El previsible adelanto de las elecciones andaluzas supone una prueba de fuego para medir hasta dónde llega la dinámica de unidad impulsada por las expectativas del proyecto de Yolanda Díaz.
Se acabaron los ensayos. El previsible adelanto electoral en Andalucía ya no formará parte del último resquicio de la izquierda que existía antes de la reconfiguración que se pretende afrontar para dar forma al proyecto político de Yolanda Díaz. Será, más bien, la primera prueba de fuego y también el primer termómetro que puede medir la fuerza potencial de ese nuevo espacio.
Esto no significa que la vicepresidenta vaya a tener armada su plataforma antes de estos comicios. Los tiempos eran ya muy ajustados incluso antes de que Díaz decidiese aplazar su proceso de escucha de la sociedad civil (el primer paso en su hoja de ruta) a raíz de las consecuencias de la guerra en Ucrania y de la subida histórica de los precios.
Sin embargo, aunque la ministra de Trabajo huya de momento de la denominada organicidad, los partidos políticos ya están dando pasos importantes en una dinámica de unidad impulsada por las expectativas que genera Díaz. Todos quieren llegar preparados al momento definitivo, y todos son conscientes de la necesidad de tener una estructura fuerte si finalmente Díaz acepta ser la candidata en las próximas elecciones generales.
Los comicios de Castilla y León celebrados el pasado mes de febrero se entendieron como la última cita electoral de una izquierda que aspira a superarse. Unidas Podemos resistió el golpe, pero certificó su agotamiento como espacio y constató que su reconfiguración es más urgente que nunca.
Unas eventuales elecciones andaluzas ya no sirven como ensayo y error. La lectura en el ámbito estatal es que la izquierda se juega en este territorio una gran parte de su futuro en el periodo que finalizará con unos comicios generales (previsiblemente en 2023). Un batacazo en este territorio provocaría una salida accidentada de este espacio en la carrera electoral y pondría en seria duda la dinámica de unidad política que se ha conformado en torno a la figura de Yolanda Díaz.
La vicepresidenta dejó claro durante su último viaje a Andalucía, en el mes de marzo, que unas elecciones en esta comunidad no serían el «estreno» de su proyecto político, debido a la falta de tiempo para armarlo. Sin embargo, sí que se mostró dispuesta a «ayudar» en la reconfiguración de la izquierda andaluza y, aunque poco se sabe de su implicación real, fuentes de Unidas Podemos aseguran que está al tanto de todo y que participa de forma activa desde el «respeto a la autonomía de las organizaciones».
Andalucía
En Andalucía, Unidas Podemos, Más País, Equo y otras fuerzas andalucistas más pequeñas negocian un acuerdo, bajo el paraguas de Yolanda Díaz, que les permita unir esfuerzos, implicar a la sociedad civil y lograr un buen resultado en Andalucía, la Comunidad más poblada y clave frente a la amenaza de la entrada de Vox en el Gobierno andaluz que auguran las encuestas, además de por su tamaño, por su largo historial de voto a la izquierda.
Todo está abierto, nada está cerrado. Todo puede torcerse una vez más, en esta ocasión no a cuenta del proyecto, de las alianzas, sino de los rostros y del mismo proyecto, que lo van a defender en la campaña y después. Más País apuesta por una nueva marca y un candidato de consenso o independiente. Está por ver hasta dónde están dispuestos a llegar Podemos, que ha lanzado a Juan Antonio Delgado como su propia apuesta, e IU. Desde luego, la fuerza con mayor arraigo en Andalucía es IU, que tiene centenares de ediles y gobierna más de 60 ayuntamientos. No es un argumento menor. «Lo primero que vamos a intentar es una candidatura independiente», aseguran fuentes de la negociación.
¿Se pondrán de acuerdo antes de la convocatoria de las autonómicas, que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, sopesa para junio, a lo largo, por tanto, de este mes de abril? El acuerdo, de producirse, desde luego, abriría un nuevo panorama en la izquierda andaluza, que implosionó en esta legislatura después de que la apuesta de 2018 de unirse todos en Adelante Andalucía no obtuviese los resultados esperados.
La lógica nacional, cuando Íñigo Errejón dejó Podemos y fundó Más País, llevó a la primera ruptura: la marcha de Podemos de cargos y cuadros andaluces afines a su ideario. Esperanza Gómez, la hoy coordinadora de Más País era senadora y dejó el escaño que pasó a manos de Adelante. Teresa Rodríguez entonces en Podemos, colocó a Pilar González, ex del Partido Andalucista.
Después, una vez que Rodríguez dejó la dirección de Podemos, todo estalló de mala manera: Adelante implosionó. Rodríguez fue expulsada del grupo parlamentario y la izquierda –más allá del PSOE, inmerso en su propia crisis tras perder el Ejecutivo por primera vez– con la amenaza de Vox ahí, según las encuestas, se partió en tres.
El 28F pasado, Rodríguez, que había acudido al menos a una reunión con los demás líderes para explorar alguna posibilidad de pacto, decidió apostar por el andalucismo y por Adelante Andalucía. Ese mismo día, Más País pactó un manifiesto con Unidas Podemos.
Luego, días después y en un momento muy complicado, Yolanda Díaz acudió a Sevilla. Pudo compartir impresiones con los líderes de Más País y Equo y con las sindicalistas, secretarias generales de CCOO, Nuria López, y Carmen Castilla, de UGT. Esa visita, según las fuentes consultadas por Público, fue decisiva para que se pudiera producir la foto de los líderes de la izquierda andaluza y el lanzamiento de un comunicado conjunto en el que se hablaban de «avances» que aún no se han concretado en el diálogo hacia una coalición.