Según apuntan varios medios, uno de los exeurodiputados detenidos habría recibido sobornos y regalos de Rabat.
Al parecer, el exeuroparlamentario italiano Pier Antonio Panzeri habría recibido sobornos tanto de Catar como de Marruecos, que intentaban de este modo influenciar las decisiones políticas de la Eurocámara. El embajador de Rabat en suelo catarí sería el repartidor de los presentes. Panzeri, detenido hace unos días junto a Eva Kaili, vicepresidenta del Parlamento Europeo, mantuvo vínculos con las altas esferas marroquís durante su etapa en Bruselas, entre 2004 y 2019.
En estos 15 años, el italiano fue miembro de la subcomisión de Derechos Humanos del organismo europeo y de la delegación responsable de las relaciones con los estados del Magreb. El exeurodiputado es, además, el fundador y presidente de la organización sin ánimo de lucro Fight Impunity, en la que trabajaba Francesco Giorgi, compañero sentimental de Eva Kaili.
Según apuntan los investigadores belgas, dos familiares de Panzeri habrían ayudado al socialdemócrata a transportar los regalos que recibía de las autoridades marroquís en Catar. El país, cuya selección de fútbol es la primera africana que llega a semifinales de un Mundial de fútbol, tendría un objetivo conjunto con el emirato: lavar la imagen catarí de cara a la acogida de la competición deportiva.
Las autoridades europeas, avergonzadas
Desde que el escándalo se hizo público, en Bruselas no se habla de otra cosa. Tanto Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, como Roberta Metsola, que ocupa el mismo cargo en el Parlamento Europeo, han condenado los hechos. Ambas han anunciado una amplia investigación interna, en la que «no habrá impunidad y no se barrerá nada debajo de la alfombra», según palabras de Metsola. Por lo de ahora, cinco personas han sido detenidas.
Con estas medidas, las autoridades europeas pretenden llegar al último eslabón del tejido de sobornos. El proceso, que pretende impulsar la transparencia de sus instituciones, quiere destapar qué entidades tienen acceso a las instalaciones parlamentarias y quién financia a todos aquellos que ofrecen obsequios o dinero a cambio de influencia. Los líderes de los principales grupos políticos con representación en la Unión Europea han salido en masa a defender la honradez de la «inmensa mayoría» de los rostros que se mueven por el Parlamento Europeo y coinciden en que la institución no puede verse lastrada por «unas pocas manzanas podridas».