Activistas contra la guerra se han reunido frente a la Casa Blanca en Washington (EE.UU.) para exigir a la Administración Biden que deje de hostigar a Rusia.
Los manifestantes, a los que se unieron también los turistas que visitaban la capital de EE.UU., han exigido este jueves la disolución de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) mientras gritaban “No a la guerra contra Rusia” y portaban pancartas que decían lo mismo.
La concentración fue convocada por algunos de los grupos contra la guerra más activos en Estados Unidos, entre ellos Code Pink, Black Alliance for Peace y Act Now to Stop War and End Racism (ANSWER) Coalition.
Olivia DiNucci, miembro de Code Pink y una de las organizadoras de la manifestación, ha llamado a aprender lecciones de las guerras en Afganistán e Irak y ha rechazado la decisión del Congreso de aprobar un proyecto de ley de gastos militares de 678 mil millones de dólares.
“¿Quién se beneficia más de esto? No se puede decir lo suficiente: fabricantes de armas, traficantes de armas, comunidades de inteligencia; no podemos seguir”, ha precisado y se ha referido al respecto a la empresa fabricante de armas Lockheed Martin e instituciones financieras como Blackrock. “Raytheon ya les está diciendo a sus accionistas hoy, públicamente, que este será un ‘año excepcional’. ¡Qué vergüenza!”, ha apostillado.
Michael Bearman, del Partido por el Socialismo y la Liberación (PSL), por su parte, ha señalado que exigimos a Estados Unidos que retire todas sus armas de Ucrania para detener la provocación de la guerra, pero en general, pedimos la disolución de la OTAN.
“Decimos ‘no a la guerra con Rusia’, porque sabemos que Rusia no es el agresor y, de hecho, Ucrania tampoco es realmente el agresor: son los EE.UU. y la OTAN, que está dirigido por los EE.UU. y tiene muchos socios menores dentro de Europa, los que están instigando la guerra con Rusia. No quieren que Rusia tenga un camino de desarrollo independiente, no quieren que Rusia tenga una política exterior independiente”, ha aducido.
La manifestación se produce después de que el presidente de EE.UU., Joe Biden, ordenara el despliegue de 8500 soldados en Europa del Este en tan solo cinco días si fuera necesario, aunque ha dicho que las tropas no se enviarán a Ucrania.
Estados Unidos y la OTAN entregaron el miércoles a Moscú sus respuestas escritas a las propuestas rusas sobre garantías de seguridad, en las cuales rechazaron las propuestas de Rusia de que el bloque militar detenga su expansión hacia el este y que Ucrania no se adhiera a la alianza militar.
El Occidente acusa a Rusia de planear una invasión militar a Ucrania, argumentando la acumulación militar rusa en su frontera; no obstante, Moscú asegura que su presencia militar en dichas zonas responde a la necesidad de defensa y disuasión ante la amenaza de un posible ataque de la OTAN y Ucrania.