El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, intenta distraer la atención de los problemas del país norteamericano al adoptar una dura retórica contra Rusia.
El inquilino de la Casa Blanca está utilizando una retórica dura contra Moscú para desviar la opinión pública de la crisis económica del país norteamericano y salvar sus índices de aprobación, así denuncia el diario oficial chino Global Times en un artículo publicado el miércoles, afirmando que Biden utilizó el término “genocidio” con respecto a las medidas de Rusia en Ucrania precisamente para este propósito.
“Biden lanzó el término ‘genocidio’ fácil y casualmente, sin pruebas sólidas […] Mientras se le criticaban y cuestionaban a la Administración de Biden por su incompetencia e ineficacia para gobernar EE.UU., Biden colocó una etiqueta ambigua sobre Rusia para distraer la atención de la gente de la lenta economía de EE.UU. gritando sobre el conflicto en el otro lado del mundo. En el contexto actual, ‘genocidio’ es un eslogan para usar”, señala.
De este modo, añade el rotativo, el mandatario estadounidense “intentaba salvar su índice de aprobación y su carrera política”.
A continuación, Global Times indica que esta no es la primera vez que Washington utiliza este enfoque; justo antes del conflicto entre Rusia y Ucrania, acusó a China de “cometer genocidio” en la región de Xinjiang, en el norte del gigante asiático.
Palabra genocidio, herramienta de EEUU para lograr objetivos políticos
Por otro lado, el diario chino cita las afirmaciones de Shen Yi, profesor de la Universidad de Fudan, quien denuncia que el término “genocidio” se ha convertido en una herramienta para que EE.UU. logre sus objetivos políticos.
“Estados Unidos nunca ha sido el avatar de la justicia, ni es sagrada su expresión al respecto. Si hay genocidio, debe determinarse en función de los hechos, en lugar de lo que dice Estados Unidos”, concluye el experto.
El martes, Biden acusó a su homólogo ruso, Vladímir Putin, de ser un “dictador” y describió la operación militar que ordenó el pasado 24 de febrero en el territorio ucraniano como un “genocidio”.