“Esta película sobre Mikel Zabalza es una pequeña venganza hacia todo el sistema torturador que sufrí”

ENTREVISTA

Hablamos con Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino, directores de ‘Non dago Mikel?’, demoledor documental sobre el caso de Mikel Zabalza que ha tardado más de 10 años en ver la luz y que llega por fin a las salas este viernes 26

La madrugada del 26 de noviembre de 1985, la Guardia Civil detuvo a Mikel Zabalza, joven navarro cuyo único delito era ser conductor de autobuses en Donosti. La Guardia Civil también detuvo a su novia y a su primo. En su pueblo (Orbaitzeta) detuvieron a sus hermanos y en Errenteria a Ion Arretxe. Fueron trasladados al cuartel de Intxaurrondo, donde se les torturó aplicándoles la Ley Antiterrorista. Todos fueron puestos en libertad menos Mikel, dado por desaparecido en un país que se vendría ante el mundo como una democracia europea más. Su cadáver apareció días más tarde en el río Bidasoa.

El pasado lunes 22 de febrero, 35 años después, hemos podido escuchar por primera vez la conversación que mantuvieron Luis Alberto Perote (entonces coronel del CESID) y Pedro Gómez Nieto (capitán de la Guardia Civil destacado en Intxaurrondo a las órdenes del infame Coronel Galindo) y en la que admiten que Zabalza murió cuando estaba siendo torturado.

Antonio Rubio y Manuel Cerdán, periodistas de El Mundo, publicaron la reproducción de esta grabación y la mostraron como prueba en el sumario que investigaba el Caso Zabalza. Pero el tribunal creyó que la grabación no presentaba “una mínima calidad convictiva” porque el capitán Gómez Nieto negó que existiera esa conversación.

Esta esclarecedora grabación forma parte de la investigación que los directores Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino realizaron para su documental Non dago Mikel? (¿Dónde está Mikel?). Cuando comenzaba a trabajar en la película, en 2011, Llamas fue detenido durante una operación de la Policía Nacional para desarticular la web Apurtu.org. Pasó año y medio en prisión y salió en libertad bajo fianza.

En cuartopoder hablamos con él y con Merino, directores de Non dago Mikel?, demoledor documental que ha tardado más de 10 años en ver la luz y que llega por fin a las salas este viernes 26.

-La proyección de Non dago Mikel? en el Festival de San Sebastián fue muy emotiva.

-Miguel Ángel Llamas: Un hombre de unos 55 años presentó la película tras la proyección, en el coloquio posterior. El hombre estaba mudo, no hablaba. Con las mascarillas no veíamos lo que le pasaba, no entendíamos nada. Estaba totalmente emocionado, llorando porque la historia había pasado ahí mismo, al salir a la calle, en su propia ciudad.

Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino. / Suria

-Empecemos por la actualidad, la conversación entre el Perote y Gómez Nieto en la que admiten que Zabalza murió mientras era torturado en Intxaurrondo. Este material lo teníais, pero no aparece en el documental. ¿Es una decisión creativa o hay alguna otra decisión?

Amaia Merino: Es una decisión creativa. Han pasado 35 años del caso Zabalza y es un caso muy plural, abierto, teníamos muchísima material de mucha gente. Pero nos preguntamos para qué estábamos haciendo esta película. Y pensamos que lo más efectivo era contar lo que pasó en aquellos 20 días. Era una manera de ofrecer una experiencia al espectador porque había un excelente material para logarlo. Queríamos que el espectador tuviera su propia experiencia, su propia opinión, que nadie le dijera lo que tenía que pensar. Y no digo que seamos neutrales, pero nuestro punto de vista es cinematográfico.

-Hay una imagen de archivo que no pertenece a esos terribles 20 días. Y es de los noventa, cuando habla nuevamente la madre de Zabalza, pero ya más mayor. ¿Por qué?

A. M: Durante la película esos 20 días pasan como el plomo. Y de ponto transcurren diez años y el caso sigue igual, sin resolverse. Y eso te lleva de un salto al día de hoy. No ha pasado absolutamente nada, sigue habiendo una versión oficial que se mantiene, nadie ha reconocido que eso no fue así. Y todos los amigos y familiares de Ion que fueron torturados quedan como unos mentirosos.

-Un gran idea de Non dago Mikel? es que Ion Arretxe (director de arte, decorador, actor y escritor), torturado también en Intaxurrondo, se convierte en Zabalza. Es todo un acierto que uno de los torturados con él lo cuente todo, a veces sientes que es Zabalza el que habla.

A. M: Exactamente. Y usa uno de sus muchos oficios para contar lo que pasó dibujando y haciendo la maqueta del piso donde lo torturaron.

-También Intxaurrondo es un personaje más en el documental. Es terrible ver lo cutre de aquellas torturas tan poco sofisticadas. Cómo se usaba un simple piso para torturar y asesinar, con la bañera del cuarto de baño para ahogar a los detenidos.

A. M: Cutre y cruel, ahí vivían sus familiares, sus niños, las esposas de los guardias civiles…

M. A. L: Los propios guardias civiles que vivían en Intxaurrondo eran fuentes de información. Había guardias civiles que llegaban al cuartel con la idea de luchar contra ETA, como una misión heroica. Pero descubrieron quiénes mandaban en el cuartel, el tema del narcotráfico, la guerra sucia… Y sus familias escuchaban los gritos de personas que estaban siendo torturadas. Hasta llegaron a quejarse de que así no se podía vivir, que tenían que poner la televisión alta para nos escuchar los gritos. Algunos de esos guardias civiles se convirtieron en fuentes de información, pero era tal el clima de terror de Rodríguez Galindo y los suyos que no hubo gargantas profundas que se animaran a participar en un juicio.

-Ion Arretxe dice en el documental que con la transición se nos vendió que los fascistas ya eran buenos y los etarras cada vez más malos. Sugiere un lavado de cerebro.

«A mucha gente se le cayó la venda de los ojos con lo que le pasó a Zabalza porque pensaban que los socialistas iban a hacer algo para acabar con el postfranquismo»

A. M: Por eso era muy difícil hacer entender que te habían torturado.

M.A.L: El caso Zabalza movió a mucha gente porque dura 20 días. A mucha gente se le cayó la venda de los ojos con lo que le pasó a Zabalza porque pensaban que los socialistas iban a hacer algo para acabar con el postfranquismo, para que no hubiera más torturas. Pero en este caso se detiene a una persona bajo la Ley antiterrorista y de forma legal, se le traslada a un centro de detención legal y esa persona desaparece bajo custodia policial. No es que denuncie torturas, es que desaparece. Es gravísimo. Hay un desaparecido en Europa, en una democracia. Y a mucha gente le vino a la cabeza Chile, Argentina… Y el miedo de que le pudiese pasar a cualquiera. Se les cayó la venda de los ojos.

-Hay un momento de Non dago Mikel? en el que el alcalde del pueblo de Zabalza, Orbaizeta, se despide de él ante los vecinos. Al verlo no puedes evitar relacionarlo con el caso de Miguel Ángel Blanco, imagen que conoce todo el mundo. Pero la de pueblo de Zabalza nadie la conoce. ¿Hay un relato que llega y otro que no, que se silencia?

M. A. L: Es el debate sobre la batalla del relato. Nosotros no queremos entrar en esa batalla, queremos conformar de un relato más heterogéneo y plural que el que hoy se nos impone. Si la propia sociedad vasca no cuenta su historia con múltiples relatos que conformen ese relato común vendrán de fuera y lo harán por nosotros. Y, evidentemente, quien tiene más dinero y más poder es el que manda. Y se ha impuesto un relato único.

-La actualidad no ayuda mucho a ser optimista. Este mes ha muerto Rodríguez Galindo, el capo de Intxaurrondo que de 35 años de cárcel solo cumplió 4. En mayo de 2020 también murió Billy el Niño, impune y cobrando su pensión hasta el final. La injusticia es enorme.

A. M: Por eso dejamos al final a la madre de Mikel, que dice que lucha “contra una empresa muy grande, pero algún resquicio habrá”.

M. A. L: También es importante el trabajo de investigación de Paco Etxeberria (antropólogo forense y asesor del Gobierno en materia de memoria histórica). Su trabajo sobre las torturas llega hasta 2011. A mí me detuvieron en 2011 y las personas detenidas conmigo fueron torturadas, han sido los últimos navarros torturados por la Guardia Civil. Tres de ellos han logrado que Estrasburgo falle a su favor diciendo que sus denuncias de torturas no fueron investigadas. Y el juez instructor era Fernando Grande Marlaska, que hoy es Ministro del Interior. Y las personas que les torturaron siguen trabajando como guardias civiles. Hay torturadores que siguen activos y van a tener sus pensiones, como Billy El Niño.

-Se tiene una idea de las últimas torturas como algo de los años setenta, de Billy El Niño y de la Brigada Político Social, pero lo que mencionas ha sucedido prácticamente ayer. Y eso no nos lo cuentan en la televisión.

M. A. L: También ha habido torturas en la Ertzaintza (policía autónoma vasca). Tiene 300 denuncias de torturas y hay responsables, grupos policiales que han hecho eso. Y a día de hoy siguen trabajando en la ertzaintza.

-Hay otro momento en el que Ion Arretxe se rompe. Es cuando Paco Etxeberria le dice que la entrevista por fin ha terminado, que es como decir que también su película ha terminado.

M. A. L: Ion tenía muy elaborado lo que había vivido. Había estado con profesionales, había escrito un libro. Cuando está ante Paco Etxeberria, que es como un escáner, vuelve a revivir Intxaurrondo y cuando acaba de contarlo…

A. M: … Se quiebra porque acaba de contar su relato oficialmente, a alguien que investiga de forma oficial.

M. A. L: Esta película es una pequeña venganza hacia todo el sistema torturador que sufrí.

-Qué diferencia hay entre las tortura de Jon y Mikel y la que viviste. ¿Era más sofisticada, sutil?

«Yo trataba de empatizar con mis torturadores para que no me golpearan, pero no lo conseguía»

M. A. L:  A mí me detuvieron en el 99 y fue todo muy básico. Crean un ambiente de miedo, de repente nada de lo que conocías funciona. Yo trataba de empatizar con mis torturadores para que no me golpearan, pero no lo conseguía. Intentas ser simpático y obediente con los que te están torturando. Dicen que hagas flexiones y las haces, dicen que te agaches y te agachas, dicen que te pongas tú mismo la bolsa en la cabeza y lo haces. Y lo haces con ganas de hacerlo bien para satisfacerles. El tema de la bolsa lo entienden pocos porque nadie entiende que algo tan común como una bolsa del súper pueda ir contra ti de esa manera. Tienes la sensación de que nadie te va ayudar, no te atreves a decirle al forense lo que te están haciendo porque sabes que están escuchando o que ese forense es de la Audiencia Nacional y quien ha ordenado tu detención es la Audiencia Nacional. Me autoinculpé de un atentado que no puede hacer, porque estaba en otro lugar, y lo hice para que parasen la tortura. Firmé una declaración policial comiéndome ese marrón y sabiendo que podría ir quince años a la cárcel.

-¿Sigue habiendo torturas?

M. A. L: Desde el 2011, las personas a las que se les ha detenido bajo la Ley antiterrorista no han denunciado torturas, por lo tanto ha habido una orden para que se deje de torturar. La tortura en Euskal Herria la cortaron y eso deja claro que era una orden.

A. M: Pero la Ley antiterrorista sigue ahí. Nadie está libre.

-Felicidades por el documental y que lo vea mucha gente.

M. A. L: Muchas gracias.

A. M: Eskerrik asko.