Pensaba disfrutar de un día tranquilo de piscina con sus hijos y una amiga, pero en el control de accesos se llevó una sorpresa mayúscula al no poder pasar por ir vestida conforme a sus tradiciones. La agresividad del empleado de la piscina municipal aún fue a más. Fadila asegura que ella no iba a entrar en el agua. Llevaba otro vestido para acceder a la zona de la piscina y hasta un burquini, pero la negativa del empleado continuaba. Tras la denuncia, un juzgado de Valencia lo investiga como un posible delito de odio. La policía ha detenido a dos empleados de la piscina y están en libertad con cargos. Lo que más le preocupa a Fadilla es que todo sucedió en presencia de sus dos hijos pequeños. -Redacción-
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