Decirte Rubén que en las cenas familiares no se habla de política por las indignantes respuestas que recibes de personas que aprecias y que hacen tambalear las relaciones. Supongo que como a mi , también estará ocurriendo en demasiadas familias y esto es aún más grave porque el silenciar no hace evolucionar y ahí seguimos , estancados en el régimen del 78. Gracias por tu aportación y esperemos que no nos dividamos aún más.
Día: 26 de diciembre de 2022
Once escenarios de revolución y de represión franquista que apuntalan la memoria del barrio zaragozano de Torrero
El Gobierno de Aragón consagra el caudal memorialista del barrio zaragozano, cuna y casa de líderes libertarios antes de que una checa falangista, la cárcel provincial y el uso de la tapia del cementerio como paredón lo convirtieran en el núcleo de la persecución de republicanos en la capital aragonesa.
Tras un trabajo de dos años en el que han participado las asociaciones de vecinos de La Paz y de Venecia-Montes de Torrero y la asociación cultural el Cantero, además de Armha y de expertos como Agustín Martín, uno de los mejores conocedores del mundo libertario, el Gobierno de Aragón ha declarado como Ruta de Memoria Democrática el itinerario «Torrero, espacio de memoria«, conformado por once espacios emblemáticos tanto del movimiento libertario, que tuvo en ese barrio uno de los principales focos de efervescencia de la capital aragonesa en los años 20 y 30 del siglo pasado, como de la represión de los republicanos a manos de los sublevados en los meses, más bien años, que siguieron al golpe de julio de 1936.
La ruta «supone un recorrido por varios lugares vinculados a la memoria democrática y la historia del barrio durante la primera mitad del pasado siglo», señala la orden de la Consejería de Cultura que declara el espacio memorialista, y que llega un año después de que un decreto reconociera como Lugar de Memoria uno de los hitos del itinerario: la tapia trasera del Cementerio de Torrero, «en la cual tuvieron lugar numerosos fusilamientos durante la Guerra de España de 1936-1939 y la posterior dictadura franquista».
«Estamos para contar la memoria de los vencidos», anota Gómez, para quien el memorial de las víctimas de la sublevación y la dictadura ubicado en ese mismo cementerio «es un poco como la conciencia de la ciudad», ubicado cerca de unas tapias que «fueron el último lugar en la vida de muchas personas».
«Estamos para contar la memoria de los vencidos que es un poco como la conciencia de la ciudad»
Según las investigaciones del historiador Julián Casanova, en Zaragoza murieron 3.544 personas a manos de los sublevados y de los represores franquistas, dos de cada cinco del total de 5.523 represaliados identificados en todo Aragón. La actividad de veinte juzgados militares enjuiciando a civiles durante varios años tiene bastante que ver con la magnitud de esa cifra.
La ruta acaba siendo la suma de varios itinerarios con entidad propia que recogen la historia, más reciente que pasada, de un barrio de algo más de 35.000 habitantes que, situado en la zona más elevada de la ciudad y rodeado por la estepa hacia el sur y por el Canal Imperial al norte, siempre ha tenido una idiosincrasia particular, la misma que llevó al distrito a ser coloquialmente conocido como la ‘República Independiente de Torrero’ medio siglo después de haber sido ‘Torrerico Libertario’ en los años 20 y 30 del año pasado.
Torrerico Libertario, un barrio de tradición anarquista
«Torrero fue cuna de dirigentes de la CNT y de la FAI (Federación Anarquista Ibérica), como Joaquín Ascaso, entre otros. Y ese poso ha quedado en el imaginario del barrio, que siempre ha sido obrero y de ideología muy libertaria», señala Martín, que recuerda cómo años después, en los 70, los pinares de Venecia acogerían varias de las clandestinas asambleas iniciales del sindicato CCOO, alguna de ellas finalizada con la irrupción de la Policía.
La ruta incluye la casa del número 29 de la calle Alicante, donde vivió Ascaso, «un importante dirigente histórico anarquista, natural del barrio de Torrero que llegó a ser primer secretario nacional de la CNT (1933), que participó en la derrota de los golpistas en Barcelona el 20 de julio de 1936 y que más tarde sería Presidente del Consejo Regional de Defensa de Aragón (6 octubre 1936 – 11 agosto 1937)», recoge la orden. Moriría en el exilio en Caracas en 1977.
El Consejo de Aragón, un gobierno de corte libertario que durante diez meses y en plena guerra controló la mitad oriental del país y que se inspiraba en la experiencia insurgente que el Ejército Negro de Néstor Majnov había implantado en Crimea y el Donbás entre 1928 y 1921, fue el primer referente de autonomía aragonesa en varios siglos y tras abortar el proceso estatutario de 1936 con la sublevación militar.
La casa de la familia Muñoz Laviñeta, Antonio y Pilar, incluida también en la ruta y ubicada en el número 4 de la actual Calle Joaquín Ascaso Budría, fue uno de los centros más activos de ese universo libertario de Torrero. Colaboró en su construcción el líder anarquista Buenaventura Durruti, quien «estaba muy relacionado con la familia y seguramente se alojó un tiempo allí», anota Martín.
Los Senderos de Libertad de Los Hijos de la Noche: 300 vidas salvadas monte a través
Se trata de una de las historias más audaces, y al mismo tiempo desconocidas, de los libertarios de Torrero: la ruta de evasión con la que un grupo de ellos logró extraer del barrio entre octubre de 1936 y enero de 1937 a «más de 300 personas» de militancia izquierdista que permanecían ocultas ante la certeza de que, de ser interceptados, iban a ser víctimas de la represión de los sublevados.
Una de las historias más audaces de los libertarios de Torrero es la ruta de evasión por la que más de 300 militantes de izquierda lograron escapar
Los Hijos de la Noche fue un grupo guerrillero fundado por Agustín Remiro, de Épila; el zaragozano Pascual Alda, alias Cucalón; Juan Bautista Albesa, alias Batista o Batiste, procedente de Valderrobres (Teruel), y José Antolín, que coincidieron en Fuendetodos, el pueblo natal del pintor Francisco de Goya, después de haber podido escapar de los sublevados y tras tomar esa localidad las columnas anarquistas y de ERC y de Estat Català salidas de Barcelona y Valencia a finales de julio.
Los cuatro, junto con un grupo variable de colaboradores del que solían formar parte Ramón Rufat y Martí Gallart, llegaron a realizar cinco evasiones por una ruta monte a través de alrededor de 40 kilómetros que discurría, entre Fuendetodos y Zaragoza, por las Planas (estepas) de María de Huerva y las de la capital y por los Montes de Torrero, en todos los casos con la misma operativa.
«Se adentraban en la ciudad de noche e iban a casas de conocidos. Permanecían unos días, cuatro o cinco, mientras preparaban la salida, que también era de noche», con los evadidos, que eran entre diez y cincuenta en cada ocasión, explica Martín, que anota que «inicialmente iban a sacar libertarios, pero también salían republicanos y socialistas, que igualmente estaban ocultos para eludir la represión».
El dispositivo, a uno de cuyos impulsores atribuye el escritor Diego Abad de Santillán la frase «soy guerrillero, y como mucho lo único que podemos perder es la vida», dejó de operar cuando en el sexto intento un error de orientación hizo que algunos miembros de Los Hijos de la Noche fueran sorprendidos por fuerzas sublevadas.
La Diputación de Zaragoza estudia a propuesta de Armha señalizar el itinerario de 41 kilómetros entre Fuendetodos y Torrero que desde hace unos años sigue la marcha conmemorativa ‘Senderos de Libertad’, una caminata nocturna que sale de la primera de esas localidades a las siete de la tarde para llegar al barrio zaragozano a mediodía.
El cementerio y su tapia trasera, la antigua prisión provincial y su laurel
La antigua prisión provincial y la tapia trasera del cementerio de Torrero, un complejo que incluye otros espacios incluidos en la ruta como los memoriales erigidos en 1980 y 2010, una fosa común y el monumento en recuerdo de las víctimas navarras del Tercio Sanjurjo, fueron, como apuntaba Gómez, responsable también de la Casa de la Memoria Democrática situada entre ambos, el último trayecto que recorrieron miles de zaragozanos: del encierro a la muerte.
La prisión de Torrero fue un «lugar emblemático de la represión sufrida en Zaragoza durante la Guerra de España y la posterior dictadura franquista»
La prisión de Torrero fue un «lugar emblemático de la represión sufrida en Zaragoza durante la Guerra de España de 1936-1939 y la posterior dictadura franquista», indica la orden, mientras que la tapia trasera del cementerio añadió a su estigma de escenario de represión el de haberse convertido, aunque sin reconocimiento oficial, en una de los espacios en los que rebrotó la secular tradición pacifista de la capital aragonesa: los fusileros «tiraban sin apuntar o apuntando a la pared, o a partes del cuerpo cuya herida no pudiera ser mortal«; es decir, que disparaban a no matar.
Así lo recuerda en sus memorias Gumersindo Estella, capellán de la cárcel de Torrero durante tres décadas, que narra cómo esa mala puntería de los soldados, relativamente habitual en todo el país y bajo distintas banderas pero especialmente frecuente en Zaragoza, derivaba, no obstante, en agónicas prolongaciones y repeticiones de las ejecuciones que solían terminar con los oficiales que mandaban los pelotones descerrajando tiros de gracia sobre víctimas malheridas y agonizantes.
Este bloque de la ruta memorialista incluye una referencia a El Laurel, el árbol que desde el patio de la prisión «fue símbolo de libertad para los presos» por tratarse de «algo que sobrepasaba libre las tapias de la cárcel» y que, de no haberse secado, seguiría en lo que hoy es la Plaza de la Memoria de Torrero.
La ruta memorialista incluye una referencia a El Laura, el árbol que desde el patio de la prisión «fue símbolo de libertad para los presos
«En la zona sobre la que se construyó la cárcel [en 1928] había habido unos viveros municipales de los que quedaría algún retoño que fue creciendo y que los responsables de la cárcel y los presos optaron por cuidar», explica Martín. El Laurel empezó a morir cuando las nevadas del invierno de 2001 a 2002 hicieron que, por el peso de la nieve, se desgajara una de sus ramas principales.
La checa falangista, la cárcel de gudaris, el cuartel sublevado y el ejemplo italiano
Los otros cinco puntos que completan la ruta tienen que ver con los sublevados, para quienes resulto clave para hacerse con el control de la ciudad en los primeros días del golpe la «activa participación» del antiguo cuartel de caballería de Castillejos, situado en el Paseo del Canal, y que utilizarían como polvorín las dependencias de la fábrica de yesos López, cuyo bombardeo por la aviación republicana el 5 de noviembre de 1937 «tuvo efectos devastadores no sólo en las viviendas del barrio sino también en el edificio de la Prisión de Torrero», recuerda la orden.
El grupo escolar Luis Vives, albergó durante la guerra un hospital de campaña, además de ser «utilizado como centro penitenciario de tercer grado destinado a los ‘gudaris’ vascos apresados en los frentes de combate«, mientras que el chalet de estilo racionalista del doctor Matías Bergua, en el Paseo de Ruiseñores, fue convertido en una checa.
«Albergó uno de los más siniestros centros de represión falangista», recuerda la resolución, que añade cómo fue «dirigido por el siniestro coronel del Estado Mayor y miembro del secretariado político de Falange, Darío Gazapo» y cómo allí, entre otros, «fueron torturados, antes de ser posteriormente asesinados por los sublevados, entre otros, Ángel Vera Coronel (Gobernador Civil de Zaragoza) y Manuel Pérez-Lizano (Presidente de la Diputación)».
«Los cuerpos aparecían después en el canal. Los tiraban allí mismo, al lado de donde los torturaban y asesinaban», explica Martín, que recuerda cómo uno de los motivos por los que el levantamiento militar cogió con el pie cambiado a buena parte del anarquismo zaragozano fue la confianza de uno de sus líderes, Miguel Abós, en la palabra del gobernador militar, su compañero de logia el general Miguel Cabanellas, cuando le insistía en que si algo ocurría permanecería leal al Gobierno.
Completa la Ruta de Memoria el Sagrario Militar Italiano, en el número 10 del Paseo de Cuéllar, un complejo funerario propiedad de la República de Italia construido entre 1942 y 1945 que conserva los restos de 2.867 ciudadanos de ese país que murieron luchando en la guerra civil española, 22 de ellos brigadistas garibaldinos.
Rufián desnuda a Felipe VI (y su aparente neutralidad) con una foto: «No hay que olvidar nuestros orígenes»
Hacer memes del discurso que el rey pronuncia el día de Nochebuena ya es una tradición para la generación progresista de este país. Tener un móvil en mano y una gran imaginación es pura dinamita en Navidad, y más si eres uno de los políticos que conduce a más convulsiones entre las filas conservadoras. Por supuesto, hablamos de Gabriel Rufián, que no ha dejado pasar la oportunidad (en realidad, nunca, en ningún año, la deja pasar) de recordar al más puro estilo suyo que no hay tradición más republicana que lanzar un par de tuits poniendo colorado al monarca.
Su cometido, esta vez, ha sido evidenciar con únicamente cuatro fotos que hay cosas que no sirven para nada, como un caja fuerte de cartón, una cacerola con dos mangos a la izquierda, o…
Y no, no acaba aquí. El líder de Esquerra Republicana quiere hacer el mayor y mejor uso de sus redes sociales. ¡Que es una vez al año, hombre! Ahora, deja a los internautas una postal magnífica, recordando que en estos tiempos de jolgorio y memoria, nadie debe olvidar de dónde procede ni cuáles son sus orígenes, y así lo ha querido enmarcar.
El humor pícaro de Rufián, aunque es conocido por todos, no es plato que se sirva todos los días del año. Toca esperar 364 días para conocer su próxima ocurrencia sobre el discurso ya obsoleto del monarca Felipe VI. ¡Gabriel les desea una feliz Navidad!
En Belén, y en el resto de Palestina, no es noche de paz
Cuando apareció Belén nada tenía que ver con ese lugar idílico imaginado: era una ciudad cercada por un muro coronado por torretas de vigilancia
Esta frase del encabezamiento podría parecer un sarcasmo, pronunciada en el próspero Occidente, pero en Belén no cantan los ángeles como en el conocido villancico, y en Beith Sahur el ángel no se aparece a los pastores sino más bien anuncia la inquietante llegada de alguna patrulla para detener de nuevo a la cooperante española de los Comités de Salud.
Belén, al igual que toda Palestina es una localidad maltratada por la ocupación del sionismo israelí. Y la música que a veces se escucha, no es la de ángeles cantores sino el zumbido de algún dron israelí vigilando a sus habitantes y, en su caso, lanzarles su mortífera carga.
A medias de escribir este artículo me encontraba en el centro de la ciudad para comprar los regalos habituales de estas fechas; era mediodía y, para marcar la hora, el carillón de una entidad bancaria, entonó la melodía del conocido villancico “Noche de Paz”; en ese momento experimenté una conmoción ¡Qué noche de paz les espera a los palestinos de la zona de Belén, pendientes en todo momento de la detención de alguno de los suyos! ¡Qué ”dulce navidad”, como dice otro villancico, pasarán los miles de prisioneros palestinos encarcelados, muchos de ellos niños, por ejercer el derecho a resistir la ocupación!
Mientras en la ciudad de Belén donde nació Jesús habita el temor, por el contrario, en nuestra Arcadia feliz, los poderes municipales, la mayoría ajenos al asesinato en el presente año de más de doscientos palestinos, pujan por quien tiene la ciudad más engalanada y el abeto más alto y luminoso y, como es costumbre, masas de población, anestesiadas por el consumismo, recorriendo los establecimientos comerciales tras el señuelo de la “elegancia social del regalo”. En las ceremonias religiosas se habla de Belén, del Niño Dios, de la cueva y el pesebre, de la adoración de los pastores, de los Magos, pero pasan de largo ante el drama en que vive la población de Belén y por extensión de toda Palestina, en especial de Gaza, la más maltratada.
Pero para mejor conocer la realidad de quienes viven en Belén y por extensión en la tierra palestina, nada mejor que el viaje que hicimos a esa tierra, con los sentidos bien abiertos para ver lo que allí se cocía.
Un aperitivo comenzó en el aeropuerto de Barajas, con los interrogatorios de agentes del Mosad sobre el motivo de nuestro viaje y otras lindezas similares. Y a la llegada, en el aeropuerto Ben Gurión, más de lo mismo, en este caso de un agente que hablaba español con acento sudamericano.
Las molestias prosiguieron al dirigirnos a Belén teniendo que pasar por puestos y más puestos de control; y al final cuando apareció Belén, nada que ver con ese lugar idílico imaginado: era una ciudad cercada por un muro coronado por torretas de vigilancia.
En compañía de nuestra amiga Maha, presidenta de los Comités de Mujeres, asistimos a la misa de la Natividad, en la impresionante basílica de base romana y fábrica bizantina. La ceremonia fue la habitual de la iglesia ortodoxa con todo el boato de sus coronas, nubes de incienso y la interminable salmodia de su liturgia; una ceremonia a la que no faltó como es costumbre la máxima Autoridad Nacional Palestina.
Los días sucesivos estuvimos recorriendo Palestina en compañía de nuestra amiga Tahrir; a lo largo de aquel periplo, pocos episodios más impactantes que la mirada triste de los niños. Nos afectó sobremanera un grupo de muchachos que posaron ante nuestra cámara con una bandera palestina; fue cuando el mayor de ellos señalando al más pequeño comentó con tristeza: “¡su padre está en la cárcel! También estuvimos en casa de Imán una mujer que iba a pasar estas fiestas con la única compañía de sus tres niños porque su marido estaba en prisión administrativa. Durante el recorrido por Palestina, en que visitamos gran parte de Cisjordania, nuestro vehículo tuvo que marchar en ocasiones campo a través entre olivares para sortear a las patrullas israelíes, y soportar los desagradables “check points”. Estuvimos en los territorios limítrofes con Israel donde los palestinos nos relataron que los colonos de los asentamientos disparaban contra ellos durante la recolección de la aceituna.
Aquellos hombres y mujeres no nos hablaron de fiestas, sino de ocupación, de humillaciones permanentes, de los cortes de agua y de electricidad, de las mujeres que tuvieron que parir en un control. Y lo peor de todo: los asesinatos selectivos y masivos; nos quedó grabada sobre todo una frase de Tahrir: “No te toparás a un palestino que no tenga familiares, conocidos asesinados, encarcelados o que hayan sido expulsados teniendo que malvivir en los campos de refugiados.
En compañía de Maha tambien estuvimos visitando las escuelas infantiles de la red Ghasan Kanafani, donde se imparte educación laica y amor a Palestina, y conocer la labor de empoderamiento que los Comités desarrollan con las mujeres; tampoco faltaron las visitas institucionales al alcalde de Belén y al arzobispo Teodosios Attala Hanna, defensores de los derechos de su pueblo.
A la hora del regreso, en el aeropuerto, registros e interrogatorios por parte de los agentes sionistas. Antes de tomar el avión, no pude por menos que recordar esa bella parábola del Buen Samaritano, con tanto simbolismo, sólo que en este caso el malhechor es el sionismo israelí, la víctima a quien han maltratado y expoliado es el pueblo palestino y el sacerdote y el levita que pasan de largo, los jerarcas, indiferentes ante este drama.
Israel justifica su codicia con el argumento falaz de que Palestina era una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra; si era una tierra vacía ¿por qué en 1948, mediante el terror, expulsaron a 750.000 palestinos, y les arrebataron sus bienes? Y en este momento insisten en la ocupación con el argumento religioso de que Yavéh les concedió ese territorio. Pero ¿acaso han podido mostrarnos la firma del Supremo Hacedor en registro alguno de la propiedad? todo lo contrario que los palestinos con las escrituras de sus bienes arrebatados.
Pasados unos años de aquel viaje memorable, observo con indignación el doble rasero con que los países occidentales y la mayoría de los musulmanes tratan la ocupación de Palestina si la comparamos con la de Ucrania. En este caso no aplican sanciones contra el ocupante, incluso tienen con Israel acuerdos preferenciales, y, tampoco apoyan a los palestinos para que ejerzan su derecho a resistir.
Israel ha ignorado las sucesivas resoluciones de la ONU exigiendo el retorno de los refugiados y la devolución o compensación por los bienes arrebatados ni la obligación de retirarse de los territorios ocupados. Ha hecho caso omiso de la resolución de la Corte Internacional de Justicia declarando ilegal el Muro del Apartheid y tampoco parece disuadirlos las manifestaciones de Amnistía Internacional calificando la ocupación de ”Cruel sistema de dominación y crimen de lesa humanidad”.
Al contar con el apoyo de los mandarines de la Tierra, se sienten impunes; llegan al extremo de criminalizar la cooperación que está aliviando la existencia de los palestinos incluso han asesinado a periodistas como Shireen, en un intento de silenciar lo que allí sucede.
Martin Luther King observando las maldades que se estaban cometiendo, no pudo por menos de exclamar: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.
La Navidad sin Dios MARTA NEBOT
Una mujer observa las luces navideñas que iluminan las calles.- Pixabay
La Navidad en este país podría tener los días contados. No se asusten. No se abracen al árbol. De momento, es solo una hipótesis, aunque tenga bases estadísticas muy sólidas.
En las dos últimas décadas, los no creyentes en España nos hemos triplicado. En los dos últimos años, tras la pandemia, hemos crecido más de un 10%. Según el último barómetro del CIS, ya somos el 39,4% entre agnósticos, indiferentes y ateos. Si seguimos la progresión del último año, podríamos ser más no creyentes que creyentes en poco más de cuatro. Entre los menores de treinta y cinco ya rozan el 60%. Así que es solo cuestión de poco tiempo. Este cambio trascendente llegaremos a verlo.
Hay otro dato llamativo sobre los católicos patrios. La Iglesia Católica Española cada año recauda más a través de su casilla en las declaraciones de la Renta, a pesar de que cada vez son menos. Según un estudio de la Fundación Ferrer i Guàrdia, en los últimos veinte años ha caído más de un 25% el número de contribuyentes que la marcan, pero su recaudación por esta vía se ha casi triplicado: 97 millones en 1998, 261 en 2018. Es decir, no es solo que cada vez haya menos católicos en España, es que los que quedan cada vez son más millonarios.
Y con esto no pretendo llamar al odio al católico, ni mucho menos. Lo que quiero decir es que estoy convencida de que cuanto menos creamos en cuentos de hadas, en otra vida, en los pecados y en su perdón arbitrario, más trabajaremos en serio para mejorar la vida que de verdad tenemos, la construida a lo largo de la historia, la herencia más importante que nos dejaron y dejaremos. Ya está bien de quimeras más o menos divinas. Tenemos el mundo que nos merecemos.
Y, dicho todo esto y volviendo a las fechas que nos ocupan, ¿qué pasará con ellas cuando seamos más los no creyentes que lo contrario? ¿Dejaremos de hacer las cosas que hacemos en estos días? ¿Se apagarán las luces? Teniendo en cuenta el incremento exponencial de las iluminaciones navideñas de los últimos años, se diría que todo lo contrario.
Parece que la parafernalia navideña nos gusta a casi todos aunque la Navidad para los no creyentes sea una especie de dilema no resuelto.
Conozco a algunos que saben darle sentido a ir contra la corriente tan navideña como consumista. Viven este periodo haciendo todo lo contrario de lo que hacemos el resto. Sin duda, son más coherentes. Más militantes, podría decirse. Sin embargo, me pregunto si su sacrificio, en caso de que lo sea, sirve o no para algo. A nadie le gusta ser el Grinch de la Navidad, salvo a los que lo son a tiempo completo. La mayoría queremos a gente que cree y queremos que nuestros hijos crean en algo y, para eso, los ritos son importantes. ¿Por qué no intentar reinterpretarlos y hacerles ver que, aunque tienen un origen religioso, van mucho más allá que cualquier credo? ¿Qué tiene de malo ponernos de acuerdo para desearnos buenos deseos, para tener buenos propósitos, para mostrar nuestro presunto mejor yo?
Hay quien cree que eso es una manera de plegarnos al poder omnímodo de la religión más poderosa del globo. Algo de eso hay, por supuesto; pero, más allá de que ellos marcaran la fecha, lo cierto es que hacerlo juntos lo hace más significativo. Genera un sucedáneo de paz que, aunque momentánea y de mentirijillas, nos deja su regusto en la memoria, que sin estas fiestas quizá no existiría. ¿Qué daño puede hacernos marcar un tiempo de amor compartido? ¿No es también dar satisfacción a los que lo impusieron negarnos este gusto, aniquilar los ritos como si solo pudieran ser suyos?
Hagámosla nuestra. Ahora sí, abracemos el árbol, pongámoslo más bonito, más pagano, recuperemos todas esas celebraciones de las que los cristianos se adueñaron, celebremos un año más y un año menos, celebremos lo aprendido sobre vivir mejor, aprendamos a mejorar en eso, a disfrutar en serio, a distinguir lo realmente importante de lo accesorio, a valorar el tiempo y el buen uso de ese nuestro bien más valioso, recordemos que es lo mejor que podemos regalar a los que queremos.
La vida es tan bonita, joder; es tan bonita que no nos hace falta creer en otra; creamos en repartir con justicia lo que tenemos; dejemos de creer en propinas y en limosnas; hagamos planes para aquí y ahora; no nos dejemos engañar por promesas de planes póstumos; vivamos, coño, y vivamos juntos, que no nos roben ni la navidad ni la comunidad ni los sueños; que no nos roben nada de todo eso que ya estaba aquí antes que ellos.
«Buena noticia, mala para la derecha»: las reacciones al artículo de ‘The Economist’ que pone a España como cuarto país en evolución económica
Informarse sobre la economía en la España de la absoluta división en todo es como leerse un ‘Elige tu propia aventura’. Si uno escucha al Gobierno, lógicamente todo va fetén. Pero si uno escucha a la derecha y sus medios, más vale ir buscando un búnker y haciendo acopio de alimentos duraderos porque vamos a morir todos.
Así que lo mejor es mirar las señales. Una de ellas es la que ha llegado desde la prestigiosa revista británica The Economist, que ha situado a España como el cuarto país, junto con Israel, de una lista de 34 Estados miembros de la OCDE con mejor evolución económica.
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¿Pero no hablaba Feijóo de pre-quiebra?
Unas previsiones que no concuerdan especialmente bien si se comparan con las que se ven en los medios económicos de por aquí.
Estas son algunas de las reacciones en las últimas horas al artículo de The Economist.
Que la cosa podría ir mejor es algo que no se le escapa a nadie cuando ve lo que han subido los precios y lo compara con los sueldos, pero artículos como este y previsiones como la última del Banco de España no casan bien con el discurso catastrofista de los de Feijóo.
jose miguel fleitas medina
hace 2 horas