Las fuerzas ucranianas utilizan a los civiles como “escudos humanos” para continuar con sus ataques en la región de Donbás en el este del país.
En la noche del 16 de agosto, aquí en Pervomaisk, una ciudad al este de la capital de la República Popular de Lugansk, este edificio que está a mi espalda fue bombardeado con misiles norteamericanos en manos de las fuerzas ucranianas.
Un breve viaje por Lugansk nos lleva a las zonas recientemente recuperadas por las tropas rusas y las milicias populares. Este punto marcaba hasta hace poco la frontera entre Lugansk y Ucrania. Llegamos así hasta las ciudades mellizas de Lisichansk y Severodonetsk, duramente disputadas, y ahora bajo control ruso.
Este era el edificio de las tropas ucranianas guardafronteras. Apenas entrar, un mensaje nos recuerda quienes son.
En Lisichansk, esta mansión en ruinas oculta secretos peligrosos. Las minas antipersonales en miniatura, de las que Ucrania lanza en misiles a las zonas urbanas del Donbas. Esta, por lo menos, no matará a nadie.
Alejandro Kirk, República Popular de Lugansk