La mitad de los temporeros del poblado de Palos de la Frontera lo ha perdido todo a causa de un fuego que no ha provocado heridos
Las llamas han vuelto a cebarse con los asentamientos chabolistas de temporeros. Sobre las seis de la mañana de este viernes el fuego devoraba buena parte del poblado en las afueras de Palos de la Frontera (Huelva), calcinando casi la mitad de las infraviviendas que han dejado sin casa y sin pertenencias a unas 400 de las 800 personas que viven habitualmente allí, según confirman fuentes municipales. El incendio, que ya ha sido controlado, no ha provocado daños personales. Los técnicos están trabajando en esclarecer qué pudo provocarlo.
“Ahora mismo se están llevando a cabo labores minuciosas para apagar cualquier mínima llama, pero el incendio está a punto de ser extinguido”, ha explicado el alcalde de Palos, Carmelo Romero (PP), a este diario. “Creemos que sí se han visto afectadas unas 300-400 personas que viven en 200 chabolas que se han perdido por completo”, indica. En el poblado hay alrededor de 400 infraviviendas en las que residen temporeros de origen magrebí y subsahariano que están trabajando en la recogida de la fresa.
El Ayuntamiento aún no ha decidido si va a habilitar un pabellón o alojamientos alternativos a los afectados. “Ahora mismo estamos centrados en darles de desayunar, proporcionarles garrafas de agua y ropa, que se les ha quemado”, señala Romero.
Las asociaciones que trabajan en estos asentamientos ya han denunciado la “parálisis de las autoridades”. “No entendemos por qué no se abren naves o polideportivos para estos trabajadores de una actividad esencial que no van a poder dormir bajo techo”, denuncia Pepa Suárez, portavoz de la Asociación Multicultural de Mazagón, que estuvo durante el incendio en el poblado. “Ha sido dramático, todas las casas salvo las que estaban a pie de carretera han quedado calcinadas, están todos conmocionados”, relata.
Además de sus viviendas, en el incendio han perdido la documentación que acredita que llevan aquí tres años, advierte Suárez. El alcalde, sin embargo, asegura que la mayoría no tienen documentación y que por eso va a ser muy difícil que los contraten para la campaña de la fresa.
Los incendios en este tipo de asentamientos son frecuentes. El cartón, el plástico o la madera con los que se levantan las casas son materiales muy precarios, que arden con facilidad. “Siempre suelen producirse de manera fortuita mientras se está haciendo la comida o son causados por rencillas entre los que viven ahí”, asegura el alcalde, que descarta que haya sido provocado de manera intencionada por alguien ajeno al poblado.
En la madrugada del domingo pasado, otro incendió acabó con buena parte de un asentamiento chabolista en Níjar. Las autoridades tampoco abrieron pabellones o instalaron carpas para atender a los temporeros que perdieron sus casas, denuncian las ONG que trabajan con ellos.
El Ayuntamiento de Palos de la Frontera no se plantea buscar una solución habitacional alternativa para poner fin a los asentamientos. “La inmigración ilegal en una competencia del Estado y es el Gobierno central el que debe erradicar el chabolismo y controlar el paso de las fronteras”, afirma el alcalde. Su compañero de partido y regidor de Lepe, Juan Manuel González, donde se asienta otro poblado chabolista que también ardió el verano pasado, sí ha decidido actuar con un plan integral para la erradicación del chabolismo, todavía en ciernes, que contempla destinar suelo municipal para establecer unas 500 viviendas temporales, que requeriría una inversión inicial de 600.000 euros.