Von der Leyen anuncia una tarifa para reducir los beneficios extraordinarios de las compañías fósiles y un tope a las renovables. Asegura que ambas recaudarán 140.000 millones de euros. Los populares europeos se muestran a favor de los gravámenes.
Según adelantan ya medios como la agencia Bloomberg, los planes de la Comisión pasan por gravar un 33% los beneficios extraordinarios de las compañías fósiles y redirigir esa ganancia a los consumidores; poner un tope de 180 euros el megawatio hora a las industrias inframarginales, es decir renovables y nucleares; y un ahorro obligatorio del 5% del consumo energético en las horas punta. La mayoría de capitales son reacias a medidas imperativas y se declinan por planes voluntarios, como el que rige en la actualidad sobre el ahorro de gas en un 15%.
«Los beneficios de las empresas energéticas están bien, son buenos, pero esos ingresos récord, con los que nunca soñaron, que se benefician de la guerra y del esfuerzo de los consumidores, deben ser compartidos y redirigidos a quienes más los necesitan», ha asegurado la alemana desde el Pleno de Estrasburgo. Bruselas calcula que estos topes ayudarán a recaudar 140.000 millones de euros. El enigma ahora es conseguir el consenso entre los 27 Estados miembros y fijar los detalles de cómo ejecutar la medida y establecer los beneficiarios.
En uno de los discursos sobre el estado sobre el estado de la Unión más esperado, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha detallado estas cardinales de la brújula estratégica de la UE para hacer frente a uno de los inviernos más inciertos de las últimas décadas. La concreción de las medidas energéticas era uno de los anuncios más esperados del discurso de la alemana en Von der Leyen. El precio del gas cuesta ya diez veces más que hace un año. «Llegar a final de mes generando ansiedad a millones de familias e industrias dentro de la UE», ha asegurado.
Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo, ha apoyado el plan de acción energético propuesto por su compañera de filas, la también conservadora Von der Leyen. Entretanto, hace unos días, el líder del Partido Popular español, Alberto Núñez-Feijóo, calificó los impuestos del Gobierno de Pedro Sánchez a la banca y a las energéticas como unas medidas que «no encajan en un país de la UE». «No es justo que mientras muchos estén teniendo dificultades para llegar a fin de mes, otros se estén haciendo millonarios a costa del sufrimiento de las familias», ha asegurado Iratxe García Pérez, líder socialdemócrata en la Eurocámara.
La presidenta del PP europeo aboga ya por acometer una reforma del mercado eléctrico
La presidenta del Partido Popular Europeo aboga ya por acometer una reforma del mercado eléctrico en profundidad y por desacoplar el precio del gas de la factura de final de la electricidad. Son medidas que España lleva desde hace un año pidiendo en la capital comunitaria, pero ha tenido que llegar una guerra para que el resto de socios europeos asuman que el sistema energético, tal y como está concebido, no funciona.
Ahora son las capitales europeas las que recogen este testigo. Los 27 ministros de Energía se reunirán el 30 de septiembre en un Consejo extraordinario para debatir y, si llegan a un consenso, aprobar estas medidas. El debate se anticipa caliente porque no todas están dispuestas a gravar las compañías. Especialmente reticente es Polonia. Y tampoco genera mucha simpatía el ahorro vinculante. La Comisión Europea ha postergado, además, la propuesta para imponer un tope al gas. Una medida mucho más compleja desde el punto de vista de la unidad y a nivel de consecuencias.