La atención primaria se desangra: la falta de inversión y los dos años de pandemia condenan a la precariedad a los sanitarios

Muchos centros de salud siguen saturados o incluso colapsados tras la emergencia sanitaria de la covid-19. Las demoras de las citas son históricas en varias comunidades autónomas y muchos profesionales están condenados a la precariedad.

Una mujer con un cartel en la que se lee: ‘Sanidad pública no se vende, se defiende’, participa en la manifestación convocada por Marea Blanca, en defensa de la Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, a 20 de junio de 2021. Manifestación convocada por Marea Blanca, en defensa de la Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, a 20 de junio de 2021. — Alejandro Martínez Vélez / EUROPA PRESS

La atención primaria se muere. En unos años podría desaparecer. No es una exageración: es el aviso de las asociaciones de médicos de familia, que ven cada día cómo los centros de salud se enfrentan a una sobrecarga de trabajo ya rutinaria.

Elvira (nombre ficticio) es el ejemplo de la precariedad. Ha pasado por cinco centros de salud de Madrid y de Extremadura distintos en los últimos dos años y medio. «Es increíble pero mi resumen de la pandemia es: cinco contratos y ahora en paro. La precariedad y la inestabilidad te mata lentamente. Cuando te acostumbras y empiezas a conocer a pacientes de un centro de salud, se acaba el contrato. Normalmente encadenas contratos en el mismo sitio, pero no he tenido esa suerte durante la pandemia», lamenta a Público.

No quiere que salga su nombre real porque está sin trabajar desde el pasado 31 de marzo, cuando la Comunidad de Madrid también prescindió hasta de seis mil sanitarios contratados por la covid-19. No entraba dentro de ese paquete aunque también se fue al paro ese jueves. La precariedad y la eventualidad va mucho más allá de la pandemia.

El Foro de Atención Primaria denuncia que la saturación se ha cronificado por «la ausencia de inversiones»

La escasa inversión en la sanidad pública siempre ha sido el problema. El gasto sanitario previsto para 2022 en atención primaria aún está por debajo del de 2010, año en el que empezaron los grandes recortes, según el informe publicado este jueves por la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) por el Día Internacional de la Atención Primaria, que se celebra este 12 de abril. Y las previsiones son devastadoras.

Recientemente, el Foro de Atención Primaria, que engloba a las ocho principales entidades estatales del sector, advirtió de que podría llegar a desaparecer si continúa la situación actual. Esto se debe a que las malas condiciones y la saturación se están cronificando «ante la ausencia de decisiones e inversiones que promuevan un cambio real de la situación por parte del Gobierno y las comunidades autónomas», según denunciaron.

Por un lado, denuncian que el Plan de Acción de Atención Primaria 2022-2023 presentado por el Gobierno «no responde a un interés real por cambiar la situación de este nivel asistencial, puesto que no se ha incluido un presupuesto finalista». Por otro, las comunidades no han hecho una apuesta por fortalecer el primer nivel.

Hay un déficit de 4.720 médicos y 1.304 pediatras

Y es que a nivel estatal hay un déficit de 4.720 médicos y 1.304 pediatras, según han calculado las organizaciones. Ante esta falta de profesionales, crecen las demoras en las citas.

Aunque la situación no es igual en todas las autonomías. En la Comunidad de Madrid es especialmente sangrante. De hecho, este martes Comisiones Obreras de la región denunció que en los últimos dos años solo se han incorporado ocho trabajadores fijos o interinos a la plantilla estructural de los centros de salud.

Además, desde que comenzó el año se repiten las movilizaciones de los sanitarios. El pasado tres de abril, centenares de personas participaron en la manifestación convocada en Santander por la Plataforma Salvemos la Atención Primaria Cantabria para denunciar la situación «muy crítica». El 27 de marzo, se celebraron manifestaciones en comunidades autónomas como Murcia, País Valencià, Illes Balears, Aragón, Galicia, y la Comunidad de Madrid para aumentar la inversión y el número de profesionales para que las consultas sean sin listas de esperas. Mientras que la principal asociación de médicos de Castilla y León denunció que sus centros de salud están peor que nunca.

Todas las reivindicaciones muestran la unidad de los profesionales y de la sociedad por salvar este pilar tan esencial para la salud y la comunidad. Sin embargo, su permanencia está en el aire.