El Ministerio de Defensa de Taiwán denuncia la entrada de más de 20 aeronaves chinas, incluidos bombarderos militares, en su espacio aéreo
21 aeronaves entraron en la zona de identificación de defensa aérea (ADIZ) en las últimas 24 horas, y entre ellas figuraban 18 bombarderos H-6 con capacidad nuclear, ha señalado este martes el Ministerio de Defensa taiwanés.
Informando de esta nueva incursión, la Defensa taiwanesa ha dado a saber que las autoridades de la isla están supervisando la situación con sus propios cazas y sistemas de detección.
Medios han considerado esta cifra un récord desde septiembre de 2020, cuando Taiwán comenzó a publicar datos sobre las incursiones aéreas chinas.
De hecho, han reportado un crecimiento en el número de incursiones militares en la zona de defensa aérea de Taiwán, es decir: de 380 aviones de combate en 2020 a más de 1500 ya en 2022.
Por todo, aumentan voces que alertan de la existencia de un riesgo creciente de accidentes que podrían provocar una escalada.
Taiwán cree que China se está preparando para encontrar otro “pretexto para llevar a cabo un futuro ataque” contra la isla, conforme reafirmó esta semana el ministro de Relaciones Exteriores taiwanés, Joseph Wu, en una entrevista con The Guardian, donde alertó que la amenaza militar china se está “volviendo más grave que nunca”.
Durante el congreso del Partido Comunista de China (PCCh, por sus siglas en chino), celebrado en octubre, el jefe de Estado chino, quien fue elegido por tercera vez líder del partido, aseguró que “las ruedas de la historia avanzan hacia la reunificación de China”. Dejó claro que la reunificación completa “se debe conseguir y se conseguirá sin duda”.
El mandatario chino además ordenó en noviembre al Ejército impulsar las capacidades y estar preparado para momentos de guerra, dado que el país enfrenta desafíos de seguridad.
Pekín considera a Taiwán parte integrante de su territorio, bajo la política de “una sola China”, por lo que rechaza cualquier intento que ponga en cuestión este principio y se opone a que mantenga lazos diplomáticos formales propios con un Estado soberano.