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Categoría: Narcopolítica
“Haz un pedido a Amazon”: cómo los gigantes tecnológicos almacenan datos masivos para la guerra de Israel
El ejército israelí está utilizando el servicio en la nube de Amazon para almacenar información de vigilancia sobre la población de Gaza, mientras adquiere más herramientas de inteligencia artificial de Google y Microsoft para fines militares, revela una investigación
Soldados del ejército israelí durante un simulacro en una base militar cerca de Gaza (Fuente: +972 Magazine) — Foto: Miriam Alster/FLASH90
El pasado 10 de julio, la comandante de la unidad del Centro de Sistemas de Información y Computación del ejército israelí, que ofrece procesamiento de datos para todo el ejército, intervino en una conferencia titulada «Tecnologías de la Información para las Fuerzas de Defensa Israelíes» en Rishon Lezion, cerca de Tel Aviv. En su discurso ante un público compuesto de unos 100 militares y personal industrial, y del cual +972 Magazine y Local Call han conseguido una grabación, la coronel Racheli Dembinsky confirmó públicamente por primera vez que el ejército israelí está utilizando almacenamiento en la nube y servicios de inteligencia artificial proporcionados por gigantes tecnológicos civiles en su ataque en curso contra la Franja de Gaza. En las diapositivas de la conferencia de Dembinsky, pudieron verse dos veces los logos de Amazon Web Services (AWS), Google Cloud y Microsoft Azure.
El almacenamiento en la nube es un medio para preservar grandes cantidades de datos digitales fuera de las propias instalaciones, a menudo en servidores administrados por un proveedor externo. Dembinsky explicó al principio que su unidad del ejército, conocida por su acrónimo hebreo Mamram, ya utilizaba una “nube operativa” alojada en servidores militares internos, en lugar de nubes públicas administradas por empresas civiles. Describió esta nube interna como una “plataforma de armas”, que incluye aplicaciones para marcar objetivos para bombardeos, un portal para ver imágenes en vivo de vehículos aéreos no tripulados sobre los cielos de Gaza, así como sistemas de fuego, comando y control.
Sin embargo, prosiguió, con el comienzo de la invasión terrestre de Gaza por parte del ejército israelí a finales de octubre de 2023 los sistemas militares internos se sobrecargaron rápidamente debido a la enorme cantidad de soldados y personal militar que se agregaron a la plataforma como usuarios, lo que causó problemas técnicos que estuvieron a punto de ralentizar las funciones militares de Israel.
La primera tentativa de resolver el problema, explicó Dembinsky, pasó por activar todos los servidores de repuesto disponibles en los almacenes del ejército y establecer otro centro de datos, pero no fue suficiente. Decidieron que necesitaban “salir al exterior, al mundo civil”. Según ella, los servicios en la nube ofrecidos por las principales empresas tecnológicas permitieron al ejército comprar servidores de almacenamiento y procesamiento ilimitados con solo hacer clic en un botón, sin la obligación de almacenar físicamente los servidores en los centros de computación del ejército.
Pero según Dembinsky la ventaja “más importante” que aportaron las empresas de la nube fueron sus capacidades avanzadas en inteligencia artificial. “Hay una abundancia desaforada de servicios, big data e inteligencia artificial: hemos llegado a un punto en el que nuestros sistemas lo necesitan de veras”, dijo con una sonrisa. Trabajar con estas empresas, agregó, ha aportado al ejército “una eficacia operativa muy significativa” en la Franja de Gaza.
Dembinsky no especificó qué servicios se compraron a las empresas de la nube ni cómo ayudaron a los militares. En un comentario para +972 y Local Call, el ejército israelí hizo hincapié en que la información clasificada y los sistemas de ataque almacenados en la nube interna no se movieron a las nubes públicas proporcionadas por las empresas tecnológicas.
Israel firmó un contrato conjunto con Google y Amazon llamado Proyecto Nimbus, por un valor de 1.200 millones de dólares
Sin embargo, una nueva investigación de +972 y Local Call puede revelar que en realidad el ejército israelí sí ha almacenado en servidores gestionados por AWS de Amazon determinados datos de inteligencia obtenidos mediante la vigilancia masiva de la población de Gaza. Asimismo, la investigación puede revelar que algunos proveedores de la nube han estado proporcionando abundantes capacidades y servicios de inteligencia artificial a las unidades del ejército israelí desde el inicio de la guerra de Gaza.
Fuentes del Ministerio de Defensa de Israel, de la industria de armamentos israelí, de las tres empresas de la nube y de siete funcionarios de inteligencia israelíes que han estado implicados en la operación desde el inicio de la invasión terrestre en octubre, describieron a +972 y Local Call cómo el ejército consigue recursos del sector privado para mejorar sus capacidades tecnológicas en tiempos de guerra. Según tres fuentes de inteligencia, la cooperación del ejército con AWS es particularmente estrecha: el gigante de la nube proporciona a la Dirección de Inteligencia Militar de Israel una granja de servidores que se utiliza para almacenar grandes cantidades de información de inteligencia que sirve al ejército en la guerra.
Según distintas fuentes, la capacidad exponencial del sistema de nube pública AWS permite al ejército disponer de un “almacenamiento ilimitado” para poseer información sobre casi “todo el mundo” en Gaza. Una fuente que utilizó el sistema basado en la nube durante la guerra en curso describió que hacía “pedidos a Amazon” para obtener información mientras realizaba sus tareas operativas y trabajaba con dos pantallas: una conectada a los sistemas privados del ejército y la otra conectada a AWS.
Fuentes militares insistieron para +972 y Local Call en que el alcance de la información recopilada a partir de la vigilancia de todos los residentes palestinos de Gaza es tan grande que no puede almacenarse solo en servidores militares. En particular, según las citadas fuentes de inteligencia, se necesitaban capacidades de almacenamiento y potencia de procesamiento mucho más amplias para mantener miles de millones de archivos de audio (en lugar de limitarse a la información textual o los metadatos), lo que obligó al ejército a recurrir a los servicios en la nube que ofrecen las empresas tecnológicas.
Según el testimonio de las fuentes militares, la enorme cantidad de información almacenada en la nube de Amazon llegó incluso a ser de ayuda en unas pocas ocasiones para confirmar ataques aéreos en Gaza, ataques que también habrían matado y herido a civiles palestinos. En su conjunto, nuestra investigación expone con mayor detalle algunas de las formas en las que las grandes corporaciones tecnológicas están contribuyendo a la guerra en curso de Israel, una guerra que ha sido señalada por tribunales internacionales por presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en territorio ocupado ilegalmente.
“Pagas un millón de dólares y tienes mil servidores más”
En 2021, Israel firmó un contrato conjunto con Google y Amazon llamado Proyecto Nimbus. El objetivo declarado de la licitación, por un valor de 1.200 millones de dólares, era alentar a los ministerios gubernamentales a transferir sus sistemas de información a los servidores públicos en la nube de las empresas ganadoras y recibir de estas servicios avanzados.
El acuerdo fue muy polémico; asimismo, cientos de trabajadores de ambas empresas firmaron una carta abierta unos meses más tarde pidiendo que se cortaran los vínculos con el ejército israelí. Las protestas de los empleados de Amazon y Google han aumentado desde el 7 de octubre, organizadas bajo el lema No Tech For Apartheid (No a la tecnología para el apartheid) . En abril, Google (que figuró brevemente como patrocinador de la conferencia IT For IDF en la que habló Dembinsky, antes de que se eliminara su logotipo) despidió a 50 miembros del personal por participar en una protesta en las oficinas de la empresa en Nueva York.
Los informes de los medios de comunicación sostenían que el ejército y el Ministerio de Defensa de Israel subirían solo materiales no clasificados a la nube pública en el marco del Proyecto Nimbus. Pero nuestra investigación revela que, al menos desde octubre de 2023, las grandes empresas de la nube han estado proporcionando almacenamiento de datos y servicios de inteligencia artificial a las unidades del ejército que tratan con información clasificada. Varias fuentes de seguridad declararon a +972 y Local Call que la presión sobre el ejército israelí desde octubre provocó un aumento drástico en la compra de servicios de Google Cloud, AWS de Amazon y Microsoft Azure y que la mayoría de las compras de las dos primeras empresas se realizaron a través del contrato Nimbus.
Una fuente de seguridad explicó que al principio de la guerra los sistemas del ejército israelí estaban tan sobrecargados que se plantearon trasladar un sistema de inteligencia, que sirvió de base para numerosos ataques en Gaza, a servidores públicos en la nube. “Había 30 veces más usuarios, así que sencillamente se colgó”, dijo la fuente sobre el sistema.
“Lo que ocurre en la nube [pública]”, continuó la fuente, “es que haces un click, pagas otros mil dólares ese mes y tienes 10 servidores. ¿Empieza una guerra? Pagas un millón de dólares y tienes mil servidores más. Ese es el poder de la nube. Por eso [durante la guerra] hubo gente en las Fuerzas de Defensa de Israel que hizo verdadera presión para trabajar con la nube. Estaban ante un dilema”.
El proyecto Nimbus alivió este dilema. Como parte de los términos de la licitación, las dos empresas ganadoras, Google y Amazon, montaron centros de datos en Israel en 2022 y 2023, respectivamente. Anatoly Kushnir, cofundador de la empresa tecnológica israelí Comm-IT, que ha estado ayudando a las unidades militares a migrar a la nube desde octubre, explicó a +972 y Local Call que Nimbus “creó una infraestructura” de centros informáticos avanzados bajo jurisdicción israelí.
Este acuerdo, afirmó, facilitó que “las entidades de seguridad, incluso las más sensibles”, almacenaran información en la nube durante la guerra sin temor a los tribunales extranjeros, que, potencialmente, podrían exigir la información en caso de una demanda contra Israel.
El sistema de Amazon contiene un «almacén infinito» de información para que la utilice el ejército
“Durante la guerra”, continuó Kushnir, “se crearon necesidades [en el ejército] que no existían [antes], y fue mucho más fácil implementarlas [utilizando] esta infraestructura, porque es la infraestructura de un propietario global que puede brindar todo tipo de servicios, desde los más simples hasta los más complicados”. Estas empresas, agregó, proporcionaron al ejército israelí “los servicios más avanzados” disponibles, que luego se han utilizado en la actual guerra de Gaza.
Este cambio drástico en los procedimientos del ejército se ha acelerado considerablemente desde que comenzó la guerra. En el pasado, dijo Kushnir, el ejército dependía principalmente de sistemas que había desarrollado él mismo, conocidos como “on-prem”, abreviatura de “on-premise”. Pero esto significaba que tendría que esperar meses o incluso años para construir nuevos servicios de los que carecía. Por otra parte, en la nube pública las capacidades de inteligencia artificial, almacenamiento y procesamiento son “mucho más accesibles”.
Para matizar sus comentarios, Kushnir explicó que “la información realmente sensible, las cosas más secretas, no están [en la nube civil]. La parte operativa sin duda no está allí. Pero hay cosas de inteligencia que se guardan en parte allí”.
Sin embargo, incluso dentro del ejército, algunos han expresado su preocupación por la posibilidad de que se produzcan violaciones de datos. “Cuando empezaron a hablarnos sobre la nube y les preguntamos si no había un problema de seguridad informática al enviar nuestra información a una empresa de terceros, nos dijeron que ese [riesgo] es insignificante comparado con el valor de poder usarlo”, afirmó una fuente de inteligencia.
“La nube tiene información sobre todos”
Algunas fuentes declararon a +972 y Local Call que la mayor parte de la información de inteligencia del ejército israelí sobre los agentes militares palestinos se almacena en los sistemas internos del ejército en lugar de en la nube pública, que está conectada a Internet. Sin embargo, según tres fuentes de seguridad, uno de los sistemas de datos utilizados por la Dirección de Inteligencia Militar de Israel se almacena en la nube pública de Amazon, AWS.
El ejército ha venido utilizando este sistema en Gaza para la vigilancia masiva al menos desde finales de 2022, pero no estaba siendo considerado particularmente operativo antes de la guerra actual. Ahora, según estas fuentes, el sistema de Amazon contiene un «almacén infinito» de información para que la utilice el ejército.
Fuentes de defensa afirmaron que la información de inteligencia almacenada en AWS todavía se considera “insignificante” en términos de su uso operativo, en comparación con la que se conserva en los sistemas internos del ejército. Sin embargo, tres fuentes que participaron en los ataques del ejército dijeron que se utilizó en varios casos para proporcionar “información complementaria” antes de los ataques aéreos contra presuntos efectivos militares, algunos de los cuales mataron a muchos civiles.
Tal y como revelaron +972 y Local Call en una investigación previa , el ejército israelí autorizó el asesinato de “cientos de civiles” en ataques contra altos mandos de Hamás en los rangos de comandante de brigada y, en algunos casos, incluso de comandante de batallón. En algunos de estos casos, explicaron fuentes de seguridad, se puso en funcionamiento la nube de Amazon.
Según algunas fuentes, el sistema basado en AWS resulta particularmente útil para la inteligencia israelí porque puede almacenar información “sobre todo el mundo”, sin limitaciones de almacenamiento. En ocasiones esto presentaba ventajas operativas: una fuente de inteligencia describió un momento “realmente transcendental” en la guerra, cuando el ejército localizó a un miembro de alto rango del ala militar de Hamás dentro de un gran edificio de varios pisos lleno de cientos de refugiados y enfermos. La fuente describió el uso de AWS para recopilar información sobre quién estaba en el edificio. El ataque, declaró, al final fue abortado porque no estaba claro exactamente dónde se escondía el agente de alto rango, y el ejército temía que seguir adelante dañaría aún más la imagen de Israel.
“La nube [de Amazon] es un espacio de almacenamiento infinito”, dijo otra fuente de inteligencia israelí. “Todavía existen los servidores [del ejército] habituales, que son bastante grandes […] Pero, a veces, durante la recogida de información encuentras alguien que te interesa y dices: ‘Qué lástima, no está incluido [como objetivo de vigilancia], no tengo información sobre él’. Pero la nube te da información sobre él, porque la nube tiene [información sobre] todos”.
Con anterioridad, el ejército solía borrar la información inútil acumulada en sus bases de datos para dejar espacio a nueva información. Pero en su conferencia del 10 de julio, Dembinsky señaló que el ejército lleva trabajando desde octubre para “salvaguardar, guardar y almacenar todo el material de combate”. Una fuente de seguridad confirmó que esto es cierto, y atribuyó el aumento del espacio de almacenamiento a las empresas de nube pública.
Otro incentivo importante para trabajar con los gigantes de la nube son sus capacidades de inteligencia artificial y las granjas de servidores de unidades de procesamiento gráfico (GPU) en las que se apoyan. Una fuente de inteligencia, que participó en las discusiones sobre el traslado de la inteligencia militar a la nube pública, afirmó que sus superiores “hablaron de que si migraban a la nube, entonces [las empresas de la nube] también tendrían sus propias capacidades de conversión de voz a texto. Estas son buenas; tienen muchas capacidades. ¿Por qué desarrollar todo en la unidad del ejército si las capacidades ya existen?”
Según fuentes del sector de alta tecnología, el Ministerio de Defensa israelí es considerado un cliente importante y “estratégico” para las tres empresas de la nube
El flujo de trabajo descrito a +972 y Local Call por oficiales de inteligencia —“ordenar” datos de la nube pública de AWS y luego enviarlos a una red militar cerrada— coincide con los detalles que presenta un libro escrito en 2021 por el actual comandante de la Unidad 8200, una unidad de élite dentro de la Dirección de Inteligencia Militar de Israel, identificado recientemente por The Guardian como Yossi Sariel.
“¿Cómo pueden los organismos de seguridad utilizar la ‘nube de Amazon’ y sentirse seguros?”, escribió Sariel, proponiendo como solución la creación de una red especial en la que el sistema interno militar y la nube pública pudieran “comunicarse entre sí de forma segura en todo momento”. El alcance de la información secreta recopilada por la inteligencia israelí es tan grande, añadió, que puede almacenarse “tan solo en empresas como Amazon, Google o Microsoft”.
Ese mismo año, en un artículo publicado en una revista de inteligencia israelí , el subcomandante de la Unidad 8200 pidió “nuevas alianzas” con los proveedores de la nube pública, ya que sus capacidades de inteligencia artificial son “irreemplazables” y superiores a las del ejército. Insinuó que las empresas de la nube también se beneficiarán de la asociación con el ejército: “Aman [el Directorio de inteligencia militar] posee la mayoría de los datos de las FDI, incluidos los datos sobre los enemigos, procedentes de una amplia variedad de sensores, datos por los que las empresas civiles pagarían una fortuna para tener acceso”.
«Lo que utilicen las FDI será uno de sus puntos fuertes»
Según fuentes del ejército y de la industria armamentística, durante años Microsoft Azure fue considerado el principal proveedor de servicios en la nube de Israel mediante la venta de sus servicios al Ministerio de Defensa y a las unidades del ejército que se ocupan de información clasificada. Según una fuente, Azure debía proporcionar al ejército israelí la nube en la que se almacenaría la información de vigilancia, pero Amazon ofreció un precio mejor. Fuentes de las empresas de servicios en la nube, que estaban al tanto de los vínculos con el Ministerio de Defensa de Israel, dijeron que desde que Amazon ganó la licitación de Nimbus, ha estado compitiendo agresivamente con Azure, con la expectativa de reemplazarlo como el principal proveedor de servicios del ejército.
Kushnir, de Comm-IT, explicó que en el pasado, “la mayoría de las agencias gubernamentales y militares invirtieron mucho en el desarrollo y creación de sistemas basados en Azure”. Pero como Azure no ganó la licitación de Nimbus, continuó, ha habido un “cierto proceso de migración” en el Ministerio de Defensa hacia los servidores de Google y Amazon, que se aceleró durante la guerra actual.
Según fuentes del sector de alta tecnología, el Ministerio de Defensa israelí es considerado un cliente importante y “estratégico” para las tres empresas de la nube. Esto no solo se debe a la magnitud financiera de las transacciones, sino también a que se considera que Israel influye en la opinión de las agencias de seguridad de todo el mundo y en el liderazgo de las “tendencias” que adoptan otras agencias.
Una de las personas que durante años dirigió la política de adquisiciones del Ministerio de Defensa y mantuvo contacto con los gigantes de la nube es el coronel Avi Dadon, que habló con +972 y Local Call para esta investigación. Dirigió hasta 2023 la administración de compras del Ministerio de Defensa y fue responsable de adquisiciones militares por un valor de más de 10.000 millones de NIS (unos 2.700 millones de dólares) al año.
“Para [las empresas de la nube], es la estrategia de marketing más potente”, dijo Dadon. “Lo que utiliza la IDF fue y será uno de los mejores argumentos de venta de productos y servicios del mundo. Para ellos, es un laboratorio. Por supuesto que quieren [trabajar con nosotros]”.
Dadon afirmó que mantuvo numerosas reuniones con representantes de AWS, Microsoft Azure y Google Cloud en Israel y en viajes a Estados Unidos. También estuvo en contacto con los gigantes de la nube en relación con una licitación secreta llamada Proyecto Sirius.
Según informó por primera vez el periódico financiero israelí Globes en 2021, Sirius se considera mucho más sensible que Nimbus y aún no ha firmado contratos con ninguna de las empresas tecnológicas. En mayo, el ejército anunció en su sitio web que busca contratar a un experto que “trabajará con los grandes proveedores de la nube” para “transferir sistemas [militares] a la nube pública (Nimbus)” y para “preparar la subida de los sistemas operativos centrales a la nube de seguridad” en el marco de la licitación de Sirius.
“Sirius es una nube de seguridad privada y aislada de las redes públicas y de otro tipo, y está destinada únicamente a las Fuerzas de Defensa de Israel y al Ministerio de Defensa”, explicó Dadon. “Ha habido discusiones durante más de una década sobre cómo será esto”. Se prevé que esta nueva nube, según tres fuentes de seguridad, estará desconectada de Internet y se construirá sobre la infraestructura de los grandes proveedores de la nube, lo que permitirá que todas las agencias de seguridad israelíes la utilicen para sistemas clasificados.
Una aplicación, llamada “Hunter”, se utiliza para señalar objetivos en Gaza y detectar patrones de comportamiento mediante inteligencia artificial
Los servicios de nube pública, según Dadon, tienen el potencial de aumentar la letalidad militar. Cuando se busca a una persona para «eliminarla», explicó, «se recopilan miles de millones de detalles que aparentemente no son interesantes. Pero hay que almacenarlos. Una vez que se desea procesar [y] fusionar todo en un producto que te dice que [el objetivo] está aquí a esta hora, tienes cinco minutos, no tienes todo el día y la noche. Así que, obviamente, necesitas la información.
“No puedes hacerlo en tus servidores, porque tienes que eliminar constantemente lo que crees que no es necesario”, continuó Dadon. “Aquí hay una solución intermedia muy importante. Una vez que has subido información a la nube, el camino de regreso a las instalaciones locales es casi imposible. Entras en un mundo nuevo. Ya has subido información de varios órdenes de magnitud más grande, ¿y ahora qué vas a hacer? ¿Empezar a eliminarla?”
Tal y como revelaron +972 y Local Call en una investigación previa, muchos de los ataques de Israel en Gaza al comienzo de la guerra se basaron en las recomendaciones de un programa llamado «Lavender». Con la ayuda de una IA, este sistema procesó información sobre la mayoría de los residentes de Gaza y compiló una lista de efectivos militares sospechosos, incluidos los de menor rango, para asesinarlos. Israel atacó sistemáticamente a estos efectivos en sus casas particulares, matando a familias enteras. Con el tiempo, los militares se dieron cuenta de que Lavender no era lo suficientemente «fiable» y su uso disminuyó en favor de otro software. +972 y Local Call no pudieron confirmar si Lavender se desarrolló con la ayuda de empresas civiles, incluidas empresas de la nube pública.
“Estás luchando desde dentro de tu portátil”
En su conferencia del mes pasado, Dembinsky calificó la actual operación militar en Gaza como “la primera guerra digital”. Aunque parezca una exageración, dado que la ofensiva de 2021 en la Franja también utilizó capacidades digitales, fuentes de defensa israelíes dijeron que los procesos de digitalización del ejército se han acelerado considerablemente durante la guerra actual. Según ellos, los comandantes en el campo de batalla se mueven con teléfonos inteligentes encriptados, envían mensajes en un chat operativo similar a WhatsApp (pero no relacionado con la empresa), suben archivos a una unidad compartida y usan incontables aplicaciones nuevas.
“Estás luchando desde dentro de tu portátil”, declaró un oficial que sirvió en una sala de operaciones de combate en Gaza. En el pasado, “veías el blanco de los ojos de tu enemigo, mirabas a través de los binoculares y lo veías estallar”. Sin embargo, hoy, cuando aparece un objetivo, “le dices [a los soldados] a través del portátil: ‘Dispara con el tanque’”.
Una de las aplicaciones en la nube interna del ejército se llama Z-Tube (Z es la abreviatura de Zahal, el acrónimo de las Fuerzas de Defensa de Israel); es un sitio web, que se parece mucho a YouTube, que permite a los soldados acceder a imágenes en vivo de todos los dispositivos de filmación del ejército en Gaza, incluidos los vehículos aéreos no tripulados . Otra aplicación, llamada «MapIt», permite a los soldados marcar objetivos en tiempo real en un mapa interactivo y colaborativo. «Los objetivos son la capa más pesada del mapa», dijo una fuente de seguridad a +972 y Local Call. «Parece que cada casa tiene un objetivo».
Una aplicación relacionada, llamada “Hunter”, se utiliza para señalar objetivos en Gaza y detectar patrones de comportamiento mediante inteligencia artificial. Fue presentada en la conferencia IT for IDF por el coronel Eli Birenbaum, comandante de una unidad conocida por el acrónimo hebreo Matzpen, que se encarga de desarrollar sistemas para usos operativos.
Se supone que la nube interna tiene que administrarse en servidores militares y no ha de estar conectada a las nubes de las empresas privadas, pero varias fuentes dijeron que existen formas «seguras» en las que las empresas de la nube civiles también pueden prestar servicios a los sistemas operativos.
“Las FDI no sacan fuera cosas muy sensibles y clasificadas; esas cosas se quedan dentro [de las redes militares aisladas]”, afirmó para +972 y Local Call el coronel Assaf Navot, ex funcionario de alto rango de TIC del ejército y ahora jefe de la división de defensa de Comm-IT. En su opinión, el desafío consiste en llevar el “cerebro” de las empresas civiles de la nube, como los servicios de inteligencia artificial, a los sistemas internos del ejército, “sin que viva afuera. Vive directamente dentro. Así, pues, no se puede hacer todo de tal manera que sea punto por punto [igual a] lo que sucede afuera, pero se consiguen progresos increíbles”.
En 2022, Itai Binyamin, un experto en inteligencia artificial que en ese momento trabajaba con Microsoft Azure y ahora está en AWS, describió ante un grupo de graduados de la unidad Mamram de Dembinsky que este sistema permite «implementar las capacidades de inteligencia artificial [de Microsoft] incluso en las instalaciones, en sus servidores, en un entorno que está desconectado [de Internet]». En su explicación en el video, Binyamin mostró a los graduados cómo la herramienta de reconocimiento facial de Microsoft podría analizar un video de noticias e identificar que el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, aparecía en él.
El sitio web de Microsoft Azure hace referencia a herramientas llamadas “contenedores desconectados”, diseñados para “socios estratégicos” que necesitan mantener segura su información. Las herramientas, según el sitio web, incluyen capacidades de transcripción, traducción, reconocimiento de sentimientos, lenguaje, resumen, análisis de documentos e imágenes, y más.
Navot explicó que el ritmo de desarrollo de la tecnología digital es tan rápido que la única manera de hacer que el ejército “se ponga al día” pasa por comprar servicios del mercado civil y de las empresas de la nube. “Está el ejemplo del M16 [rifle de asalto]. La última vez que fabricaron un M16 fue en la guerra de Vietnam. No ha cambiado mucho”. Pero en cuanto al software digital, dice, las cosas cambian “en cuestión de meses, no de años”.
El mero hecho de que material de inteligencia, aunque no sea directamente operativo, se suba a una nube civil ha suscitado inquietud entre algunos miembros del ejército israelí. “Hay algo que da miedo”, dijo una fuente del ejército. “La información que el ejército tiene hoy en día es información delicada sobre muchas personas [en los territorios ocupados]. ¿Entonces, vamos a entregarla a empresas gigantes, privadas y comerciales, cuyo objetivo es ganar dinero?”
Por otra parte, otras fuentes de seguridad afirmaron que la inteligencia en bruto que se recoge en general en vez de sobre objetivos específicos no es particularmente sensible, ya que solo se torna sensible cuando se traduce en objetivos de ataque. «No es que resultara realmente aterrador si los iraníes tuvieran [acceso a] esta información», afirmó una de las fuentes.
Google siempre ha utilizado un “lenguaje vago” al enunciar sus principios éticos
La general de brigada Yael Grossman, comandante de la División para el Fortalecimiento de la Tecnología Operativa del ejército —conocida por el acrónimo hebreo Lotem— que tiene bajo su cargo Mamram, dijo en un podcast el pasado mayo que la dependencia de las tecnologías civiles en la guerra actual permitió un “salto alucinante en un breve periodo de tiempo”. Pero Dadon compara la subida de materiales a la nube con “entregar las llaves de un Mercedes a otra persona. ¿No deberíamos usar el Mercedes? Necesitamos hacerlo. Entonces, ¿cómo? No lo sé”.
“Hay una participación directa en las herramientas utilizadas para matar a los palestinos”
En los últimos años, Amazon se ha convertido no solo en socio del ejército israelí, sino también en proveedor de servicios en la nube para varias agencias de inteligencia occidentales. En 2021, AWS firmó un acuerdo con las agencias de inteligencia británicas GCHQ, MI5 y MI6 para almacenar información “clasificada” y acelerar el uso de herramientas de inteligencia artificial. El gobierno australiano anunció también este mes que invertiría 1.300 millones de dólares para construir una nube para material de inteligencia de “alto secreto” en los servidores de Amazon. El gigante tecnológico también firmó un acuerdo con el Pentágono, junto a otras tres grandes empresas, para construir una nube gigante que serviría al Departamento de Defensa de Estados Unidos para “todos los niveles de clasificación”.
Amazon ha hecho públicas reglas poco claras para “ Desarrollar la IA de manera responsable ”, que tan solo hacen referencia a “obtener, usar y proteger datos de manera apropiada” y “prevenir resultados dañinos y usos indebidos del sistema”. Los Principios y el enfoque de IA responsable de Microsoft afirman lo siguiente: “Nos comprometemos a garantizar que los sistemas de IA se desarrollen de manera responsable y de tal manera que garanticen la confianza de las personas”.
Google también publica una lista de sus Principios de IA que afirman con mayor claridad que Google “no diseñará ni implementará IA en […] tecnologías que causen o puedan causar daño general; […] armas u otras tecnologías cuyo propósito principal o implementación sea causar o facilitar directamente daño a las personas […] tecnologías que recopilen o utilicen información para la vigilancia violando normas internacionalmente aceptadas […] [o] tecnologías cuyo propósito contravenga principios ampliamente aceptados del derecho internacional y de los derechos humanos”.
Sin embargo, Gabriel Schubiner, activista y organizador de No Tech For Apartheid, afirma que estos principios “no tienen ningún efecto real” porque las empresas de la nube “los utilizan como un recurso de relaciones públicas para demostrar lo responsables que son”. Según él, las empresas no tienen forma de saber en tiempo real cómo utilizan sus servicios sus clientes.
Schubiner, que trabajó antes en Google y participó en una protesta de los empleados de Google contra el suministro de tecnología que, según afirman, está siendo utilizada por el ejército israelí en la guerra de Gaza, afirma que Google siempre ha utilizado un “lenguaje vago” al enunciar sus principios éticos. Además, afirma, la empresa sigue afirmando que sus contratos con Israel son “ante todo para uso civil, aunque está claro que muchas de las acciones en Nimbus están destinadas al uso militar”.
Una fuente de defensa dijo a +972 y Local Call que la mayoría de los nuevos contratos entre el ejército y las empresas de la nube desde que comenzó la guerra se han concretado a través de la licitación de Nimbus. Sin embargo, el ejército también puede forjar y profundizar vínculos con las empresas de la nube a través de licitaciones del Ministerio de Defensa o mediante contratos previos al Proyecto Nimbus. +972 y Local Call no pudieron confirmar si la nube AWS, utilizada para almacenar información de inteligencia, se compró como parte del Proyecto Nimbus.
“Ninguna de las dos empresas ha revelado públicamente qué diligencia debida en materia de derechos humanos, si es que la hubo, llevaron a cabo antes de participar en el Proyecto Nimbus”, explicó Zach Campbell, experto en derechos digitales de Human Rights Watch. “No han mencionado qué límites existen, si es que existen, respecto a qué sería un uso permisible de su tecnología”.
Kushnir, que ha estado ayudando a las unidades militares israelíes a migrar a la nube, no teme que las protestas contra las asociaciones de las empresas de la nube con Israel tengan éxito. “Hay que recordar que las mismas empresas gestionan nubes gubernamentales y militares similares en Estados Unidos, el Reino Unido y la OTAN”, dijo. “No son empresas emergentes, son potencias mundiales de las TIC”.
Nadim Nashif, director ejecutivo de 7amleh – Centro Árabe para el Avance de las Redes Sociales, que se centra en los derechos digitales palestinos, dijo que su exigencia básica a las empresas de la nube es que “se aseguren de que sus productos no se utilicen para hacer daño a las personas”, lo que ahora misma no se está cumpliendo en la realidad. Según él, a pesar de la retórica sobre la preocupación por los derechos humanos, los productos de los gigantes de la nube se venden “a gobiernos y regímenes que oprimen a la gente”, incluido el ejército israelí.
En cuanto a la falta de supervisión de los proyectos y las alianzas entre las empresas de la nube, Nashif añadió: “En el contexto local, en caso de ocupación, la cuestión de si [estos servicios] se venden para uso militar, al ejército de ocupación, o si se venden para uso civil, cobra mucha más importancia”. Según él, la cercanía que existe en Israel entre el sector privado y el ejército facilita la cooperación sin líneas rojas, lo que conduce a “un mayor control sobre [los palestinos], mayor si cabe en medio de la guerra”.
“Siempre se ha prestado mucha atención a la asistencia militar directa que Estados Unidos proporciona a Israel (municiones, aviones de combate y bombas), pero se ha prestado mucha menor atención a las asociaciones que pertenecen tanto al ámbito civil como al militar”, dijo Tariq Kenney-Shawa, investigador de políticas estadounidenses en el centro de estudios palestino Al-Shabaka. “Es más que complicidad: es participación y colaboración directa con el ejército israelí en las herramientas que están utilizando para matar palestinos”.
Google y Microsoft se negaron a responder a múltiples solicitudes de comentarios de sus oficinas en Israel y Estados Unidos. Amazon Web Services afirmó: “AWS se centra en hacer que los beneficios de nuestra tecnología en la nube líder en el mundo estén disponibles para todos nuestros clientes, donde quiera que se encuentren. Nuestro compromiso es garantizar la seguridad de nuestros empleados, apoyar a nuestros colegas afectados por estos terribles eventos y trabajar con nuestros socios de ayuda humanitaria para ayudar a los afectados por la guerra”.
Traducido por Raúl Sánchez Cedillo del original publicado en +972
La mentira del SIDA y el negocio del pánico con los asesinos de los «LABORATORIOS» Y «GOBIERNOS»
Los creadores de este documental tienen pagina web: http://www.lacienciadelpanico.tk/ ellos merecen todo el crédito por la investigación. —- Testimonios de Premios Nobel, Médicos prestigiosos y pacientes sobre la estafa y mentira global de Virus de Inmunodeficiencia Adquirido. El SIDA no es contagioso. El virus jamás existió. ¿Entonces que dicen los tests? ¿Que es el SIDA en realidad? Toda la verdad en este excelente documental llamado: «La Ciencia del Pánico». Los negocios basados en el terror de la Mafia Farmacéutica. Big Pharma AIDS MEGA HOAX. Como adelanto: El SIDA no es una enfermedad de transmisión sexual. Y los medicamentos para los pacientes son los que realmente provocan SIDA, además de locura y otros trastornos que terminan matando a la persona. Los verdaderos conspiradores del SIDA son los laboratorios que fabrican cócteles mortales ignorando la realidad cientifica.
Argentina: atentado contra la AMIA, tres décadas de mentiras | Negro y Blanco con Eduardo Artés
Este 18 de julio se cumplen 30 años del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires y, al parecer, la maquinaria mediática occidental sigue aferrada al mismo guión plagado de mentiras y calumnias que presentaron hace tres décadas para acusar de su autoría, sin prueba alguna, a la República Islámica de Irán y al partido libanés Hezbolá.
No obstante, si observamos la obstrucción sistemática de la justicia e identificamos a quienes han lucrado políticamente con la desgracia, no tardaremos en descubrir la mano del sionismo y sus secuaces argentinos y estadounidenses operando desde las sombras.
A tres décadas del atentado, ¿qué revelan las investigaciones? ¿Por qué gran parte de la prensa occidental sigue aferrada a la falsa versión de los hechos difundida por el sionismo? ¿Es el mandato de Milei en Argentina una nueva traba para llegar a la verdad y conseguir justicia para las víctimas?
De estos y otros temas conversarán Eduardo Artés y la periodista Stella Calloni en este episodio de Negro y Blanco, por Hispan TV. No se lo pierda.
En SEVILLA las 3000 viviendas, en Granada almanjáyar norte, En la cañada……… La luz brilla por su ausencia.
EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS.? Explicación, de la verdad oculta?
El Congreso de los Diputados.
En la zona “oscura” de Granada, oficialmente zona con necesidad de transformación social, sus vecinos luchan a la vez contra la pobreza y contra el estigma de la marginalidad.
Acabar con la leyenda negra de Almanjáyar
Está a solo tres kilómetros del centro de Granada, pero de nada sirve buscarlo en los mapas que regalan en los hoteles. Tan cerca y, al tiempo, tan lejos de los bares de tapas y los paseos turísticos por las callejuelas del Albayzín respira el barrio de Almanjáyar, uno de los más degradados de Andalucía. Para los visitantes no existe y para los locales es sinónimo de droga y marginalidad, de reyertas con armas de fuego e invernaderos clandestinos de marihuana. Para ellos, para las 5.000 personas que resisten en “el polígono”, es una seña de identidad, pero también una condena.
“Tú vas por el centro y dices que eres de Almanjáyar y ya te miran distinto”.
“Hay gente que me pregunta cómo me atrevo a vivir aquí”.
“Un día me dijeron: ¿eres de Almanjáyar? Entonces eres muy chungo”.
El coro lo forman Jesús, Ainara y Emmanuel. Tienen entre 16 y 19 años. Los tres se han criado en esta zona al norte de Granada y saben bien lo que eso implica. Los escasos kilómetros que les separan del centro pueden marcar la diferencia en algo tan básico como conseguir un empleo. “Tú vas a un trabajo y dices que eres de aquí y no te cogen, eso seguro”, afirma Jesús con toda naturalidad. Cierra la frase con un resoplido que, sin palabras, viene a decir “es lo que hay”. Es la consecuencia de un estigma que se sigue heredando de padres a hijos.
LA ‘ZONA OSCURA’ DE GRANADa
El polígono de Almanjáyar, tal y como se conoce hoy, comenzó acforjarse a finales de los años 60. Hasta aquí llegaron cerca de tres mil familias, después de que fuertes inundaciones obligaran a desalojar las cuevas del Sacromonte. Con el tiempo, este barrio, junto con La Paz y Cartuja —todas ellas componen el Distrito Norte de Granada—, se convirtió en zona de vivienda protegida. Entre los años 60 y 90 se construyeron cerca de 5.000 VPO para familias con escasos recursos; muchas de ellas, gitanas. Sin embargo, la dejadez y falta de inversión pública les sumió en el abandono y dieron rienda suelta a la reventa ilegal de muchos de los pisos y a la ocupación de otros tantos para la plantación ilegal de cannabis. Hoy es una de las zonas con la renta más baja de toda la ciudad y los índices de desempleo superan el 60%.
“Es la zona oscura de Granada. Somos conscientes de que en Google solo se dicen cosas malas de nosotros”, reconoce Eli, otra de las jóvenes del barrio. Lo cierto es que las últimas noticias sobre Almanjáyar y el Distrito Norte les relacionan directamente con las páginas de sucesos. Por un lado, a raíz de la muerte de cuatro personas en los últimos meses por arma de fuego. De otro lado están los continuos cortes de electricidad que los vecinos sufren desde hace dos años por los enganches ilegales a la corriente. La compañía de electricidad culpa a los cultivadores de marihuana y calcula que podría haber unas mil plantaciones en pisos del distrito. Con estos precedentes, es habitual que los titulares les describan como el polígono industrial de la droga en Andalucía, alimentando aún más la leyenda negra de Almanjáyar.
“Es muy difícil luchar contra el estigma. Por eso mi misión es equilibrar, ser altavoz de las pequeñas cosas buenas del barrio”. Habla Juan Carlos Carrión, párroco de la zona y fundador de la Asociación Almanjáyar en Familia (ALFA). Hace trece años decidió robarle espacio a la pequeña Parroquia de Jesús Obrero para instalar pizarras y pupitres. Su intención entonces era ofrecer clases de refuerzo y actividades de ocio a niños y adolescentes. Hoy va más allá, quiere ayudarles a romper con esas etiquetas heredadas. “Es cierto que aquí nos encontramos con realidades muy duras, pero cualquiera de estas personas puede convertirse en un referente positivo para el barrio”.
“Es la zona oscura de Granada. Somos conscientes de que en Google solo se dicen cosas malas de nosotros”
EDUCANDO A FUTUROS LÍDERES
Eli es uno de esos referentes. Tiene 25 años, pero lleva desde los 7 viniendo a la parroquia. “Con 18 años perdí a mi madre y tampoco tenía padre, así que me quedé sola. Por eso hoy mi barrio es quien más cariño me da”. Ahora ella es una de las monitoras que ayudan a Juan Carlos a bregar con los cerca de sesenta niños que cada tarde acuden a la parroquia. Al mismo tiempo, se prepara para presentarse a las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años. Quiere estudiar Ciencias del Deporte y eso, en un barrio donde el 30% de los adultos no tiene graduado escolar, la convierte en un modelo a seguir. “A veces la gente se sorprende de que una persona de aquí tenga modales, que sepa estar, que tenga objetivos. Por eso, me gusta que los niños me vean como un referente, que vean que alguien del barrio no se ha estancado”.
Almanjáyar fue desde sus inicios una de las zonas de Granada con mayores tasas de analfabetismo. De hecho, no se construyeron las primeras escuelas hasta 1989. Hoy, el absentismo escolar sigue siendo uno de los principales problemas de este barrio, de edad muy joven —el 20% de la población tiene entre 0 y 12 años—. Según Juan Carlos Carrión, alrededor de 90 niños de Almanjáyar requieren hoy de acompañamiento escolar. “Pero seguramente habrá más que no vayan al colegio, se les ve por las calles”, apostilla.
En su asociación tratan de corregirlo cada tarde. “Les enseñamos que el camino del estudio es el positivo. Que aunque no es fácil, nos permitirá ser lo que queramos ser”, explica Carmen, una de las educadoras. Los niños se dividen en cuatro clases que van desde los tres años y medio a los 16. Aquí les ayudan a hacer los deberes, pero también hacen un fuerte trabajo de fondo. “El problema es su baja tolerancia a la frustración. Ellos se creen siempre los peores”, asegura la educadora. En psicología se le llama el efecto Pigmalión. Cuando tenemos una creencia firme respecto a alguien, o respecto a nosotros mismos, esta acaba por cumplirse.
LA BRECHA DE GÉNERo
En Almanjáyar desde siempre se ha jugado al fútbol, pero solo desde hace un año son las niñas las que pisan el terreno de juego. Es un espacio que han tenido que conquistar con esfuerzo, después de enfrentarse a las burlas de sus compañeros e incluso de sus propias familias. “El equipo femenino se veía muy mal, la gente decía que las mujeres que juegan al fútbol son machorras. Los mismos niños se reían de ellas y algunos padres no querían ni comprarles zapatillas de fútbol solo por el hecho de ser niñas”, recuerda Eli, entrenadora del primer equipo del barrio creado íntegramente por niñas. Una de ellas es Marian. Tiene 14 años y juega de defensa. “Desde siempre me ha gustado el fútbol, pero los niños no me dejaban jugar. Mi madre tampoco lo entendía. Me decía que eso era para niños, que yo no podía”. Con el tiempo han demostrado que sí, que pueden. “En el barrio no hay mucha igualdad, las mismas niñas piensan que tienen menos derechos. Ahora, por primera vez, creen en sí mismas”, afirma la entrenadora.
Los entornos con altos índices de exclusión suelen ser un caldo de cultivo para la desigualdad de género. “Muchas mujeres del barrio viven violencia encubierta, no lo hablan”, apunta el párroco. Por ello en su asociación también decidieron abrir las aulas a las madres y a las abuelas. “Para que puedan desahogarse y ponerle nombre a su historia, para que tengan tiempo para ellas y dejen de ser esclavas de la casa”. En la parroquia reciben clases de artesanía, de escritura creativa o simplemente pasan el rato como hacen ‘las zagalillas”, un grupo de mujeres mayores de 65 años que cada tarde se reúnen en una salita llena de butacones por una razón muy sencilla: para no estar solas.
“SOMOS PERSONAS NORMALES”
La Junta de Andalucía califica a Almanjáyar como una ZNTS. Son las siglas de “zona con necesidad de transformación social”, una categoría que engloba a barrios en condiciones de exclusión, pobreza estructural y marginación. Las cifras hablan aproximadamente de un 46% de la población en situación de pobreza y un 20% de pobreza severa. Sin embargo, como explica Juan Carlos, “lo más bonito de trabajar en el barrio es que nos permite romper el esquema de números al que estamos acostumbrados. Aquí hay otras medidas”.
En 2014, abrieron un economato con artículos de primera necesidad. Aquí los productos —algunos donados, aunque la mayoría son comprados por la asociación— se venden con un 80% de descuento. Y desde ALFA remarcan “se venden”, no se regalan. Esto no va de caridad.
“Yo me he visto recogiendo comida en la basura. No me daba vergüenza, porque lo hacía por mis hijos”, cuenta Juana. Tiene 50 años y tres hijos, el mayor tiene 21 y los gemelos, 14. Se ocupa sola de ellos desde que dejó a su marido tras sufrir años de maltrato. También cuida de su madre invidente. “Apenas me llega el dinero para vestirlos, para calzarlos, para higiene. Por eso voy recogiendo ropa por ahí. La lavo, la plancho y así al menos van limpios”, dice mientras señala el pantalón de uno de los gemelos. Tiene un enorme siete en la parte trasera, lo tapa con disimulo con un jersey atado a la cintura. Juana y sus hijos empezaron a acudir a la parroquia hace dos meses y ahora son la envidia en el boletín de notas. “No bajan del notable”, destaca la madre. Su única ilusión es que algún día puedan ir a la universidad. “Yo con mis niños estoy muy orgullosa y más de donde vengo y de donde vienen ellos”.
Hace ya veinte años que el Ayuntamiento de Granada habló de diseñar un Plan integral para la Zona Norte con medidas en materia de vivienda, empleo, educación o salud, pero desde entonces no se ha hecho nada. El año pasado el alcalde, Francisco Cuenca, anunció que iban a revivir el plan con el apoyo de la Junta de Andalucía. Pero, de momento, lo único que se mueve son las intenciones entre los pasillos de los despachos oficiales.
Con la clarividencia que le da el trabajo diario en la calle, Juan Carlos reitera: “Nosotros no podemos cambiar la realidad del barrio, pero sí podemos darle a estas personas el mayor abanico de oportunidades posible”.
Seguramente habrá más titulares que sigan hablando del “barrio de la droga”, de la violencia y la miseria de Almanjáyar porque, en parte, todo eso existe. “Pero que vengan al barrio —insiste Eli—, que vengan al barrio y lo comprueben. Que vean que somos personas normales”, repite, subrayando la última palabra como si de verdad fuera necesario destacar lo obvio.
Y sí, hace falta.
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