La ola de huelgas en el Reino Unido, por mejores salarios y condiciones de vida, alcanza esta semana su punto álgido.
Los sindicatos apuntan el dedo acusador al Gobierno conservador de Rishi Sunak y no descartan más medidas de presión.
El Reino Unido afronta diciembre con una oleada de huelgas en diversos sectores, no vistas desde hace muchos años. Los trabajadores exigen subidas salariales para luchar contra una inflación que supera el 11 % y es la más alta en más de 40 años. El sector de la salud británico, que considera las huelgas el último recurso, culpa al Gobierno de Rishi Sunak por la escalada de la crisis, que afecta, en primer lugar, a los pacientes.
El Sindicato Ferroviario, Marítimo y de Transporte, a su vez, secunda 48 horas de huelga, tras fracasar las negociaciones con la empresa ferroviaria Network Rail. Este sector también echa la culpa al Gobierno y promete más huelgas si no se alcanza un pacto justo.
Pese a interrupciones de transporte, muchos en el país apoyaron a los huelguistas para materializar sus reivindicaciones legítimas, ante una inflación sin precedentes, que parece también descontrolada.
El aumento del coste de productos de consumo básico, una larga década de reducción del poder adquisitivo de los empleados del sector público, han provocado toda esta sucesión de protestas. Este diciembre, habrá huelgas todos los días. Los sindicatos calculan que en este mes se perderán más de un millón de días laborables, lo que lo convierte en el peor mes en cuanto a interrupciones desde 1989. El gobernante conservador, en lugar de atender sus demandas, aseguró que está listo para emplear el Ejército y hacer frente a las huelgas navideñas.