Salvador Alba tendría que haber ingresado el pasado viernes en prisión por su intensa labor ilícita contra su antecesora en el Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas. Este lunes, efectivos de la Guardia Civil irán en su busca. Hay quien cree que ha huido. Su víctima confía en que no sea así.
Victoria Rosell vive con intensidad este momento en el que está a punto de sobrevivir a una pesadilla. De hecho, ya tendría que haber ocurrido, de no ser porque el juez Salvador Alba no se presentó, como le correspondía, en la cárcel para cumplir los seis años y medio de prisión a los que ha sido condenado por intentar acabar con la carrera política de la actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. Su obsesión le ha supuesto al ya exjuez -expulsado de la Judicatura- 18 años de inhabilitación y seis años y medio de cárcel. Mientras las redes sociales echan humo temiendo que se haya dado a la fuga, su víctima confía en que este próximo lunes ingresará en prisión.
«Es la primera vez que me preguntan si Alba podría estar fugado«, confiesa Rosell a Público. Aunque hay compañeros en la Judicatura que le conocen y creen que esto es muy posible y hay líderes de Podemos que temen que así ocurra, como destacan en sus redes sociales este fin de semana, lo cierto es que la jueza metida a política espera que no sea así.
Si Alba se fuga sería, a juicio de su víctima, «un fracaso para el tribunal que le ha condenado e, incluso, para la Justicia en general«. Además, como jurista valora que si el condenado entra en la cárcel a cumplir la pena de seis años y seis meses, «en tres y medio aproximadamente, ya podría encontrármelo por la calle de nuevo». Sin embargo, aclara que «si se fuga, tendrá que esperar, diez o quince años, hasta que le prescriba la pena de prisión y, durante todo este tiempo, estaría en busca y captura», explica.
Una dura condena que no acaba de cumplirse
El tiempo ha corrido a favor de Salvador Alba, quien ya en septiembre de 2019 fue condenado por el TSJC por el entramado judicial para acabar con la carrera política de su antecesora en el juzgado canario. Tres años después de que se iniciara la conspiración, la obsesión del exjuez le lleva a una dura condena que todavía hoy no ha cumplido. El 25 de noviembre de 2021, Salvador Alba es condenado en firme por el Tribunal Supremo. El pasado viernes tenía que haberse cerrado el círculo con su ingreso en prisión. Mientras, Rosell, serena, espera el momento de que se haga justicia.
La jueza de Podemos, como la denominaron los medios durante este largo proceso, entiende que el TSJC ha sido condescendiente con el condenado, al permitir «un montón de escritos y de alegaciones y, sobre todo, de artimañas de Alba al tratar de contestarlas a todas en favor de un procedimiento muy pulcro, pero que parece que por encima del de cualquier otro penado», señala Rosell.
Sin embargo, la actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género puede llegar a entender que ese tribunal «haya llegado a extremar las precauciones y la pulcritud». Menos comprensiva se muestra con el Tribunal Supremo. A su juicio, sí hubo retrasos menos aceptables en este alto tribunal ya que, como recuerda, empezaba el juicio en junio de 2021 y la víspera -estando ya los abogados allí, con gran coste porque venían de Canarias- Pablo Llarena (magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, quien instruyó con muchas críticas y polémica la causa del denominado juicio del procés) se abstuvo por tener cierta relación con Salvador Alba. Esto podría haber sucedido, según Rosell, meses o semanas antes para evitar más retrasos. Finalmente, el juicio se pospuso hasta septiembre, y la sentencia, a noviembre.
Con respecto al caso Alba, la jurista perjudicada en la causa recuerda cómo el secretario de Gobierno del TSJC tardó dos meses y medio en notificar que se desestimaba la recusación del presidente. Más tiempo añadido a favor del condenado.
Rosell: «Alba ha denunciado, querellado y recusado por lo menos a diez magistrados»
Victoria Rosell no olvida cómo «Alba ha denunciado, querellado y recusado por lo menos a diez magistrados». Ante esta situación, califica el proceso como «un horror que a mí me supuso más gasto como víctima y tener que estar pendiente de la ejecución de la condena».
La política canaria espera a que llegue el lunes y presume que ese día el tribunal, «viendo que Alba ha eludido de nuevo la orden judicial de ingreso en prisión, que se le ha realizado dos veces, una de ellas en persona como exigía», expedirá requisitorias para ponerlo en busca y captura y ordenar su ingreso en prisión. A partir de ese momento, la Guardia Civil se personará en su casa y, si lo encuentra, lo llevará al centro penitenciario.
Aún así, Rosell reconoce que «no sé si la Guardia Civil lo encontrará en su vivienda o si estará localizable», porque, según recuerda, al Consejo General del Poder Judicial le costó meses notificarle la suspensión.
Este tipo de artimañas del ya exjuez, según Rosell, le permitieron cobrar el sueldo de magistrado cuando ya era firme la sanción de suspensión de la judicatura, además de retrasar el proceso para su ingreso en prisión. Y eso a pesar de que, cuando se desplazaban efectivos de la Policía Local a su domicilio, los agentes entendían que estaba dentro de la casa, pero se negaba a abrirles la puerta.
Reconocimiento a la Justicia
Pese a tanto sufrimiento prolongado en el tiempo, Rosell reconoce a través de este medio que, tanto en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias como en el Tribunal Supremo, al final «salió a la luz la verdad«. Pone en valor también que «no es fácil que se haga justicia cuando el delincuente es un juez y creo que todos han demostrado estar a la altura».
Para esta jueza ahora en excedencia, quienes de verdad han impedido que las cosas se pudieran desarrollar en tiempo y forma son el propio Salvador Alba y su abogado, el mismo letrado que defendió al exministro José Manuel Soria. La figura del miembro del Gobierno de Aznar siempre ha estado muy presente en todo el falso proceso del juez Alba contra Rosell.
Entiende como víctima que el derecho de defensa poco ha tenido que ver con la forma de actuar de Alba y su abogado. Según explica, «se pasaron el tiempo ideando triquiñuelas y trámites dilatorios».
Victoria Rosell está tranquila. Cumple con su labor en el Gobierno de España y confía en que la pesadilla acabe este lunes. Solo Salvador Alba sabe si así será.