Algunos padres y madres ya expresaron a ‘Público’ su preocupación por la situación de descontrol en las rutas escolares. Lamentan que sus hijos ya no se sientan seguros a la hora de hacer uso diario de este servicio.
Un menor de 11 años con trastorno del espectro autista ha sufrido un episodio muy desagradable en una ruta de transporte escolar de la Comunidad de Madrid. El que debiera ser un espacio de seguridad y tutelaje para el niño, llamado Leo, se convirtió en el centro de una sucesión de errores que acabaron con el pequeño en una cochera de autobuses en lugar de en su colegio.
Esta no es la primera incidencia que tiene lugar en las rutas escolares que coordina el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Algunos padres y madres ya expresaron a Público hace pocos meses su preocupación por esta situación. Lamentan que sus hijos ya no se sientan seguros a la hora de hacer uso diario de este servicio.
Prueba de las deficiencias fue la gestión del aparatoso incendio en un autobús en el que viajaban alumnos del IES La Cabrera, que tuvo lugar en marzo y acabó con el vehículo, incluidas todas las pertenencias de los adolescentes, calcinado. Por suerte, no hubo heridos graves, pero el susto para los menores fue «de infarto».
De hecho, en ese incendio, fueron los menores quienes tuvieron que avisar al 112.
El caso de Leo vuelve a ser ilustrativo. El pasado lunes, el pequeño se subió al minibús, como cada mañana, al lado del Hospital Severo Ochoa de Leganés para ir a su colegio, el Centro de Educación Especial Alfonso X el Sabio. Pero no llegó. Se había quedado dormido en la última fila, pero nadie lo despertó cuando llegaron al destino.
El autobús, una vez terminada la ruta, aparcó en las cocheras que la empresa de transportes tiene en Alcorcón, pero esta vez con Leo dentro. Cuando despertó, al ver que estaba solo y encerrado, empezó a tocar el claxon. El niño bajó del automóvil y anduvo dos kilómetros hasta dar con la puerta de un supermercado Aldi, donde una trabajadora llamó a la Policía local para que le ayudaran a localizar a sus padres.
Después de pasar toda la mañana pensando que su hijo estaba en clase acompañado, los agentes se pusieron en contacto con los padres y les informaron de lo ocurrido. Su preocupación fue mayúscula. Como es lógico, se les pasaron por la cabeza la infinidad de cosas que le podrían haber ocurrido a un menor de 11 años con discapacidad intelectual vagando solo y perdido entre cocheras, carreteras y supermercados. Además, no era la primera vez que les ocurría algo así.
Sin querer generar alarmismo entre las familias, desde la Fundación ConecTEA ponen de relieve la importancia de dotar con la formación y experiencia necesaria a las personas que se ocupan de cuidar a los niños en los autobuses, así como de garantizar que disponen de unos protocolos de control eficaces. Pero, sobre todo, insisten en dar una formación sobre discapacidad a los profesionales (conductores y monitores) que prestan el servicio.
Por su parte, desde la Federación de Padre y Madres (FAPA) Francisco Giner de los Ríos abogan a Público por aportar un refuerzo extra. «Es importante que haya estabilidad frente a la llamativa rotación. Nos encontramos que van cambiando constantemente. Estos pequeños necesitan un referente, que lo sea todo el curso y no solo una semana», explica su presidenta, Carmen Morillas.
Asimismo, Morillas también hace referencia a la formación: «En esas rutas tienes alumnado de todo tipo, a los que les pueden dar crisis y no todo el mundo sabe cómo actuar. Hace falta reconfigurar y evitar que todo este tipo de situaciones no se repitan», asevera.
Mientras, desde la Consejería de Educación aseguran que se han tomado medidas para evitar que este tipo de situaciones puedan repetirse. Sin embargo, el consejero Emilio Viciana ha declarado que, de hecho, se ha abierto una inspección educativa para «depurar responsabilidades». «Ahora, lo que vamos a hacer inmediatamente, es abrir un expediente tanto al centro como a la empresa de transportes para esclarecer qué es lo que ha ocurrido», ha afirmado el responsable de la cartera educativa.
En los últimos cinco años, el número de alumnos transportados en las rutas escolares se ha incrementado 12,7%, pero los recursos para financiar las rutas solo han crecido en un 6%. Es decir, proporcionalmente se ha recortado la financiación.
El bajo presupuesto que ofrecen las empresas, subcontratadas por el Ejecutivo liderado por Ayuso, puede ser una de las causas por las que el servicio ha ido recibiendo cada vez más quejas y ha dado lugar a peligrosos episodios como el que ha vivido Leo.