En imágenes: Islam y Cristianismo se abrazan en Vaticano

Papa Francisco se reúne con clérigos musulmanes en Vaticano. (Foto: Vatican News)

El papa Francisco se reunió en el Vaticano con Seyed Abolhasan Navab, decano de la Universidad para Religiones y Confesiones Religiosas de Irán, 11 de marzo de 2023.

El clérigo iraní, a la cabeza de una delegación de expertos en religión, viajó a la Ciudad del Vaticano, donde tuvo una cita con el sumo pontífice. Durante la reunión, en la Pontificia Academia Mariana Internationalis (Pami), Navab explicó las actividades de la universidad que preside en la santa ciudad iraní de Qom (centro).

Foto: Vatican News

 

La misión de la Universidad de Religiones y Confesiones Religiosas es analizar las enseñanzas de todas las religiones en pos de difundir la paz y la amistad en el mundo, dijo el clérigo musulmán.

Por su parte, el líder de la Iglesia católica alabó las relaciones entre el Islam y Cristianismo como los lazos más estrechos que nunca; lo que a su juicio se debe a los valiosos esfuerzos de todas las personas que se han dedicado a cristalizar este importante asunto.

Foto: Vatican News

 

Respecto a las obras publicadas por la Universidad de Religiones y Confesiones Religiosas, el líder de los católicos expresó su sorpresa de que contengan “la misma misión de los profetas a la hora de explicar la revelación divina”.

Las partes acordaron firmar un pacto de colaboración bilateral entre la Universidad de Qom y Pami para difundir la cultura del diálogo en las escuelas. Apoyamos la creación de la cátedra del Cristianismo en la Universidad de Religiones y Confesiones Religiosas en Qom, subrayó el papa.

Foto: Vatican News

 

mrg/ncl/mkh

Fraude en Almería, la huerta de Europa: más de 14 millones en sanciones y 11.000 trabajadores afectados

La actuación de la Inspección de Trabajo ha aflorado en los últimos cinco años 1.640 empleos sin contrato y cotizaciones a la Seguridad Social por valor de 7,8 millones que no habían sido abonadas en el sector agrícola almeriense.

Fotografía de un campo de olivos en Almería.

Fotografía de un campo de olivos en Almería.  PIXABAY

La agricultura intensiva de Almería, la llamada huerta de Europa, con una producción anual de más de 3,5 millones de toneladas de frutas y hortalizas y unos ingresos que se acercan a los 3.000 millones de euros, esconde entre sus más de 32.000 hectáreas de invernaderos una realidad amarga que aflora con las inspecciones de Trabajo. En los últimos cinco años, según los datos facilitados a Público, se han impuesto a sus empresarios sanciones por valor de 14,5 millones de euros, en las que hay un total de 11.043 trabajadores afectados por diversos incumplimientos de la normativa laboral y de las cotizaciones a la Seguridad Social.

En los invernaderos de la provincia de Almería trabajan entre 40.000 y 50.000 personas en campañas que se encadenan y abarcan ya casi todo el año, y la gran mayoría, el 98% según CCOO, son extranjeros, personas migrantes. A ellos se suman otros 30.000 trabajadores de la industria del manipulado, la que se encarga de la selección, envasado y distribución de la producción de los invernaderos. Todo ello conforma uno de los principales sectores económicos de Andalucía, lo que se llegó a denominar el milagro almeriense, que en la otra punta de la comunidad, en la provincia de Huelva, ha tenido su réplica en el oro rojo del cultivo de la fresa.

Desde arriba, la extensión de miles de hectáreas de invernaderos que abarcan un buen número de municipios del Levante y Poniente almeriense parece un mar de plástico; desde el suelo, se asemeja más a un laberinto de cientos de explotaciones agrícolas, muchas de ellas familiares con no más de dos, tres hectáreas, en el que resulta difícil moverse si no se conoce bien el terreno. Y esa es una de las mayores dificultades con las que se topan quienes tienen que vigilar que se cumpla la ley: encontrar la parcela y luego que no esté cerrada a cal y canto para que nadie sepa lo que está pasando dentro. Por eso, también, muchas veces tienen que ir acompañados de agentes de las fuerzas de seguridad del Estado.

Pese a todo, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social hace su tarea. Según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social a los que ha tenido acceso este periódico, entre 2018 y 2022 se llevaron a cabo un total de 19.191 actuaciones en el sector de la agricultura de la provincia de Almería, con las que se registraron 2.917 infracciones en diferentes ámbitos de la legislación laboral y la Seguridad Social relacionadas con la contratación, declaración de jornadas y cotizaciones.

El número de infracciones en la agricultura almeriense se duplicó, además, en ese periodo: de las 407 que se detectaron con las inspecciones de 2018 hasta las 822 que se registraron el año pasado. Y el importe de las sanciones impuestas también creció considerablemente: de 1,81 millones de euros a 4,12 millones en 2022.

El número de trabajadores de la agricultura almeriense afectados por las infracciones cometidas por sus empleadores también ha aumentado de forma exponencial en los últimos cinco años, hasta haberse casi cuadruplicado su número, de 1.114 en 2018 a 4.373 en 2022, pese a que la cantidad de actuaciones de la Inspección de Trabajo no ha variado mucho en ese tiempo y se ha mantenido algo por encima de las 4.000 en cada uno de los años, salvo en 2020, el de la pandemia, que bajaron a 2.483.

Más de 1.600 trabajadores sin contrato

Como consecuencia de todas estas actuaciones, han aflorado un total de 1.640 empleos en la agricultura de Almería, es decir, trabajadores sin ningún tipo de contrato que han sido dados de alta en la Seguridad Social tras el requerimiento de la Inspección. Sólo en los dos últimos años contabilizados, 2021 y 2022, afloraron 906 empleos sin contrato en ese sector, lo que supone casi la mitad de los 1.919 que la Inspección de Trabajo detectó en ese mismo periodo en todos los sectores económicos de esta provincia andaluza.

El balance de la actividad inspectora también incluye las emisiones de expedientes liquidatorios para que las empresas se pongan al día en las cotizaciones a la Seguridad Social que han dejado de abonar. Se trata de casos como los de empleados dados de alta sólo a media jornada cuando están trabajando a jornada completa. En los últimos cinco años, a los empresarios del campo almeriense se les ha abierto expedientes de este tipo por una cuantía total de 7,83 millones de euros, una cifra que por ejercicios anuales se ha duplicado de los 1,06 de 2018 a los 2,11 millones de 2022.

Según han explicado a este periódico fuentes del Ministerio de Trabajo, el control de las condiciones de prestación de servicios y el consiguiente cumplimiento de la legislación del orden social en el sector agrario tienen una especial relevancia. El carácter esencial de esta actividad económica, su estacionalidad, las especiales condiciones del medio en el que se desempeña el trabajo y el recurso «habitual» a mano de obra migrante son las que determinan, según Trabajo, que el sector agrario sea objeto de actuaciones planificadas en todas las materias que abarca su intervención inspectora.

En el caso de Almería, la labor inspectora también ha revelado una alta incidencia de infracciones relacionadas con la normativa de extranjería en el ámbito laboral. No en vano, el 36% de los 705 trabajadores extranjeros afectados en 2021 por alguna infracción de este tipo en Andalucía estaban empleados en esa provincia. Y tales infracciones supusieron la imposición de sanciones por un valor total de 2,48 millones de euros.

Lo más llamativo, si cabe, es que Almería triplica a Málaga en número de trabajadores extranjeros afectados por el incumplimiento de la normativa de migración en el ámbito laboral, pese a que Málaga tiene el doble de extranjeros afiliados a la Seguridad Social en el régimen general y cuatro veces más en el de autónomos, de acuerdo con los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía del año 2022.

Un fraude que CCOO ha estimado hasta en 50 millones

CCOO de Almería realiza periódicamente un informe sobre el fraude en las contrataciones, cotizaciones a la Seguridad Social y pago del IRPF que se comete en el sector de la agricultura de la provincia. Para ello, analiza las diferencias que hay entre los jornales declarados por los empresarios, los que se deberían de realizar de acuerdo con los criterios establecidos por la Junta de Andalucía para cada tipo de explotación y cultivo, y la producción registrada oficialmente en el año. De acuerdo con ese estudio, CCOO estimó que en la campaña 2019-2020 los empresarios habían dejado de abonar en torno a 45 millones de euros a Hacienda y a la Seguridad Social, una cantidad que entre 2011 y 2015 había elevado a 50 millones.

El secretario provincial de CCOO, Antonio Valdivieso, considera que la actividad de la Inspección de Trabajo, con un servicio «muy valioso», y la presión sindical son las que han conseguido reducir un fraude «sistémico» en el campo almeriense, aunque cree que los medios siguen siendo limitados para luchar contra un problema muy extendido y difícil de atajar.

Las dificultades para acceder a los invernaderos, la colaboración entre empresarios defraudadores que se avisan unos a otros cuando ven llegar a los inspectores de Trabajo y la falta de coordinación entre las diferentes administraciones involucradas en esta tarea son, a juicio de este dirigente sindical, las mayores trabas para acabar con las numerosas irregularidades en el empleo agrícola almeriense.

Una de las irregularidades más extendidas, según CCOO, es pagar por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), pero de forma camuflada. Como es ilegal pagar por debajo de esa cantidad, hay empresarios que declaran menos jornales de los que realmente se trabajan a fin de que cuadren las cuentas, abonan a sus empleados 5 euros o 5,50 la hora y el resto se lo dan en negro. «Es una artimaña que se hace, además, con la complicidad de muchas asesorías jurídicas y laborales que se conocen este tipo de prácticas. Son colaboradores necesarios y eso ya lo hemos denunciado muchas veces a la Seguridad Social·, dice a Público Antonio Valdivieso.

También se dan los casos muy frecuentes, según este sindicato, de propietarios de pequeñas explotaciones familiares que se pasan con una furgoneta por las rotondas de los pueblos donde esperan cada mañana trabajadores, casi todos extranjeros, a ver si les cogen ese día para trabajar en un invernadero, sin ningún contrato y por un jornal que, generalmente, está por debajo del SMI.

Que se trabaje sin contrato, sin darse de alta en la Seguridad Social, es una de las infracciones más habituales, según Valdivieso, porque en muchos de los casos se trata de trabajadores en situación irregular en España a quienes por ley no está permitido contratar. Para acabar con este problema sería necesario, a su entender, afrontar un procedimiento extraordinario de regularización de cientos de personas que residen desde hace un tiempo en esta provincia y no tienen la oportunidad de legalizar su situación en España para acceder a un contrato, pero que sí trabajan en los invernaderos sin beneficiarse de ninguna cobertura social y explotados.

Los casos de explotación en el campo almeriense han dado pie a sentencias como la que en febrero de 2021 dictó el Juzgado de lo Penal número 1 de Almería, que condenó a un año y medio de prisión al empresario de un invernadero de Roquetas de Mar por un delito contra los derechos de los trabajadores, a raíz de una denuncia de un jornalero nacido en Burkina Faso. Según el fallo, firme al no haber sido recurrido por el condenado, los empleados carecían de contrato, no estaban dados de alta en la Seguridad Social, no disfrutaban de vacaciones o descanso semanal, sin horario definido y con disponibilidad las 24 horas del día, sin poder faltar al trabajo por enfermedad o cuestiones personales bajo la amenaza de poder ser despedidos, y con un salario de 40 euros por jornadas de 10 horas.

UGT estudió denunciarlo ante la fiscalía

En UGT también están preocupados por el volumen del fraude a la Seguridad Social que se comete cada día en el sector agrícola almeriense con pagos de salarios por debajo del SMI, tanto que en algún momento se han llegado a plantear denunciarlo en la fiscalía, asegura su secretaria provincial, Carmen Vidal. A su juicio, se trata de un tema complicado que se arrastra de muchos años atrás en los que no había ningún tipo de control sobre la actividad de los propietarios de cientos de invernaderos.

«No se puede decir que no vendemos suficiente cuando los datos dicen que cada año hay más exportaciones desde lo que se denomina la huerta de Europa. Entonces, si es así, ¿por qué no pagan lo que hay que pagar a los trabajadores y se cumple la ley?», se pregunta la responsable provincial de UGT.

El último informe de la entidad financiera Cajamar refleja que en la campaña 2021-2022 Almería registró «un máximo histórico» con la exportación de 2.864.211 toneladas de frutas y hortalizas por valor de 3.701,5 millones de euros, un 17,4% más que en el anterior ejercicio. La superficie de cultivo en invernadero siguió creciendo, un 0,8%, y alcanzó las 32.827 hectáreas. Y como balance final, los ingresos del sector crecieron un 14,2% y llegaron a los 2.940,2 millones de euros.

Sin embargo, pese a tal bonanza, el campo almeriense sigue sin disfrutar de un nuevo convenio colectivo y permanece anclado, por falta de acuerdo, al que se firmó hace ya ocho años, en 2015, y que, en buena parte, tampoco se cumple, según los sindicatos. Carmen Vidal asegura que lo han intentado muchas veces, pero no han conseguido que los empresarios se sienten a negociar un convenio, algo que sí han hecho, en cambio, los de otras provincias andaluzas con un importante sector agrícola, como Huelva, Jaén o Sevilla. Se han opuesto, según ella, incluso a que la Junta de Andalucía medie para negocien las dos partes. La patronal de ASAJA Almería, a preguntas de este periódico, ha eludido contestar sobre las inspecciones de Trabajo y el estancamiento de las negociaciones con las organizaciones sindicales para aprobar un nuevo convenio colectivo en el campo.

Seguir con un convenio de 2015 implica, a juicio del secretario provincial de CCOO, que se aplique una normativa laboral básica y anticuada que merma las condiciones de la mano de obra de la potente agricultura intensiva hortofrutícola almeriense. Eso cuando se cumple lo que dice el convenio -subraya Valdivieso-, porque en muchos casos los empresarios no respetan ni lo que se acordó hace ocho años, como es el caso del pago del complemento de antigüedad. «Lo único que quieren pagar es el Salario Mínimo, nada más, y aun así han protestado por la subida del SMI. Y lo peor es que el que está cobrando eso es un afortunado, porque el resto está cobrando por debajo, con jornales ocultos», explica el dirigente sindical.

Los municipios con la menor renta de España

La situación laboral del campo determina en gran medida la salud de toda la economía almeriense. Según los datos de CCOO, el 54% de los trabajadores asalariados de esta provincia cobraban en 2021 por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, que ese año estaba situado en 965 euros mensuales, hoy en 1.080 euros. Entonces, 102.000 de los 108.000 contratos firmados en Almería fueron de carácter temporal, un porcentaje que se ha reducido de forma notable con la reforma laboral que ha impulsado la modalidad del indefinido fijo discontinuo en detrimento del eventual.

Estas cifras ayudan a explicar la paradoja en la que se hallan inmersos los municipios almerienses con un mayor número de explotaciones hortofrutícolas y, a la vez, con la menor renta media por habitante de España. Es el caso de Níjar, Vícar, Adra y El Ejido, que suman cerca de 22.000 hectáreas de invernadero en sus municipios y, sin embargo, están situados a la cola del país en ingresos per cápita, entre 7.307 y 8.000 euros anuales, o sea, 21.000 euros por debajo de la renta más alta, que es la que registra Pozuelo de Alarcón, en Madrid, según el último informe de Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística.

Un informe del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha, publicado en 2014 reflejó que Almería había sido en 2012 la provincia con un mayor índice de economía sumergida de toda España, un 31,4%, y, por tanto la primera de la comunidad autónoma de Andalucía, que, con una media de un 24,6%, (253.000 millones de euros) superaba entonces en cinco puntos el promedio nacional.

La sanidad privada recibe de los conciertos con el sector público diez veces más de lo que gasta en sus hospitales

La desmesurada rentabilidad de la sanidad privada, un negocio cuyo grueso se reparte en España una decena de grupos con elevadas participaciones en manos de fondos de inversión extranjeros, responde a la inyección de recursos públicos en un sector en el que los usuarios ya cubren el 98% del gasto.

Foto de archivo de un quirófano

Un equipo médico opera a un paciente en un quirófano de un hospital.  PxHere (CCO), 26-03-2017

«La privatización de los servicios sanitarios tiene una incidencia que no es directamente visible para los ciudadanos: encarece las prestaciones entre cinco y once veces, y cuanto más cueste esa prestación menos recursos deja para el sistema público», explica Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública.

Se trata de una de las entidades sociales más beligerantes con la generalización de unas políticas que, bajo el eufemístico paraguas argumental de la colaboración público-privada, desvían uno de cada diez euros de los presupuestos públicos a empresas que, con ellos, se aseguran una rentabilidad de manual: ingresan diez veces más de lo que les cuesta mantener sus instalaciones en un modelo de negocio en el que los usuarios, directamente o a través de pólizas, ya financian el 98% del coste.

Sánchez Bayle apunta otras dos características de esos procesos: por la parte institucional, «siempre que se privatiza un servicio, se infrautiliza o se sustituye», señala. Mientras, por la empresarial, «los centros se especializan en tratamientos de menor coste y alta rentabilidad, mientras los más complejos y costosos, como el cáncer, los cuidados intensivos de bebés, los trasplantes o la atención a víctimas de quemaduras de consideración, se desplazan a un sistema público con menos recursos».

«Resulta llamativo que puedas comprar en la bolsa de Londres acciones de la empresa que gestiona un hospital de Madrid», señala Emili Ferrer, experto en temas sanitarios de Economistas Frente a la Crisis (EFC), en referencia a LBEIP, el fondo propiedad de banco Lloyd’s que explota el centro privatizado de Arganda (Sureste) y participa en la propiedad de los de Alcalá (Henares) y Parla (Infanta Cristina).

Ferrer diferencia entre los procesos de concertación de servicios sanitarios mediante contratos, un modelo frecuente en Catalunya y Madrid, donde incluye la construcción de hospitales para su posterior explotación en un sistema similar al de las autopistas, y para el que reclama una regulación «con sistemas adecuados de control y seguimiento», y la privatización de parcelas del servicio público.

Esta segunda vía es un factor clave para el crecimiento de un sector privado que ya acapara en España más de la cuarta parte del mercado, con un 29,4% del total del gasto sanitario en 2019 y un 26,7% (menor por la pandemia) en 2020, niveles únicamente inferiores a los de Letonia, Portugal y Lituania, y con un 35,4% ya en 2018 si la perspectiva es la del gasto por habitante, mientras que el porcentaje de ciudadanos con seguro privado alcanzaba el 23,4% hace tres años, con tasas superiores al 30% en Madrid (36,7%) y Catalunya (31,8%) y cercanas en Balears (29,5%).

La primera, sin embargo, resulta clave para afianzar ese negocio de la sanidad privada y para apuntalar su desarrollo, ya que los conciertos de las administraciones públicas, en su práctica totalidad autonómicos, cubren más de la cuarta parte del gasto sanitario privado.

Esas inyecciones, concentradas en Catalunya (3.288 millones y 23,6% del presupuesto público en 2020) y Madrid (902 y 8,5%), que suman casi la mitad, y en menor medida en Andalucía (472 y 4%) y la Comunitat Valenciana (307 y 3,9%), resultan fundamentales para generar beneficios en las empresas que acceden a los conciertos.

Básicamente, porque la sanidad privada, como la mayoría de los negocios, se financia con las aportaciones de sus usuarios, los cuales, según los datos de ASPE, cubren un 74% del gasto con sus aportaciones particulares, vía tiquet o vía derrama, mientras otro 24% es cubierto por los seguros a los que estos han ido previamente pagando sus pólizas.

Los datos de ASPE, la patronal de los hospitales privados, y del Ministerio de Sanidad cifran en 8.587 millones de euros la cuantía de los conciertos sanitarios en 2020, que registraron un aumento de 320 millones y del 3,8% sobre el año anterior.

Los cuatro previos, entre 2016 y 2019, esa cantidad creció de los 7.551 a los 8.267, una aportación que, según esas mismas fuentes, equivalía a una horquilla, en este caso decreciente, del 26,1% al 24,4% del gasto sanitario privado.

En 2019, los usuarios aportaron 28.794 de los 38.865 millones que sumó el gasto sanitario privado

En números redondos de 2019, ejercicio más reciente del que ofrece datos, los usuarios aportaron 28.794 de los 38.865 millones que sumó el gasto sanitario privado mientras los seguros cubrían otros 8.196 y los gestores únicamente asumían 879.

En el caso de los hospitales, la aportación de los usuarios asciende a 5.029 millones de euros (86,5%) frente a 780 (13,5%) de los gestores, mientras que si a estos se les añaden centros residenciales y medicalizados las cifras serían 6.321 (89%) por 780 (11%).

Más del 60% de los hospitales privados accede a conciertos

Según las estimaciones de ASPE, «el 63% de los hospitales privados en España, 271 en total, cuentan con algún tipo de concierto«, los cuales cubren servicios hospitalarios en el 60% de los casos, primarios en un 6% y atenciones especializadas en un 19%, a lo que se añaden traslados de enfermos (13%) y trabajos con prótesis y aparatos terapéuticos (29%).

Esos grados de penetración en el mercado de la prestación de servicios sanitarios de carácter público y esos niveles de remuneración, con cobros que superan los 8.500 millones para un negocio que en la práctica arriesga menos de 900, permiten hacerse una idea de la dependencia de las inyecciones procedentes de los presupuestos autonómicos que presentan las cuentas de resultados de las empresas que gestionan esos centros.

¿Y quiénes son los principales beneficiarios de todo ese tinglado de «colaboración público-privada»?

La respuesta al detalle, con cuantías y distribuciones, resulta una tarea inabarcable dada la complejidad y las interrelaciones entre los grupos empresariales, los fondos de inversión que participan en ellos o los controlan y las administraciones con las que se relacionan. No obstante, sí es posible identificar a los principales actores de la sanidad privada, que en algunos casos resultan ser algunos de los mayores beneficiarios de los conciertos.

Las principales empresas de la sanidad privada

Las dos grandes marcas, Quironsalud y su filial IDCQ Hospitales y Sanidad, están controladas por el fondo de inversión alemán Fresenius, que es la principal firma europea del ramo y que durante unas semanas ha tenido en el escaparate a su buque insignia español, que supera los 2.000 millones de facturación anual con más de medio centenar de hospitales y más de cien clínicas y centros de otro tipo.

Fresenius, que gestiona otras marcas del sector sanitario como la cadena de clínicas Helios y la de material Kabi, tiene entre sus accionistas desde hace unas semanas a otro de los grandes fondos, el británico Elliot Investment Management, un movimiento que dejó en el aire la venta de Quironsalud, con la que se hizo en 2016 tras pagar 5.670 millones al fondo CVC, que llegó a interesarse por una eventual recompra.

CVC, un fondo británico que maneja inversiones por 75.000 millones de dólares y que ha pasado a ser conocido por el gran público tras invertir en LaLiga y en la WTA, el circuito internacional del tenis femenino, parece decidido a volver a operar en la sanidad española.

Además del fondo británico LBEIP, que gestiona tres hospitales en Madrid, los holandeses de DIF son los dueños del Puerta de Hierro de Majadahonda.

Entre las marcas de origen español que operan en el mercado de la sanidad se encuentra Ribera Salud, con Banc Sabadell y el fondo estadounidense Centene Corporación como accionistas de referencia, cuya facturación se sitúa en el entorno de los 500 millones de euros anuales y que explota cinco hospitales en la Comunitat Valenciana, entre ellos el de Alzira, pionero en las privatizaciones.

De un tamaño similar resultan ser la cadena Vithas, propiedad de la familia catalana Gallardo a través del Grupo Goodgrower; el grupo HLA, de la aseguradora Asisa, que gestiona varios hospitales en Catalunya y en Madrid, o HM hospitales, de la familia madrileña Abarca, y que también opera en varias comunidades.

Completan la lista de los principales operadores del sector hospitalario privado en España Hospiten, José Manuel Pascual, que tiene concertados con la Junta cinco de sus siete centros andaluces, y Sanitas, propiedad de la aseguradora británica Bupa.

¿Afecta este modelo de gestión al servicio?

Ni Sánchez Bayle ni Ferrer tienen ninguna duda acerca de las consecuencias que la extensión de estos modelos de privatización tienen sobre la prestación del servicio sanitario, al tiempo que llaman la atención acerca de las maniobras iniciadas en comunidades como Madrid y Andalucía, intensas desde hace décadas en Catalunya, para extender esos procesos del ámbito hospitalario al de la atención primaria.

«España es uno de los pocos países en los que hay atención primaria, que es la puerta del sistema pero también la única que puede atender a los pacientes sobre el terreno», señala el economista, algo clave cuando «lo que determina nuestra salud son nuestras condiciones de vida».

«Es necesario profundizar en el cambio de paradigma del sistema sanitario» que promueve la OMS (Organización Mundial de la Salud) en el sentido de «pasar de curar a promocionar la salud. Y en eso tienen poco que hacer los hospitales, porque a un hospital solo se va cuando no hay más remedio».

«Un goteo de cambios cuantitativos acaba produciendo cambios cualitativos«, advierte el médico en relación con esos crecientes procesos de privatización en los que las empresas privadas de sanidad aplican, como las aseguradoras, una «selección de riesgos: eligen lo que cubren, los tratamientos que aplican y el tipo de cliente que buscan, mientras todo lo complejo va a la sanidad pública, que se encarga de atender a los pacientes con independencia del coste».

«Si antes Almeida decía ‘seremos fascistas pero sabemos gobernar’ ahora con un déficit de 357 millones, ¿es solo fascista?»

Por  

¡Llegó el día de la semana que más nos gusta!

 

El inicio del finde, y la sección donde buscamos el humor a la actualidad, porque no podemos cambiar las noticias pero sí podemos reírnos a su costa.

 

Esta semana se celebró el Día de la Mujer. Y es que aquí nadie es machista, pero a la mínima que rascas…

 

 

 

Una jornada que acabó con la ultraderecha haciéndose la víctima, que la cosa tiene guasa.

 

La movida es que hubo unos cánticos sobre Abascal en una manifestación y, claro, eso sí que no.

 

 

A los señores de la ultraderecha eso les ha chocado, siendo ellos como son todo educación y buenas maneras.

 

 

 

 

En los medios también hay mucha gente llevándose las manos a la cabeza y diciendo que, claro, que hay unos límites. Ya.

 

 

Hablando de la ultraderecha, esta semana hemos tenido noticias sobre su candidato a la moción. Resulta que Tamames dice que hay que luchar contra el cambio climático, que ya sabe que en Vox hay «extremosidades» y… bueno, en la entrevista ha preguntado por el nombre de Vox. Maravillas del humor contemporáneo.

 

 

Pero si de algo hemos hablado esta semana ha sido de Almeida. El tío va camino de ser el peor alcalde de Madrid en la democracia.

 

Al margen de su problema con los árboles, la historia es que parece que Madrid cerró 2022 con unos números rojos en sus cuentas de 357 millones de euros.

 

 

 

La homeopatía funciona, la derecha gestiona bien y por el mar corren las liebres.

 

 

Un logro nada fácil, cuando partía de un superávit en la era Carmena de 1.057 millones. Una vez más, demostrando que si te esfuerzas mucho mucho en un sueño, puedes conseguirlo. Meritocracia.

 

Ah bueno, y ha saltado en una cama elástica también.

 

 

Donde no ha sido todo tan divertido esta semana ha sido en la RAE, con el debate sobre la tilde en el adverbio solo.

 

Había expectación, porque todo podía haber acabado como el rosario de la aurora. Ahí hay gente muy peligrosa.

 

 

Ojo, porque los académicos de la RAE a las buenas muy bien, pero a las malas pueden ofenderte con palabras que ni siquiera sabías que existieran.

 

Al final ha quedado un poco en lo mismo, que con tilde pero cuando el escritor considere que hace falta.

 

LO ESTÁS VIENDO, LO ESTÁS RIENDO (LOS TUITS ABSURDOS DE LA SEMANA)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los gobiernos del PP en Madrid mantienen escuelas públicas sin terminar desde hace una década

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos denuncia que el «nuevo» plan educativo presentado por el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso llega tarde y con acciones que estaban obligados a realizar, pero que han pospuesto.

CEIP Héroes 2 de mayo en Colmenar Viejo, Comunidad de Madrid, de febrero de 2023. - Cedida por la FAPACEIP Héroes 2 de mayo en Colmenar Viejo, Comunidad de Madrid. – Cedida por la FAPA.

Familiares de alumnos de la escuela pública en la Comunidad de Madrid denuncian que el último y supuestamente ambicioso programa educativo del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso para la construcción de nuevas infraestructuras «no tiene nada de novedoso» y «no hace más que tergiversar actuaciones que ya estaban puestas en marcha». Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) Francisco Giner de los Ríos critican que la licitación de «nuevas» obras, avanzada por el Gobierno regional, consiste en realidad en acabar edificaciones ya empezadas «en prácticamente en el 100% de los casos».

Durante todo este tiempo de demora, entre sucesivos gobiernos del Partido Popular (PP), cientos de familias han tenido que soportar que sus hijos e hijas vayan a clase entre obras o sean desplazados, algunos desde hace casi una década.

Recientemente, la Consejería de Educación ha anunciado, en vísperas de la campaña electoral, una inversión de 130 millones de euros en la licitación de obras para el levantamiento de un nuevo colegio, cuatro institutos y cinco escuelas infantiles, además de la ampliación de otros 23 centros de la región que, supuestamente, empezarán a dar servicio el próximo curso 2023/24. Pero los padres y madres aseguran que se trata de un programa «completamente vacío».

Carmen Morillas, presidenta de la FAPA, explica a Público que el anuncio «hizo muchísimo daño a las familias que están sufriendo estas obras eternas y que tienen a sus hijos, o bien desplazados a otros centros, o dando clase entre obras». Una situación que, a su juicio, se podría evitar, más allá de con un buen calendario de obras y contratos de calidad, con la eliminación de las «creaciones jurídicas», los conocidos como centros fantasma, una figura a través de la cual los colegios admiten matrículas de alumnos aun sin haberse empezado a construir.

Bajo esta forma de proceder, cuando llega la época de la escolarización, aunque esos centros todavía no existen, sale la entidad jurídica para recoger solicitudes de matrícula. De tal modo que si empieza el curso pero la obra no está terminada, se traslada a los alumnos a otros centros hasta que consiguen la cédula mínima de habitabilidad. Una organización que la FAPA critica, pues acaba por convertirse «en un caos tanto para los centros que acogen a los estudiantes y acaban saturados, como para los propios menores que sufren todos los cambios y los consiguientes procesos de adaptabilidad».

Es el caso del CEIP Héroes 2 de Mayo de Colmenar Viejo, en obras desde 2014; el CEIP Charles Dickens de Loeches en Madrid, cuya segunda fase de construcción empezó hace más de ocho años; el IES María Goyri Goyri de Villaverde, reclamado desde 2017, con todo el alumnado desplazado; o el IES Ana Frank, también en Madrid, que pese a que el centro existe de forma jurídica, aún no se ha empezado a levantar.

IES María Goyri Goyri, en Villaverde, Comunidad de Madrid, de febrero de 2023. - Cedida por la FAPA
IES María Goyri Goyri, en Villaverde, Comunidad de Madrid. – Cedida por la FAPA.

Alumnos que dan clase en barracones

La Consejería ha intentado edulcorar su plan con un supuesto paquete de nuevas ampliaciones en escuelas, como por ejemplo el CEIP María de Villota de Vallecas. Pero la FAPA ha desmentido que esta, como otras tantas, sean una nueva iniciativa, en un vídeo donde recoge imágenes que demuestran que el edificio ya contaba con retrasos en sus obras desde hace varios años.

Algo similar a lo que ocurre en el CEIP Mercedes Vera de Rivas-Vaciamadrid (que pasó a llamarse CEIP Hispanidad, en contra de la comunidad educativa). La FAPA explica que en septiembre de 2021, el Consejo de Gobierno aprobó la partida presupuestaria para contratar las obras para su construcción, comprometiéndose a tenerlo finalizado para el curso 2022/2023. Sin embargo, de nuevo, se han incumplido los plazos: aunque en el 2022 se empezó a construir la primera fase con un plazo de ejecución de 12 meses, todavía no está finalizado. Mientras tanto, el alumnado está desplazado en otro centro educativo, donde dan clase en aulas prefabricadas.

CEIPSO La Luna, en Rivas, Comunidad de Madrid, de febrero de 2023. - Cedida por la FAPA
CEIPSO La Luna, en Rivas, Comunidad de Madrid. – Cedida por la FAPA.

Por su parte, el CEIPSO La Luna abrió sus puertas en 2017, explica la FAPA, después de muchos años de reivindicaciones y tras cuatro años de espera en autorizar la construcción del mismo. La corporación local adelantó más de cinco millones de euros para la construcción de la primera fase, el equipamiento y el mobiliario, y la obra se realizó en plazo. Pero la segunda fase y el gimnasio a cargo de la Comunidad de Madrid sigue pendiente desde hace seis años.

Morillas detalla que «para salir del paso» en el patio se han instalado más de una docena de barracones que usan como aulas, donde se imparte clase a una parte del alumnado. «La situación en Rivas-Vaciamadrid es ya una cuestión de emergencia educativa, que hace imprescindible la creación de más centros educativos públicos con carácter de urgencia», advierte.

Otros ejemplos de escuelas sin acabar son IES Torcuato Fernández Miranda de Arroyomolinos y el CEIP Gabriela Morreale, de Leganés. Respecto al primero, el Ayuntamiento cedió el terreno en 2020 para su construcción. La Consejería recurrió de nuevo a la creación jurídica del centro, «generando falsas expectativas en las familias» y los alumnos están realojados en clases provisionales sin gimnasio, biblioteca, ni aula de informática. En cuanto al segundo, su alumnado, docentes y familias conviven desde 2018 con las obras. Desde sus ventanas son testigos en primera persona de los vaivenes de las grúas, material de obra y vallas anexas a sus pabellones.

Encierren a esos niños y tiren la llave | Ana Pardo de Vera

PUBLICADO EL 10 DE MARZO DE 2023

«Esta semana hemos conocido un hecho terrible. Un hecho de esos que te estrellan contra la realidad en momentos en que las distracciones y los debates públicos son otros, muy acalorados y, probablemente, mucho menos importantes. Esta semana hemos sabido que una niña de once años ha sido violada a punta de navaja por seis menores de 18 años, alguno incluso de 14 años. La cría fue secuestrada en un centro comercial de Badalona, mientras paseaba sola mirando ropa, y obligada a encerrarse en el baño con sus seis violadores, que después del horrendo crimen cometido contra una
niña la dejaron tirada como a un trapo. Y no solo ellos: un vigilante de seguridad del centro comercial al que la víctima trató de denunciar lo que había pasado le hizo caso omiso.»

Ana Pardo de Vera

El enfrentamiento del PSOE con Podemos acerca a Sánchez a sus barones más críticos

La reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ provoca que la dureza de líderes como García Page o Lambán se centre más en los socios del Gobierno que en algunas decisiones de Moncloa. El presidente de Castilla-La Mancha ha cargado en las últimas semanas contra Ione Belarra e Irene Montero, incluso reclamando su dimisión. 

El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, junto al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto celebrado en Toledo el pasado jueves.

El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, junto al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto celebrado en Toledo el pasado 15 de septiembre .  Eva Ecorlanese / PSOE

«Somos un partido político en el que la discrepancia no se persigue». Es uno de los mensajes que la dirección del PSOE trasladaba a finales del año pasado para rebajar la importancia de las críticas habituales hacia algunas decisiones tomadas por Pedro Sánchez. Especialmente procedían desde Castilla-La Mancha o Aragón, territorios de Emiliano García-Page y Javier Lambán. Meses después, el foco crítico ha cambiado. Lo provoca principalmente la tensión de los socialistas con sus socio de Unidas Podemos, ejemplificada a la máxima potencia por la reforma de la ley del solo sí es sí.

El «ruido» interno se ha minimizado. Porque, según argumentan en el entorno del presidente castellano manchego ahora mismo, la parte de Unidas Podemos, especialmente la de Podemos, les está poniendo muy fácil defender a la otra parte del Gobierno. Page siempre ha sido muy crítico con la presencia de la fuerza morada en la coalición. Su Gobierno autonómico junto a Podemos entre 2017 y 2019 fue muy tenso e inestable. Además, ideológicamente la distancia entre el mandatario socialista y la formación morada es amplia.

Esta situación no significa que el presidente de Castilla-La Mancha vaya a dejar de dar su opinión sobre asuntos como la reforma del delito de malversación si es necesario o sobre las alianzas con los partidos independentistas catalanes. La tensa votación de la proposición de ley el pasado martes en el Congreso evidenció además un distanciamiento de los socialistas también con EH Bildu y ERC, que votaron junto a UP. Algo que en este caso sería del agrado de Page, con una vocación de recoger más votos por el centro electoral, que son necesarios también para que el PSOE no pierda las próximas elecciones.

Con motivo del 8 de marzo, Page dejó un titular: «A río revuelto, ganancia de violadores». El presidente castellano manchego aludió directamente a Unidas Podemos al señalar que «si todo el mundo está de acuerdo en que tiene que ser más dura la sanción para los que maltratan y violan», la culpa «no la puede tener un 99% de la población». «La culpa la tiene quien se equivoca», dijo.

Hace unas semanas Page concedió una entrevista a El Confidencial. En ella, dejó unos cuantos mensajes dirigidos a los socios de Sánchez. «Si Montero y Belarra reconocen su error, tendrían que plantearse dimitir», destacó el titular. Del mismo modo afirmó que Podemos es «un caballo de Troya en el Gobierno».

A diferencia de otros territorios, el PSOE castellano-manchego no ve necesario contar con el espacio de Unidas Podemos para ganar las elecciones. De hecho, en 2019 obtuvo la mayoría absoluta y ni Podemos ni IU entraron en las Cortes Regionales. El próximo mes de mayo será la primera vez que ambas formaciones concurran juntas como UP. Page ha minusvalorado las opciones de la candidatura hacia su izquierda. Los socialistas aseguran que manejan encuestas con resultados similares a los de 2019. Y reiteran públicamente que solo hay dos opciones. Un Gobierno del PSOE o un Gobierno de PP junto a Vox, que sustituiría a Cs a nivel parlamentario.

La reforma de la ley del sólo sí es sí era una reclamación que venía haciéndose desde los territorios hace tiempo. La alarma social fue in crescendo desde finales de año y varios barones pedían actuar. Al abordar el tema Sánchez logró la felicitación pública de otro de sus habituales críticos. Lambán destacó a principios de febrero la decisión del presidente. «Aplaudo al presidente Sánchez por modificar esa ley. No he dudado nunca de las buenas intenciones de los propósitos iniciales de esa ley, pero desde luego, en cuanto a su fábrica, es una calamidad y a las pruebas me remito por los efectos de su aprobación», dijo.

El presidente de Aragón compartió un acto con Sánchez el pasado 18 de febrero en Zaragoza. En él volvió a agradecerle la reforma. Y aprovechó para cargar contra UP sin mencionarlos. «Te aplaudo que no aceptes bajo ningún concepto que los feminismos cínicos y extravagantes le arrebaten la bandera del feminismo a quien con más dignidad la puede ostentar, que es el PSOE», dijo.

Pocos días después Lambán concedió una entrevista a El Mundo, como ya hiciera Page en el mes de septiembre. Aquella cayó como una bomba en Ferraz y Moncloa. Y en ambos lugares no tuvieron problemas en airear su malestar con el presidente castellano manchego. No pasó lo mismo con la realizada por Lambán, que tuvo un protagonismo mucho menor, casi inexistente.

El tono del presidente aragonés fue comedido aunque remarcó su autonomía frente a Ferraz y Moncloa. Pero el titular principal fue nuevamente un dardo contra Unidas Podemos. «Estamos dando poder a los extremos hasta el punto de poner en riesgo la viabilidad de la nación», dijo Lambán. El mandatario autonómico pide en este sentido que haya entendimiento entre PSOE y PP.

Curiosamente la situación política electoral de Aragón es diferente a la de Castilla-La Mancha. Los socialistas gobiernan en coalición precisamente con Podemos, que cuenta con una Consejería, al igual que el Partido Aragonesista (PAR) y la Chunta Aragonesista (CHA). Por la aritmética electoral en este territorio, parece más complicado que los socialistas no necesiten apoyos de esos mismos partidos de cara a revalidar su Gobierno.

El PSOE comprobará su unidad interna de primera mano el próximo sábado 18 de marzo. Los socialistas han convocado un Comité Federal en el que deberían participar todos los líderes territoriales. Uno de los objetivos principales, más allá de los debates políticos que puedan darse, es aprobar las listas electorales. Pero la actualidad política y la situación electoral de cara al mes de mayo tendrá, seguro, otros puntos calientes en el debate interno.

El tuit de Sánchez Mato sobre los números rojos de Almeida: «Los malvados comunistas obtuvimos 4.599 millones de superávit en Madrid»

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Hay un mantra. Lo habrán escuchado ustedes con cierta asiduidad. Consiste en vincular la buena gestión económica con la derecha. Ellos son los que administran con rigor. La solvencia les pertenece. La izquierda, en cambio, despilfarra.

Incluso es probable que hayan escuchado aquel infausto: «Seremos fascistas, pero sabemos gobernar». Una máxima que, a tenor de los datos publicados, se vería parcialmente impugnada, quedándose en un escueto: «Seremos fascistas».

Y es que hemos sabido este jueves que Almeida deja Madrid, por primera vez en doce años, en números rojos en 2022 al cerrar el último ejercicio con un agujero de 357 millones. Poca broma.

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Un descubierto nada desdeñable si nos atenemos a que heredó una situación más que saneada de Manuel Carmena, con un superávit de 1.057 millones en 2018, que alcanzaría los 4.600 millones si nos fijamos en el periodo comprendido entre 2015 y 2018.

 

Carlos Sánchez Mato, el que fuera concejal de Economía y Hacienda en el Ayuntamiento de Madrid entre 2015 y 2018, ha querido recordar aquel hito en las cuentas madrileñas con un tuit que, no sin cierta ironía, desmonta el mantra de la derecha: «Los malvados comunistas obtuvimos 4.599 millones de superávit en Madrid».

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«A mí me cesaron por lograrlos, dedicar esos recursos a inversión social y generar ‘inestabilidad al Reino de España’. El PP y Ciudadanos lo han reducido un 89% y en 2022 han tenido déficit», concluye Sánchez Mato.

Y como era de prever, la ovación tuitera no se ha hecho esperar:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es hora de desterrar algunos mantras. Y para ello, nada como los datos. La supuesta «buena gestión» de la derecha, esa de la que siempre hacen gala, ha quedado en entredicho con una sencilla tabla y un tuit.

Sanitarios y oposición rechazan la maniobra de Moreno para disimular la «privatización» del sistema sanitario

El presidente afirma por el contrario que lo que pretende es parar un «bulo» y afirma: «No se va a privatizar nada. A nadie le van a pedir la tarjeta de crédito en un centro de salud».

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, atiende a los medios de comunicación durante la segunda jornada del Pleno del Parlamento andaluz en el Parlamento de Andalucía, a 9 de marzo de 2023 en Sevilla.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, atiende a los medios de comunicación durante la segunda jornada del Pleno del Parlamento andaluz en el Parlamento de Andalucía, a 9 de marzo de 2023 en Sevilla.  Joaquín Corchero / EUROPA PRESS

La oposición y los sanitarios rechazaron este jueves la matización del Gobierno andaluz en la orden que fija los precios por los conciertos sanitarios, que actualiza la anterior, de la época socialista, y que por primera vez recoge en el catálogo expresamente las consultas de Atención Primaria.

Después de la presión ejercida por usuarios, partidos y sindicatos, ante una norma que ahonda en la privatización del sistema por la vía de los conciertos, el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) asumió un cambio en el preámbulo para especificar que  la administración solo «acudirá a la colaboración privada» cuando la cobertura pública «sea insuficiente en periodos coyunturales de mayor demanda o en situaciones de emergencias sanitarias».

Sin embargo, al no tocar la parte dispositiva del texto, en la que se fija el precio (lo que la Junta le paga a la empresa que asuma el servicio, nunca un copago del usuario) para la derivación de la Atención Primaria,  esta queda igual, por lo que los sindicatos sanitarios interpretan que no cambia nada y que la puerta a la privatización sigue abierta.

PSOE, Por Andalucía, Adelante y los sindicatos de clase CCOO y UGT arremetieron contra la maniobra, con la que, consideran, Moreno pretende disimular que la herramienta para derivar cada vez más pacientes a la privada ya está creada y que solo hay que usarla: «Posibilita la privatización» con «un mero aumento coyuntural de la demanda asistencial». Por ello, le exigieron que retirara la normativa.

Debate político

«La aplicación de la orden de Salud encarece procesos y condena a la población a contratar seguros privados». Para Inma Nieto, portavoz de Por Andalucía, el Gobierno no ha rectificado, sino que se trata de un ejercicio de «soberbia» y «engaño» y de incorporar «al alza» nuevos precios para actos clínicos.

Para Maribel Mora, de Adelante, «la modificación es una tomadura de pelo, habla de mayor demanda sin especificar lo que significa y en la práctica abre la puerta a la privatización de la Atención Primaria. Moreno Bonilla tiene el dudoso honor de haber superado incluso a Ayuso. No es más que un intento de suavizar el lío en el que se han metido con toda los profesionales en su contra».

El presidente Moreno afirmó en el Parlamento, en la sesión de control de este jueves, que lo que habían hecho con la «aclaración» incluida en el BOJA era «parar un bulo». «Un partido no debe faltar a la verdad. Usted sabe que no se va a privatizar nada –le espetó a Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz–. Es el cuento recurrente de siempre y hay razones de peso para que la gente no se lo crea. A nadie le van a pedir la tarjeta de crédito en un centro de salud. No es sensato seguir con este discurso, intentando confundir a personas mayores. Le pido que vuelva al rigor. La gestión es compleja».

Espadas le replicó: «Ha corregido la orden porque le han temblado las piernas. No es ningún bulo. El problema es que lo que no le dice a los andaluces que cada día destina más recursos a la sanidad privada y se lo quita a la pública. No queremos una sanidad mediocre en un modelo mixto, que traslada recursos a la privada. Queremos un modelo sanitario público».

Privatización

La orden aprobada por el Gobierno andaluz no implica per se una privatización, lo que hace es permitirla. Con ella en la mano, la Consejería de Salud por cada paciente de Atención Primaria que derive a un centro privado, deberá pagar a la empresa que lo gestiona hasta un máximo de 60 euros. Es decir, transferir fondos públicos a manos privadas de manera directa.

El Sindicato de Médicos de Atención Primaria (SMP), de nueva creación, hace estas cuentas: «Los médicos de la pública ganamos entre 150-200 euros al día brutos, dependiendo del nivel de carrera profesional, trienios, población asignada y complemento de rendimiento profesional. Una consulta privada donde se atendieran 20 pacientes supondría unos ingresos privados de 1.300 euros al día (28.600 euros al mes). Una consulta con 35 pacientes serían 2.275 euros al día (50.050 euros mes). Un pedazo de negocio. ¿Cuántos médicos podría contratar el SAS con ese dinero? Pues entre 5 y 6 durante un mes en el primer caso, unos diez en el segundo, que podrían atender entre 5 y 10 veces ese número de personas».

Esto no implica en ningún caso, como dice el presidente, un copago por el usuario, que no tendrá en efecto que sacar ninguna tarjeta de crédito, pero, llegado el caso, sí se produce una derivación de fondos públicos a una compañía privada por un derecho, el de la protección de la salud, que las administraciones, según la Constitución, deben «organizar y tutelar […] a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios». La Ley General de Sanidad establece que «la asistencia sanitaria pública se extenderá a toda la población española».

Conciertos

Moreno cargó contra el PSOE: «Ustedes derivaban a mansalva y eran ineficaces y luego las empresas nos cobraban [a la Junta] lo que querían. Hemos hecho una orden de precios, [para utilizar] cuando haya una situación excepcional que lo hagamos con los precios razonables de mercado. Por mucho que se empeñe en hablar de privatización eso no va a calar y no lo va a hacer porque nadie va a pagar un céntimo para ir a un centro de salud y porque vamos a seguir trabajando por la sanidad pública. Tenemos un espejo en el que no mirarnos, el del despilfarro, la privatización y ese es exclusivamente del PSOE en Andalucía«.

Los conciertos sanitarios con empresas privadas no son en efecto de ahora. Durante los años del PSOE ya existían –los convenios con Pascual, por ejemplo–. Desde que llegó al Gobierno, el PP ha incrementado en términos absolutos el gasto año tras año en estas partidas. De 410 millones al cierre de 2018, cuando el PSOE dejó la Junta, se había pasado a 523, un 27% más, al cierre de 2021.

En términos relativos, sin embargo, el gasto en conciertos respecto del total del gasto sanitario, debido al aumento del presupuesto global destinado a Salud, ha aumentado apenas unas décimas, del 4,40% de 2018 al 4,49% de 2021. Esta cifra –que consta en el expediente de la orden– es aún de las más bajas del país, por lo que el margen que tiene Moreno, si quisiera, para mejorar el negocio de las empresas en este terreno es muy amplio. Para este año, la Junta prevé derivar a otros 50.000 andaluces a la sanidad privada, un 25% más.

Protesta

El PP andaluz sabe que el asunto de la sanidad es corrosivo y no quiere que se le vaya de las manos. Fue uno de los factores que acabó con la hegemonía socialista y, de un modo u otro, no desaparece de las principales preocupaciones de los andaluces en los sondeos. La Atención Primaria, baqueteada durante la pandemia, está en este momento en crisis. A los sanitarios, cansados, no les dan de momento confianza los planes del Gobierno de Moreno al respecto. El próximo 16 de marzo, CCOO, UGT y CSIF preparan una protesta en Sevilla.

Así, CCOO tachó de «burda» la maniobra y aseguró que con ella buscaba «acotar el rechazo social» que, considera, ha causado la orden. «Una vez más, la Administración se empecina en mantener la puerta abierta de los hospitales y centros de salud a la sanidad privada«, afirma José-Pelayo Galindo, de la Federación de Sanidad del sindicato.

Para UGT, la maniobra de Moreno es una «chapuza»: «Seguimos igual que antes o peor. ¿Tan difícil es eliminar la posibilidad de privatización? ¿Por qué quieren justificarlo y no erradicar esa posibilidad? El querer vender que solo se hará en casos de periodos de mayor demanda o situaciones de emergencia es justificar que en cualquier momento lo pueden y lo van a hacer. Cada vez tenemos más claro que su única intención es privatizar la Atención Primaria».

 

El PSOE, sobre la amistad de Feijóo con el narco Marcial Dorado: «Lo inhabilita políticamente»

Los socialistas cargan contra el líder del PP y destacan que su vinculación con Dorado es una anomalía en toda Europa. Ferraz avisa que el máximo dirigente de los populares tendrá que responder más preguntas sobre esta relación. 

El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, durante la sesión de control al Gobierno en el pleno del Senado, este martes

El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, durante la sesión de control al Gobierno en el pleno del Senado, este martes.  Kiko Huesca / EFE

«Podemos tener algún polizón en el barco, pero cuando sucede, lo bajamos a tierra. Y le digo algo más, cuando yo me subo a un barco lo primero que hago es comprobar quien es el patrón». Son las palabras que dedicó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez a la portavoz del PP, Cuca Gamarra, el pasado miércoles en el Congreso. El líder del Ejecutivo se defendió de las acusaciones sobre el caso Mediador con un contrataque en recuerdo de la famosa foto y amistad de Alberto Núñez Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado.

Los socialistas han decidido ir con toda la artillería dialéctica respecto a esta cuestión. De este modo, según indican fuentes del PSOE, «no hay un caso similar en toda Europa». «La anomalía que supone el vínculo del Sr. Feijóo con Marcial Dorado le inhabilita políticamente», apuntan las mismas fuentes de la dirección socialista.

Para el PSOE es evidente que la agenda pública de Feijóo «ha menguado rápidamente» desde la pasada sesión de control al Gobierno en la que Sánchez sacó el tema de Dorado. «Desde hace unos días el máximo dirigente del PP se ha refugiado en su perfil de Twitter», indican los socialistas. «Sabemos del nerviosismo que afecta al Sr. Feijóo cuando se mencionan barcos, viajes, o amistades peligrosas, pero no imaginábamos que esto supusiese la práctica cancelación de su agenda pública», apuntan.

El PSOE incide en que la amistad de Feijóo «con el que fue un conocido narcotraficante gallego es un hecho». «Feijóo lo sabe, y por ello acusa el golpe de forma tan clara. Esconderse en la sede de Génova no hará desaparecer las preguntas sobre esa relación», añaden en Ferraz.

Feijóo y Dorado se conocieron por mediación de Manuel Cruz, chófer del dirigente popular José Manuel Romay Beccaría y testaferro de varias de las empresas del narco. En Ferrol le llamaban Manuel Cruz Gamada por sus vinculaciones con la ultraderecha en un grupo al que en la ciudad denominaban los años setenta y ochenta «los cadeneros», porque usaban cadenas de bicicleta en las palizas que propinaban a progres y sindicalistas. A ese círculo estaba vinculado Arsenio Fernández de Mesa, que era el delegado del Gobierno de Aznar en Galicia cuando la policía judicial registró el chalé de Dorado y descubrió su álbum de fotos con Feijóo.