Ciudadanos en varios países europeos han protestado contra las políticas de la Unión Europea (UE) y han pedido la disolución de este bloque de 27 países.
Las calles de distintas ciudades de países miembros de la UE, como Francia, Alemania, la República Checa, fueron el jueves escenario de protestas en las que los manifestantes expresaron su indignación por lo que consideraron la “dictadura” de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y exigieron la disolución del grupo comunitario.
Ante la censura de noticias relacionadas con estas marchas por los medios de comunicación occidentales, el periodista y activista de derechos humanos, el canadiense Keean Bexte, publicó un vídeo en su cuenta de Twitter en el que se ven marchas pacíficas a lo largo del continente verde contra las conductas autoritarias de la UE.
Estas manifestaciones se celebraron en la misma jornada en la que la UE aprobó el octavo paquete de sanciones contra Rusia por su operación militar en Ucrania y que prohíbe la importación de gas, petróleo e incluso carbón ruso a los países del bloque, pese al efecto adverso de tales embargos en los últimos meses.
Moscú inició el corte del flujo de gas desde junio, lo que ha supuesto un duro coste para los ciudadanos europeos y un importante daño a la economía de los países del continente. Solo en el Reino Unido, los precios de las energías domésticas han aumentado hasta siete veces este año, llegando a costar el megavatio por hora 713 dólares.
Con todo, Von der Leyen afirmó el viernes que el bloque estaba “bien preparado” para hacer frente al próximo invierno. El tope de precios es una de las varias medidas que los Veintisiete están preparando para contener una crisis energética en Europa que está elevando los precios para los consumidores y las empresas y que podría provocar apagones, fábricas cerradas y una profunda recesión durante el invierno.