Se han hecho una huelga general de 24 horas en Grecia contra la subida de los precios de la energía y la inflación; los trabajadores piden aumento del salario mínimo.
Grecia ha vivido este miércoles una de las mayores huelgas de los últimos años, convocada por los trabajadores públicos y algunos sectores privados para exigir aumentos salariales “dignos” que ayuden a paliar la galopante inflación y que ha llevado a miles de personas a la calle a protestar contra el Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis.
La huelga ha afectado a los servicios, especialmente los medios de transporte, las escuelas y la administración pública. En este sentido, Atenas (capital de Grecia), ha amanecido sin metro, autobuses ni trolebuses, y tan solo están operando parcialmente los tranvías y los trenes de cercanías.
Además, con motivo de participación de los controladores aéreos en la huelga, se han cancelado varios vuelos a nivel nacional en el aeropuerto de Atenas y, por lo tanto, se han modificado los trayectos internacionales.
Miles de personas de todas las edades y profesiones se han manifestado para condenar las reformas laborales emprendidas por el primer ministro Mitsotakis desde su nombramiento en el Gobeirno en 2019; entre ellas restricciones en la posibilidad de convocar una huelga. Asimismo, exigen claros aumentos de salarios que permitan a los trabajadores “vivir con dignidad”.
Además, reclaman una bajada generalizada del impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que es uno de los más altos en Europa, con un tipo general del 24 % (13 % el reducido y 6 % el superreducido).
Conforme a un reciente informe del Instituto Laboral de la Confederación General de Trabajadores Griegos (INE/GSEE), la combinación de subidas de precios y rentas muy bajas ha llevado a una pérdida del poder adquisitivo de los hogares con ingresos bajos hasta en un 40 %.
Una profesora de guardería, Elpida Myrila —en una entrevista con la agencia española de noticias EFE— ha aclarado durante la manifestación que las medidas del Gobierno para contrarrestar la crisis no son suficientes, y la idea de poner un techo flexible a los productos básicos en los supermercados ha sido un “engaño”. La gente sigue sufriendo y además el país “está hundido en los escándalos”, ha agregado.