La Unidad de Inteligencia Financiera de México informó al presidente López Obrador que durante los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto se destinaron unos 300 millones de dólares a servicios de espionaje. Estos gastos incluyen la adquisición del software espía Pegasus y contrataciones entre 2012 y 2018. El propio departamento asevera que, durante la actual Administración, estos servicios no han sido contratados por el Gobierno mexicano.