El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, señala que la lucha por la demarcación de los pueblos indígenas es “una lucha por el respeto”.
El presidente de Brasil retomó el viernes el proceso de reconocimiento de tierras indígenas, establecido por ley y paralizado desde 2019 por decisión del anterior mandatario, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Lula visitó el Campamento Tierra Libre, que esta semana reunió en Brasilia a unos 6000 indígenas que han denunciado la violencia y la invasión de sus territorios por parte de mafias de la minería y la madera, y el impacto del cambio climático en la Amazonía y sus vidas.
“Vamos a tener que trabajar mucho para que podamos demarcar el mayor número posible de tierras indígenas, no solo porque es un derecho de ustedes, sino también porque si queremos llegar a 2030 con deforestación cero en la Amazonía, los vamos a necesitar como protectores de los bosques”, destacó Lula.
El líder brasileño clausuró la cita con la firma de un decreto que regulariza seis nuevas tierras indígenas en los estados de Acre, Alagoas, Amazonas, Ceará, Goiás y Río Grande do Sul.
Esas tierras se extienden por unas 560 000 hectáreas y se suman a unas 600 reservas indígenas ya reconocidas por el Estado, que tienen una superficie casi equivalente al 14 % del territorio nacional.
Sobre esa extensión, Lula remarcó en su discurso que “antes de la llegada de los (colonizadores) portugueses, los indígenas ocupaban el 100 % del territorio”.
Alrededor del 90 % de esas tierras, habitadas por unos 500 000 indígenas, son reservas medioambientales determinadas por ley, pero aun así Bolsonaro impulsó políticas para promover la explotación de minerales y otras actividades económicas.
“Los pueblos indígenas brasileños deben ser respetados y tratados con toda la dignidad que merecen. Los indígenas no deben favores a nadie. Es necesario respetar los usos, costumbres y tradiciones de los pueblos indígenas. Es un compromiso que hice durante la campaña y cumpliremos en el Gobierno”, recalcó el líder izquierdista.
De acuerdo a datos oficiales, Brasil cuenta con 732 tierras indígenas protegidas para un acumulado de 117 millones de hectáreas, lo cual representa el 13,8 % de la extensión total del gigante sudamericano.