Alejandro Martínez Vélez / Europa Press / ContactoPhoto
El Español informa de que el presidente socialista es el candidato predilecto para presidir el Consejo Europeo tras la salida anticipada de Charles Michel
La presidencia del Consejo Europeo requiere un sucesor antes de lo previsto, ya que el actual presidente, Charles Michel, ha anunciado que se presentará a los próximos comicios europeos de junio y, por cuestiones lógicas de incompatibilidad, dejará vacante una presidencia que se suponía ocupada hasta el mes de noviembre.
El Consejo Europeo es una de las siete altas instituciones de la Unión Europea, es un órgano intergubernamental y representa el grado más elevado de cooperación política entre los distintos estados miembros. Está conformado por los veintisiete jefes de Estado o Gobierno de los países de la UE, por la presidenta de la Comisión Europea y por el presidente del Consejo Europeo. Su función principal es marcar el rumbo y las prioridades políticas de la UE, aunque también se encarga de dirigir la política exterior y de seguridad común y de designar puestos de especial relevancia en organismos como el BCE o la Comisión Europea.
Por su parte, la presidencia del Consejo es la más alta representación de la UE en el exterior y es elegida por los miembros de la institución mediante una mayoría cualificada, con un mandato de 2 años y medio y con opción a una única renovación. Sus funciones son impulsar la cooperación entre los estados miembros, coordinar las distintas actividades políticas realizadas en el Consejo y representar a la UE ante el resto del mundo, además de presidir las reuniones trimestrales del propio organismo.
La incógnita, entonces, es la siguiente: ¿quién es el elegido para ocupar el puesto de máxima representación exterior de la UE? Según fuentes de El Español, el preferido sería el recién investido presidente de España, Pedro Sánchez. Aunque desde el PSOE lo descartan, Sánchez cumple al dedillo los criterios informales que marcan este tipo de designaciones: es primer ministro de su país, al igual que sus antecesores; es del grupo socialista, que con bastante probabilidad será la segunda fuerza europea y estará capacitado para sacar adelante su propuesta para el Consejo, y sería el primer español en presidir esta institución.
En caso de que Sánchez se embarcara en la aventura europea, la política española tendría dos opciones: en primer lugar, que el PSOE propusiera a un nuevo candidato/a y que este consiguiera revalidar los apoyos del actual presidente y ser investido para lo que resta de legislatura. Esta opción muestra varias incógnitas, ya que para verano la amnistía podría ser un hecho y las formaciones catalanas estarían pensando ya en las autonómicas de 2025. Eso por no hablar del resto de formaciones, con las que el PSOE debería negociar de nuevo para conseguir un nuevo acuerdo de investidura. Tampoco sabemos quién sería la persona elegida para suceder al actual presidente español. ¿María Jesús Montero? ¿Pilar Alegría? ¿Veríamos por primera vez a una mujer presidir el ejecutivo estatal? Se trata de un enigma con muchos interrogantes y muy pocas certezas.
La otra opción es que, ante el bloqueo parlamentario por la falta de apoyos para una investidura, se convoquen unas nuevas elecciones anticipadas en menos de un año. En este segundo escenario, la derecha podría resarcirse y conseguir la mayoría que no obtuvo en el 23-J, cosa bastante probable si nos fijamos en las últimas encuestas electorales. Parece poco previsible que Sánchez abandone el ejecutivo con estas opciones en la mesa y con el sudor que le ha supuesto montar el bloque de investidura que le permite gobernar ahora mismo, pero lo que sí es seguro es que en política todo es posible.
Madrid –