El resumen de la patente dice:
“La presente invención se basa en el aislamiento y la identificación de una nueva especie de virus Ébola en humanos, el EboBun. El EboBun fue aislado de los pacientes que sufrieron de fiebre hemorrágica en un reciente brote en Uganda”
Vale la pena señalar, que EboBun no es la misma variante que en la actualidad ha provocado el virulento brote epidémico en África Occidental.
Pero es evidente que el CDC necesita ampliar su cartera de patentes para incluir más cepas de Ébola y esa podría ser la razón por la que las víctimas estadounidenses del Ébola han sido trasladadas recientemente a EEUU.
A partir de la descripción de la patente sobre el virus EboBun, sabemos que el gobierno de EE.UU.:
1) Extrae el virus del Ébola de los pacientes
2) Afirma haber “inventado” ese virus
3) Pretende tener el monopolio de protección de patentes sobre el virus
Para entender por qué ocurre esto, primero tenemos que entender qué es una patente y por qué existe.
Una patente es un monopolio impuesto por el gobierno que se concede exclusivamente a personas u organizaciones concretas. Permite que una persona u organización se beneficie exclusivamente de una determinada “invención”, impidiendo a otros la capacidad de explotar la invención para su propio beneficio.
Y es que en la sección “Resumen de la invención” del documento de patente también reivindica claramente que el gobierno de EE.UU. reclama la “propiedad” sobre todos los virus del Ébola que comparten al menos un 70% de similitud con el Ébola que él “inventó”.
La patente del CDC también muestra específicamente la protección de patente sobre un método para propagar el virus del Ébola en células huésped, así como el tratamiento de los huéspedes infectados con vacunas.
Esto nos lleva a una pregunta obvia: ¿Por qué querría declarar el gobierno de EE.UU. el haber “inventado” el Ébola y luego reclamar un monopolio exclusivo sobre su propiedad?
De hecho, esta patente ayuda a explicar por qué algunas víctimas de Ébola están siendo transportadas a los Estados Unidos y sometidas al control de la CDC.
Estos pacientes llevan en su cuerpo valiosos activos de propiedad intelectual en forma de variantes del Ébola y el CDC desea ampliar su cartera de patentes mediante la recolección de muestras sanguineas, para estudiarlas y potencialmente patentar nuevas cepas o variantes del virus.
Patentar el Ébola es tan extraño como tratar de patentar el cáncer o la diabetes. ¿Por qué una agencia gubernamental reclamaría haber “inventado” una enfermedad infecciosa y luego reclamar el monopolio de su explotación para uso comercial?
¿Acaso espera el CDC cobrar royalties sobre las vacunas del Ébola? ¿Está buscando “inventar” más variantes y patentar esas también?
Que nadie se equivoque. En todo este asunto hay millones de dólares en ganancias en juego.
Las acciones de Tekmira subieron más de un 11% el pasado viernes cuando se empezó a presionar a la FDA para que acelerara los ensayos de vacunas contra el Ébola creadas por la compañía.
Lo que estamos viendo es un teatro médico, con un guion cuidadosamente escrito.
Un pánico global de pandemia, una patente del gobierno, importación del virus del Ébola a una ciudad importante de EE.UU., una vacuna experimental, la súbita aparición de una compañía farmacéutica poco conocida y una protesta pública contra la FDA (Administración de alimentos y medicamentos de EEUU) para que acelere la creación de una vacuna.
Imaginemos cómo podría ser el segundo acto de esta obra de teatro.
Un “accidente de laboratorio” en EE.UU., el “escape” del Ébola afectando a la población y una campaña nacional de vacunación obligatoria contra el Ébola que enriquece a Tekmira y a sus inversores, colocando a la CDC, con sus patentes de virus, como “salvadores del pueblo estadounidense”…
Esta obra ya se representó con anterioridad…la última vez se llamó “gripe porcina”
La fórmula es siempre la misma: crear alarma, sacar una vacuna al mercado, luego de asustar a los gobiernos para que adquieran por miles de millones de dólares, vacunas que no necesitan.
@39ANCHEL
hace 2 horas