Indignación en redes por la terraza con simbología franquista: «¿Quién nos defiende de los fascistas? Almeida, no»

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Hay mesas de madera de pino de roble, de formica o pensadas para la playa. Las hay de Ikea, compradas en el rastro o de promoción de alguna cervecera. Hay mesas de billar también. Incluso de ping-pong. El concepto «mesa» evoca un mundo de posibilidades a tener en cuenta cada vez que irrumpe su significante.

Sin embargo, ahora, gracias a la imaginación de un hostelero de Usera, cuando escuchemos la palabra «mesa» podríamos imaginar el rostro flácido de Francisco Franco sobre una bandera preconstitucional.

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Y es que en Madrid, tierra de libertad, uno puede permitirse ser creativo y retrógrado. Incluso se puede regentar un bar y hacer apología del franquismo. Ha ocurrido en Usera, según ha denunciado el edil del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Álvaro Vidal.

Lo ha hecho en una comisión, durante un debate sobre el cumplimiento de la nueva ordenanza de terrazas. «Es una vergüenza. Ustedes saben qué terraza es», dijo el concejal.

La noticia, como era de prever, ha causado estupor en muchos tuiteros que han querido mostrar su malestar a través de las redes sociales:

 

 

 

 

 

 

 

 

Es lo que tiene Madrid, una ciudad que ofrece múltiples posibilidades y que te permite, al mismo tiempo, no encontrarte con un ex y apoyar la cerveza sobre la imagen de un dictador. Ahí es nada.

Entrevistan a unos españoles en Londres por el funeral de Isabel II y nadie puede contener la risa con la respuesta

La labor del reportero de calle es de las más sufridas en el sector. Más aún estando en un país extranjero buscando españoles, algo que dificulta la misión.

 

Esto puede llevar a sacar al primero que se encuentre, como le ocurrió a un reportero que preguntó a unos jóvenes españoles por el funeral de Isabel II.

El joven no ofreció ninguna respuesta de lugar, pero su gesto tras sus declaraciones evidenciaban que acababa de colar al reportero un viejo meme tuitero.

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«Es una locura, hay muchísima gente. Ojalá me quieran algún día como la quieren a ella», respondía dando sus impresiones sobre las largas colas para despedir a la monarca.

Acto seguido, el reportero siguió con lo suyo y el joven se dio la vuelta por no poder aguantar más la risa, y es que, hay situaciones en las que uno no sabe qué responder y suelta lo primero que se le viene a la cabeza. En este caso, el estado de su vida amorosa.

 

 

 

 

 

 

 

La reacción a este momento entre los tuiteros ha sido inmediata, que igual que el joven, no han podido contener la risa tras su respuesta. Y es que la reacción del muchacho y la empatía por su situación sentimental ha calado entre el público.

«¿Soy yo o Vox se está cayendo a pedazos?»: James Rhodes pregunta y los tuiteros ya están sacando las palomitas para ver el espectáculo

El presidente de Vox, Santiago Abascal, a su llegada a la segunda jornada del debate del Estado de la Región, en la Asamblea de Madrid, a 13 de septiembre de 2022.- Jesús Hellín / Europa Press

El pianista James Rhodes se congratula en Twitter de un espectáculo que ya comienza a divisarse.

 

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Los tuiteros se frotan las manos ante el hundimiento de Vox. Tras la salida de Macarena Olona del partido, las recientes declaraciones de Santiago Abascal, que asegura que ella «es libre de hacer lo que quiera» y la petición de quien fuera candidata por Andalucía de una reunión al líder ultraderechista… parece que Vox no va del todo bien.

 

 

 

 

 

 

 

Sean o no estos los primeros compases del fin de Vox, lo que sí está claro es muchos tuiteros ya parecen estar preparando el champán para celebrarlo cuando llegue el momento.

Sudafricanos reclaman joyas ‘robadas’ durante dominio británico

El cetro que usaba Isabel II, en el que se encuentra una pieza del diamante Cullinan, conocido como la Gran Estrella de África.

Tras la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra, movimientos políticos sudafricanos exigen la devolución de las joyas “robadas” durante el dominio británico.

Movimientos políticos sudafricanos propusieron cambios constitucionales tras la muerte de la reina Isabel II, a la vez que reclamaron la devolución de las joyas “robadas” durante el dominio británico y reparación por los daños que provocaron. Una de las piezas requeridas es conocida como la Gran Estrella de África, cortada del diamante Cullinan, de 500 quilates, que se encuentra en el cetro que usó la monarca.

Una de las personas que alzó la voz fue el parlamentario Vuyo Zungula, del Movimiento de Transformación Africana, quien detalló una lista de reclamos. “Sudáfrica debería dejar la Mancomunidad de Naciones, demandar reparaciones por todo el daño causado por el Reino Unido, redactar una nueva Constitución basada en la voluntad del pueblo de Sudáfrica y no en la carta magna británica, y demandar la devolución de todo el oro y los diamantes robados”, expresó.

En el mismo sentido se manifestó el exsecretario provincial del Congreso Nacional Africano en KwaZulu-Natal, Thanduxolo Sabelo, quien hizo hincapié en el diamante Cullinan y afirmó que “debe ser devuelto a Sudáfrica con efecto inmediato”.

“Los minerales de nuestro país y de otros países continúan beneficiando al Reino Unido a expensas de nuestros pueblos. Permanecemos en una pobreza profunda y vergonzosa, permanecemos con un desempleo masivo y niveles crecientes de delincuencia debido a la opresión y la devastación causadas por ella y sus antepasados”, sostuvo.

Por otra parte, desde la India también iniciaron un reclamo para la devolución de una joya. Una organización basada en Odisha pidió que se restituya el diamante Kohinoor, de 105,6 quilates, obtenido por el Imperio británico cuando gobernaba el país y que se encuentra en la corona que usó Isabel II.

“El diamante Kohinoor pertenece a Sri Jagannath Bhagban. Está ahora con la reina de Inglaterra. Por favor, solicitamos a nuestro primer ministro que tome medidas para traerlo a la India”, señalaron desde el organismo sociocultural Shree Jagannath Sena.

Acontece, que no es poco | Borbones y Orleans, a tiros

La noche del 11 al 12 de marzo de 1870, Enrique de Borbón, duque de Sevilla y Antonio de Orleáns, duque de Montpensier, se batían en duelo para decidir quién se hacía con el trono de España. Pero, ¿qué pasó realmente durante el duelo y que sucedió después con el trono? Nos lo cuenta Nieves Concostrina en ‘Acontece, que no es poco’. FOTO: Museo del ejército / Ministerio de Defensa

Felipe VI, periodistas y la antigua estafa

ANA PARDO DE VERA

«La información de utilidad, entendida como servicio público, como la que hoy se reconoce aquí, se vuelve más necesaria si cabe, ya que contribuye a formar de un modo responsable el criterio de las personas. Lo cierto es que, en un entorno, por una parte, de saturación informativa y, por otra, de desinformación, los periodistas son más necesarios que nunca. La verificación de datos es un pilar fundamental en la construcción de certezas o en la orientación dentro de la incertidumbre».

Qué buen discurso y mejores intenciones, ¿verdad? Son palabras del rey Felipe VI en la entrega de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España y Don Quijote de Periodismo, en junio de 2021 en la Casa de América en Madrid. Pueden leerlo entero, si les interesa: está en la web de la Casa Real, como todas las intervenciones públicas de los reyes, algunas bastante más interesantes de lo que se puede esperar de la institución que representan.

Para mí, no obstante, el mayor interés (algo masoquista) que me sugieren discursos como éste es la incoherencia más absoluta entre lo que dice el rey y lo que hace la Casa Real con la prensa, en el caso que nos ocupa. Este asunto no es nuevo, obviamente: en el documental Salvar al rey (HBO) se retrata muy bien como el jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández-Campo, utilizaba a los medios de comunicación sin pudor alguno para ocultar información o moldear la imagen de Juan Carlos I, incluso asumiendo riesgos como el de tratar que el jefe del Estado de entonces detuviera sus excesos. A Fernández-Campo esta jugada le salió rana y le costó el puesto ante un monarca que no estaba dispuesto a perderse ni una sola juerga con mujeres, en viajes o nadando en comisiones.

Al actual rey, por tanto, y para hacer gala de esa transparencia real de la que se jactan tanto la Zarzuela como el ala socialista del Gobierno, le correspondía hacer lo contrario que su padre, porque de eso tratan de convecernos todos los días y a todas horas y eso, por cierto, es lo que concluye Salvar al rey: salvar la monarquía (Felipe VI ahora) matando al emérito.

 

Es todo lo contrario de lo opuesto que se suponía debía hacerse desde Zarzuela en el manejo de los medios de comunicación: si con Juan Carlos había opacidad e información escasa y controlada, con Felipe no hay nada. Cero. Zero. Null. Zéro. Hacer Casa Real en tiempos de Felipe y Letizia (experiodista) resulta una tortura para quienes tratan de ir más allá del discurso oficial y la agenda ídem, es decir, quienes tratan de averiguar, por ejemplo, y en un momento tan largo y pesado como la muerte de la reina Isabel II, qué pasa con el díscolo emérito o quién le va a pagar el séquito que le acompañará al funeral de su prima lejana. Tan lejana que solo visitó España una vez en 1988 con una estancia de una semana. Una prima-estrella fugaz.

Resulta insoportable que a estas alturas de siglo XXI, la prensa tenga que estar sufriendo un desgaste añadido a la tensión de días como éstos con la cobertura de Reino Unido, un auténtico y agotador exceso. Las instituciones, todas, están obligadas a dar cuenta de la información pública, que no solo no les pertenece, sino que su conocimiento ahonda en el control democrático y, por tanto, debe ser puesto a disposición de los informadores en cuanto les sea reclamada. Pues no.

Felipe VI ha cogido la peor costumbre de su padre, encima, sin disponer siquiera de las pequeñas píldoras con las que el jefe de la Casa del Rey Juan Carlos trataba de endulzar la vida a la prensa y la prensa se disputaba. Me consta que la muerte de la reina británica ha sido decepcionante y frustrante para los medios de comunicación independientes en España, pero no parece que Casa Real y los poderes legislativo y ejecutivo que la protegen vayan a cambiar de rumbo. Pero «democracia plena» y viva la estafa institucional.

Un bar saca mesas a la calle con la cara del dictador Franco ante la pasividad del Ayuntamiento de Madrid

El PSOE denuncia públicamente el caso y reclama respuestas al consistorio, dirigido por PP y Ciudadanos.

La mesa con el rostro estampado del dictador.
La mesa con el rostro estampado del dictador.

La vicealcaldesa Begoña Villacís (Ciudadanos), interpelada por Vidal, había manifestado antes de la pregunta de Vidal en términos generales que la ordenanza poco a poco se iba aplicando, replicó muy brevemente, antes de que fuera interrumpida su respuesta, que la ejecución de la ordenanza debía tratarse en otro lugar, no en la comisión en la que estaban. No se refirió al caso concreto.

Vidal, mientras sacaba una foto de la mesa con la imagen del dictador y una bandera franquista de España, preconstitucional, sobre la mesa, le dijo a Villacís, con un punto de ironía: «Usted incidía mucho en lo importante de la estética de las terrazas, que había que mejorar y armonizar. Pues mire este maravilloso mobiliario que luce en una terraza de esta ciudad. Tengo dudas de si esto cumple ya no la Ordenanza, sino alguna Ley. ¿Esto está autorizado por el Ayuntamiento de Madrid para estar en la vía pública? Si es así, y espero su respuesta, es para echarse a temblar».

Vidal agregó: «Mientras todo esto pasaba, y sigue pasando, ¿a qué se han dedicado? A la campaña Terrazas en armonía, y ya que están en esas, les propongo un eslogan nuevo: «Cuando a Begoña Villacís le apetezca que la Ordenanza se cumpla, entonces a lo mejor conseguimos terrazas en armonía, porque su Ordenanza no se cumple. Reconozcan el problema y den soluciones».

Otros problemas

El edil del PSOE hizo un recuento de otros problemas relacionados con la ordenanza y la propia Villacís le reconoció que había venido con los deberes hechos. Así, Vidal habló de la calle de Alonso Cano, 57: «Terraza en banda de estacionamiento frente a un portal, cuando la Ordenanza lo prohíbe. Los vecinos lo han indicado, y el Ayuntamiento contesta que la pretensión de dejar un portal libre no tiene soporte. Ahí es nada».

También de la calle de Gravina, 11: «Terrazas adosadas a fachada: permitido en pocos supuestos, pero se ven con mucha frecuencia. Como ocurre en Gravina 11. Que además de una terraza ilegal, sancionada y retirada una vez, pero que ahí sigue, hasta dónde sabemos es un bar ilegal, pues no tiene licencia».
Vidal se refirió también a «terrazas en aparcamiento abandonadas: por ejemplo, en Retiro, calle Lope de Rueda, ocupando plazas desde hace meses, poco tiempo, si la comparamos con un velador en Narváez que nos indican lleva años sin actividad».

Luego, ironizó: «Menos mal que su Ordenanza venía a terminar con todos los problemas. Con medidas novedosas como los responsables de terraza. Pues tampoco se cumple: nos dicen por escrito que en Chamberí, de 740 terrazas según datos abiertos, 19 tienen responsable. Un distrito donde en el entorno de Ponzano siguen sufriendo un infierno de ruidos y suciedad, ante la inacción municipal y la degradación del barrio. También ocurre en Centro: a 1 de agosto, de más de 800 locales, 12 habían designado responsable».

«A ver si conseguimos pasar de una ciudad sin ley a una ciudad vivible, en Ponzano, en Ibiza, en Centro, y en cualquier lugar donde haya un conflicto», cerró Vidal.

CASO ALGARROBICO El Tribunal Superior de Andalucía rechaza la demolición del hotel de El Algarrobico

Tras 15 años de sentencias condenatorias, los jueces alegan que su derribo todavía es improcedente porque cuenta con licencia urbanística del Ayuntamiento de Carboneras

El hotel de El Algarrobico, en el término municipal de Carboneras (Almería). JULIÁN ROJAS

La piqueta seguirá aún a la espera de derribar el hotel de El Algarrobico en Carboneras (Almería), símbolo del urbanismo desaforado en la costa. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) rechazó el pasado jueves la demolición del hotel pedida por Greenpeace tras la mochila de sentencias contrarias a su legalidad que ha acumulado durante 15 años. El laberinto judicial sobre su devenir acabó en 2016 con la sentencia del Tribunal Supremo, que dictaminó que las obras se realizaron en un “suelo no urbanizable de especial protección del parque natural de Cabo de Gata-Níjar”. Pero cinco años después, la desaparición de este edificio fantasma permanece en un limbo.

Los jueces del alto tribunal andaluz consideran que el derribo no se puede ejecutar de momento porque el Ayuntamiento de Carboneras otorgó la licencia de obras en 2003, que sigue vigente, y antes de que se pronuncie la Justicia sobre la demolición, el consistorio de este municipio de cerca de 8.000 habitantes debe anularla. “La demolición por razones de legalidad de las obras construidas solo es una decisión que corresponde a la Administración o Administraciones, una vez finalizado el procedimiento de revisión de oficio de la licencia”, dictamina la Sala Cuarta de lo Contencioso Administrativo del TSJA. “La obra dispone de un título jurídico válido mientras no se establezca lo contrario”, matizan los magistrados.

De este modo, la pelota está en el tejado del Ayuntamiento de Carboneras (gobernado por el PSOE), que debe anular la licencia concedida hace 18 años si cumple los requerimientos de la justicia. Mientras, la organización ecologista recurrirá el fallo ante el Tribunal Supremo. “Ya existen sentencias del Supremo que ordenan derribos con licencia como en Marina Isla de Valdecañas en Cáceres y además alegaremos el efecto cascada: si un planeamiento es ilegal, los actos posteriores en ese terreno no urbanizable también lo son”, avanza José Ignacio Domínguez, el abogado que lleva el caso para Greenpeace.

Desde la sentencia del Supremo en 2016, el Gobierno y la Junta comenzaron a negociar el derribo del Algarrobico y cómo se pagaría la factura, que podría ascender a 7,1 millones. Pero para demoler este símbolo del ladrillo hace falta un fallo judicial que inste a ese derribo o un acuerdo con la promotora. En su día la constructora Azata rechazó recibir 2,3 millones por los terrenos en el retracto avalado por la justicia, y esto complicó aún más el enrevesado recorrido posterior de este caso.

Vista aérea del Hotel en El Algarrobico, en el Parque Natural de Cabo de Gata.
Vista aérea del Hotel en El Algarrobico, en el Parque Natural de Cabo de Gata.JULIÁN ROJAS

A pesar de rechazar la piqueta, el TSJA da la razón a Greenpeace y obliga al Ayuntamiento de Carboneras a tramitar la revisión de oficio de la licencia de obras por “posible existencia de nulidad de pleno derecho”. Llueve sobre mojado porque en 2018 el TSJA ya instó al Consistorio a modificar su planeamiento urbanístico para que el suelo donde está el hotel figurara como protegido en lugar de urbanizable y ampliar la servidumbre de protección de la orilla del mar hasta los 100 metros, tal y como establece la Ley de Costas. Sin embargo, tres años después del mandato del TSJA, el Consistorio lo sigue ignorando. Un acuerdo del pleno municipal calificó los suelos como no urbanizables, pero no lo envió para su publicación al Boletín Provincial, por lo que no tiene efectos reales.

Domínguez alerta sobre los incumplimientos del alcalde de Carboneras, el socialista José Luis Amérigo: “Estamos en puertas de entrar en la vía penal porque es un desprestigio para la Justicia que el Ayuntamiento no cumpla ninguna de las sentencias. Debe hacerlo, y si no, empezará la vía penal contra el alcalde después de que pidamos al TSJA que le aperciba por desobediencia”.

Mientras tanto, las obras para la desaparición del hotel seguirán a la espera de una sentencia firme que le dé vía libre, al igual que la restauración de 6,5 hectáreas de terreno al borde del Mediterráneo.

Pese al revés recibido ahora desde el TSJA, este hotel levantado a principios de siglo en la costa almeriense está condenado a su desaparición tarde o temprano. Además, cada vez parece más complicado que la constructora pueda ser indemnizada por las Administraciones. La Audiencia Nacional ya ha dejado claro que la promotora no tiene derecho a recibir los más de 70 millones que pedía al Gobierno central, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento. El edificio, cuya construcción de paralizó en 2006 cuando estaba al 94% de su ejecución, además de estar en una zona protegida de un parque natural se levantó a unos 50 metros del mar e invade la franja de protección de 100 metros fijada en la Ley de Costas, algo respaldado también por los tribunales.

 

ACTIVISTAS en TENERIFE se ENFRENTAN a un MACROPROYECTO de VIVIENDAS de LUJO en CUNA DEL ALMA

He estado allí este verano y la situación es muy triste. En la Playa de las Américas a mi chica se le saltaban las lágrimas. Turismo de guiris borrachos y karaokes. Además el capital nisiquiera se queda en la isla y los trabajadores poco más que esclavos. Hay diferencia hasta en la mala leche de la gente entre el Sur y el Norte.Y los más triste, como dice la chica del vídeo, es que hay tinerfeños que lo defiende y dicen que es que ahí «no hay nada más que desierto». EL DESIERTO TAMBIÉN ES NATURALEZA. TAMBIÉN ES PRECIOSO!! Y eso sin hablar de la privatización de las zonas naturales. O el arrase de zonas arqueológicas.