Pese a las sanciones de Occidente a Rusia por su operación militar en Ucrania, China aumentó considerablemente sus exportaciones al país euroasiático en agosto.
Según los datos oficiales de la Administración General de Aduanas de China, las exportaciones a Rusia se dispararon en agosto, por segundo mes consecutivo, a pesar de las sanciones occidentales contra la economía rusa.
El informe destaca que los envíos de China a Rusia alcanzaron en agosto 7900 millones de dólares, lo que supone un aumento del 26,7 % respecto al mismo mes del año pasado (6300 millones de dólares). Se trata del segundo mes consecutivo de crecimiento de las exportaciones chinas a Rusia, tras un ligero descenso en el primer semestre del año.
Aunque aún no se conocen los detalles comerciales por categorías de agosto, los datos de julio han revelado que alrededor del 36 % de las exportaciones consistieron en maquinaria diversa, productos electrónicos y vehículos, mientras que la base de las exportaciones rusas a China está formada por los combustibles minerales, principalmente petróleo y carbón.
Mientras tanto, las importaciones chinas de productos rusos también aumentaron significativamente el mes pasado, alcanzando los 11 200 millones de dólares, un 58 % más que en agosto de 2021. El crudo y los productos petrolíferos representaron más de la mitad de las exportaciones rusas.
El volumen de comercio entre Moscú y Pekín para el primer semestre ha alcanzado 117 200 millones de dólares, un 31 % más que en el mismo periodo del año pasado. El ministro de Desarrollo Económico ruso, Maksim Reshétnikov, declaró que el volumen de negocios global podría superar los 170 000 millones de dólares a finales de año.
Moscú y Pekín, ambos blanco de presiones y sanciones de Occidente, han reforzado en los últimos años su alianza política y comercial. Rusia es una de las principales fuentes de petróleo, gas, carbón y productos agrícolas, con un superávit comercial con China.
El Gobierno chino ha achacado el actual caos en Ucrania a Estados Unidos y denunciado que las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Occidente a Rusia violan el derecho internacional y no contribuyen a mitigar la crisis.