El otro maquinista del Alvia confirma ante el juez la teoría del fallo humano
El conductor dice que había condiciones para llegar a Santiago sin problemas
Las comparecencias de tres relevantes testigos del accidente ferroviario de Santiago sirvieron ayer para confirmar los elementos básicos de la instrucción que lleva el juez Luis Aláez, según fuentes del caso. El testimonio más importante fue el del maquinista que dio el relevo a Francisco José Garzón en Ourense. Javier Illanes Álvarez aseguró que la formación que reciben los conductores y la señalización de la vía eran suficientes para efectuar el viaje sin incidentes, al margen de la dificultad de la curva que ya comentó ante la policía.
El testimonio del maquinista Illanes se convirtió en buena medida en una contribución pericial al sumario que, según la información que trascendió, confirma la principal hipótesis judicial, la del error humano del maquinista Garzón como causa básica del accidente del tren Alvia en el que murieron 79 personas.
Javier Illanes Álvarez fue el maquinista que llevó el Alvia de la línea Madrid-Ferrol entre la estación de Medina del Campo y la de Ourense. Allí le dio el relevo a su compañero Francisco José Garzón, pero continuó el viaje hasta A Coruña. Lo hizo como pasajero y colaboró en atender las necesidades que surgieron durante el trayecto, como un fallo de aire acondicionado, que había ido a resolver en los momentos previos al accidente, cuando se produjo la llamada del revisor Marugán al maquinista Garzón.
En el mismo vagón en el que viajaba Marugán iban también los tres testigos que comparecieron ayer, el maquinista Illanes, el vigilante de seguridad Celso Castor González y el trabajador de Renfe Francisco Sánchez Rodríguez. Pero Illanes no estaba en el asiento en el momento de la llamada, que se considera uno de los motivos que contribuyeron al despiste que Garzón reconoció ante el juez el 28 de julio.
Mientras Francisco Sánchez ofrecía una versión confusa, el guardia de seguridad sí dio algún dato. Apuntó que, por lo que escuchó, el revisor hablaba con el ma- quinista sobre la parada en Pontedeume y señaló que la llamada terminó unos diez segundos antes del choque. Estos dos elementos coinciden con lo que declararon ante el juez el revisor Marugán y el maquinista Garzón, después de que las cajas negras mostrasen que hubo esa conversación, que habían ocultado.
Sobre esa comunicación telefónica también le preguntaron al maquinista Illanes en su comparecencia. Consideró normal contestar a la llamada del revisor, pues puede avisar de una emergencia o dar alguna novedad.
Illanes explicó ante el juez que los maquinistas reciben una formación específica sobre los tramos por los que circulan. También detalló la señalización existente antes de la prohibición de
L O S I N S T A N T E S C R Í T I C O S El vigilante confirmó que la llamada del revisor acabó poco antes del choque A N Á L I S I S P E R I C I A L Los informes técnicos mostrarán si hubo más factores que el fallo humano
circular a más de 80 kilómetros en la curva de Angrois, donde hubo el accidente. Además, también se informa sobre esa limitación en el libro de ruta que tienen los conductores. Por todo ello contestó afirmativamente a la pregunta de si había condiciones suficientes para circular sin incidentes el tramo del siniestro.
De todos modos, el informe pericial que ha pedido el juez, junto con el dictamen de la comisión de investigación de accidentes ferroviarios, tendrá que determinar si hubo más factores que el fallo humano de Garzón, que es el elemento fundamental de la instrucción, como lo muestra el hecho de que el maquinista sea el único imputado por el siniestro. Hace unos días, el consejero gallego de Infraestructuras, Agustín Hernández, reconoció que hubo “muchas” causas y el debate político está centrado en la inexistencia de un sistema de seguridad automático capaz de corregir un fallo humano.
Tras terminar la primera ronda de declaraciones, el juez Aláez espera por esos informes técnicos así como los del análisis del móvil corporativo y el iPad del maquinista. De momento, no hay más interrogatorios previstos en un sumario en el que ya se han personado 28 familias de muertos y heridos.