China aumenta exportaciones a Rusia pese a sanciones occidentales

Puerto de Shenzen (China), uno de los más importantes del mundo. (Foto: EFE)

Pese a las sanciones de Occidente a Rusia por su operación militar en Ucrania, China aumentó considerablemente sus exportaciones al país euroasiático en agosto.

Según los datos oficiales de la Administración General de Aduanas de China, las exportaciones a Rusia se dispararon en agosto, por segundo mes consecutivo, a pesar de las sanciones occidentales contra la economía rusa.

El informe destaca que los envíos de China a Rusia alcanzaron en agosto 7900 millones de dólares, lo que supone un aumento del 26,7 % respecto al mismo mes del año pasado (6300 millones de dólares). Se trata del segundo mes consecutivo de crecimiento de las exportaciones chinas a Rusia, tras un ligero descenso en el primer semestre del año.

Aunque aún no se conocen los detalles comerciales por categorías de agosto, los datos de julio han revelado que alrededor del 36 % de las exportaciones consistieron en maquinaria diversa, productos electrónicos y vehículos, mientras que la base de las exportaciones rusas a China está formada por los combustibles minerales, principalmente petróleo y carbón.

 

Mientras tanto, las importaciones chinas de productos rusos también aumentaron significativamente el mes pasado, alcanzando los 11 200 millones de dólares, un 58 % más que en agosto de 2021. El crudo y los productos petrolíferos representaron más de la mitad de las exportaciones rusas.

El volumen de comercio entre Moscú y Pekín para el primer semestre ha alcanzado 117 200 millones de dólares, un 31 % más que en el mismo periodo del año pasado. El ministro de Desarrollo Económico ruso, Maksim Reshétnikov, declaró que el volumen de negocios global podría superar los 170 000 millones de dólares a finales de año.

Moscú y Pekín, ambos blanco de presiones y sanciones de Occidente, han reforzado en los últimos años su alianza política y comercial. Rusia es una de las principales fuentes de petróleo, gas, carbón y productos agrícolas, con un superávit comercial con China.

El Gobierno chino ha achacado el actual caos en Ucrania a Estados Unidos y denunciado que las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Occidente a Rusia violan el derecho internacional y no contribuyen a mitigar la crisis.

Tras muerte de Isabel II, Australia pide convertirse en república

La ópera de Sídney en Australia es iluminada con un retrato de la reina Isabel II, 9 de septiembre de 2022. (Foto: AP)

El fallecimiento de Isabel II y la sucesión de Carlos III ha suscitado llamamientos de Australia para separar de la monarquía británica.

La reina Isabel II falleció el jueves y su hijo Carlos III de 73 años subió al trono del Reino Unido, lo que ha provocado llamamientos por parte de los republicanos de Australia para poner fin a la dependencia de la monarquía británica y destituir al nuevo monarca como su jefe de Estado, según la agencia británica de noticias Reuters.

El rey, Carlos III ya es el jefe de Estado de Australia y otros 13 países. En Australia, donde en los años noventa la monarquía ganó un referéndum con el 55 % de los votos, varios políticos como el exprimer ministro Marcolm Turnbull han expresado dudas sobre la permanencia de la corona tras el reinado de Isabel II.

Nuestros pensamientos están con familia real y todos los que la amaban [Isabel II]. Ahora Australia debe avanzar, […] necesitamos convertirnos en una República”, afirmó el viernes el líder del Partido Verde de Australia, Adam Bandt, en su cuenta de Twitter.

 

A su vez, la organización independentista “Movimiento Republicano Australiano”, al expresar sus condolencias por la muerte de Isabel II, anunció que ella había apoyado y confirmado el derecho de Australia a convertirse en un país completamente independiente durante el referéndum de 1999; “Depende del pueblo australiano y solo de ellos decidir sobre el asunto”, enfatizó.

Además de Australia, los países del Caribe realizaron llamamientos similares, en los que pidieron destituir al monarca como su jefe de Estado y que el Reino Unido pague las reparaciones a las naciones de la zona caribeña.

En 70 años de reinado de Isabel II, el Reino Unido ha sido la potencia colonial más grande, con su monarquía dominando a más de 412 millones de personas, en diferentes rincones del mundo, desde el sur de Asia hasta África.

Con la sucesión de Carlos III solo queda una pregunta, el nuevo rey seguirá políticas colonialistas de su madre como líder del Reino Unido y jefe de Estado de otros 13 países o no.

Carlos III posee el peor historial de un jefe de Estado

Carlos III fue oficialmente proclamado, como el nuevo soberano de la corona británica, tras un largo reinado de 70 años de su madre.

Cambio de era en el Reino Unido. El país, que hace días tuvo que asignar a una nueva primera ministra tras un escándalo político, ahora tiene un nuevo rey. Carlos III, el hijo de 73 años de la difunta reina, fue oficialmente proclamado monarca en una ceremonia en Londres, por un consejo de altos dignatarios, conocido como el Consejo de Ascensión.

Carlos es una figura nada popular y su mujer, la ahora reina consorte Camila, en su momento, fue la mujer más odiada del Reino Unido. Son muchos los escándalos que marcan la vida de Carlos.

Su infidelidad con Dianna en un triángulo amoroso con Camila, la salida de su hijo Harry de la familia real debido al presunto racismo contra su mujer Megan, el recibo de 1.2 millones de dólares de la familia de Osama Bin Laden, entre otras polémicas. En definitiva, el peor curriculum vitae que puede tener un Jefe de Estado.

Carlos sube al trono en un momento de extrema incertidumbre en el país. Las facturas de energía siguen disparadas y la inflación ha alcanzado su punto más alto en 40 años y con el país al borde de la recesión, un funeral que costará millones de libras de los contribuyentes, no pasará inadvertido.

Por otro lado, la monarquía encara otros retos desde el deseo de distanciamiento de algunos países de la Mancomunidad Británica hasta las críticas a su pasado colonial y esclavista.

Pero Niño, el pirata al servicio del rey de Castilla que quiso invadir Londres

Amigo desde la infancia del rey Enrique III de Castilla, este le dio patente de corso en el Mediterráneo y el Atlántico.

El rey Enrique III de Castilla.
El rey Enrique III de Castilla.  Wikipedia

Era Europa, no la OTAN, la que estaba en muerte cerebral

Augusto Zamora R.
Los líderes europeos con la ambición de llevar Europa a las puertas de Moscú, en ocasiones han llevado a los guerreros de las estepas a las calles de París y Berlín

El autor, exembajador de Nicaragua en España, suele publicar en el diario español Público; este artículo se lo han censurado.

Edgar Allan Poe, en su magnífico cuento La carta robada, nos hizo ver (a quienes leímos el cuento) cuán difícil es, tantas veces, ver lo más evidente. No diremos de qué va el relato para picar la curiosidad de quienes no lo han leído y no estropearles el gozo, pero recordarlo es una buena manera de empezar este artículo. Lo más evidente, en las circunstancias en que se vive en este gallinero, es recordar que el mundo es ancho y redondo, aunque despojado de agua más parece un pedrusco mal tallado. Tiene, nuestro planeta, 510 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales sólo el 30% corresponden a tierra firme, es decir, unos 150 millones de kilómetros cuadrados, distribuidos de manera muy desigual. Rusia ocupa 17,2 millones de kilómetros cuadrados; Canadá, 9,9; China, 9,5; EEUU, 9,5; Brasil, 8,5; Australia, 7,6 e India, 3,2 millones. La Unión Europea, en comparación, tiene 4,2 millones de kilómetros cuadrados, la mitad que Brasil y un 25% del tamaño de Rusia. No es una extensión territorial para presumir.

La asimetría se hace mayor si entramos a la demografía. Hay, en este planeta, casi 8.000 millones de seres humanos, concentrados principalmente en China e India, con 1.400 millones de habitantes cada uno. Le siguen EEUU (340 millones), Indonesia (271 millones), Paquistán (220), Brasil (212) y Nigeria (206). La UE tiene, en total, 447 millones de habitantes, que sería igual a la suma de Paquistán y Brasil. Rusia borda los 150 millones. El censo de la Unión Soviética de 1937 arrojó la cifra de 162 millones de personas, una diferencia de 12 millones con la población de Rusia este 2022. Con aquella población, Stalin movilizó a 34,5 millones de personas, de los cuales 11 millones eran soldados. China podría poner en armas a los que quisiera, a partir de 30 millones de efectivos, que ya son número, considerando que, en la II Guerra Mundial, entre ejércitos aliados y potencias del Eje, fueron movilizados 70 millones de soldados. Mirando hacia el gallinero, los datos son todo, menos alentadores.

Según el último informe de la UE «Demografía en Europa», de 2021, dichos datos no permiten soñar en movilizaciones militares masivas, partiendo de que la edad adecuada de movilización es el periodo entre los 18 y los 45 años. La edad media del gallinero es de 44 años, cifra engañosa, pues esa edad media es de 51 años en España, 47 años en Italia y 46 años en Alemania, tres de los Estados más poblados de Europa. La población mayor de 65 años representa el 21% de población, y la menor de 14 años, el 15%, es decir, casi el 40% del total de gallináceos. A esto debe agregarse la natalidad negativa. La Unión Europea ha perdido 278.000 habitantes en los doce meses anteriores al 1 de enero de 2021. El cambio natural de población ha sido negativo desde 2012, pues nacen menos niños vivos (la tasa de natalidad ha pasado de 10,2 a 9,1 de nacidos vivos por mil habitantes), al tiempo que ha aumentado la tasa de mortalidad en este periodo (merced a los genios que la gobiernan, en la UE lo único que aumenta son mortalidad, inflación y energía).

Dado que el periodo de mayor productividad humana está entre los 18 y los 50 años, la UE tendría que optar entre la movilización masiva de la clase productiva -con el consecuente colapso de la economía- o repetir el modelo de Hitler en la batalla de las Ardenas, en 1944, en Bélgica, cuando, falto de efectivos, movilizó a mayores de sesenta y menores de quince para lanzarlos contra las tropas aliadas. Berlín fue defendido por niños, ancianos y despojos de los ejércitos derrotados. Así que, por si acaso, vayan los potenciales reclutas haciendo números o -cautos- calculando el precio de una choza en las Fiji.

Viene lo anterior a cuento de un hecho obvio, elemental y necesario: situar al gallinero europeo en su contexto internacional, pues, leyendo u oyendo a sus medios de comunicación (más bien de incomunicación), pareciera que la península europea ocupara 145 millones de kilómetros cuadrados y el resto del mundo 5 millones. Que Rusia tiene el poder de Luxemburgo y España el de Rusia y así hasta el delirium tremens, que esto, más que gallinero, parece un manicomio sacado del siglo XIX.

Vayamos aterrizando. 3 de marzo de 2022. Resolución de la Asamblea General de la ONU sobre Ucrania. De 193 países miembros, 141 votaron a favor y apenas cinco en contra (Bielorrusia, Corea del Norte, Siria, Eritrea y Rusia). China y Cuba, aliadas de Moscú, se abstuvieron. Triunfo resonante de las tesis atlantistas. 25 de agosto de 2022. Ucrania promueve una nueva resolución condenatoria de Rusia. La iniciativa ucraniana la votan sólo 54 países, abrumadoramente los miembros del gallinero y unos cuantos Estados más, desperdigados en América Latina y Asia-Pacífico. Una derrota sin paliativos. En el lapso de cinco meses, Ucrania y el gallinero han perdido 87 votos. De no existir el bloqueo que hay a las noticias sobre el hundimiento de las tesis atlantistas, habría gente seria y honesta que se pondría a analizar las causas de un cambio tan radical. En las circunstancias del gallinero, en muerte cerebral, esos menesteres son caca de vaca.

Hablemos ahora de la vibrante fraternidad europea, en máximos gracias al feísimo y malo, ogro-ogro apellidado Putin. Hablemos, concretamente, de la fraterna Noruega, la mayor productora europea de gas y petróleo. En lo que va de 2022, la hermana Noruega ha ingresado 94.000 millones de dólares, que van directo a su multimillonario buche de pensiones. En 2021, Noruega ingresó en total 30.000 millones de euros. «Colosales. Son unas ganancias colosales», comentó Dane Cekov, directivo del grupo Nordea, el gigante financiero finlandés. Rusia vende su gas y petróleo a China e India con rebajas que llegan a veces al 30% de su precio de mercado. El hermano noruego no da gratis ni medio vaso de gas, aunque vea a sus ‘hermanos’ ahogándose en una crisis terminal. El gallinero debe pagarle a tocateja, porque hermanos sí, para que acudan a defenderlos de los rusos, pero compartir beneficios, por favor, hermanos, entiendan, se juega con el santo, pero no con la limosna. Fraternidad europea en su expresión más pura, como la francesa con el gasoducto hispano-alemán (idea delirante donde las haya, dicho sea de paso: lo que falta es gas, no tuberías). Ya ven para qué sirve la fraternidad, caracolitos.

No se quedan ahí los hermanos vikingos. Noruega quiere reducir el suministro de energía hidroeléctrica a sus vecinos, incluyendo Alemania, alegando la sequia atroz que ha afectado sus centrales hidroeléctricas. Dinamarca, Finlandia y Suecia acusan a Noruega de socavar el mercado energético europeo y, de esa forma, ayudar a Rusia. Los noruegos, como si vieran nevar. Andreas Bjelland Eriksen, secretario de Estado en el Ministerio de Petróleo y Energía noruego, confirmó que su gobierno recortará la producción y, por tanto, la exportación, a partir del momento en que el agua de los embalses caigan «a niveles muy bajos» y que esa medida no violaría «las obligaciones» del país con los consumidores europeos. No quiere uno ser mal pensado, pero, cerrando el grifo hidroeléctrico, los afectados se verán obligados a comprar más gas noruego, que está, ya lo saben, a precios astronómicos, como el gas gringo. Es encantador el espíritu de fraternidad vikingo. Digno de un premio Nobel de Humanidad, si tal premio existiera (y, si hubiera tal, seguro que los noruegos se lo dan a la OTAN, tan tan).

Sigamos con estas muestras de fraternidad universal. Según la revista Australian National Review, de 31 de agosto de 2022, en un artículo titulado ‘Three Large American Multinationals Bought 17 Million Hectares of Ukrainian Agricultural Land’, firmado por Laura Aboli (no diga nadie que escondemos datos, eh, picarillos), tres grandes multinacionales de EEUU adquirieron 17 millones de tierras agrícolas en Ucrania, equivalentes al 40% de la tierra cultivable. Se trata de Cargill, Dupont y Monsanto, el trío de empresas que, entre otras cosas, patentan plantas y semillas que la naturaleza nos dio para luego obligar a pagar por ellas. Tomando en cuenta que Italia -por poner un ejemplo- posee 16,7 millones de hectáreas de tierras agrícolas, el funesto trío posee, en Ucrania, más tierras que toda Italia. La basura no termina ahí. Los fondos buitre Vanguard, Blackrock y Blackstone son accionistas principales del funesto trio. Blackstone, recuerden, es el fondo buitre al que el gobierno del PP -tan generoso con las empresas carroñeras-, le ‘vendió’ 20.000 viviendas sociales y, desde su posición dominante, reventó al alza el mercado de alquileres.

Daremos otras notis para que terminen de deprimirse. La base de datos de transacciones de tierras Land Matrix ha registrado arrendamientos de tierras agrícolas, entre empresas ucranianas y extranjeras, por un total de 3,4 millones de hectáreas, aunque se cree que la extensión real de terrenos arrendados por las mayores empresas que operan en Ucrania ascendería a más de 6 millones de hectáreas. El mayor terrateniente es Kernel, empresa propiedad de un ucraniano registrada en Luxemburgo, con 570.500 hectáreas; seguiría la estadounidense UkrLand Farming (570.000 hectáreas), la también estadounidense NCH Capital (430.000 hectáreas), MHP (370.000 hectáreas) y Astarta (250.000 hectáreas). En suma, que el paripé montado para la exportación de granos de Ucrania no buscaría, en lo real, salvar de hambre al mundo, sino a las multinacionales. De tirar cohetes.

Sigamos en esta ruta de optimismo, saltando al otro lado del Atlántico, para conocer un poco lo que se escribe sobre temas que, en este gallinero decrépito, ni siquiera se tocan, aunque son temas recurrentes en EEUU. Por ejemplo, el tan cacareado suministro masivo de armas a Ucrania. El coronel (r) Douglas Macgregor escribió en ‘The American Conservative’ (‘Reinforcing failure in Ucrania’, Reforzando el fracaso en Ucrania), el 23 de agosto pasado, lo siguiente:

«La dura verdad es que la introducción de nuevos sistemas de armas no cambiará el resultado estratégico en Ucrania. Incluso si los miembros europeos de la OTAN, junto con Washington DC, proporcionan a las tropas ucranianas una nueva avalancha de armas, y llegaran al frente en lugar de desaparecer en el agujero negro de la corrupción ucraniana. El entrenamiento y el liderazgo táctico necesarios para llevar a cabo operaciones ofensivas complejas no existe dentro del ejército de 700.000 hombres de Ucrania. Además, hay un gran error al no reconocer que Moscú reaccionaría ante tal desarrollo intensificando el conflicto. A diferencia de Ucrania, Rusia no está actualmente movilizada para una guerra mayor, pero podría hacerlo rápidamente.» [Rusia solo utiliza 150.000 soldados de su ejército de 900.000]

Por su parte, Christopher Caldwell, en su artículo ‘Why are we in Ukraine?’ (¿Por qué estamos en Ucrania?), hacia estos comentarios:

«Reducir las dimensiones de Rusia parece ser el principal objetivo de guerra de EEUU. Es arriesgado. Aquellos líderes occidentales con la ambición de llevar Europa a las puertas de Moscú, en ocasiones han llevado a los guerreros de las estepas euroasiáticas a las calles de París y Berlín. […] En la década de 1990, cuando EEUU imponía su voluntad en Irak y Kosovo, el G7 constituía el 70% de la economía mundial. Hoy representa el 43%. India y China son mercados de exportación gigantes para el petróleo y el gas rusos. […] Sí, Occidente «se movió rápidamente» contra Rusia, pero seis meses después, estos movimientos parecen sorprendentemente ineficaces. La razón es que, sin importar dónde se coloque el punto de apoyo y la palanca, Rusia, China e India, colectivamente, son ahora demasiado para que EEUU los levante.»

Visto lo visto, resulta obvio que quien estaba en muerte cerebral era el gallinero, no la OTAN. Dentro del proceso de extinción de neuronas, ahora la UE quiere entrenar a tropas ucranianas, lo que hace necesario pedir a los ministerios de Defensa que se den prisa en preparar a las fuerzas que invadirán Rusia, poniendo ametralladoras ligeras y motores en las sillas de ruedas de la División INSERSO [Instituto de Mayores y Servicios Sociales de España], que será vanguardia en el futuro segundo sitio de Leningrado. También un programa urgente contra la obesidad, para evitar que el grito militar «Pecho a tierra», se convierta en «Panza a tierra» y los reclutas, más que feroces soldados, parezcan barricadas de tocino. Todos a una con los líderes de la UE al frente, que, según la demografía bélica del gallinero, tendrán aun edad de combatir en los frentes de guerra, al grito de ¡A mí la legión! (Bueno, más que la legión, tiktokers, instagramers, youtubers y pendejers: lo que ofrece la sociedad hoy).

Terminemos como empezamos, con Poe y C. Auguste Dupin: «Las medidas -continuó- eran excelentes en su género, y fueron bien ejecutadas; su defecto residía en que eran inaplicables al caso y al hombre en cuestión». Hagamos, ahora, un acto erudito y, con Poe, citemos a Virgilio y su «facilis descensus Averni». Es fácil el descenso a los infiernos. Línea 126 del libro VI de La Eneida (para que vean que somos leídos).

Nosotros, que vamos de prudentes, nos largaremos al Caribe, a bucear entre mansos tiburones vegetarianos, con lo que establecer relaciones inteligentes, que aquí, de eso, sólo quedan residuos tóxicos. No lo olviden. La carta robada. El cerebro, en este caso.

Porsche, Dr. Oetker, BMW: la herencia de los magnates del régimen nazi que llega hasta hoy

El periodista David de Jong sigue el rastro del dinero de los millonarios industriales que crecieron a expensas de las expropiaciones y trabajos forzados durante el Tercer Reich y lograron conservar sus fortunas y legarlas a sus descendientes

Esclavos en los campos de concentración nazis

Fredrich Flick escucha la sentencia tras el juicio de Núremberg. Fue condenado a siete años de cárcel, pero en 1960 ya volvía a ser el empresario más rico de Alemania U.S. Army photographer

Los apellidos alemanes Quandt o Flick pueden no decirle nada al gran público, pero para el periodista David de Jong fue un enorme shock ver a dos integrantes de las respectivas sagas en un rótulo del Museo de Arte de Tel Aviv, como donantes y amigos. “Fue espeluznante”, recuerda el reportero de Bloomberg, que ya por entonces estaba trabajando en el libro que acaba de publicar ahora, Dinero y poder en el Tercer Reich (Principal de los Libros). Gabriele Quandt, presidenta de HQ Holding, es nieta de Magda Goebbels y heredera del legado del mayor magnate de la industria armanentística del régimen. E Ingrid Flick, por su parte, integra la milmillonaria familia austriaca Flick, receptora del imperio que forjó el patriarca Friedrich a base de expropiar y explotar a judíos y prisioneros.

Franquismo S.A.: la desfranquización ausente

El régimen nazi duró doce años, desde que Adolf Hitler fue nombrado canciller a principios de 1933 hasta que perdió la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Sus principales líderes políticos fueron juzgados y algunos ejecutados tras los Juicios de Núremberg, pero muchas de las grandes fortunas alemanas que se arrimaron al Führer y crecieron durante el Tercer Reich lograron conservar sus imperios, hasta el punto de que algunas de estas familias siguen siendo de las más ricas del país.

BMW, Volkswagen, Dr. Oetker, Allianz, Opel, Bayer, Porsche, Hugo Boss… Todas estas grandes firmas tienen un conocido pasado nazi. Muchas, con ayuda de las SS, levantaron campos de concentración adyacentes a sus fábricas durante la guerra (IG Farben en Auschwitz, Daimler-Benz en Buchenwald, AFA y Volkswagen en Neuengamme). Pero el rastro del dinero de esas dinastías una vez desintegrado el Tercer Reich es más desconocido. “Hay apellidos que han logrado evadir su responsabilidad moral, que esconden los hechos debajo de la alfombra. Por eso escribí el libro”, recalca De Jong, que ha dedicado casi una década a perseguir estas fortunas.

El reportero seleccionó para su investigación a cinco apellidos cuya fortuna llega hasta nuestros días. Tres de ellos siguen hoy al frente de las compañías: son los Quandt en BMW y la firma de baterías Varta, los Porsche-Piëch en la automovilística Porsche y los Oetker en el imperio alimenticio Dr. Oetker. Los otros dos que retrata el libro se deshicieron de los conglomerados familiares para seguir gozando hoy de monumentales fortunas: es el caso de los Von Finck, millonarios herederos del banquero August Von Finck y del cofundador de los bancos Allianz y Munich Re (lo vendieron a Barclays en los 90) o los propios Flick. “Estos últimos son los más ricos de Austria al lado de los Porsche. Sus oficinas familiares mantienen inversiones en fondos de inversión, inmobiliarias, colecciones de arte…”, detalla De Jong.

La reunión secreta de 1933

La vinculación de la mayoría de estas sagas con el régimen nazi se puede trazar hasta llegar a una reunión secreta que tuvo lugar en Berlín en febrero de 1933. Un recién nombrado canciller, Adolf Hitler, se citó con una veintena de industriales para que pasaran por caja del Partido Nazi de cara a la campaña electoral. Muchos de aquellos empresarios lo veían como un político mediocre, como dejaría escrito Quandt en su diario, pero aun así lo apoyaron. “Hitler les prometió y les garantizó estabilidad económica y política tras años de volatilidad y que podrían expandir sus fortunas. Ellos se sumaron por oportunismo”, resume el autor del libro.

Años después, la mayoría alegarían que fueron forzados a sumarse a la causa nazi debido al clima irrespirable del Tercer Reich. Pero De Jong lo niega. “Nadie les forzó. Fue completamente voluntario. Pudieron marcharse”, añade, y pone como ejemplo el nazi convencido Fritz Thyssen, que con el tiempo se opuso a la invasión de Polonia y acabó internado en un campo de concentración.

Durante el Tercer Reich, todos estos prohombres se aprovecharon de la arianización de las empresas judías, el eufemismo tras el que se escondía la compra a precio de saldo de los bienes de esos conciudadanos. Von Finck se quedó los bancos austriacos Rotschild y Dreyfuss, por poner uno entre los innumerables ejemplos. Pero lo que convertiría a la mayoría en auténticos criminales de guerra, a ojos de De Jong, fue el uso de mano de obra esclava para sus factorías, aprovechando a los entre 12 y 20 millones de deportados que hubo durante la guerra en Europa. “Gunther Quandt explotó a casi 60.000 personas entre sus empresas de baterías AFA y la armamentística DWM”, recoge el reportero. En la planta del Volkswagen, el coche que Hitler soñó para las clases populares alemanas y que diseñó Ferdinand Porsche, se explotó a más de 10.000 personas.

Cómo lograron conservar sus fortunas

Pese a estas atrocidades, y aunque tras la derrota militar se abrió un período de desnazificación en el país, solo uno de estos cinco grandes empresarios, Friedrich Flick, fue juzgado por el tribunal de Núremberg. Los demás, como Quandt o Porsche, pasaron un tiempo en prisión, pero conservaron la mayor parte de sus activos, excepto los que les fueron expropiados en el territorio soviético. Flick fue condenado a siete años de cárcel por un tribunal norteamericano, por emplear mano de obra forzada y por el saqueo de una fábrica en Francia, una sentencia “extremadamente moderada y conciliadora”, según el fiscal Telford Taylor. Finalmente salió de la cárcel en 1950, después de que se le redujera la pena por buena conducta.

El principal aliado de magnates como Flick fue el gobierno de Estados Unidos. “Los aliados les dejaron quedarse con todo, con sus activos intactos. Eso fue una decisión ideológica del gobierno norteamericano, que a raíz del inicio de la Guerra Fría decidió que los nazis eran historia y que necesitaba una Alemania Occidental económicamente fuerte y democráticamente viable para contener a la Unión Soviética”, describe De Jong.

Con la caída de Hitler, un industrial como Flick, el más rico de la Alemania de los años 30, pudo perderlo todo, pero no solo se libró de perder sus posesiones, sino que en 1960, con el control mayoritario de la automovilística Daimler-Benz (los fabricantes de Mercedes) ya volvía a ser el hombre más acaudalado del país. De hecho, murió en 1972 ostentando este título y dentro del ranking de las figuras más ricas del planeta, junto a Jean Paul Gaultier o el rey de Arabia Saudí. “Él personifica el oportunismo de aquellos industriales y simboliza quienes más se aprovecharon del Tercer Reich”, insiste el autor del libro.

A lo largo del Dinero y poder en el Tercer Reich, De Jong se adentra también en la convulsa relación personal a tres bandas entre Günther Quandt, su mujer, Magda, y el segundo marido de ella, Joseph Goebbels, el ministro de la Propaganda de Adolf Hitler. Estos dos últimos fueron el matrimonio más célebre del régimen nazi hasta que acabaron suicidándose, junto a seis de sus hijos, cuando las tropas soviéticas estaban a punto de entrar en Berlín. Günther y su mujer se pelearon por la custodia de su hijo Harald, al que Goebbels adoraba.

Acabada la guerra, este joven y su hermanastro Herbert heredaron y se repartieron el imperio Quandt. Durante décadas se alejaron de los focos y pasaron por ser exitosos empresarios, especialmente este último, que rescató BMW y la convirtió en la firma que es hoy en día.

Herbert Quandt y Ferry Porsche tienen fundaciones a su nombre

Pero Herbert, como mano derecha de su padre durante el Tercer Reich, tampoco estuvo libre de culpa, aunque actualmente dé nombre a la ‘BMW Foundation Herbert Quandt’, que promueve el liderazgo social mediante financiación de proyectos y premios. El empresario, fallecido en 1982, actuó a la sombra de su padre durante la guerra y construyó un campo de concentración en la Polonia ocupada, desvela De Jong. También fue responsable de un campo de concentración en Berlín con 500 mujeres llegadas desde Sachsenhausen. “Técnicamente, se trata de un criminal de guerra”, sentencia el periodista.

Aun así, su nombre permanece hoy como ejemplo de liderazgo por BMW. Y, a pesar de que la familia encargó una investigación académica muy completa sobre su pasado, a raíz de un documental emitido en 2007, no modificaron su página web hasta hace poco para incluir estos pasajes de su biografía. Fue meses antes de que saliese el libro de De Jong. “Las investigaciones académicas que encargaron fueron suficientes, pero a nivel global han seguido ocultando sus conclusiones”, lamenta. “Ni siquiera estos estudios han alcanzado audiencias relevantes en Alemania, no han sido traducidos a otros idiomas, y sus hallazgos no se hacen explícitos en sus webs, museos, premios…”, argumenta el autor.

El hijo de Herbert, Stefan Quandt, es actualmente el accionista mayoritario de BMW y su fortuna asciende a 18.000 millones de dólares, según ForbesBloomberg, por su parte, lo sitúa entre las 100 personas más ricas del mundo en su índice de grandes fortunas globales.

Y algo parecido a Herbert ocurrió con Ferry Porsche, el hijo de Ferdinand –creador del Volkswagen– y el que convirtió la firma de coches deportivos en lo que es hoy. De joven se enroló voluntariamente en las SS y tras la guerra se rodeó rápidamente de antiguos cargos nazis en la ejecutiva de la empresa. “Era un nazi ideológico”, dice De Jong. Pues bien, también él tiene a su nombre la Ferry Porsche Foundation, y en este caso sin mención alguna a su pasado nazi.

Con el paso del tiempo, para resarcir a las víctimas del trabajo forzado, el Gobierno alemán y el estadounidense acordaron crear un fondo de más de 5.000 millones. Fue en 1999. El 60% del dinero lo aportaron firmas como Allianz, BMW, Volkswagen, Daimler o Siemens. Para De Jong, sin embargo, esto no es suficiente. “Un acuerdo económico no implica que asumas responsabilidades”, defiende.

De todos los millonarios herederos que se recogen en el libro, uno falleció el pasado mes de noviembre. Fue August von Finck Junior, hijo del mayor banquero de la Alemania nazi. En 1990 vendió por 370 millones el banco familiar, Merck Finck, a Barclays, y se dedicó a administrar la fortuna resultante desde Suiza. En paralelo, fiel a los valores reaccionarios de su padre, financió a partidos radicales de extrema derecha, además de la CDU y el FDP. Más adelante, Der Spiegel lo describió como uno de los brazos detrás del partido de extrema derecha Alternaive für Deutschland (AfD).

Toni Cantó ficha como presentador de 7NN, una televisión próxima a Vox

El hasta ahora director de la Oficina del Español de la Comunidad de Madrid, puesto que ocupa desde junio del año pasado, ha comunicado que abandona para «iniciar en breve un nuevo proyecto profesional».

El exportavoz de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, Toni Cantó, visita una carpa del Partido Popular en San Sebastián de los Reyes, a 14 de abril de 2021.
El exportavoz de Ciudadanos en las Cortes Valencianas, Toni Cantó, visita una carpa del Partido Popular en San Sebastián de los Reyes, a 14 de abril de 2021.  A. Martínez Vélez / EUROPA PRESS

A lo largo de este último año, Cantó ha sido blanco de múltiples críticas debido a la dudosa utilidad del departamento que comandaba por expreso deseo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Una labor por la que ha recibido un salario que ha rondado los 75.000 euros brutos anuales.

Cantó inició su carrera como actor de televisión y cine. De las pantallas saltó a la arena política de la mano de UPyD, para posteriormente pasar a engrosar las filas de Ciudadanos, partido en el que fue diputado del País Valencià.

En marzo de 2021, Cantó abandonó todos sus cargos en el partido e instó a la formación naranja a «ir con el PP a las elecciones» en la Comunidad de Madrid. Sin embargo, un mes más tarde, el Constitucional le expulsó definitivamente de las listas del PP para los comicios del 4 de mayo de 2021 debido a que no cumplía los requisitos exigidos por la ley al no estar empadronado en la comunidad.

Tras la amplia mayoría cosechada en las elecciones, Ayuso optó por remodelar la estructura de Gobierno en la comunidad, creando de este modo la dirección de área de la Oficina del Españoldonde recalaría Cantó hasta que, este jueves, comunicara su «intención de iniciar en breve un nuevo proyecto profesional».

 

Oncólogos alertan de que la polución genera cáncer de pulmón en no fumadores

Un estudio revela que las partículas que se encuentran en los tubos de escape de los vehículos y el humo de los combustibles fósiles promueven cambios cancerosos. 

10/09/2022. Vista del cielo contaminado de Madrid, a 11 de febrero de 2022.
Vista del cielo contaminado de Madrid, a 11 de febrero de 2022.  Jesús Hellín / EUROPA PRESS

La contaminación del aire y las partículas vinculadas al cambio climático favorecen la aparición de cáncer de pulmón en personas no fumadoras, según una investigación presentada este sábado en el congreso que la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) celebra en París.

El estudio, elaborado por científicos del Francis Crick Institute and University College London, revela que las partículas que se encuentran en los tubos de escape de los vehículos y el humo de los combustibles fósiles promueven cambios cancerosos en las células de las vías respiratorias y generan más casos de cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC por sus siglas en inglés) entre la población que nunca ha fumado.

El estudio, según el oncólogo y coordinador de la investigación Charles Swanton, constata la presencia del gen EGFR mutado en, al menos, la mitad de personas con cáncer de pulmón que no han fumado en toda su vida. Y es que las células con mutaciones en los genes EFGR y KRAS pueden volverse cancerosas cuando se exponen a contaminantes del aire.

La investigación realizada sobre una muestra de medio millón de personas residentes en Inglaterra, Corea del Sur y Taiwán revela que la exposición a concentraciones crecientes de partículas suspendidas en el aire (PM2.5) está vinculado a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. De hecho, demuestra que las partículas contaminantes promovieron cambios rápidos en las células de las vías respiratorias que tenían mutaciones en EGFR y en el gen KRAS, también relacionado con el cáncer de pulmón.

Swanton, coordinador del estudio, reconoce que el riesgo de cáncer de pulmón por la polución es más bajo que el que se desarrolla por consumo de tabaco pero recuerda que, a nivel mundial, más personas están expuestas a niveles peligrosos de contaminación del aire que a las sustancias químicas tóxicas que provoca un cigarrillo. Y es que, dice, «no tenemos control sobre lo que respiramos pero sí hay una capacidad de decisión sobre el hábito de fumar».

Swanton: «No tenemos control sobre lo que respiramos pero sí hay una capacidad de decisión sobre el hábito de fumar»

La investigación también corrobora que la contaminación del aire influye en la liberación de una proteína (interleucina), que impulsa la expansión de las células con mutaciones de EGFR. El estudio hace referencia a ensayos previos en los que personas tratadas con anticuerpos anti-interleucina inhiben significativamente la incidencia del cáncer.

Sobre las mutaciones y el desarrollo de tumores, la investigación subraya que las mutaciones en genes EGFR y KRAS también están presentes en tejido pulmonar normal (entre un 18 y 30%) y son probablemente una consecuencia del envejecimiento. Sin embargo, cuando estas mutaciones son expuestas a la polución se observan más cánceres que cuando las células no lo están, lo que sugiere que la contaminación ambiental promueve el inicio del cáncer en las células que albergan mutaciones del gen conductor.

Para los autores del estudio, el siguiente paso será descubrir por qué algunas células con mutaciones se vuelven cancerígenas cuando están expuestas a contaminantes, mientras que otras no. Y de cara al futuro, los investigadores plantean trabajar en la detección precoz y lesiones precancerosas e intentar revertirlas con medicamentos. Concluye el trabajo que dado que el consumo de combustibles fósiles va de la mano de la polución y de las emisiones de carbono, los profesionales de la oncología tienen el deber de parar la situación tanto por razones ambientales como de salu.

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