviedad.
Con estos mimbres (que te los pillan en esa tele que ustedes están pensando y te hacen un reality) a nadie extraña que los amores entre Beatriz y Pero Niño fueran… en fin, algo escandalosos. No gustó, no gustó, que tengo otros planes para Bea. Vamos, que cayó en desgracia él, y a ella la metieron en una cárcel. Cárcel pueblo, más bien, primero por Magaz y más tarde en Urueña, que no podía salir de sus muros, y son villas agradables, pero en habiendo amores todo se hace agobio. Claro que ustedes conocen ya de la disposición que tenía Pero Niño a los imposibles, así que, seguro, no han de extrañarse cuando sepan que asaltaba, de cuando en cuando, torres, puertas y alcobas para reunirse con Beatriz. Ay…
Finalmente tuvieron ambos perdón real, pues era Pero Niño pieza de demasiada importancia como para perderla en estos asuntos. Así que casaron. Y hasta habrían de ser condes de Buelna, porque fue intitulado Pero Niño como conde de Buelna. Último ejemplo de su personalidad. Que, en fin, a la vuelta de una de sus razzias atlánticas pasó por este bonito valle montañés (vengan a verlo, es encantador). Y gustole. Mira, qué verde. Mira, cuánta hidalguía. Mira, higueras, con lo que me gusta la mermelada de higo. Así que dijo: para mí, y dejó oficiales que cuidasen de su poder y política. No me miren de esa forma, son otros tiempos. Sucede que el monarca ponderó, dijo: oye, qué necesito más, un valle por el norte, que tengo muchos, o el apoyo de alguien como Pero. Y, oh milagro de milagros, surgieron por artes mágicas ciertos documentos antiguos que, vaya casualidad, dictaban como señorío de su familia precisamente aquel Valle de Buelna. Más o menos, no querría yo aburrirles con detalles. Aun conservan, allí, la Torre de Pero Niño (que es un poco posterior, pero más fantasía tiene Gladiator y bien que fueron al cine).
Y esta es la historia de Pero Niño, que lo mismo pueden llamarle conde, pirata o almirante. Escojan ustedes.
Era Europa, no la OTAN, la que estaba en muerte cerebral
El autor, exembajador de Nicaragua en España, suele publicar en el diario español Público; este artículo se lo han censurado.
Edgar Allan Poe, en su magnífico cuento La carta robada, nos hizo ver (a quienes leímos el cuento) cuán difícil es, tantas veces, ver lo más evidente. No diremos de qué va el relato para picar la curiosidad de quienes no lo han leído y no estropearles el gozo, pero recordarlo es una buena manera de empezar este artículo. Lo más evidente, en las circunstancias en que se vive en este gallinero, es recordar que el mundo es ancho y redondo, aunque despojado de agua más parece un pedrusco mal tallado. Tiene, nuestro planeta, 510 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales sólo el 30% corresponden a tierra firme, es decir, unos 150 millones de kilómetros cuadrados, distribuidos de manera muy desigual. Rusia ocupa 17,2 millones de kilómetros cuadrados; Canadá, 9,9; China, 9,5; EEUU, 9,5; Brasil, 8,5; Australia, 7,6 e India, 3,2 millones. La Unión Europea, en comparación, tiene 4,2 millones de kilómetros cuadrados, la mitad que Brasil y un 25% del tamaño de Rusia. No es una extensión territorial para presumir.
La asimetría se hace mayor si entramos a la demografía. Hay, en este planeta, casi 8.000 millones de seres humanos, concentrados principalmente en China e India, con 1.400 millones de habitantes cada uno. Le siguen EEUU (340 millones), Indonesia (271 millones), Paquistán (220), Brasil (212) y Nigeria (206). La UE tiene, en total, 447 millones de habitantes, que sería igual a la suma de Paquistán y Brasil. Rusia borda los 150 millones. El censo de la Unión Soviética de 1937 arrojó la cifra de 162 millones de personas, una diferencia de 12 millones con la población de Rusia este 2022. Con aquella población, Stalin movilizó a 34,5 millones de personas, de los cuales 11 millones eran soldados. China podría poner en armas a los que quisiera, a partir de 30 millones de efectivos, que ya son número, considerando que, en la II Guerra Mundial, entre ejércitos aliados y potencias del Eje, fueron movilizados 70 millones de soldados. Mirando hacia el gallinero, los datos son todo, menos alentadores.
Según el último informe de la UE «Demografía en Europa», de 2021, dichos datos no permiten soñar en movilizaciones militares masivas, partiendo de que la edad adecuada de movilización es el periodo entre los 18 y los 45 años. La edad media del gallinero es de 44 años, cifra engañosa, pues esa edad media es de 51 años en España, 47 años en Italia y 46 años en Alemania, tres de los Estados más poblados de Europa. La población mayor de 65 años representa el 21% de población, y la menor de 14 años, el 15%, es decir, casi el 40% del total de gallináceos. A esto debe agregarse la natalidad negativa. La Unión Europea ha perdido 278.000 habitantes en los doce meses anteriores al 1 de enero de 2021. El cambio natural de población ha sido negativo desde 2012, pues nacen menos niños vivos (la tasa de natalidad ha pasado de 10,2 a 9,1 de nacidos vivos por mil habitantes), al tiempo que ha aumentado la tasa de mortalidad en este periodo (merced a los genios que la gobiernan, en la UE lo único que aumenta son mortalidad, inflación y energía).
Dado que el periodo de mayor productividad humana está entre los 18 y los 50 años, la UE tendría que optar entre la movilización masiva de la clase productiva -con el consecuente colapso de la economía- o repetir el modelo de Hitler en la batalla de las Ardenas, en 1944, en Bélgica, cuando, falto de efectivos, movilizó a mayores de sesenta y menores de quince para lanzarlos contra las tropas aliadas. Berlín fue defendido por niños, ancianos y despojos de los ejércitos derrotados. Así que, por si acaso, vayan los potenciales reclutas haciendo números o -cautos- calculando el precio de una choza en las Fiji.
Viene lo anterior a cuento de un hecho obvio, elemental y necesario: situar al gallinero europeo en su contexto internacional, pues, leyendo u oyendo a sus medios de comunicación (más bien de incomunicación), pareciera que la península europea ocupara 145 millones de kilómetros cuadrados y el resto del mundo 5 millones. Que Rusia tiene el poder de Luxemburgo y España el de Rusia y así hasta el delirium tremens, que esto, más que gallinero, parece un manicomio sacado del siglo XIX.
Vayamos aterrizando. 3 de marzo de 2022. Resolución de la Asamblea General de la ONU sobre Ucrania. De 193 países miembros, 141 votaron a favor y apenas cinco en contra (Bielorrusia, Corea del Norte, Siria, Eritrea y Rusia). China y Cuba, aliadas de Moscú, se abstuvieron. Triunfo resonante de las tesis atlantistas. 25 de agosto de 2022. Ucrania promueve una nueva resolución condenatoria de Rusia. La iniciativa ucraniana la votan sólo 54 países, abrumadoramente los miembros del gallinero y unos cuantos Estados más, desperdigados en América Latina y Asia-Pacífico. Una derrota sin paliativos. En el lapso de cinco meses, Ucrania y el gallinero han perdido 87 votos. De no existir el bloqueo que hay a las noticias sobre el hundimiento de las tesis atlantistas, habría gente seria y honesta que se pondría a analizar las causas de un cambio tan radical. En las circunstancias del gallinero, en muerte cerebral, esos menesteres son caca de vaca.
Hablemos ahora de la vibrante fraternidad europea, en máximos gracias al feísimo y malo, ogro-ogro apellidado Putin. Hablemos, concretamente, de la fraterna Noruega, la mayor productora europea de gas y petróleo. En lo que va de 2022, la hermana Noruega ha ingresado 94.000 millones de dólares, que van directo a su multimillonario buche de pensiones. En 2021, Noruega ingresó en total 30.000 millones de euros. «Colosales. Son unas ganancias colosales», comentó Dane Cekov, directivo del grupo Nordea, el gigante financiero finlandés. Rusia vende su gas y petróleo a China e India con rebajas que llegan a veces al 30% de su precio de mercado. El hermano noruego no da gratis ni medio vaso de gas, aunque vea a sus ‘hermanos’ ahogándose en una crisis terminal. El gallinero debe pagarle a tocateja, porque hermanos sí, para que acudan a defenderlos de los rusos, pero compartir beneficios, por favor, hermanos, entiendan, se juega con el santo, pero no con la limosna. Fraternidad europea en su expresión más pura, como la francesa con el gasoducto hispano-alemán (idea delirante donde las haya, dicho sea de paso: lo que falta es gas, no tuberías). Ya ven para qué sirve la fraternidad, caracolitos.
No se quedan ahí los hermanos vikingos. Noruega quiere reducir el suministro de energía hidroeléctrica a sus vecinos, incluyendo Alemania, alegando la sequia atroz que ha afectado sus centrales hidroeléctricas. Dinamarca, Finlandia y Suecia acusan a Noruega de socavar el mercado energético europeo y, de esa forma, ayudar a Rusia. Los noruegos, como si vieran nevar. Andreas Bjelland Eriksen, secretario de Estado en el Ministerio de Petróleo y Energía noruego, confirmó que su gobierno recortará la producción y, por tanto, la exportación, a partir del momento en que el agua de los embalses caigan «a niveles muy bajos» y que esa medida no violaría «las obligaciones» del país con los consumidores europeos. No quiere uno ser mal pensado, pero, cerrando el grifo hidroeléctrico, los afectados se verán obligados a comprar más gas noruego, que está, ya lo saben, a precios astronómicos, como el gas gringo. Es encantador el espíritu de fraternidad vikingo. Digno de un premio Nobel de Humanidad, si tal premio existiera (y, si hubiera tal, seguro que los noruegos se lo dan a la OTAN, tan tan).
Sigamos con estas muestras de fraternidad universal. Según la revista Australian National Review, de 31 de agosto de 2022, en un artículo titulado ‘Three Large American Multinationals Bought 17 Million Hectares of Ukrainian Agricultural Land’, firmado por Laura Aboli (no diga nadie que escondemos datos, eh, picarillos), tres grandes multinacionales de EEUU adquirieron 17 millones de tierras agrícolas en Ucrania, equivalentes al 40% de la tierra cultivable. Se trata de Cargill, Dupont y Monsanto, el trío de empresas que, entre otras cosas, patentan plantas y semillas que la naturaleza nos dio para luego obligar a pagar por ellas. Tomando en cuenta que Italia -por poner un ejemplo- posee 16,7 millones de hectáreas de tierras agrícolas, el funesto trío posee, en Ucrania, más tierras que toda Italia. La basura no termina ahí. Los fondos buitre Vanguard, Blackrock y Blackstone son accionistas principales del funesto trio. Blackstone, recuerden, es el fondo buitre al que el gobierno del PP -tan generoso con las empresas carroñeras-, le ‘vendió’ 20.000 viviendas sociales y, desde su posición dominante, reventó al alza el mercado de alquileres.
Daremos otras notis para que terminen de deprimirse. La base de datos de transacciones de tierras Land Matrix ha registrado arrendamientos de tierras agrícolas, entre empresas ucranianas y extranjeras, por un total de 3,4 millones de hectáreas, aunque se cree que la extensión real de terrenos arrendados por las mayores empresas que operan en Ucrania ascendería a más de 6 millones de hectáreas. El mayor terrateniente es Kernel, empresa propiedad de un ucraniano registrada en Luxemburgo, con 570.500 hectáreas; seguiría la estadounidense UkrLand Farming (570.000 hectáreas), la también estadounidense NCH Capital (430.000 hectáreas), MHP (370.000 hectáreas) y Astarta (250.000 hectáreas). En suma, que el paripé montado para la exportación de granos de Ucrania no buscaría, en lo real, salvar de hambre al mundo, sino a las multinacionales. De tirar cohetes.
Sigamos en esta ruta de optimismo, saltando al otro lado del Atlántico, para conocer un poco lo que se escribe sobre temas que, en este gallinero decrépito, ni siquiera se tocan, aunque son temas recurrentes en EEUU. Por ejemplo, el tan cacareado suministro masivo de armas a Ucrania. El coronel (r) Douglas Macgregor escribió en ‘The American Conservative’ (‘Reinforcing failure in Ucrania’, Reforzando el fracaso en Ucrania), el 23 de agosto pasado, lo siguiente:
«La dura verdad es que la introducción de nuevos sistemas de armas no cambiará el resultado estratégico en Ucrania. Incluso si los miembros europeos de la OTAN, junto con Washington DC, proporcionan a las tropas ucranianas una nueva avalancha de armas, y llegaran al frente en lugar de desaparecer en el agujero negro de la corrupción ucraniana. El entrenamiento y el liderazgo táctico necesarios para llevar a cabo operaciones ofensivas complejas no existe dentro del ejército de 700.000 hombres de Ucrania. Además, hay un gran error al no reconocer que Moscú reaccionaría ante tal desarrollo intensificando el conflicto. A diferencia de Ucrania, Rusia no está actualmente movilizada para una guerra mayor, pero podría hacerlo rápidamente.» [Rusia solo utiliza 150.000 soldados de su ejército de 900.000]
Por su parte, Christopher Caldwell, en su artículo ‘Why are we in Ukraine?’ (¿Por qué estamos en Ucrania?), hacia estos comentarios:
«Reducir las dimensiones de Rusia parece ser el principal objetivo de guerra de EEUU. Es arriesgado. Aquellos líderes occidentales con la ambición de llevar Europa a las puertas de Moscú, en ocasiones han llevado a los guerreros de las estepas euroasiáticas a las calles de París y Berlín. […] En la década de 1990, cuando EEUU imponía su voluntad en Irak y Kosovo, el G7 constituía el 70% de la economía mundial. Hoy representa el 43%. India y China son mercados de exportación gigantes para el petróleo y el gas rusos. […] Sí, Occidente «se movió rápidamente» contra Rusia, pero seis meses después, estos movimientos parecen sorprendentemente ineficaces. La razón es que, sin importar dónde se coloque el punto de apoyo y la palanca, Rusia, China e India, colectivamente, son ahora demasiado para que EEUU los levante.»
Visto lo visto, resulta obvio que quien estaba en muerte cerebral era el gallinero, no la OTAN. Dentro del proceso de extinción de neuronas, ahora la UE quiere entrenar a tropas ucranianas, lo que hace necesario pedir a los ministerios de Defensa que se den prisa en preparar a las fuerzas que invadirán Rusia, poniendo ametralladoras ligeras y motores en las sillas de ruedas de la División INSERSO [Instituto de Mayores y Servicios Sociales de España], que será vanguardia en el futuro segundo sitio de Leningrado. También un programa urgente contra la obesidad, para evitar que el grito militar «Pecho a tierra», se convierta en «Panza a tierra» y los reclutas, más que feroces soldados, parezcan barricadas de tocino. Todos a una con los líderes de la UE al frente, que, según la demografía bélica del gallinero, tendrán aun edad de combatir en los frentes de guerra, al grito de ¡A mí la legión! (Bueno, más que la legión, tiktokers, instagramers, youtubers y pendejers: lo que ofrece la sociedad hoy).
Terminemos como empezamos, con Poe y C. Auguste Dupin: «Las medidas -continuó- eran excelentes en su género, y fueron bien ejecutadas; su defecto residía en que eran inaplicables al caso y al hombre en cuestión». Hagamos, ahora, un acto erudito y, con Poe, citemos a Virgilio y su «facilis descensus Averni». Es fácil el descenso a los infiernos. Línea 126 del libro VI de La Eneida (para que vean que somos leídos).
Nosotros, que vamos de prudentes, nos largaremos al Caribe, a bucear entre mansos tiburones vegetarianos, con lo que establecer relaciones inteligentes, que aquí, de eso, sólo quedan residuos tóxicos. No lo olviden. La carta robada. El cerebro, en este caso.
Porsche, Dr. Oetker, BMW: la herencia de los magnates del régimen nazi que llega hasta hoy
El periodista David de Jong sigue el rastro del dinero de los millonarios industriales que crecieron a expensas de las expropiaciones y trabajos forzados durante el Tercer Reich y lograron conservar sus fortunas y legarlas a sus descendientes
Esclavos en los campos de concentración nazis
Los apellidos alemanes Quandt o Flick pueden no decirle nada al gran público, pero para el periodista David de Jong fue un enorme shock ver a dos integrantes de las respectivas sagas en un rótulo del Museo de Arte de Tel Aviv, como donantes y amigos. “Fue espeluznante”, recuerda el reportero de Bloomberg, que ya por entonces estaba trabajando en el libro que acaba de publicar ahora, Dinero y poder en el Tercer Reich (Principal de los Libros). Gabriele Quandt, presidenta de HQ Holding, es nieta de Magda Goebbels y heredera del legado del mayor magnate de la industria armanentística del régimen. E Ingrid Flick, por su parte, integra la milmillonaria familia austriaca Flick, receptora del imperio que forjó el patriarca Friedrich a base de expropiar y explotar a judíos y prisioneros.
Franquismo S.A.: la desfranquización ausente
El régimen nazi duró doce años, desde que Adolf Hitler fue nombrado canciller a principios de 1933 hasta que perdió la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Sus principales líderes políticos fueron juzgados y algunos ejecutados tras los Juicios de Núremberg, pero muchas de las grandes fortunas alemanas que se arrimaron al Führer y crecieron durante el Tercer Reich lograron conservar sus imperios, hasta el punto de que algunas de estas familias siguen siendo de las más ricas del país.
BMW, Volkswagen, Dr. Oetker, Allianz, Opel, Bayer, Porsche, Hugo Boss… Todas estas grandes firmas tienen un conocido pasado nazi. Muchas, con ayuda de las SS, levantaron campos de concentración adyacentes a sus fábricas durante la guerra (IG Farben en Auschwitz, Daimler-Benz en Buchenwald, AFA y Volkswagen en Neuengamme). Pero el rastro del dinero de esas dinastías una vez desintegrado el Tercer Reich es más desconocido. “Hay apellidos que han logrado evadir su responsabilidad moral, que esconden los hechos debajo de la alfombra. Por eso escribí el libro”, recalca De Jong, que ha dedicado casi una década a perseguir estas fortunas.
El reportero seleccionó para su investigación a cinco apellidos cuya fortuna llega hasta nuestros días. Tres de ellos siguen hoy al frente de las compañías: son los Quandt en BMW y la firma de baterías Varta, los Porsche-Piëch en la automovilística Porsche y los Oetker en el imperio alimenticio Dr. Oetker. Los otros dos que retrata el libro se deshicieron de los conglomerados familiares para seguir gozando hoy de monumentales fortunas: es el caso de los Von Finck, millonarios herederos del banquero August Von Finck y del cofundador de los bancos Allianz y Munich Re (lo vendieron a Barclays en los 90) o los propios Flick. “Estos últimos son los más ricos de Austria al lado de los Porsche. Sus oficinas familiares mantienen inversiones en fondos de inversión, inmobiliarias, colecciones de arte…”, detalla De Jong.
La reunión secreta de 1933
La vinculación de la mayoría de estas sagas con el régimen nazi se puede trazar hasta llegar a una reunión secreta que tuvo lugar en Berlín en febrero de 1933. Un recién nombrado canciller, Adolf Hitler, se citó con una veintena de industriales para que pasaran por caja del Partido Nazi de cara a la campaña electoral. Muchos de aquellos empresarios lo veían como un político mediocre, como dejaría escrito Quandt en su diario, pero aun así lo apoyaron. “Hitler les prometió y les garantizó estabilidad económica y política tras años de volatilidad y que podrían expandir sus fortunas. Ellos se sumaron por oportunismo”, resume el autor del libro.
Años después, la mayoría alegarían que fueron forzados a sumarse a la causa nazi debido al clima irrespirable del Tercer Reich. Pero De Jong lo niega. “Nadie les forzó. Fue completamente voluntario. Pudieron marcharse”, añade, y pone como ejemplo el nazi convencido Fritz Thyssen, que con el tiempo se opuso a la invasión de Polonia y acabó internado en un campo de concentración.
Durante el Tercer Reich, todos estos prohombres se aprovecharon de la arianización de las empresas judías, el eufemismo tras el que se escondía la compra a precio de saldo de los bienes de esos conciudadanos. Von Finck se quedó los bancos austriacos Rotschild y Dreyfuss, por poner uno entre los innumerables ejemplos. Pero lo que convertiría a la mayoría en auténticos criminales de guerra, a ojos de De Jong, fue el uso de mano de obra esclava para sus factorías, aprovechando a los entre 12 y 20 millones de deportados que hubo durante la guerra en Europa. “Gunther Quandt explotó a casi 60.000 personas entre sus empresas de baterías AFA y la armamentística DWM”, recoge el reportero. En la planta del Volkswagen, el coche que Hitler soñó para las clases populares alemanas y que diseñó Ferdinand Porsche, se explotó a más de 10.000 personas.
Cómo lograron conservar sus fortunas
Pese a estas atrocidades, y aunque tras la derrota militar se abrió un período de desnazificación en el país, solo uno de estos cinco grandes empresarios, Friedrich Flick, fue juzgado por el tribunal de Núremberg. Los demás, como Quandt o Porsche, pasaron un tiempo en prisión, pero conservaron la mayor parte de sus activos, excepto los que les fueron expropiados en el territorio soviético. Flick fue condenado a siete años de cárcel por un tribunal norteamericano, por emplear mano de obra forzada y por el saqueo de una fábrica en Francia, una sentencia “extremadamente moderada y conciliadora”, según el fiscal Telford Taylor. Finalmente salió de la cárcel en 1950, después de que se le redujera la pena por buena conducta.
El principal aliado de magnates como Flick fue el gobierno de Estados Unidos. “Los aliados les dejaron quedarse con todo, con sus activos intactos. Eso fue una decisión ideológica del gobierno norteamericano, que a raíz del inicio de la Guerra Fría decidió que los nazis eran historia y que necesitaba una Alemania Occidental económicamente fuerte y democráticamente viable para contener a la Unión Soviética”, describe De Jong.
Con la caída de Hitler, un industrial como Flick, el más rico de la Alemania de los años 30, pudo perderlo todo, pero no solo se libró de perder sus posesiones, sino que en 1960, con el control mayoritario de la automovilística Daimler-Benz (los fabricantes de Mercedes) ya volvía a ser el hombre más acaudalado del país. De hecho, murió en 1972 ostentando este título y dentro del ranking de las figuras más ricas del planeta, junto a Jean Paul Gaultier o el rey de Arabia Saudí. “Él personifica el oportunismo de aquellos industriales y simboliza quienes más se aprovecharon del Tercer Reich”, insiste el autor del libro.
A lo largo del Dinero y poder en el Tercer Reich, De Jong se adentra también en la convulsa relación personal a tres bandas entre Günther Quandt, su mujer, Magda, y el segundo marido de ella, Joseph Goebbels, el ministro de la Propaganda de Adolf Hitler. Estos dos últimos fueron el matrimonio más célebre del régimen nazi hasta que acabaron suicidándose, junto a seis de sus hijos, cuando las tropas soviéticas estaban a punto de entrar en Berlín. Günther y su mujer se pelearon por la custodia de su hijo Harald, al que Goebbels adoraba.
Acabada la guerra, este joven y su hermanastro Herbert heredaron y se repartieron el imperio Quandt. Durante décadas se alejaron de los focos y pasaron por ser exitosos empresarios, especialmente este último, que rescató BMW y la convirtió en la firma que es hoy en día.
Herbert Quandt y Ferry Porsche tienen fundaciones a su nombre
Pero Herbert, como mano derecha de su padre durante el Tercer Reich, tampoco estuvo libre de culpa, aunque actualmente dé nombre a la ‘BMW Foundation Herbert Quandt’, que promueve el liderazgo social mediante financiación de proyectos y premios. El empresario, fallecido en 1982, actuó a la sombra de su padre durante la guerra y construyó un campo de concentración en la Polonia ocupada, desvela De Jong. También fue responsable de un campo de concentración en Berlín con 500 mujeres llegadas desde Sachsenhausen. “Técnicamente, se trata de un criminal de guerra”, sentencia el periodista.
Aun así, su nombre permanece hoy como ejemplo de liderazgo por BMW. Y, a pesar de que la familia encargó una investigación académica muy completa sobre su pasado, a raíz de un documental emitido en 2007, no modificaron su página web hasta hace poco para incluir estos pasajes de su biografía. Fue meses antes de que saliese el libro de De Jong. “Las investigaciones académicas que encargaron fueron suficientes, pero a nivel global han seguido ocultando sus conclusiones”, lamenta. “Ni siquiera estos estudios han alcanzado audiencias relevantes en Alemania, no han sido traducidos a otros idiomas, y sus hallazgos no se hacen explícitos en sus webs, museos, premios…”, argumenta el autor.
El hijo de Herbert, Stefan Quandt, es actualmente el accionista mayoritario de BMW y su fortuna asciende a 18.000 millones de dólares, según Forbes. Bloomberg, por su parte, lo sitúa entre las 100 personas más ricas del mundo en su índice de grandes fortunas globales.
Y algo parecido a Herbert ocurrió con Ferry Porsche, el hijo de Ferdinand –creador del Volkswagen– y el que convirtió la firma de coches deportivos en lo que es hoy. De joven se enroló voluntariamente en las SS y tras la guerra se rodeó rápidamente de antiguos cargos nazis en la ejecutiva de la empresa. “Era un nazi ideológico”, dice De Jong. Pues bien, también él tiene a su nombre la Ferry Porsche Foundation, y en este caso sin mención alguna a su pasado nazi.
Con el paso del tiempo, para resarcir a las víctimas del trabajo forzado, el Gobierno alemán y el estadounidense acordaron crear un fondo de más de 5.000 millones. Fue en 1999. El 60% del dinero lo aportaron firmas como Allianz, BMW, Volkswagen, Daimler o Siemens. Para De Jong, sin embargo, esto no es suficiente. “Un acuerdo económico no implica que asumas responsabilidades”, defiende.
De todos los millonarios herederos que se recogen en el libro, uno falleció el pasado mes de noviembre. Fue August von Finck Junior, hijo del mayor banquero de la Alemania nazi. En 1990 vendió por 370 millones el banco familiar, Merck Finck, a Barclays, y se dedicó a administrar la fortuna resultante desde Suiza. En paralelo, fiel a los valores reaccionarios de su padre, financió a partidos radicales de extrema derecha, además de la CDU y el FDP. Más adelante, Der Spiegel lo describió como uno de los brazos detrás del partido de extrema derecha Alternaive für Deutschland (AfD).
Feijóo clama ahora contra las puertas giratorias en la Justicia que el PP explotó: Mariscal de Gante, Enrique López, Lesmes
El líder del PP se parapeta en una reforma de la Justicia que impida los saltos desde los partidos a los tribunales, que fueron norma en el partido, para mantener bloqueadas la renovación del Poder Judicial y el Constitucional
El Poder Judicial en funciones desafía al Gobierno e incumplirá la ley en la renovación del Constitucional
El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, en una imagen de 2016 con el entonces presidente del Gobierno de Mariano Rajoy, la exvicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y a su espalda el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
Como si fuera el Captain Louis Renault en Casablanca, el Partido Popular ha caído en la cuenta, con sorpresa e indignación, de que en las últimas décadas se ha producido un trasvase habitual de cargos entre los poderes Ejecutivo y Legislativo con el Judicial. Alberto Núñez Feijóo, ahora, y Pablo Casado, hasta que los suyos le echaron, han puesto como condición sine qua non para renovar el caducado Poder Judicial acabar con lo que han dado en llamar “puertas giratorias”, esto es, que responsables políticos no acaben en puestos relevantes de la judicatura. Feijóo se parapeta así en esta reforma, junto a una amplia modificación legislativa que va más allá del gobierno de los jueces, para mantener el bloqueo en el que la derecha ha instalado al Consejo General del Poder Judicial, primero, y al Tribunal Constitucional, ahora.
El PP sume al Poder Judicial en un bloqueo definitivo tras la reforma para renovar el Constitucional
En el PP saben de lo que hablan pues han elevado esta práctica a la categoría de virtud. Empezando por el actual presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes. Designado durante el Gobierno de Mariano Rajoy, cuya mayoría absoluta utilizó el PP para blindar una gran mayoría conservadora en órganos constitucionales, fue dos veces director general en los gobiernos de José María Aznar. Entre 1996 y 2000, de Objeción de Conciencia. Después, hasta 2004, de Relaciones con la Administración de Justicia.
Su paso por el Ejecutivo de la mano del partido que hoy lidera Feijóo no le impidió llegar a la cúspide del sistema judicial español. Lesmes pasó a la Audiencia Nacional, donde el CGPJ de entonces –nombrado durante la mayoría absoluta de Aznar– le ascendió a presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo. Más tarde saltó al Supremo, a la Sala Tercera, también con el apoyo conservador. Allí fue el ponente de la ilegalización de Sortu, que después anuló el Tribunal Constitucional. Y de ahí, a presidir el CGPJ y el Tribunal Supremo.
Este proceso también ha funcionado a la inversa. Alguien que lo ejemplifica muy bien es el senador Fernando de Rosa, quien en una reciente intervención en la Cámara Alta impartió una lección de independencia entre poderes del Estado, mientras acusaba al Gobierno de querer “ocupar” el Tribunal Constitucional. “La renovación del Consejo General del Poder Judicial es el medio para conseguir el fin: nombrar magistrados que se manchen las togas con el polvo del camino, como dijo Cándido Conde-Pumpido”, aseguró sin que le temblara la voz.
Pero, ¿quién es Fernando de Rosa? Es senador, pero antes ha sido muchas cosas. De Rosa es juez y llegó a ser decano en Valencia, cuando ya militaba públicamente en el PP. Después dio el salto a la política. En 2003, Francisco Camps, a quien él mismo afilió a la Alianza Popular de Manuel Fraga, le nombró secretario de Justicia de la Generalitat valenciana. En la siguiente legislatura le ascendió a consejero de Justicia y Administraciones Públicas, pero un año después lo dejó para poner rumbo al Consejo General del Poder Judicial: De Rosa pasó de consejero autonómico del PP a vicepresidente del órgano de gobierno de los jueces. Después volvió a la judicatura: el nuevo CGPJ, que llegó a presidir por los escándalos económicos de Carlos Dívar, lo nombró presidente de la Audiencia Provincial de Valencia. Era 2015. Cuatro años después, Pablo Casado lo fichó para las listas al Senado, en las que llegó a su actual destino.
Son dos ejemplos del histórico trasvase de dirigentes del PP a la Justicia, y viceversa. Dos de muchos. Uno no muy alejado del Senado donde conviven Feijóo y De Rosa sería el de Enrique López. El hoy consejero de Presidencia, Justicia e Interior en el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso negoció en nombre del PP de Casado las fallidas intentonas de desbloquear la renovación del CGPJ.
Pero antes tuvo una dilatada y exitosa carrera judicial que le llevó, en el último tramo, hasta la cúspide de la Audiencia Nacional, concretamente a la por entonces recién creada Sala de Apelaciones del tribunal especializado. En 2001, el PP de José María Aznar, otra vez gracias a su mayoría absoluta, le eligió vocal del CGPJ. En el órgano de gobierno de los jueces fue designado portavoz y se convirtió en uno de los azotes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y de sus avances sociales, con airadas declaraciones oficiales como representante del Poder Judicial contra el matrimonio igualitario, el Estatut de Catalunya, contra la ley de Violencia de Género o la de Memoria Histórica.
Tras abandonar el CGPJ en 2008 siguió su ascenso. Dos años después, todas las comunidades autónomas gobernadas por el PP lo avalaron como candidato al Tribunal Constitucional. Siete años llevaba el PP intentando situar a Enrique López en el tribunal que interpreta la norma fundamental con la oposición del PSOE, que consideraba que no cumplía con los requisitos establecidos. Finalmente, Enrique López se incorporó al tribunal que interpreta la norma fundamental y si las leyes de los distintos gobiernos se ajustan a la misma. Pero el magistrado tuvo que dimitir en 2014 por circular en moto con el triple de la tasa de alcohol permitida.
El caso de Enrique López es paradigmático. Tras su breve paso por el Constitucional volvió a su plaza en la Audiencia Nacional, pero sus propios compañeros le apartaron de los tribunales que juzgarían los casos de corrupción del PP por incumplir el precepto de “apariencia de imparcialidad”. En 2019, Ayuso lo incorporó a su Gobierno. En una entrevista que concedió a La Razón en 2021 dijo: “El PP tiene el apoyo de la mayoría de la carrera judicial”. En la misma línea, hace solo unos días, el nuevo presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, aseguró a El País: “Los juristas somos casi todos conservadores”.
Hay otros casos anteriores, como la ministra de Justicia del primer Gobierno de Aznar, Margarita Mariscal de Gante, quien llegó al Consejo de Ministros tras convertirse en la primera mujer elegida como vocal del CGPJ, en 1990 y a propuesta del PP. Mariscal de Gante fue diputada del PP por Albacete entre 2000 y 2004. Después fue designada, también a propuesta del PP, para el Tribunal de Cuentas, donde fiscaliza las finanzas de todos los partidos, incluido el PP. O José Merino Jiménez, quien pasó de director general de Relaciones con la Administración de Justicia de la Comunidad de Madrid presidida por Alberto Ruiz-Gallardón a ser elegido vocal del CGPJ a propuesta del PP, durante la mayoría absoluta de Aznar.
El PP considera al Gobierno “abusivo”
Con esta mochila a cuestas, el PP de Feijóo ha hecho de la independencia judicial el parapeto para no acceder a renovar el CGPJ, cuyo mandato va camino de los cuatro años caducado. Un bloqueo que inició el PP de Casado (a cuya dirección pertenecía Enrique López) y que se ha extendido al Tribunal Constitucional, que tiene cuatro vacantes desde el pasado mes de junio.
El sector conservador del Poder Judicial ha decidido boicotear los nombramientos que le corresponden por orden de la Constitución de 1978. Y, sin esas designaciones, el Gobierno no puede acometer las suyas, pues van de la mano según la norma fundamental del Estado.
El proceso conduciría a la natural alternancia que se da en los altos órganos constitucionales y que, según quisieron quienes redactaron la ley fundamental y quienes la ratificaron en referéndum, debe responder en cierta medida a la representación popular en las Cortes Generales y el Gobierno. Así ha sido hasta ahora con el bloque conservador, que incluso ha llevado su control mucho más allá de lo establecido legalmente.
Pero esto al PP le parece “abusivo”. Así lo ha dejado escrito el vicesecretario de Política Institucional, Esteban González Pons, uno de los dirigentes que más influencia ejerce sobre Feijóo, en una carta remitida este jueves a su contraparte en el Gobierno, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
Pons personaliza la estrategia de bloqueo del Poder Judicial, heredada de Casado y aumentada por la nueva dirección. Él ha dado por rotas las negociaciones, las ha recuperado o ha justificado las negativas de su partido a cumplir el mandato constitucional. Es el mascarón del PP en su supuesta travesía hacia la independencia judicial. El mismo González Pons que ejercía de vicesecretario de Estudios y Programas del partido cuando, en 2013, Rajoy usó su mayoría absoluta para reducir las mayorías necesarias para renovar el CGPJ sin la oposición. Como diputado, votó a favor de la reforma.
En la misiva, Pons (en nombre de Feijóo) reitera las condiciones del PP para acceder a cumplir la Constitución y la ley. Unos requisitos que van más allá del propio CGPJ y atañen, por ejemplo, a las “puertas giratorias” entre la política y la Justicia. O a la Fiscalía General del Estado. A las oposiciones para acceder a la judicatura (preparadores que cobran en B y clasismo mediantes), pero para que no se modifiquen en este caso. O a eliminar el papel de los parlamentos autonómicos en la designación de magistrados de los tribunales superiores de justicia regionales.
Una colección de requisitos que en el PP consideran “de mínimos” y que siempre han considerado un todo que el Gobierno debe aceptar como condición previa de que Feijóo y los suyos se sienten a negociar. Un intento de convertir sus 88 diputados en una mayoría suficiente para cambiar leyes que los otros partidos no desean modificar.
El PP no ha dudado incluso de utilizar a las instituciones europeas en su cruzada y, aunque desde la Comisión Europea sí se “recomienda” a España que transite hacia un CGPJ más independiente de los partidos, la última vez que se pronunció fue clara: primero, renovación del Poder Judicial; y luego, debatir la reforma. Con todo, en su última ofensiva después de que Carlos Lesmes haya amenazado con dimitir al frente del gobierno de los jueces, Pons ha remitido sendas cartas a la vicepresidenta europea encargada de Valores y Transparencia, la checa Vera Jourová, y al comisario de Justicia, el belga Didier Reynders.
Menos de 10 años después de modificar la ley para dejar sin maniobra a la oposición y nombrar un CGPJ afín declarado en rebeldía, el PP ha descubierto con escándalo, como Renault en el Rick’s Cafe, que “aquí se juega”, es decir, la connivencia entre políticos y altos cargos judiciales. En la película antinazi rodada en 1942, el jefe de la policía clausura el local de juego mientras recibe su parte de las ganancias. Una metáfora que se acomoda como un guante a la situación de la justicia española 80 años después.
Toni Cantó ficha como presentador de 7NN, una televisión próxima a Vox
El hasta ahora director de la Oficina del Español de la Comunidad de Madrid, puesto que ocupa desde junio del año pasado, ha comunicado que abandona para «iniciar en breve un nuevo proyecto profesional».
A lo largo de este último año, Cantó ha sido blanco de múltiples críticas debido a la dudosa utilidad del departamento que comandaba por expreso deseo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Una labor por la que ha recibido un salario que ha rondado los 75.000 euros brutos anuales.
Cantó inició su carrera como actor de televisión y cine. De las pantallas saltó a la arena política de la mano de UPyD, para posteriormente pasar a engrosar las filas de Ciudadanos, partido en el que fue diputado del País Valencià.
En marzo de 2021, Cantó abandonó todos sus cargos en el partido e instó a la formación naranja a «ir con el PP a las elecciones» en la Comunidad de Madrid. Sin embargo, un mes más tarde, el Constitucional le expulsó definitivamente de las listas del PP para los comicios del 4 de mayo de 2021 debido a que no cumplía los requisitos exigidos por la ley al no estar empadronado en la comunidad.
Tras la amplia mayoría cosechada en las elecciones, Ayuso optó por remodelar la estructura de Gobierno en la comunidad, creando de este modo la dirección de área de la Oficina del Español, donde recalaría Cantó hasta que, este jueves, comunicara su «intención de iniciar en breve un nuevo proyecto profesional».
Oncólogos alertan de que la polución genera cáncer de pulmón en no fumadores
Un estudio revela que las partículas que se encuentran en los tubos de escape de los vehículos y el humo de los combustibles fósiles promueven cambios cancerosos.
La contaminación del aire y las partículas vinculadas al cambio climático favorecen la aparición de cáncer de pulmón en personas no fumadoras, según una investigación presentada este sábado en el congreso que la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) celebra en París.
Los tres pies al gato | ‘Manzanas traigo (soviéticas)’, por Ana Pardo de Vera
Que las distribuidoras tengan beneficios es bueno para la economía española. Lo que no es justo es que todos esos beneficios se pongan solo en una cesta o se obtengan a costa del sufrimiento y la precariedad de otros y otras. ¡Bienvenido al CANAL de Youtube de Público! Periodismo, investigación y compromiso para construir un mundo más igualitario.