La seguridad de Israel está en peligro, según las últimas evaluaciones de inteligencia sobre el deterioro de la situación en Cisjordania ocupada, ya que la región se compara con un barril de pólvora a punto de explotar.
Pues, la cantidad de jóvenes palestinos que realizan ataques de represalia contra los colonos y fuerzas israelíes ha aumentado dramáticamente en la ocupada Cisjordania. Hoy en día, los conflictos armados con las tropas israelíes se han extendido más allá de las ciudades críticas como Yenin y Nablus; más bien convirtiéndose en un fenómeno cotidiano en otras aldeas y campos de refugiados.
La situación de estas ciudades y pueblos no se parece al pasado, cuando cualquier patrulla israelí, de incluso hasta 10 soldados, podía asaltar aldeas o campamentos palestinos para golpear e incluso asesinar a sus residentes a sangre fría, y luego marcharse como si absolutamente nada hubiera ocurrido.
La realidad sobre el terreno ha cambiado radicalmente, hasta el punto de que los comandantes israelíes están obligados a reflexionar mil veces antes de desplegar sus tropas en cualquier ciudad o campamento de Cisjordania, hirviente de furia.
De hecho, los heroicos ataques de represalia contra los sionistas han sacudido el régimen hasta la médula, lo que llevó a Aviv Kochavi, el jefe del estado mayor israelí, a amenazar a altos funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina con que si la ola de ataques contra los militares y colonos israelíes no cesaba, sus fuerzas lanzarían una operación a gran escala en el norte de Cisjordania.
“Observamos una escalada de disturbios en Cisjordania, particularmente en sus zonas norteñas, que podría conducir a un levantamiento popular violento”, dijo Ron Ben Yishai, un renombrado analista militar israelí conocido por sus estrechos vínculos con los centros de toma de decisiones de seguridad israelíes.
Yishai argumenta que el escenario de un levantamiento en toda regla en Cisjordania preocupa más al ejército israelí y al Shin Bet [el servicio de seguridad interna del régimen sionista] que las amenazas del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), y agrega que, actualmente, la mayoría de los jóvenes palestinos ha optado por la resistencia armada y lanzar piedras y cócteles molotov contra puestos del ejército israelí en la ocupada Cisjordania. Según estimaciones, estos jóvenes no están afiliados a ninguna organización palestina en particular.
Estos actos demuestran una resistencia general en la ocupada Cisjordania que, a pesar de la separación geográfica con la asediada Franja de Gaza, durante 2021, los jóvenes cisjordanos han mejorado sus capacidades militares para defenderse ante los militares israelíes. También eso pone de manifiesto que la ocupada Cisjordania puede armarse, tal como lo hizo la Franja de Gaza.
Incluso los comentaristas de seguridad israelíes reconocen ahora que, a pesar de los arrestos masivos, ha habido un aumento perceptible en la tensión y las escaramuzas, lo que indica que los esfuerzos israelíes para sofocar los levantamientos emergentes en Cisjordania han fracasado. Por ejemplo, Dana Ben-Shimon, corresponsal de Israel Hayom para asuntos palestinos y el mundo árabe, declaró en su cuenta de Twitter:
“En cuanto a la naturaleza de los ataques y la probable escalada del conflicto, nos acercamos a un levantamiento gradual y organizado en Cisjordania. Los asaltos con armas de fuego y los enfrentamientos armados ya han vuelto, y ahora también está resurgiendo el miedo a los apuñalamientos, que caracterizó el levantamiento de 2015”.
Los palestinos no quieren que se repita un conflicto a gran escala. No obstante, Israel sigue con sus violaciones tanto en Gaza como Cisjordania, medidas que requieren respuestas adecuadas por parte de las facciones armadas e individuos palestinos.
Los israelíes se sienten inseguros: “Ahora la sensación es que tienes que mirar 10 veces para comprobar que no hay nadie sospechoso detrás de ti”, dice Shlomo Dube, colono en las tierras palestinas ocupadas por Israel.
El régimen de Tel Aviv está reforzando la seguridad en las calles y zonas fronterizas con Cisjordania, ya que teme que las tensiones puedan salirse fácilmente de control.
¿Qué depara el futuro?
Las tensiones suelen ser altas entre Israel y los palestinos que viven en Al-Quds (Jerusalén), Gaza y la ocupada Cisjordania. Hay una serie de cuestiones en las que Israel y los palestinos no pueden ponerse de acuerdo.
¿Qué debería pasar con los refugiados palestinos que viven en el extranjero? Los palestinos insisten en el derecho a retorno, algo que Israel rechaza categóricamente.
¿Qué pasará con los asentamientos ilegales de Israel en la ocupada Cisjordania? ¿Deben permanecer o ser eliminados?
¿Qué será de la ciudad de Al-Quds?, una ciudad que EE.UU. la reconoció como la capital del régimen Israelí.
Y, quizás lo más complicado de todo, ¿si se debe optar por la solución de dos Estados o no?
Teniendo en cuenta dichos asuntos pendientes de resolver, se puede decir que la situación no se va a solucionar en el corto plazo, ya que cualquier futuro acuerdo de paz necesitará que ambas partes acuerden resolver problemas complejos.
Además, si este régimen seguirá con sus violaciones y represiones sistemáticas contra los civiles palestinos, pondrá su seguridad en peligro y, además de la Franja de Gaza, se enfrentará a una Cisjordania, que está como un barril de pólvora, cuya explosión podría acabar con la existencia israelí.
Por Mohsen Khalif