Un reciente informe de la Policía finlandesa, que coincide con una alerta de la Europol de hace unos meses, advierte de que miles de las armas enviadas por Occidente a Ucrania para combatir a Rusia están acabando en el mercado negro.
Y, sin embargo, hay quienes se están beneficiando, y mucho, con la guerra: los fabricantes de armas y sus mercaderes, los legales que están reabasteciendo a los países europeos donantes de armamento y las mafias que saquean estos arsenales despachados a Ucrania.
Las armas europeas robadas en Ucrania llegan a Escandinavia
La nueva alerta sobre el robo de armas en Ucrania la ha dado el superintendente de la Oficina Nacional de Investigación finlandesa, Christer Ahlgren, encargado de la lucha contra el crimen organizado. Ahlgren reveló que se está investigando la llegada a Finlandia de armas procedentes de Ucrania, entre ellas rifles de asalto, y que podrían pertenecer a la asistencia militar que los países europeos y Estados Unidos están proporcionando al Gobierno de Kiev.
Ahlgren fue más allá e informó de que la Policía de otros países europeos –en concreto Suecia, Dinamarca y Holanda– se ha incautado también de rifles de asalto, pistolas, granadas e incluso drones de combate procedentes de la ayuda militar europea. Según el comisario finés, existen rutas de tráfico ilegal de armas, que son transportadas incluso por bandas de moteros que operan en las grandes ciudades ucranianas.
El Gobierno de Kiev se ha apresurado a negarlo y ha señalado que todo es una campaña rusa de desinformación. Pero incluso el principal donante de esas armas, Estados Unidos, no acaba de creerse las garantías que da el Gobierno de Volodímir Zelenski, y ha procedido a comprobar estas denuncias sobre el terreno.
La desaparición de armas en Ucrania no es nueva
Antes de la guerra, Ucrania era ya el segundo país más corrupto de Europa (detrás de Rusia), según el Índice de Percepción de la Corrupción 2021 de Transparencia Internacional. Tras estallar la crisis del Donbás, en 2014, por el intento de secesión de parte de esta región ucraniana apoyado por Rusia, centenares de miles de armas ligeras «desaparecieron» en ambos frentes, el ucraniano y el prorruso, y acabaron en manos de mafias europeas.
Según un informe de 2021 del Índice Global sobre Crimen Organizado, Ucrania tenía uno de los mercados ilegales de armas mayores de Europa. Cerca de 300.000 armas pequeñas y ligeras desaparecieron o fueron robadas entre 2013 y 2015. Solo un 13% de ellas fueron recuperadas.
Según el director del Centro ruso de Análisis del Comercio Mundial de Armas, Ígor Korótchenko, Ucrania reexportará hasta el 15% de las armas que le suministran los países de la OTAN mediante esquemas ilegales de corrupción existentes desde hace mucho tiempo.
Esta información es rechazada por el Gobierno ucraniano como propaganda del Kremlin, pero la Policía europea es mucho más cauta y, sin creer o dejar de creer a las denuncias rusas, ha dado su propia voz de alarma sobre lo que está ocurriendo en Ucrania.
La Europol ya lo denunció
En julio pasado, la Europol advirtió de que «la proliferación de armas de fuego y explosivos en Ucrania podría llevar a un incremento del tráfico de esas armas de fuego y municiones en la Unión Europea a través de rutas de contrabando ya existentes y plataformas online», y que esta amenaza será mucho mayor cuando la guerra haya terminado.
El 27 de octubre, la Unión Europea indicó que planea endurecer las leyes que rigen el comercio y el transporte de armas de fuego ante el peligro de que la guerra de Ucrania incremente la presencia ilegal de este tipo de armamento en Europa.
Estados Unidos manda a sus inspectores a Ucrania
Ante tales indicios, Estados Unidos ha sido el primer país en enviar a Ucrania equipos de inspectores militares para comprobar el destino de sus envíos. Esta operación, dirigida por el general Garrick Harmon, agregado de Defensa en Kiev, incluye el rastreo de armas ligeras y de alta tecnología, como los cerca de 1.400 misiles portátiles Stinger o los 8.500 cohetes antitanque Javelin entregados a Ucrania.
Estados Unidos ha destinado ya a Ucrania cerca de 18.000 millones de dólares en asistencia militar y su presidente, Joe Biden, ha comprometido 50.000 millones más.
Una victoria republicana en las elecciones legislativas del 8 de noviembre podría romper este compromiso, pues en ese partido son muchos quienes cuestionan esa entrega al Gobierno de Kiev de material bélico de última generación, dados los antecedentes de corrupción en Ucrania, que podrían dispararse tras el conflicto.
Los países europeos han proporcionado más de 3.000 millones de euros en asistencia militar a Ucrania y hay aprobada una remesa de 500 millones, en su mayor parte equipamiento letal. Por eso, para reponer y modernizar sus propios arsenales, y al tiempo enviar armas a Ucrania, Europa ha multiplicado sus compras, sobre todo a empresas estadounidenses.
Las empresas de armas de EEUU, las grandes beneficiadas
El principal negocio que Estados Unidos está haciendo con la guerra de Ucrania no está en el suministro de gas licuado que sustituye al gas natural. El negocio más pingüe para las empresas de ese país es el de la fabricación y venta de armas en este conflicto. Al fin y al cabo, Estados Unidos es el mayor exportador de armas del mundo.
Tras la invasión rusa de Ucrania, los países europeos miembros de la OTAN se han comprometido para incrementar sus compras de armas en cerca de 230.000 millones de euros. Alemania, es el país con una apuesta más desaforada por este tipo de adquisiciones, con 100.000 millones de euros destinados a mejorar sus fuerzas armadas. Polonia, el país más receloso ante los pasos rusos, estará pronto dedicando entre un 3 y un 5% de su PIB a defensa.
Y hace unos días Estados Unidos aprobó la venta potencial a Finlandia -nuevo socio en la OTAN gracias a la guerra de Ucrania- de sistemas guiados de cohetes de lanzamiento múltiple por un coste de 535 millones de dólares.
¿Y dónde se adquirirán las armas de última generación para modernizar los ejércitos europeos? Pues en su mayor parte en Estados Unidos, cuya industria manufacturera de material militar es la gran beneficiada del conflicto.
Los arsenales europeos habían venido reduciéndose desde la caída de la Unión Soviética. Ahora, la guerra de Ucrania y la supuesta amenaza de Rusia sobre la OTAN han disparado la histeria para comprar más armas. Si a esta situación se añaden las copiosas entregas europeas de armamento a Ucrania para detener al Ejército ruso y la necesidad de reponer esos depósitos, entonces se dan las circunstancias ideales para que los mercaderes de armas estadounidenses hagan su agosto.
Además, la crisis desatada en Ucrania ha llevado a muchos países europeos a cerrar filas en torno a la OTAN, aceptando, sin rechistar y de buen grado, el liderazgo absoluto de Estados Unidos. Y una forma de mostrar ese entusiasmo es comprar las armas precisamente en el mercado estadounidense.
Las armas, una clave de la diplomacia de Estados Unidos
Las armas son un asunto de Estado para Washington y un elemento esencial de su política exterior. La venta de armamento es utilizado por Estados Unidos para hacer aliados y derribar contrincantes.
El caso del suministro de armas a Taiwán es un ejemplo fehaciente, que ha llevado al enfrentamiento entre Washington y Pekín, y a la toma de posiciones en una región, la de Asia-Pacífico, donde los aliados de Estados Unidos, como Japón o Corea del Sur (otro gran fabricante del sector), están siempre dispuestos a hacer generosos desembolsos a la industria norteamericana de armamento.
En el caso del conflicto ucraniano, uno de los hándicaps que se han encontrado las sanciones occidentales a Moscú es que Rusia era, hasta que comenzó la guerra, el segundo exportador de armas mundial y esos envíos de armas han seguido circulando, especialmente hacia Asia, pese a las restricciones.
Los bandazos que ha dado el conflicto y los problemas mostrados por el material militar ruso han llevado a muchos clientes a buscar otros proveedores. India, el mayor comprador de armas rusas, está renegociando contratos, al igual que otros clientes en Oriente Medio.
Debido a la guerra, Rusia podría ver disminuir en un 26% las ganancias por ventas de armas en 2022, en comparación con el año pasado. Pero, pese a esta caída, el negocio sigue ahí y continúa alimentando la maquinaria bélica rusa que se mueve en Ucrania.
Unos beneficios que continuarán
En todo caso, el premio gordo lo tienen los grandes fabricantes de armas estadounidenses, encabezados por los gigantes del sector: Lockheed Martin, Boeing y Raytheon Technologies. EEUU espera alcanzar los 50.000 millones de dólares en venta de armamento para este año 2022, frente a los 35.000 millones que ganó el año pasado, según la Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa de Estados Unidos.
«Creo que durante los próximos tres años más o menos, habrá aumentos continuos», ha explicado el director de esa agencia, James Hursch.
¿Estaba contemplando este directivo una dilatación de la guerra de Ucrania durante ese tiempo? ¿O quizá preveía nuevos conflictos internacionales, como una eventual crisis en torno a Taiwán, y pensaba en los aliados asiáticos de Estados Unidos como eventuales nuevos clientes que reemplacen a las, para entonces, exhaustas arcas europeas? El tiempo lo dirá.