El expresidente del Gobierno de España, José María Aznar, a 2 de marzo de 2023, en Madrid.- EP
Cuesta mucho escuchar a Aznar y no sentir cierto rubor al respecto. Sus ademanes, la parsimonia con la que hilvana cada una de sus intervenciones, la egolatría de la que hace gala, todo en él nos conduce a una suerte de gruta hecha de vanidad, prepotencia y falta de empatía.
El aludido se lleva la palma cuando pretende ser ingenioso y/o divertido. Es entonces cuando su risa ufana y desbigotada nos desvela a un narciso ajeno al peor de los ridículos que un hombre puede hacer, y que no es otro que aquel que se ejecuta sin ser consciente de que, en efecto, se está incurriendo en tremendo bochorno.
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Pero vayamos al grano; escuchen la anécdota que Aznar nos tiene preparada. Son apenas 38 segundos de pura afectación. El que fuera presidente del Gobierno evoca, entre risas, lo que Margaret Thatcher tuvo a bien decirle –hace 33 años– la primer vez que se topó con él: «Por fin conozco a un español que se entera de algo».
Y claro, es muy complicado contenerse tras el visionado de semejante documento. El diputado de Compromís Joan Baldoví, con la espontaneidad que le caracteriza, no ha dudado en expresar lo que no deja de ser un clamor popular: «Es tan… tan… tan ridículo, que cuesta entender que este fanfarrón engreído llegara a ser presidente».
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Con la protagonista de la cita ya fallecida y a más de tres décadas de distancia, resulta complicado desmentir la supuesta fantochada de Aznar. En cualquier caso, y como el tufillo a invent es ciertamente llamativo, son muchos los tuiteros que han querido expresar su indignación para con el enésimo delirio aznarista.
Como bien apunta un tuitero, todo indica que Antoñita la Fantástica ha vuelto hacer de las suyas.