La Base #38: ¿Es posible una guerra nuclear?

Según Naciones Unidas, en la actualidad hay 13.080 armas nucleares en el mundo, el 90% en manos de Estados Unidos y Rusia. Todo esto en un momento en el que Putin ha puesto en alerta su fuerza nuclear y Biden ha especulado con la posibilidad de una tercera guerra mundial. Como para estar tranquilos.

De la posibilidad de una conflagración nuclear en forma de tercera guerra mundial trata La Base de Público. Con seriedad y con rigor, pero sin caer en el alarmismo, Pablo Iglesias, Sara Serrano y Manu Levi, analizan un tema que preocupa y mucho.

En nuestra mesa de debate contamos con Raúl Sánchez Cedillo, de la Fundación los Comunes y con Azahara Palomeque, periodista y doctora por Princeton.

Y como punto final, ‘Tendencia Krítica’ con Gema MJ y un repaso a lo que dicen las redes sobre esta escalada nuclear.

¿Dónde seguir a ‘La Base’ en otras plataformas?

El ‘sketch’ de David Pareja que resume el bandazo con los paros en la Feria de Abril: «Los caseteros descubren los derechos de los trabajadores»

La posibilidad de que no hubiera casetas en la Feria de Abril en Sevilla ha sido uno de los temas más discutidos en los últimos días. La amenaza de los caseteros de convocar un paro se ha disipado tras conocerse que muchas de las condiciones de trabajo que ofrecían colisionaban con varios derechos laborales.

Ante la posibilidad de que se abriera una investigación sobre las condiciones a las que sometían a los trabajadores, los caseteros han hecho la clásica ‘recogida de cable’. El colaborador de El IntermedioDavid Pareja, ha retratado perfectamente la situación en una pieza cómica del programa.

 

En el ‘sketch’, Pareja se hace pasar por un casetero que acaba de descubrir que las jornadas de 15 horas de trabajo no son legales y ante la amenaza de que descubran la cantidad de años que llevaba incumpliendo la ley, se echa atrás con el paro.

También recrea los típicos comentarios de barra de bar que se han podido oír estos días. Desde el clásico «la gente no quiere trabajar» y «hay mucho vago en España» hasta la referencia al salario ofrecido con el «con 450 euros se pueden comprar muchas cosas».

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Son todo risas hasta que se ve la fina línea entre la comedia y la realidad. Pero bueno, mientras subvencionen el rebujito todos contentos.

Los tuiteros también han percibido esa proximidad a la realidad y algunos han optado por reír por no llorar.

Feijóo dice que son «el partido que redactó la Constitución» y los tuiteros responden: «No vamos a poder creernos ni sus buenos días»

«Somos el partido que redactó la Constitución, hemos nacido con la Constitución», aseguró este fin de semana Alberto Núñez Feijóo en su puesta de largo como presidente del PP. Por si fuera poco, añadió: «Somos el partido más constitucionalista de España».

El nuevo PP patrimonializando una cosa que debería ser de todos se parece bastante al viejo PP

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Tras escuchar la frase de Feijóo, muchos en las redes han recordado que el Partido Popular simplemente no existía por aquellas fechas, ya que fue fundado en enero de 1989. Los tuiteros también han señalado que lo que sí existía era su precedente, Alianza Popular, pero curiosamente varios de sus miembros votaron en contra del texto constitucional o se abstuvieron.

 

 

Una nueva polémica de Feijóo, que ya ha protagonizado varias desde que fue señalado como sucesor de Pablo Casado…

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Estas son algunas de las reacciones que sus palabras han provocado:

 

 

 

 

 

 

 

 

Los contratos de la Xunta de Feijóo indican que Eulen manejó información privilegiada en varias adjudicaciones

Las empresas del grupo que dirige en Galicia la hermana del todavía presidente de Galicia ganaron varios concursos ofertando el mismo precio que el de la licitación en procedimientos en los que en teoría no podían saber que no tenían competidores que pujaran más bajo

30/3/22 Alberto Núñez Feijóo, este miércoles en un acto con militantes del PP en Logroño Alberto Núñez Feijóo, este miércoles en un acto con militantes del PP en Logroño. — Eduardo Sanz / EUROPA PRESS

El análisis de los cerca de 140 expedientes de contratación que ha firmado la Xunta con las empresas del Grupo Eulen desde que Feijóo es presidente de Galicia apuntan a que éstas contaban con información privilegiada en numerosos procedimientos de adjudicación, que acabaron ganando frente a sus competidoras.

Eulen está dirigida en la comunidad por Micaela Núñez Feijóo, hermana del candidato a presidir el Partidio Popular. Desde que Feijóo accedió al poder en Galicia, se multiplicaron las adjudicaciones a las sociedades del grupo por parte de fundaciones, empresas públicas y otras entidades instrumentales dependientes de la Administración gallega.

El estudio pormenorizado de los procedimientos también apunta a que Eulen obtuvo trato de favor, tanto es así que, con el paso del tiempo, en algunos concursos se ha convertido en la única empresa que concurre a las adjudicaciones. En otros, éstas coinciden con ceses y nombramientos a dedo en las administraciones que los convocan. Y en otros, la Xunta no facilita toda la documentación completa relativa a los procedimientos que está obligada por ley a ofrecer en su plataforma de contratación pública.

Uno de los casos más llamativos es el del contrato que en el 2019 adjudicó a Eulen Servicios Sociosanitarios el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar, para la gestión de varios centros de día de atención a mayores y dependientes en la comarca de Ferrol.

En la anterior adjudicación, en el 2014, Eulen se había llevado el concurso pese a no tener la mejor oferta económica gracias a la valoración subjetiva de su propuesta técnica. Entonces se habían presentado cinco empresas y en esta ocasión sólo lo hicieron tres. El precio de licitación -el máximo que la Administración ofrece a pagar por un bien o servicio- se elevó a 2,025 millones de euros, y la empresa de Micaela Núñez presentó una oferta de 2.023.950,24 euros.

Expresamos la cantidad íntegra, céntimos incluidos, porque es exactamente igual a la propuesta económica de una de sus competidoras, que también oferta, insistimos, 2.023.950,24 euros. La tercera empresa, con una propuesta más barata (1.968.688,80 euros) no se llevó el contrato, que sí ganó Eulen gracias a la valoración subjetiva de su propuesta técnica.

¿Es normal que dos empresas liciten exactamente la misma cifra, céntimos incluidos, sólo un 0,6% por debajo del precio de licitación en un contrato de más de dos millones de euros?

«No, no es normal en absoluto», asegura Eva Belmonte, codirectora de Civio, una fundación dedicada a la investigación periodística sobre transparencia y contratación pública. «No estamos hablando de cifras redondas, lo que hace que sea bastante sospechoso. Habría que ver cómo han calculado sus costes y qué desglose hacen para ver de dónde sale esa cifra, eso sí. Pero que coincidan en cifras tan precisas llama mucho la atención. Yo no suelo encontrarme algo así”, añade la experta.

Eulen, que trabaja en Galicia a través de varias sociedades, suele ofrecer precios muy competitivos y bastante por debajo del precio de licitación. Por eso llama la atención que eleve su oferta justo en los concursos en los que no tiene competidores. En teoría no puede ni debería saberlo hasta el momento en que la Administración da a conocer las ofertas e inicia la valoración de las mismas. Pero en varios procedimientos, todo parece indicar que sí lo sabía.

Es el caso del contrato que obtuvo en el 2018 de la Fundación Deporte Galego, dependiente de la Secretaria Xeral para el Deporte y adscrita directamente a la presidencia de la Xunta, es decir bajo el mando directo de Feijóo. La Fundación llevaba desde el año 2010 adjudicando sistemáticamente a Eulen los contratos de gestión estival del complejo deportivo de Monterrei, con instalaciones y pistas de atletismo, pádel y tenis en el municipio de Pereiro de Aguiar, a escasos kilómetros de la ciudad de Ourense.

En los años anteriores, Eulen se llevó todos los contratos con ofertas entre un 6% y un 8% por debajo del precio de licitación. Pero en el año 2018, justo el único en el que no tiene competidores, hizo una oferta de 72.983,57 euros, sólo 43 céntimos de euro por debajo del precio de licitación. Es decir, un 0,0005% menos.

«Una rebaja tan mínima, si no hay competidores y si en otros años se han hecho ofertas mucho más bajas habiendo competidores, es, como mínimo, sospechosa», afirma Eva Belmonte. «Sería una bandera roja, algo que llama la atención y que, por ejemplo, cuando investigamos contratación en Civio, nos alertaría para ir más allá en ese contrato e intentar entender qué ha pasado».

«Eso no significa que sea ilegal o que tuviera información privilegiada necesariamente», advierte la experta. «Puede haber otros factores: aumento de costes, mejoras en la oferta técnica…».

Hay más fundaciones de la Xunta que dan adjudicaciones a Eulen en condiciones parecidas. La Fundación Semana Verde de Galicia, que gestiona el recinto ferial de Silleda (Pontevedra) y que nunca había contratado con Eulen hasta la llegada de Feijóo, al menos según la información pública de la plataforma de contratos del Gobierno gallego, empezó a adjudicar a las empresa del grupo de su hermana la limpieza de oficinas, la seguridad del recinto y la recogida de residuos tras las ferias.

Eulen ganó una decena de contratos para esos tres servicios sólo entre el 2009 y el 2015, con ofertas sensiblemente por debajo del presupuesto licitado que, aunque no siempre eran mejores que las de su competencia, le permitieron hacerse con ellos gracias a las valoraciones subjetivas. En el caso de la limpieza de oficinas, se los llevó sucesivamente en tres ocasiones ofertando un 12,5%, un 14,5% y un 8,8% menos que el precio de licitación. Justo en el concurso para el 2013, cuando sus competidores parecen haber advertido que es imposible hacerse con él y renuncian a concursar, Eulen puja sólo 48,50 euros por debajo del precio de licitación. Apenas un 0,16% menos.

Esa forma de actuar se repite en otras fundaciones, como la que gestiona la Cidade da Cultura, el macrocomplejo cultural del monte Gaiás, en Santiago. Entre el 2014 y el 2018, la Fundación Cidade da Cultura adjudicó a Eulen contratos para su servicio de atención e información al público con pujas un 7,4% (2014), un 10,36% (2016) y un 11,16% (2018) por debajo del precio de licitación. En el concurso del 2019 para el servicio de apoyo técnico y mantenimiento para actividades y eventos institucionales, al que ya sólo se presenta Eulen, la puja está sólo un 4,3% por debajo del presupuesto, con un valor estimado sin IVA de más de 215.000 euros.

En algunos procedimientos, ni siquiera es fácil saber si Eulen cuenta o no con competencia, porque la Xunta no cumple con la obligación legal de proporcionar toda la documentación sobre ellos.

En el año 2012, por ejemplo, se hizo con dos contratos por valor de 100.300 euros para el servicio de atención al consumidor del Instituto Galego de Consumo (IGC) en A Coruña (70.800 euros) y Pontevedra (29.500 euros). El precio que ofertó para el primero es idéntico al de licitación, y el de Pontevedra, sólo 697 euros menos. En ambos expedientes sólo figura un único documento, la resolución final que asegura que el IGC ha invitado a otras empresas a participar, pero sin información alguna sobre cuáles son, ni sobre sus ofertas ni las valoraciones sobre las mismas.

En otras ocasiones es fácil deducir que la competencia de Eulen ha acabado por entender que es inútil concursar para determinados contratos y acaba desistiendo de participar.

La Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama), empresa pública mixta gestora de la recogida y tratamiento de residuos en la comunidad, ha adjudicado a las empresas del grupo contratos plurianuales que suman más de 3,5 millones de euros desde el 2011, encargándole sus servicios de enfermería y cuidado y mantenimiento de jardines en adjudicaciones con irregularidades como que no aparezcan en el expediente las justificaciones a una oferta considerada como anormal o desproporcionadamente baja.

Al concurso para la enfermería de Sogama se presentaron seis empresas en el 2011 y cinco en el 2014, pero al del 2019 sólo concurrió Eulen. En el caso de la jardinería, en el 2012 fueron dieciséis las empresas que optaron al contrato, que Eulen se llevó pese a que los técnicos declararon que su oferta era un baja desproporcionada. Al del 2016 concurrieron nueve competidoras, y al del 2020, sólo tres, dos de las cuales fueron excluidas por defectos técnicos.

Algo similar ocurrió con la gestión de los centros de día del Consorcio Galego de Servicios de Igualdade e Benestar en la provincia de Lugo, en un concurso similar al citado más arriba sobre los centros de la comarca de Ferrol.

Al concurso de Lugo, por 1,44 millones de euros, se presentaron cinco empresas y lo ganó Eulen con la cuarta peor oferta económica. Al del 2019 ya sólo concurrieron dos: Eulen y, curiosamente, la misma empresa que ofertó la misma cifra que ella, céntimos incluidos, para el sospechoso contrato de los centros para mayores y dependientes de Ferrol y su comarca. El concurso para lo de Lugo en el 2019 también lo ganó la empresa que dirige en Galicia la hermana de Feijóo.

El Partido Popular rechazó este miércoles en el Parlamento de Galicia una propuesta del Bloque Nacionalista Galego para solicitar al Consello de Contas de Galicia que investigue las adjudicaciones de la Xunta a Eulen desde el 2009, propuesta que sí contó con el apoyo del PSOE.

Público ha pedido a Eulen y a la Presidencia de la Xunta su valoración sobre el aumento de los contratos de la Administración gallega con Eulen y el hecho de que en muchos procedimientos existan sospechas de trato de favor e información privilegiada. Eulen ha declinado hacer valoraciones, y la Xunta ni siquiera ha contestado a la solicitud de este diario.

Los expedientes de los contratos de la Xunta con Eulen apuntan a que la empresa de la hermana de Feijóo tuvo trato de favor

El grupo para el que trabaja Micaela Núñez Feijóo se hizo con adjudicaciones en las que no era la mejor oferta económica, incluso siendo la más cara; ganando por exclusión de sus competidoras o presentando ofertas calificadas de «temerarias»

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, posa junto a su hermana Micaela (izquierda), su pareja, Eva Cárdenas, y su madre Sira, tras la toma de posesión como presidente de la Xunta en septiembre del 2016. — Lavandeira Jr / EFE

Los expediente de adjudicación de decenas de contratos de la administración gallega con el Grupo Eulen apuntan a que la compañía tuvo trato de favor con respecto a sus competidores en numerosos procedimientos. La directora del grupo para el Noroeste de España es Micaela Núñez Feijóo, hermana menor del presidente de la Xunta.

Las sociedades del Grupo Eulen multiplicaron los contratos con la Xunta desde que Feijóo llegó al Gobierno en el 2009. Desde entonces hasta finales del 2021 recibió adjudicaciones por valor de 37 millones de euros, casi 3 millones al año. Es decir, el triple de la media de lo que contrataba con el Ejecutivo bipartito PSOE-BNG de Emilio Pérez Touriño entre el 2005 y el 2009.

Micaela Núñez Feijóo, que fue delegada del grupo en Pontevedra y Vigo y directora regional para Galicia, fue ascendida a directora para el Noroeste en el 2016, justo al año siguiente de que la empresa obtuviera su récord de adjudicaciones de las consellerías, fundaciones, empresas públicas y el resto de entidades instrumentales dependientes de la administración que preside su hermano: más de 6,2 millones ese año.

Del análisis de los cerca de 140 contratos adjudicados por la Xunta a las filiales del grupo desde el 2009 que figuran en la plataforma de Contratos Públicos de Galicia, se puede deducir que obtuvo trato de favor en muchos de ellos.

Eulen se lleva adjudicaciones en las que no era la mejor oferta económica, incluso siendo la más cara en algunas; ganando procedimientos por exclusión de sus competidoras sin que aparezcan explicaciones en el expediente o incluso cuando presenta una oferta considerada como temeraria, es decir anormalmente baja y que podría poner en riesgo la correcta prestación del servicio o basarse en salarios desproporcionadamente bajos del personal de la empresa contratista.

Público ha preguntado a Eulen y a la Presidencia de la Xunta sobre su valoración de esos hechos, pero no ha obtenido respuesta de ninguna de las dos.

El contrato más cuantioso adjudicado hasta la fecha por la Xunta al Grupo Eulen se refiere a los servicios de vigilancia y seguridad de cinco hospitales y veinticinco centros de salud del área sanitaria de A Coruña. El precio de licitación asignado por el Servicio Galego de Saúde (Sergas) fue de 4,7 millones, IVA incluido, para un período de dos años.

Según las condiciones del concurso, sumando la prórroga de otros dos años y posibles modificaciones, el valor estimado del contrato se elevó a más de 10,5 millones (sin incluir el IVA, porque así lo exige la legislación al no poder ponderar el tipo aplicable a los servicios o bienes que podría añadirse o modificarse).

Eulen Seguridad se llevó ese contrato por 9,7 millones (4,38 millones más prórrogas y otros 940.00 euros de colchón para modificaciones del servicio). No era ni la mejor oferta económica ni tenía la mejor propuesta técnica, pero ganó frente a otras tres empresas (Vigilancia Integrada, Prosegur y Securitas) sin que conste en el expediente la explicación que motivó que la suya fuera considerada la oferta más ventajosa.

Que una empresa gane un concurso a los puntos, es decir por la valoración de su oferta técnica, sin ser la propuesta más barata no es infrecuente. Pero en este caso llama también la atención que la vigilancia de los treinta centros sanitarios coruñeses no fuera dividida en lotes, lo habitual y recomendado por la legislación para las grandes licitaciones.

Cuando un gran contrato no se divide suele ser «una mala práctica y hay que justificar por qué se hace así», sostiene Eva Belmonte, experta en contratación pública y codirectora de Civio, una fundación sin ánimo de lucro dedicada a la investigación y análisis periodístico y al fomento de la transparencia en la actuación de los poderes públicos.

Belmonte recuerda que la ley española establece que si una licitación de este tipo no es dividida en lotes, la Administración tiene la obligación de justificarlo. En el caso de los treinta centros de salud del área de A Coruña, el expediente de contratación del Sergas no ofrece ninguna explicación.

Lo más llamativo es que sólo unos meses antes, el Sergas sí había dividido el mismo concurso para los hospitales y centros del área sanitaria de Vigo, por una cuantía similar. En esa ocasión Eulen sólo se llevó ocho de los treinta lotes. Fueron 438.000 euros, un 10% de lo que obtuvo en A Coruña. Tras el concurso del área de Vigo, la gerente del Sergas dimitió aludiendo razones personales, y el gerente del área sanitaria viguesa fue cesado poco después.

Desde entonces, el Sergas licita la vigilancia y seguridad de sus centros sin dividir los procedimientos en lotes. En el 2015, Eulen Seguridad se lleva el contrato del área sanitaria de O Barbanza, al sur de A Coruña; y en el 2017, el 2019 y el 2021, los del área de Pontevedra. Suman otros 5,15 millones, y en ninguno la oferta de Eulen era la más barata. De hecho, en el último era la más cara.

En las adjudicaciones públicas se valoran tanto la cuantía económica como otras condiciones técnicas que la mesa de contratación, formada por varias personas autorizadas, puntúa tras valorarlas subjetivamente o mediante juicios de valor, que la Administración está obligada a exponer y hacer públicos.

¿Es normal y frecuente que la oferta más onerosa gane sistemáticamente varios concursos gracias a esos juicios de valor? «Depende de lo importante que sean los criterios subjetivos para ese contrato en concreto, responde Belmonte. «Si está justificado que tengan ese peso, y es la mejor oferta técnicamente, sí es normal. No es muy frecuente, eso sí, porque las administraciones públicas tienden a centrarlo casi todo o todo en el precio«, afirma la experta, quien, sin embargo, recuerda que eso no tiene «por qué ser bueno per se«. «Imagine un contrato de compra de prótesis en los que tiran todo a precio: igual acabamos implantando materiales de mala calidad».

Los contratos de Eulen no eran para material sanitario, medicamentos o tecnología sanitaria, sino para contratar tareas de vigilancia y seguridad.

Desde que Feijóo es presidente, Eulen ha ganado muchos otros grandes concursos de la Xunta que no se dividen en lotes y en los que no es la mejor oferta económica. También en ámbitos que no tienen que ver con la seguridad.

En el 2014, Eulen Servicios Sociosanitarios obtuvo del Consorcio Galego de Serivicios de Igualdade e Benestar 2,7 millones en dos contratos para la gestión de cuatro centros de día de personas dependientes en la comarca de Ferrolterra y otros cuatro en municipios del interior de la provincia de Lugo.

Al primero se presentaron ocho empresas, y al segundo, cinco. Las propuestas de Eulen quedaron en quinto y cuarto lugar, respectivamente, en la valoración económica. Pero se llevaron los contratos a los puntos porque el Consorcio, en su resolución de adjudicación, consideró que la oferta de Eulen era la que mejor «comprende y planifica» el servicio.

Los expedientes, sin embargo, no explican por qué se valoró más esa característica que las de otras empresas con ofertas más baratas que la mesa de contratación también alabó como más que apropiadas, porque habían presentado «un proyecto exhaustivo» o mejoras como un plan sanitario o un programa de individual de acogimiento para los usuarios, personas mayores y dependientes.

Hay decenas de ejemplos más de adjudicaciones de la Xunta a las empresas del Grupo Eulen en los que sus ofertas no son las más ventajosas, y que ganan gracias a mejores puntuaciones en los criterios valorados subjetivamente. En muchas ocasiones sin que se justifiquen o con explicaciones someras e insuficientes.

En el 2013, el 2018 y el 2019, la Corporación Radio e Televisión de Galicia adjudicó a Eulen Seguridad tres contratos consecutivos para la vigilancia de sus instalaciones en Santiago por un valor estimado total de más de 3,68 millones de euros.

Los dos primeros sin ser la oferta económica más ventajosa, y, de hecho, siendo la más cara en el segundo en varios criterios en el cálculo del coste por hora de cada vigilante. Del tercer contrato es imposible saberlo, porque en el expediente no aparece información alguna sobre el resto de concursantes, si los hubo, ni quiénes eran, ni cuáles fueron sus ofertas, ni las puntuaciones y valoraciones que en su caso hubieran obtenido.

Otro ejemplo es la Fundación Semana Verde de Galicia, la entidad que gestiona el recinto ferial de Silleda (Pontevedra) en el que se celebran las grandes ferias agroganaderas de la comunidad. Hasta la llegada de Feijóo a la Xunta nunca había contratado con Eulen, al menos según la documentación que consta en la plataforma Contratos Públicos de Galicia. Desde entonces y hasta el 2012 le adjudicó tres para vigilancia y seguridad por un valor estimado de alrededor de 771.300 euros. En ninguno de ellos la oferta de Eulen era la más barata, pero los ganó gracias a la valoración subjetiva de los criterios técnicos.

Augas de Galicia, la administración hidráulica de la comunidad autónoma, licitó en el año 2014 el acondicionamiento y limpieza del río Rodeiro por cerca de 300.000 euros. Se presentaron veintidós empresas y Eulen, que ocupaba el puesto once en el ranking de ofertas económicas, obtuvo la adjudicación.

Al poco de la llegada de Feijóo a la Presidencia de la Xunta, en el 2009, Augas de Galicia licitó en dos contratos el acondicionamiento y mantenimiento de las zonas de dominio público de las cuencas de los ríos bajo su competencia, en el norte y el sur de la comunidad.

Al primero, para los ríos del norte y por un precio de 474.900 euros, se presentaron diez empresas. Había cuatro ofertas más ventajosas que las de Eulen, pero las cuatro se eliminaron por baja desproporcionada no justificada.

Al contrato de la cuencas del sur, por 472.500 euros, se presentaron otros diez licitadores, pero Eulen se lo llevó a pesar de que era la quinta en el listado económico. Los criterios de baja desproporcionada eran diferentes a los del contrato anterior y no le afectaron, de forma que pudo hacerse con la adjudicación de nuevo gracias a los criterios técnicos.

Eva Belmonte explica que las leyes españolas permiten que cada procedimiento de contratación establezca «cuál es su criterio para definir una oferta anormalmente baja, o más comúnmente baja temeraria» y que establecen que «si los pliegos no lo especifican y el único criterio es el precio, es anormal que hagas un descuento de más del 25% si te presentas solo, o de más del 20% con respecto a otro competidor, si pujan dos, por ejemplo».

Eulen ha obtenido otros contratos cuantiosos a pesar de que sus ofertas fueron declaradas como baja temeraria por las respectivas mesas de contratación. Le sucedió en el 2011, cuando la Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama), que gestiona la recogida y tratamiento de residuos en la mayoría de los municipios de Galicia, le adjudicó su servicio de enfermería por 781.500 euros más IVA a pesar de que su oferta fue declarada anormalmente baja.

La resolución de Sogama se limita a señalar que «analizadas por los técnicos las justificaciones recibidas, se estima que la oferta puede ser cumplida», sin que aparezcan en el expediente las justificaciones expuestas por la empresa.

«Es muy, muy habitual que se acepten las bajas temerarias, y eso es un problema muy importante de la contratación. Porque si una empresa gana un contrato porque dice que lo hace por ‘equis’ y acaba costando mucho más, los tan habituales sobrecostes, al final no le has dado el contrato a la mejor oferta. Esto pasa muchísimo», apunta Eva Belmonte.

La experta también explica que las justificaciones a las bajas temerarias «casi siempre» se aceptan, y aunque admite que «casi ninguna administración está publicando» los informes que deben justificarlas, «la ley de contratos es clara» al respecto: «Deben publicar todos los documentos del proceso, con las excepciones claras y concretas de defensa de intereses superiores. Pero incluso aunque se tachara algún dato por secreto comercial, que me da que no van a ser la mayoría, se deberían publicar estas justificaciones siempre».

Sogama no lo hizo con las de Eulen en el contrato de su servicio de enfermería en el 2011, y tampoco un año después, en el 2012, cuando adjudicó el cuidado y mantenimiento de la jardinería de sus instalaciones en Cerceda (A Coruña) a la empresa que dirige en Galicia y el noroeste la hermana de Feijóo. Fueron 800.929 euros más IVA (400.464 euros por dos años más otros dos de prórroga). Al concurso se presentaron dieciséis empresas y la oferta de Eulen fue declarada temeraria. Pero ni en la resolución ni en el resto del expediente aparece justificación alguna sobre la subsanación de ese impedimento.

Las incógnitas por resolver sobre la «isla energética ibérica»: del precio máximo del gas a los intercambios con Europa

España y Portugal deben presentar una propuesta a Bruselas para bajar el precio de la energía. Por el momento los países pretenden fijar un precio límite máximo del gas, pero se desconoce la cifra.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al primer ministro de Portugal, Antonio Costa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al primer ministro de Portugal, Antonio Costa. — EFE/EPA/OLIVIER HOSLET MADRID28/03/2022 21:40 ACTUALIZADO: 29/03/2022 07:41

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha avanzado este lunes un plan de choque para afrontar la crisis derivada de la guerra en Ucrania que pasará por un incremento de la inversión social. El plan del Gobierno llega después de que Bruselas reconociera a España y Portugal como «isla» energética y les diera luz verde para avanzar una propuesta firme que desacople la escalada del precio del gas del precio de la luz. Se aplicarán, según ha anunciado el propio dirigente socialista, medidas excepcionales para conseguir abaratar los costes energéticos y, con ello, frenar la inflación.

El reconocimiento de la península ibérica como una isla energética es, a todas luces, un tanto a favor de España y Portugal, sin embargo, todavía existen algunas incógnitas a cerca de cómo se articulará el plan que saqué el gas del pool eléctrico –una medida que fue exigida por la ministra Teresa Ribera en 2021, antes de la guerra–. Por el momento, Sánchez sólo ha anunciado dos puntos que se presuponían: habrá un precio fijo máximo para el gas y el mecanismo para recortar los beneficios caídos del cielo del oligopolio energético se alargará hasta verano.

Por lo demás, todo son dudas. Unas dudas que, no en vano, van ligadas a las características propias de esta medida, pues no depende en exclusiva del Ejecutivo español sino que deberá haber un acuerdo con los vecinos lusos antes de mandar la propuesta a Bruselas. De esta forma, se desconoce todavía cuál será ese tope al precio del gas. Como en otros casos, el Gobierno de coalición debate en su seno interno la cuantía que oscilaría entre los 50 euros por MW/h y los 100 euros por MW/h.

Bruselas, además, pone ciertos límites. La línea roja es el mercado europeo, que no deberá quedar alterado por los planes ibéricos de regulación. Esto tiene que ver con la interconexión eléctrica con Francia, de modo que el Ejecutivo de Sánchez deberá trabajar para encontrar una propuesta que ofrezca garantías de que los galos no se benefician de la caída de precios en la ‘compra’ de electricidad generada en España. Fuentes del Ministerio para la Transición Energética explican a Público que se está trabajando en una doble casación de precios. Esto quiere decir, a grandes rasgos, que se establecerán dos precios diferentes: uno de mercado ibérico interno, con un tope al gas, y otro para los intercambios con Francia que se mantendrán de acuerdo a los valores de Europa.

Beneficios caídos del cielo

El mecanismo que recorta a las empresas energéticas españolas sus beneficios caídos del cielo –los cuales permiten a las compañías incluir en los recibos costes asociados a las emisiones de CO2 a pesar de haber producido energía con tecnologías no emisoras como la nuclear o las hidroeléctricas– seguirá activo hasta verano y habrá, según ha anunciado Sánchez este lunes, algunas modificaciones para adaptar la norma «a las directrices europeas». Se desconoce por el momento de qué calado serán los cambios.

Los sobrebeneficios del oligopolio energético enlazan con otras incógnitas que tienen que ver con la forma en la que el Gobierno afrontará el impacto del límite de precio del gas a las plantas que generan electricidad con gas. Algunos sectores del Ejecutivo han reclamado –el ala de Unidas Podemos– que los beneficios caídos del cielo se utilicen para sufragar los gastos de la intervención y para amortiguar la escalada de precios de la factura. Sin embargo, no hay detalles sobre ello.

En ese sentido, el Gobierno deberá resolver de qué modo se compensa a dichas centrales que, como las de ciclo combinado, emplean gas para generar electricidad. El precio máximo ibérico estará por debajo del precio del mercado europeo, de modo que estas tecnologías podrían terminar vendiendo su energía a un precio por debajo del coste de generación, pues el gas seguirá disparado en Europa. ¿Serán las arcas del Estado las que compensen a las empresas estas pérdidas? ¿Se utilizarán los beneficios caídos del cielo para asegurar el desacople del gas del precio de la luz? 

Certezas del plan de choque

Además del precio máximo para el gas, Sánchez ha avanzado otras medidas de corte social que complementarán la puesta en marcha de la isla energética ibérica. Estas, según ha informado el presidente, se aprobarán en el Consejo de Ministros del martes y no dependerán del acuerdo con Portugal.

Así, el Ejecutivo ha planificado medidas energéticas de calado como la ampliación de los beneficiarios del bono social de la electricidad, que llegará a 600.000 personas más situadas en régimen de vulnerabilidad. A ello se suma el incremento del 15% de la cuantía del Ingreso Mínimo Vital y la bonificación fiscal a los combustibles de 20 céntimos por litro, de modo que se extiende al resto de la población la cobertura social anunciada para los transportistas.

Las medidas aprobadas este martes serán de carácter excepcional y se extenderán hasta el próximo 30 de junio. No se descarta que se puedan prorrogar en el tiempo si la coyuntura de crisis energética y económica perdura en el tiempo.

Justicia británica niega inmunidad del rey emérito Juan Carlos I

El rey Juan Carlos I de España en el Palacio de la Zarzuela, 28 de mayo de 2014, un mes antes de su abdicación. (Foto: RT)

El Tribunal Supremo británico ha declarado que el rey emérito español, Juan Carlos I, no tiene la inmunidad tras su abdicación y puede ser juzgado por acoso.

De acuerdo con el juez Matthew Nicklin, del Tribunal Superior de Justicia británico, Juan Carlos I no goza de inmunidad en el Reino Unido tras su abdicación en 2014 del cargo de Rey de España y que “solo hay un Rey de España” y que es Felipe VI.

Así, el exmonarca podrá ser juzgado en el Reino Unido por la querella presentada en su contra por Corinna Larsen, con quien Juan Carlos de Borbón tuvo una relación extramatrimonial entre 2004 y 2012, fecha a partir de la cual la mujer denuncia que comenzó el acoso, con episodios de seguimiento ilegal y difamación.

La reclamación de la demandante se basa en una conducta de acoso por parte del demandado” y “tales actos no entran dentro de la esfera de la actividad gubernamental o soberana”, sostuvo el tribunal para argumentar por qué se rechaza la demanda de inmunidad.

 

Además del caso de Larsen, el rey emérito se enfrenta a unos casos de corrupciones, como los millones de euros que habría recibido en 2008 del rey saudí, la creación de la fundación panameña Lucum, detrás de la cual habría camuflado el dinero en beneficio de Felipe VI, o los 65 millones de euros que transfirió desde su cuenta suiza a otra, en Bahamas a nombre de Larsen, entre ellos.

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Serbia no se unirá a OTAN: No nos olvidaremos de los niños asesinados en 1999

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, durante una conferencia de prensa en Glasgow, Escocia, 2 de noviembre de 2021. (Foto: Getty Images)

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, dice que su país no debe unirse a la OTAN debido a los crímenes de la Alianza contra los niños yugoslavos en 1999.

“Creo que Serbia no debe unirse a la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte]. Serbia es un país libre y un país militarmente neutral, y quiere defender su propia tierra y su propio cielo”, afirmó el lunes Vucic durante un discurso pronunciado desde la ciudad serbia de Kikinda, en el marco de su campaña electoral.

El mandatario serbio consideró que su país tiene que desarrollarse, pensar en su economía, los sueldos y las jubilaciones. Dijo además que los serbios no pueden olvidar los bombardeos de la OTAN sobre la antigua Yugoslavia en 1999.

“Nuestro deber es perdonar y nuestro deber es no olvidar. No tenemos derecho a olvidarse de esto. Seremos mucho más fuertes de lo que éramos en esos días, cuando los irresponsables, los arrogantes y los presuntuosos nos bombardeaban y libraban una guerra de agresión contra nosotros y nuestro país”, agregó el jefe de Estado, al mismo tiempo que mencionó el nombre de niños y bebés asesinados en distintas regiones de Yugoslavia, como Merdare, Batajnica y Varvarin.

Es más, denunció que los medios occidentales muestran “cochecitos sin niños” en Ucrania, algo que no hicieron durante el bombardeo de la OTAN contra Yugoslavia, agregó.

 

El 24 de marzo al 10 de junio de 1999, la OTAN intervino en el conflicto armado, estallado en 1998 en el territorio de la antigua Yugoslavia, sin la aprobación de las Naciones Unidas. La agresión de la OTAN contra Yugoslavia duró 78 días y la alianza argumentó que la razón principal de la operación, cuyo nombre en código era ‘Fuerza Aliada’ era evitar el genocidio de los albaneses de Kosovo.

Según informa la agencia rusa de noticias TASS, citando a fuentes de la OTAN, aviones de la Alianza Atlántica realizaron 38 000 incursiones y llevaron a cabo 10 000 bombardeos, matando a entre 3500 y 4000 personas e hiriendo a unos 10 000 heridos, dos tercios de ellos civiles. Los daños materiales también ascendieron a 100 000 millones de dólares.

Durante los tres meses de bombardeos, agrega TASS, las fuerzas de la OTAN lanzaron sobre Serbia 15 toneladas de uranio empobrecido en bombas y proyectiles. Después de eso, la tasa de cáncer del país subió al primer lugar en Europa. En los primeros diez años que siguieron a los bombardeos, se diagnosticó cáncer a unas 30 000 personas y se estima que murieron entre 10 000 y 18 000.

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