Jair Bolsonaro estaría decepcionado con los altos mandos de las Fuerzas Armadas por no haber apoyado a un golpe de Estado tras su derrota en elecciones.
El aún presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, estaría decepcionado y molesto con los altos responsables de las Fuerzas Armadas que no apoyaron abiertamente a las protestas que pedían una intervención militar tras su derrota en las elecciones frente Luiz Inácio Lula da Silva el pasado 30 de octubre.
El diario local Metrópoles ha informado que Bolsonaro estaría más enojado con el general Walter Braga Netto, quien fuera su diputado. Braga Netto prometió, en los últimos dos meses, que sería capaz de convencer a la máxima dirección de las Fuerzas Armadas para dar un golpe de Estado.
Según los informes, Braga Netto habría estado incluso dando posibles plazos a Bolsonaro de cuándo el ejército cumpliría con los deseos de los miles de personas que han estado protagonizando bloqueos y violentas protestas contra los resultados electorales.
Aunque estas movilizaciones todavía continúan, las últimas que tuvieron lugar en Brasilia hace una semana con objetivo de la entrega de credenciales a Lula por parte del Tribunal Superior Electoral (TSE), dejaron varios vehículos y muebles incendiados e incluso intentos de apoderarse de un cuartel de la Policía Federal.
Por consiguiente, el Tribunal Supremo ordenó llevar a cabo cien operativos contra los sospechosos de instigar y participar en aquellas movilizaciones antidemocráticas, llegando incluso a requisar varias armas de fuego. Entre los objetivos estaban algunos políticos cercanos a Bolsonaro.
El 2 de noviembre, seguidores de Bolsonaro, pidieron un golpe militar para evitar la investidura del presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva.