El tribunal le permitió testificar con el cubrebocas a pesar de que afirmó que se encontraba dentro de su domicilio y no estaba acompañado.
El expresidente del Gobierno de España, José María Aznar, testificando por videoconferencia.Gobierno de España
El expresidente del Gobierno de España José María Aznar compareció el miércoles ante un tribunal. Lo hizo por videoconferencia y en calidad de testigo para declarar sobre un caso de corrupción que implica a su formación política. Pero, además de sus afirmaciones sobre el desconocimiento del funcionamiento económico en el Partido Popular (PP), llamó la atención que lo hiciera mientras llevaba puesta una mascarilla blanca FFP2.
Uno de los abogados de las acusaciones particulares, Gonzalo Boye, ante esa circunstancia, le preguntó que si se encontraba solo, ante la duda de que pudiera estar acompañado o recibiendo asesoramiento, algo que está completamente prohibido.
«Sí, estoy totalmente solo», respondió el expresidente, que también afirmó que se encontraba en el despacho de su propia vivienda. Boye le inquirió entonces que por qué llevaba mascarilla si estaba solo, a lo que Aznar respondió: «Porque yo respeto las indicaciones de las autoridades sanitarias».
La escena ha sido muy cuestionada y se ha viralizado en las redes sociales. Son varias las dudas que se plantean al respecto. En primer lugar, se cuestiona la actitud del tribunal al permitir que un testigo declare con mascarilla cuando no hay ningún motivo para ello.
También se duda de si el expolítico se encontraba solo o acompañado, que sería el único motivo que explicaría de una manera racional el uso de la mascarilla, puesto que las autoridades sanitarias en ningún momento han recomendado llevar mascarilla en el propio domicilio cuando se está solo.
Incluso algunos internautas han querido ir algo más allá para señalar la incoherencia de que Aznar hiciera hincapié en que era una persona «respetuosa» con las indicaciones de las autoridades. Así, han recordado algunas de las intervenciones más famosas de Aznar, como cuando exclamó que a él «nadie le decía cuantas copas podía beber», en referencia a los límites de consumo de alcohol para conducir impuestas por la Dirección General de Tráfico, o que el expresidente se marchó de Madrid a su segunda residencia en Marbella tan solo un día antes de que se anunciara el decreto del estado de alarma y cuando las autoridades sanitarias ya recomendaban no salir de los domicilios, si no era imprescindible, para frenar la pandemia.
Tras ya diez años de violencia, de muerte y de barbarie, la crisis de Siria todavía no se detiene; y es que la agresión continúa. Es cierto que la violencia se ha reducido exponencialmente hasta recuperar una relativa seguridad con menos muertes violentas que por ejemplo Somalia, Brasil o incluso su vecina Iraq, y si bien todavía continúa activo el frente de Idlib, en el desierto no se ha erradicado la insurgencia del Estado Islámico e Israel sigue bombardeando de tanto en cuanto, a nivel militar hay un claro vencedor: el Estado sirio. Aun así, Siria está atravesando por uno de los peores momentos de su historia moderna, porque aunque a nivel militar la guerra esté terminando, las sanciones y la campaña de máxima presión continúan en una posguerra en la que el hambre toca la puerta de cada casa.
Como sucede desde 2011, los mercenarios de pluma y tinta siguen mintiendo. Mienten para justificar la agresión más despreciable no contra Siria; sino contra los sirios. Las mentiras y omisiones tienen las patas tan cortas que cada poco tiempo estas caen por su propio peso, forzando al bolero a inventar nuevos embustes. Hace una década el relato era contar la crisis siria como un conflicto en el que la violencia era unilateral, aun cuando las fuerzas islamistas monopolizaron el descontento desde el principio con la clara intención de militarizar algo legítimo –aunque esto ‘curiosamente’ se omitía comentar– , haciendo despliegue de todo tipo de violencia; desde la quema de edificios públicos, hasta matanzas como la de Jisr al-Shughour (2011) en la que las fuerzas opositoras masacraron a 120 miembros de las fuerzas de seguridad.
Después comenzó a equipararse al Estado Islámico con el Gobierno Sirio, igualando a Abu bakr al-Baghdadi con Bashar al Assad, aun cuando el Estado Islámico entró a Siria dándose la mano con el Ejército Libre Sirio; esos ‘rebeldes moderados’. Tal fue la coordinación entre moderados y extremistas, que sin las fuerzas de Baghdadi subordinadas a esos rebeldes tan supuestamente moderados (concretamente a grupos pertenecientes al Consejo Nacional Sirio al que hoy todavía algunos llaman oposición democrática), parte de la ciudad de Alepo no habría caído bajo el control de la oposición.
Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
Que Rusia e Irán estuviesen defendiendo la soberanía siria por invitación del Parlamento sirio era algo atroz; pero que Francia, Reino Unido, EEUU o Turquía ocupasen territorio sirio e invadiesen el país violando el Derecho Internacional era algo legítimo y de seguridad nacional.
Y es importante abrir un pequeño paréntesis: es cierto que hubo un sector de la oposición organizada de carácter progresista con demandas en abstracto de libertad. Un sector incluso liberal, occidentalizado y cosmopolita, pero era un sector tremendamente minoritario, compuesto por una juventud urbanita y acomodada, organizada mediante internet, aun cuando ni siquiera el 20% de la población siria utilizaba internet por entonces. Es decir, eran la minoría dentro de la minoría, pero hacían suficiente ruido como para opacar en el exterior (y es que eran el tonto útil como ha demostrado el tiempo) que los militantes islamistas –bien organizados con estructuras tanto dentro como fuera de Siria– estaban militarizando las protestas para forzar un conflicto armado y la intervención directa de la OTAN –como en Libia– y las potencias del golfo –que ya estaban interviniendo con dinero y logística–.
Más tarde, a pesar de que medio mundo llevaba años interviniendo en Siria de manera más o menos directa, empezó a haber injerencias legítimas e ilegítimas. Por un lado, que Rusia e Irán estuviesen defendiendo la soberanía siria por invitación del Parlamento sirio era algo atroz. Por otro lado, que países como Francia, Reino Unido, EEUU o Turquía ocupasen territorio sirio e invadiesen el país violando el Derecho Internacional de todas las maneras posibles… bueno, era algo legítimo, de seguridad nacional y otras tantas excusas baratas para la audiencia más dunda. Ahora que la oposición ha demostrado ser incapaz de gobernar y estabilizar hasta el más remoto de los pueblos, ahora que el resultado militar es claro, ahora que todos los que podían intervenir lo han hecho y que otrora agresores como Emiratos Árabes Unidos prefieren el entendimiento y la reconciliación, las mentiras son incluso más sibilinas; porque tienen como objetivo la justificación no de inversiones y aventuras militares, sino de castigar directamente a los sirios con hambre y frío.
Hoy por hoy no faltan aquellos que culpan al Gobierno sirio de la durísima crisis que atraviesa el país. Apelan al «Assad o quemamos el país» de 2011, despojando la arenga de contexto alguno y sin entender siquiera que un lenguaje tan incendiario y fuerte, en un contexto de conflicto, no es más que propaganda y retórica típica tanto de un bando como del otro. Lo que ocultan quienes afirman tal patraña es que las posguerras son siempre duras, pero es que ahora hay una campaña de máxima presión contra Siria que aísla al país completamente. Porque las sanciones no afectan al Estado, sino a los ciudadanos. Porque las sanciones impiden que la familia en el extranjero pueda enviar dinero para ayudar a los familiares en Siria (y para tener algo de perspectiva, una ayuda así es tan importante como que por ejemplo la economía libanesa se sostiene gracias a la diáspora). Porque las sanciones impiden que Siria pueda exportar grano y materias primas, o siquiera alcanzar acuerdos comerciales como los que mantenían al país antes de la guerra. Porque las sanciones impiden la reconstrucción y el desarrollo de Siria; pero es que ese es su objetivo reconocido.
Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
Los mismos países, activistas y tramposos que hablaban de que las condiciones de vida debían mejorar en Siria, ahora quieren castigar a los sirios condenándolos al hambre, celebrando su hambre, para que nunca conozcan la paz.
Pero es que además, EEUU y Turquía están expoliando los recursos sirios tales como gas y petróleo, haciendo que el país no pueda ser autosuficiente. Pero es que además, en una década de guerra, la oposición destruyó la industria siria del territorio que ocupaban, para vendiendo las fábricas y los equipos en Turquía. Es decir: Siria está fragmentada, destruída y saqueada. Eso es un factor muy importante para entender la crisis, porque si el Gobierno sirio fuese tan cafre como tienden a simplificar algunos, no se explica que hasta 2011 el país no tuviese una crisis remotamente parecida a la actual. Porque si bien el dólar ahora mismo se cambia a 4.000 libras sirias, durante años ha estado en 1 dólar igual a 50 libras sirias. Porque Líbano, con un sistema bancario que permitía respirar a Siria a pesar del aislamiento y las sanciones, ahora está económica, política y socialmente destruido, y ese contexto también ha arrasado con Siria. Porque en Siria no faltan materias primas, y de hecho las cosechas se están recuperando, pero el aislamiento forzoso y el saqueo han sido tales, que los sirios no tienen con qué comprar nada.
Hace diez años hubo unas protestas en Siria para pedir una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. No eran unas protestas en base a reivindicaciones en abstracto, sino en base a cambios materiales contra un proceso de liberalización de la economía que había empezado a principios de siglo. Sin embargo, esas protestas quedaron monopolizadas por sectores islamistas de línea muy dura, que habiendo aprendido de décadas de insurgencia, supieron militarizar el descontento valiéndose de las particularidades del sistema tribal, la división entre lo urbano y lo rural y con una tan generosa como innegable ayuda del exterior. Y esos mismos países, activistas y tramposos que hablaban de que las condiciones de vida debían mejorar en Siria, ahora quieren castigar a los sirios condenándolos al hambre, celebrando su hambre, para que nunca conozcan la paz. Porque el Estado sirio no va a caer, porque Bashar al Assad va a volver a ganar en sus próximas (y últimas) elecciones presidenciales y porque mientras eso siga así, continuará la agresión contra el país. Porque las mismas potencias que quisieron destruir Siria, quieren que Siria nunca renazca de sus cenizas. Porque la infamia no conoce los límites.
El portavoz de Unidas Podemos Enrique Santiago aprecia indicios de delito en la comparecencia del facultativo jubilado Miguel Ángel Bayo, colaborador del jefe de la brigada política, Eugenio Pino. El compareciente confiesa que estuvo accediendo a material clasificado sin la habilitación legal y expresa del CNI
Miguel Ángel Bayo, un facultativo de la Policía que antes de funcionario sin placa fue agente, comenzó su comparecencia ante la comisión del Congreso por el caso Kitchen declarándose «un cajero de cuarta» y se marchó reconociendo que, como reveló elDiario.es en marzo de 2019, era el «hombre de los maletines» en el Cuerpo y actuaba como mano derecha en diferentes cuestiones para el jefe de la brigada política, Eugenio Pino.
El sumario de Kitchen revela el descontrol sobre los fondos reservados treinta años después de los GAL
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En palabras del propio Bayo, él hizo de «transportista» del dinero que salía del Ministerio del Interior hacia la Policía para sufragar las operaciones secretas y no se limitaba a llevar y traer papeles, sino que los leía y se pronunciaba sobre ellos, también sobre las notas informativas que elaboraba el comisario José Manuel Villarejo.
Para eso tuvieron que pasar cuatro horas de preguntas que Bayo había sorteado «vehemente», como él mismo se describió, y con un mantra: no hablaba de nada porque todo era material reservado. Así sobrevivió a las preguntas del PSOE o de Vox, pero no a las del portavoz de Unidas Podemos, Enrique Santiago, que se plantó a la excusa del material reservado por ser falsa.
Santiago recuperó la orden del Gobierno de desclasificar las cuestiones por las que se le estaba preguntando a Bayo, a petición en su momento de la Audiencia Nacional, y terminó invocando el artículo 502.3 del Código Penal para que se informe a la presidenta de la Cámara de que el diputado apreciaba «claramente indicios de criminalidad» en el facultativo jubilado. El citado artículo recoge que «el que convocado ante una comisión parlamentaria de investigación faltare a la verdad en su testimonio será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses.»
Cerró el turno de preguntas, el portavoz de EH Bildu Jon Iñarritu, quien logró que Bayo, descentrado, dejara de hablara de «cajero de cuarta» para reconocer que él llevaba y traía el dinero de los fondos reservados, que era el «transportista» del dinero y que, como dijo Pino en sede judicial, le llevaba las notas informativas de Villarejo sobre cuestiones como la Operación Catalunya a otro destacado miembro de la policía política, Marcelino Martín-Blas. Y no solo que las llevaba, que también las leía y opinaba sobre su contenido.
Pero las preguntas de Iñarritu provocaron que Bayo cometiera otro error. El facultativo jubilado aseguró que él accedía a documentación confidencial sin autorización expresa para ello, una grave irregularidad. El CNI es la autoridad nacional para la protección de la información clasificada, a partir de la Ley que regular el propio Centro desde 2002. Como tal, emite unas normas que debe cumplir cada Ministerio para que su personal acceda y maneje información clasificada, según una norma de 2012.. Para que cualquier funcionario pueda acceder a esa documentación eso tiene que haber una resolución positiva del CNI. Esa es la “habilitación personal de seguridad” que Bayo ha reconocido que nunca tuvo.
Colaboración con el comisario Villarejo
En su turno, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, había recuperado el historial de Miguel Ángel Bayo. Se trata del funcionario que firmaba los documentos que eximían a Villarejo de comparecer en rueda de reconocimiento en la causa por el apuñalamiento de la doctora Pinto, alegándose viajes al extranjero.
La medalla pensionada que le concedió el comisario Pino a Bayo, como le había recordado el diputado socialista David Serrada, fue defendida oficialmente por el director adjunto operativo por ser «el encargado de la gestión y control de todo lo relativo a los fondos o gastos reservados del Cuerpo Nacional de Policía, a nivel nacional, teniendo la información que maneja en este ámbito carácter secreto, de acuerdo a la normativa de secretos oficiales”. Una imagen ésta muy alejada del «cajero de cuarta» que había intentado ofrecer el compareciente.
Tras hacerle incurrir en varias contradicciones, el diputado Rufián concluyó: «Un patriota tiene que ponerse a temblar y desear que alguien como usted nunca esté en las instituciones».
La famosa moción de censura que precipitó tantos movimientos en Murcia, Madrid y otros lugares, dieron la oportunidad a la diputada de Podemos Murcia María Marín de poner a todos los corruptos y tránsfugas en su sitio
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, apoyó hoy la propuesta de que «se suspendan las patentes de vacunas», tratamientos y otras herramientas sanitarias contra la COVID-19, que se debate en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
«Es el momento de usar todas las herramientas que tengamos para poder aumentar la producción, lo que incluye la transferencia de licencias gratuitas y la «exención de los derechos de propiedad intelectual».» Es ahora o nunca», subrayó Tedros en rueda de prensa.
Hablamos con Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino, directores de ‘Non dago Mikel?’, demoledor documental sobre el caso de Mikel Zabalza que ha tardado más de 10 años en ver la luz y que llega por fin a las salas este viernes 26
La madrugada del 26 de noviembre de 1985, la Guardia Civil detuvo a Mikel Zabalza, joven navarro cuyo único delito era ser conductor de autobuses en Donosti. La Guardia Civil también detuvo a su novia y a su primo. En su pueblo (Orbaitzeta) detuvieron a sus hermanos y en Errenteria a Ion Arretxe. Fueron trasladados al cuartel de Intxaurrondo, donde se les torturó aplicándoles la Ley Antiterrorista. Todos fueron puestos en libertad menos Mikel, dado por desaparecido en un país que se vendría ante el mundo como una democracia europea más. Su cadáver apareció días más tarde en el río Bidasoa.
El pasado lunes 22 de febrero, 35 años después, hemos podido escuchar por primera vez la conversación que mantuvieron Luis Alberto Perote (entonces coronel del CESID) y Pedro Gómez Nieto (capitán de la Guardia Civil destacado en Intxaurrondo a las órdenes del infame Coronel Galindo) y en la que admiten que Zabalza murió cuando estaba siendo torturado.
Antonio Rubio y Manuel Cerdán, periodistas de El Mundo, publicaron la reproducción de esta grabación y la mostraron como prueba en el sumario que investigaba el Caso Zabalza. Pero el tribunal creyó que la grabación no presentaba “una mínima calidad convictiva” porque el capitán Gómez Nieto negó que existiera esa conversación.
Esta esclarecedora grabación forma parte de la investigación que los directores Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino realizaron para su documental Non dago Mikel? (¿Dónde está Mikel?). Cuando comenzaba a trabajar en la película, en 2011, Llamas fue detenido durante una operación de la Policía Nacional para desarticular la web Apurtu.org. Pasó año y medio en prisión y salió en libertad bajo fianza.
En cuartopoder hablamos con él y con Merino, directores de Non dago Mikel?, demoledor documental que ha tardado más de 10 años en ver la luz y que llega por fin a las salas este viernes 26.
-La proyección de Non dago Mikel? en el Festival de San Sebastián fue muy emotiva.
-Miguel Ángel Llamas: Un hombre de unos 55 años presentó la película tras la proyección, en el coloquio posterior. El hombre estaba mudo, no hablaba. Con las mascarillas no veíamos lo que le pasaba, no entendíamos nada. Estaba totalmente emocionado, llorando porque la historia había pasado ahí mismo, al salir a la calle, en su propia ciudad.
Miguel Ángel Llamas y Amaia Merino. / Suria
-Empecemos por la actualidad, la conversación entre el Perote y Gómez Nieto en la que admiten que Zabalza murió mientras era torturado en Intxaurrondo. Este material lo teníais, pero no aparece en el documental. ¿Es una decisión creativa o hay alguna otra decisión?
Amaia Merino: Es una decisión creativa. Han pasado 35 años del caso Zabalza y es un caso muy plural, abierto, teníamos muchísima material de mucha gente. Pero nos preguntamos para qué estábamos haciendo esta película. Y pensamos que lo más efectivo era contar lo que pasó en aquellos 20 días. Era una manera de ofrecer una experiencia al espectador porque había un excelente material para logarlo. Queríamos que el espectador tuviera su propia experiencia, su propia opinión, que nadie le dijera lo que tenía que pensar. Y no digo que seamos neutrales, pero nuestro punto de vista es cinematográfico.
-Hay una imagen de archivo que no pertenece a esos terribles 20 días. Y es de los noventa, cuando habla nuevamente la madre de Zabalza, pero ya más mayor. ¿Por qué?
A. M: Durante la película esos 20 días pasan como el plomo. Y de ponto transcurren diez años y el caso sigue igual, sin resolverse. Y eso te lleva de un salto al día de hoy. No ha pasado absolutamente nada, sigue habiendo una versión oficial que se mantiene, nadie ha reconocido que eso no fue así. Y todos los amigos y familiares de Ion que fueron torturados quedan como unos mentirosos.
-Un gran idea de Non dago Mikel? es que Ion Arretxe (director de arte, decorador, actor y escritor), torturado también en Intaxurrondo, se convierte en Zabalza. Es todo un acierto que uno de los torturados con él lo cuente todo, a veces sientes que es Zabalza el que habla.
A. M: Exactamente. Y usa uno de sus muchos oficios para contar lo que pasó dibujando y haciendo la maqueta del piso donde lo torturaron.
-También Intxaurrondo es un personaje más en el documental. Es terrible ver lo cutre de aquellas torturas tan poco sofisticadas. Cómo se usaba un simple piso para torturar y asesinar, con la bañera del cuarto de baño para ahogar a los detenidos.
A. M: Cutre y cruel, ahí vivían sus familiares, sus niños, las esposas de los guardias civiles…
M. A. L: Los propios guardias civiles que vivían en Intxaurrondo eran fuentes de información. Había guardias civiles que llegaban al cuartel con la idea de luchar contra ETA, como una misión heroica. Pero descubrieron quiénes mandaban en el cuartel, el tema del narcotráfico, la guerra sucia… Y sus familias escuchaban los gritos de personas que estaban siendo torturadas. Hasta llegaron a quejarse de que así no se podía vivir, que tenían que poner la televisión alta para nos escuchar los gritos. Algunos de esos guardias civiles se convirtieron en fuentes de información, pero era tal el clima de terror de Rodríguez Galindo y los suyos que no hubo gargantas profundas que se animaran a participar en un juicio.
-Ion Arretxe dice en el documental que con la transición se nos vendió que los fascistas ya eran buenos y los etarras cada vez más malos. Sugiere un lavado de cerebro.
«A mucha gente se le cayó la venda de los ojos con lo que le pasó a Zabalza porque pensaban que los socialistas iban a hacer algo para acabar con el postfranquismo»
A. M: Por eso era muy difícil hacer entender que te habían torturado.
M.A.L: El caso Zabalza movió a mucha gente porque dura 20 días. A mucha gente se le cayó la venda de los ojos con lo que le pasó a Zabalza porque pensaban que los socialistas iban a hacer algo para acabar con el postfranquismo, para que no hubiera más torturas. Pero en este caso se detiene a una persona bajo la Ley antiterrorista y de forma legal, se le traslada a un centro de detención legal y esa persona desaparece bajo custodia policial. No es que denuncie torturas, es que desaparece. Es gravísimo. Hay un desaparecido en Europa, en una democracia. Y a mucha gente le vino a la cabeza Chile, Argentina… Y el miedo de que le pudiese pasar a cualquiera. Se les cayó la venda de los ojos.
-Hay un momento de Non dago Mikel? en el que el alcalde del pueblo de Zabalza, Orbaizeta, se despide de él ante los vecinos. Al verlo no puedes evitar relacionarlo con el caso de Miguel Ángel Blanco, imagen que conoce todo el mundo. Pero la de pueblo de Zabalza nadie la conoce. ¿Hay un relato que llega y otro que no, que se silencia?
M. A. L: Es el debate sobre la batalla del relato. Nosotros no queremos entrar en esa batalla, queremos conformar de un relato más heterogéneo y plural que el que hoy se nos impone. Si la propia sociedad vasca no cuenta su historia con múltiples relatos que conformen ese relato común vendrán de fuera y lo harán por nosotros. Y, evidentemente, quien tiene más dinero y más poder es el que manda. Y se ha impuesto un relato único.
-La actualidad no ayuda mucho a ser optimista. Este mes ha muerto Rodríguez Galindo, el capo de Intxaurrondo que de 35 años de cárcel solo cumplió 4. En mayo de 2020 también murió Billy el Niño, impune y cobrando su pensión hasta el final. La injusticia es enorme.
A. M: Por eso dejamos al final a la madre de Mikel, que dice que lucha “contra una empresa muy grande, pero algún resquicio habrá”.
M. A. L: También es importante el trabajo de investigación de Paco Etxeberria (antropólogo forense y asesor del Gobierno en materia de memoria histórica). Su trabajo sobre las torturas llega hasta 2011. A mí me detuvieron en 2011 y las personas detenidas conmigo fueron torturadas, han sido los últimos navarros torturados por la Guardia Civil. Tres de ellos han logrado que Estrasburgo falle a su favor diciendo que sus denuncias de torturas no fueron investigadas. Y el juez instructor era Fernando Grande Marlaska, que hoy es Ministro del Interior. Y las personas que les torturaron siguen trabajando como guardias civiles. Hay torturadores que siguen activos y van a tener sus pensiones, como Billy El Niño.
-Se tiene una idea de las últimas torturas como algo de los años setenta, de Billy El Niño y de la Brigada Político Social, pero lo que mencionas ha sucedido prácticamente ayer. Y eso no nos lo cuentan en la televisión.
M. A. L: También ha habido torturas en la Ertzaintza (policía autónoma vasca). Tiene 300 denuncias de torturas y hay responsables, grupos policiales que han hecho eso. Y a día de hoy siguen trabajando en la ertzaintza.
-Hay otro momento en el que Ion Arretxe se rompe. Es cuando Paco Etxeberria le dice que la entrevista por fin ha terminado, que es como decir que también su película ha terminado.
M. A. L: Ion tenía muy elaborado lo que había vivido. Había estado con profesionales, había escrito un libro. Cuando está ante Paco Etxeberria, que es como un escáner, vuelve a revivir Intxaurrondo y cuando acaba de contarlo…
A. M: … Se quiebra porque acaba de contar su relato oficialmente, a alguien que investiga de forma oficial.
M. A. L: Esta película es una pequeña venganza hacia todo el sistema torturador que sufrí.
-Qué diferencia hay entre las tortura de Jon y Mikel y la que viviste. ¿Era más sofisticada, sutil?
«Yo trataba de empatizar con mis torturadores para que no me golpearan, pero no lo conseguía»
M. A. L: A mí me detuvieron en el 99 y fue todo muy básico. Crean un ambiente de miedo, de repente nada de lo que conocías funciona. Yo trataba de empatizar con mis torturadores para que no me golpearan, pero no lo conseguía. Intentas ser simpático y obediente con los que te están torturando. Dicen que hagas flexiones y las haces, dicen que te agaches y te agachas, dicen que te pongas tú mismo la bolsa en la cabeza y lo haces. Y lo haces con ganas de hacerlo bien para satisfacerles. El tema de la bolsa lo entienden pocos porque nadie entiende que algo tan común como una bolsa del súper pueda ir contra ti de esa manera. Tienes la sensación de que nadie te va ayudar, no te atreves a decirle al forense lo que te están haciendo porque sabes que están escuchando o que ese forense es de la Audiencia Nacional y quien ha ordenado tu detención es la Audiencia Nacional. Me autoinculpé de un atentado que no puede hacer, porque estaba en otro lugar, y lo hice para que parasen la tortura. Firmé una declaración policial comiéndome ese marrón y sabiendo que podría ir quince años a la cárcel.
-¿Sigue habiendo torturas?
M. A. L: Desde el 2011, las personas a las que se les ha detenido bajo la Ley antiterrorista no han denunciado torturas, por lo tanto ha habido una orden para que se deje de torturar. La tortura en Euskal Herria la cortaron y eso deja claro que era una orden.
A. M: Pero la Ley antiterrorista sigue ahí. Nadie está libre.
-Felicidades por el documental y que lo vea mucha gente.
La opacidad de los contratos de venta de armas que Defensa y las empresas españolas mantienen con el país árabe ha sido cuestionada por múltiples organizaciones, que señalan la masacre humanitaria que se está llevando a cabo en Yemen. La revelación de esos datos, según la Abogacía del Estado, podría provocar un «conflicto»
Los negocios armamentísticos con Arabia Saudí están en el punto de mira desde hace varios años. Ya en 2018, Margarita Robles, actual ministra de Defensa, se vio obligada a esclarecer el suceso en torno a la venta de armas al país días antes del asesinato perpetrado en su consulado de Estambul que acabó con la vida del periodista crítico Jamal Khashoggi, lo que supuso una sonada violación de los derechos humanos. Sin embargo, días después anunciaron desde la bancada socialista la no supresión de los mismos.
De facto, el último movimiento de la Ministra de dar luz verde a que el accionariado de la principal empresa nacional de la industria de munición, Maxamcorp Holding SL (encabezada por su filial Expal), pasase a estar controlado por una entidad multinacional de Luxemburgo, Prill Holdings SARL, cuyos dos únicos socios son empresas con sede fiscal en las Islas Caimán, estuvo muy señalado justamente por las acusaciones que rodean a las prácticas productivas del entramado.
En concreto, Expal ha estado involucrada en numerosas ventas de explosivos y munición a países acusados de violar sistemáticamente los Derechos Humanos. Por ejemplo, antes de la prohibición de su uso en 2010, la filial de Maxamcopr se dedicaba a la fabricación y exportación de minas antipersona y bombas de racimo (aunque, según fuentes, se llegaron a usar en la Guerra de Libia de 2011). Más recientemente, ya en febrero de 2020, cuando estalló el caso de la venta de armas de Arabia Saudí, se conocía que Expal mantenía encargos, temporalmente paralizados, con este país. Asímismo, se le conocen relaciones económicas con Turquía e Israel.
Desde entonces, múltiples organizaciones impulsadas, sobre todo, por la reiterada masacre que se produce en Yemen desde 2015, han iniciado procesos judiciales para conocer cuál es la dimensión de las relaciones de venta de armas entre España y Arabia Saudí, algo que produce preocupación en partidos y asociaciones defensoras de los Derechos Humanos. «Una democracia plena habría dejado de vender armas a Arabia Saudí para ser usadas en la guerra de Yemen», señalaba Ione Belarra a Margarita Robles.
Uno de esos recursos legales lo ha protagonizado Greenpeace ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que buscaba poner fin al hermetismo de las contrataciones y la opacidad en la venta de armas. La Abogacía del Estado ha contestado el requerimiento, y asegura que revelar dicha información supondría un “conflicto”.
«Si España procediese a facilitar el listado de productos adquiridos por Arabia Saudí para este fin, existiría un evidente riesgo de provocar un conflicto internacional, con un operador clave en Oriente Medio, a lo que se le une la desconfianza que se generaría en la comunidad internacional ante la difusión de información sensible para la seguridad interna e internacional de terceros países por parte de España, de manera oficial», informaba la Abogacía.
Las cuestiones relacionadas con el armamento estatal y la relación con otros países se considera Secreto de Estado, y basa su opacidad en una ley de secretos oficiales heredada desde el franquismo, que profundizó Felipe González clasificando como secretas las actas de la Junta Interministerial para el Comercio y Control del Material de Defensa y Tecnologías de Doble Uso.
Marea de Residencias, la agrupación de víctimas afectadas por el aluvión de fallecimientos que el COVID-19 ha provocado en los centros geriátricos, ha interpuesto querellas que salpican al grupo de Florentino Pérez, única empresa que Fiscalía salva
Las sospechas que recayeron en relación a ese encuentro, envueltas por el alto grado de intimidad y discreción de la comida celebrada en el restaurante madrileño El Telégrafo, se centraron en señalar “la complicidad de la Fiscalía para algunas de las causas pendientes que el presidente de ACS tiene todavía con la Justicia. Sin ir más lejos, el caso del 3%, ya que el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata sostiene que la empresa de Pérez pagó durante años a CDC (Convergència Democrática de Catalunya) para conseguir contratos públicos” según Vozpópuli.
Ahora a ellas se le suma el caso de las residencias de mayores. Clece Mayores, una de las filiales propiedad de Florentino Pérez, se ha visto involucrada en la dramática situación vivida durante los primeros momentos de la pandemia, donde fallecieron, solo en la ciudad de Madrid, más de 6.000 ancianos.
Aralia Servicios, Clece Mayores, Domus VI, Vitalia y Orpea se encuentran en el punto de mira de los familiares de las víctimas, organizados en la agrupación Marea de Residencias. Acusando de “homicidio por imprudencia” entre otros delitos, han presentado varias querellas no solo contra los grupos gestores, sino también contra políticos como Isabel Díaz Ayuso y varios de sus consejeros por la falta en la toma de medidas.
La sorpresa para la agrupación radica en las trabas que Fiscalía les está poniendo para judicializar los casos. Aseguran que la pretensión es “archivar las causas” porque “considera que no son punibles los hechos”, explicaba para Público uno de los abogados.
Destaca, sobre todo, el caso de Clece Mayores, propiedad de Florentino Pérez, que la Fiscalía ha decidido salvar. Los otros cuatro grupos tienen abiertas diligencias. Hechos que han provocado que salten las alarmas en el entorno de los afectados y abogados, quienes dicen creer que la comida celebrada entre el empresario y la Fiscal podría haber estado orientada a negociar el arrepentimiento del primero.
«Falta el imperio Nazi Aleman» ( los anteriores imperios nazis). Quedan en españa politicos que se vanaglorian del exterminio de autoctonos nativos, dueños legitimos de su cultura y ubicación: https://twitter.com/supereder/status/1364984724746342401
A lo largo de la Historia de la Humanidad siempre han aparecido pueblos o culturas que se han extendido sobre el territorio, conquistando regiones y expandiendo su influencia cultural, política, económica y militar. Así se han formado los llamados imperios. Aunque la definición técnica de imperio es «conjunto de Estados regidos por un emperador», este término se suele utilizar para denominar a cualquier momento histórico en el que una nación ha tenido el control de una importante extensión de territorio.
A continuación repasamos brevemente algunos de los grandes imperios de la Historia, que fueron los más importantes del mundo en sus respectivas épocas, alcanzando una gran influencia sobre ciertas zonas del planeta.
El Imperio de Alejandro Magno
Alejandro Magno es sin duda uno de los generales más famosos de la Historia. Consiguió aumentar el pequeño territorio de Macedonia hasta completar uno de los mayores imperios de todos los tiempos, llegando hasta la lejana India. Este gran imperio se formó en muy poco tiempo. Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años.
Alejandro se convirtió en rey de Macedonia a los 18 años, tras el asesinato de su padre, Filipo II, en 336 a.C. Recibió una excelente educación (su tutor fue el filósofo griego Aristóteles), y era valiente, decidido y violento. Tenía las cualidades y la personalidad que se precisaban para acometer una campaña militar a gran escala como era la lucha contra los persas. Su determinación le llevó a conseguir su objetivo y a convertirse en leyenda.
Las falanges macedonias destruyeron el Imperio persa en tres combates: la Batalla del Gránico (333 a.C), La Batalla de Issos (333 a.C) y la Batalla de Gaugamela (331 a.c). En una primera fase Alejandro ocupó las costas del Mediterráneo oriental, lo que representó el declive definitivo de las ciudades fenicias (como Tiro) frente al comercio griego. La conquista de Egipto y su viaje al Santuario de Amón en el oasis de Siwa convirtieron a Alejandro en un monarca de aspiraciones absolutistas, como lo habían sido los antiguos faraones.
Después de la Batalla de Gaugamela, Alejandro ocupó Mesopotamia (Babilonia), destruyó Persépolis, y persiguiendo al derrotado Darío III se adentró en la Meseta de Irán y en las regiones de Bactriana y Sogdiana, donde tuvo dificultades con los escurridizos pueblos nómadas. Bajando por el Paso de Jáiber avanzó sobre la India, pero después de las campañas en el río Hidaspes (327-325 a.C) sus tropas se negaron a seguirle. Siguieron el curso del río Indo hasta el Mar Arábigo e iniciaron un penoso viaje a través del desierto hasta llegar a Babilonia en el 324 a.c.
Mientras planeaba una nueva campaña en Arabia, Alejandro murió repentinamente en el 323 a.C. Con sólo 33 años era un alcohólico y probablemente un enfermo mental. Creyéndose un dios, había empezado a gobernar como un tirano, desatendiendo cualquier consejo. No había dedicado tiempo ni esfuerzos a la creación de un gobierno central que mantuviera unidas sus vastas posesiones. Sus herederos, un hermano loco y un hijo pequeño, pronto fueron asesinados y sus generales combatieron entre sí para formar reinos independientes.
El Imperio romano
Tras las Guerras Púnicas contra Cartago, el Imperio Romano se hizo con el control del Mediterráneo occidental, pero la ambición de Roma le hizo actuar también en el Mediterráneo oriental. En Grecia se derrotó a Filipo V de Macedonia, y en Pérgamo (Anatolia) se venció a Antíoco III. Con la Paz de Apamea (188 a.C) se estableció el poder de Roma en Asia Menor y en el Mar Egeo.
Durante el siglo I a.C se desarrollaron grandes conquistas. Los generales Pompeyo y Sila vencieron al rey Mitrídates y consolidaron el dominio romano en Anatolia y Siria. Durante el I Triunvirato, el general Julio César conquistó las Galias (58-51 a.C), venciendo la resistencia del jefe galo Vercingetórix en la Batalla de Alesia. Además los romanos desembarcaron por primera vez en Britania.
En el 27 a.C se estableció el Imperio, con Cesar Augusto como primer emperador de Roma. Las conquistas en Egipto, Britania, Mesia y Tracia hicieron cada vez más grande al territorio de dominio romano. Se pretendió llegar hasta el río Elba, pero fue un fracaso. Sólo lograron fortificar los Campos Decumanos, en el ángulo entre el Rin y el Danubio.
Durante el reinado de Trajano (98-117 d.C) se efectuaron las últimas conquistas: la región de Dacia, a la izquierda del Danubio, que no fue abandonada hasta los tiempos del emperador Aureliano (270-275 d.C), y Mesopotamia, de la que su sucesor Adriano sólo conservó la parte septentrional. Con Trajano fue cuando el Imperio alcanzó su máxima extensión.
Este enorme territorio fue dividido en provincias para su gobierno. A medida que las legiones romanas conquistaban nuevas tierras se organizaban en provincias a cuyo frente se colocaba a un pretor. Además, para articular el Imperio se extendió una gran red de carreteras.
Imperio mongol
Las estepas se extienden a lo largo de más de 5.000 kilómetros, desde la llanura del Danubio, en Europa oriental, a través del sur de Rusia y Asia Central, hasta Manchuria. Su clima es duro, con inviernos muy fríos y veranos secos. Las estepas estaban habitadas por tribus de pastores nómadas que recorrían largas distancias con sus rebaños de caballos, ovejas y cabras.
A lo largo de la historia, de vez en cuando surgían de las estepas bandas de guerreros que atacaban a los pueblos que vivían en torno a sus fronteras, como ocurrió con el conocido Atila, cuyas incursiones sembraron el terror en Europa en el siglo V d.C. Aunque causaban miedo y destruían todo lo que encontraban, lo cierto es que los imperios territoriales de estas tribus de jinetes nunca duraban mucho tiempo, ya que carecían de estructuras políticas ni organización. Sus líderes sólo eran eficaces en la medida en la que obtenían botines para sus ejércitos.
El guerrero de las estepas más excepcional de todas las épocas fue Temujin, más conocido como Gengis Kan. Adoptó este título, que significa «gobernante universal», en 1206, tras unificar bajo su poder a todas las tribus mongolas. Para mantenerse en el poder había que tener constantemente ocupados a sus guerreros, pues cuando el flujo de botines de guerra se interrumpía, le abandonaban. De modo que Gengis Kan mantenía a su ejército activo a base de constantes incursiones y campañas que le llevaron desde el norte de China, cruzando Asia Central, hasta la India e Irán, y en torno al Mar Negro hasta el sur de Rusia, conquistando un imperio mucho más extenso que el de Alejandro Magno.
A Gengis Kan le sucedieron como «Gran Kan» su hijo Ogodei (reinado, 1229-1241) y sus nietos Kuyuk (1246-1248), Mongke (1251-1259) y Kublai Kan (1260-1294). Sus ejércitos conquistaron el Tíbet, la Península de Corea, Persia, Iraq y gran parte de Rusia y Hungría. En 1279, tras más de una década de campañas, Kublai Kan conquistó la China de los Sung, tomando el título dinástico de Yuan. Fue la última gran conquista mongola, pues las campañas del Sudeste Asiático no aportaron nuevos éxitos y el intento de invadir Japón fracasó dos veces.
Imperio español
Tras el Descubrimiento de América en 1492, España colonizó grandes extensiones de territorio en América, desde el actual suroeste de Estados Unidos, México, y el Caribe, hasta Centroamérica y la mayor parte de Sudamérica. Todos estos territorios se integraron en la corona de Castilla y se organizaron inicialmente en dos virreinatos, el de la Nueva España y el del Perú. Con el descubrimiento y asentamiento de varios archipiélagos del Pacífico a finales del siglo XVI, se incorporaron al imperio las Indias Orientales Españolas, formadas por las Filipinas, las Marianas (que incluían Guam) y las Carolinas (que incluían las Palaos). Así, el español fue el primer «imperio global» de la Historia, porque por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo. «El Imperio donde no se ponía el Sol», así se conocía al Imperio español de Felipe II (reinado, 1556-1598).
Aunque fue bajo los reinados de Felipe II, Felipe III y Felipe IV cuando se alcanzó la máxima extensión, en el mapa superior se representa el Imperio colonial español de finales del S.XVIII, cuando llegó a tener 20 millones de kilómetros cuadrados. La decisión de considerar 1790 como el momento de máxima extensión del Imperio se debe a que entre 1580 y 1640 la Corona española tuvo un imperio más grande por el hecho de que Portugal y todas sus posesiones estuvieron bajo la misma Casa de Austria, en lo que se conoce como Unión Ibérica. Teniendo en cuenta únicamente las conquistas y posesiones españolas, el momento de máxima extensión tuvo lugar a finales del S.XVIII.
Imperio británico
El imperio más grande del S.XIX se hizo aun más extenso tras la firma del Tratado de Versalles (1919). Así, los dominios del Imperio británico aumentaron con las anexiones de colonias alemanas como África Oriental y la adjudicación de partes del derrotado Imperio Otomano, como Jordania, Palestina e Irak. La consecución de estos territorios en África y Oriente Medio hicieron que tras la Primera Guerra Mundial, el Imperio británico alcanzara su máxima extensión.
Además de los territorios citados, antes de 1914 los británicos ya controlaban un vasto imperio, con colonias y posesiones en todos los continentes. En Norteamérica poseían Canadá, que aunque en 1867 se formó como un dominio federal, no consiguió su autonomía hasta 1931. En Centroamérica y El Caribe los británicos controlaban Jamaica, Honduras, Bahamas y varias islas más. En Sudamérica poseían la Guayana Británica y las Islas Malvinas (islas que siguen bajo su poder, en una clara muestra del incompleto proceso de descolonización que acometió la Corona británica en la segunda mitad del S.XX).
En Europa, además del actual Reino Unido, el Imperio británico poseía toda la isla de Irlanda. En Oceanía, tenía la mitad de la isla de Nueva Guinea, las Islas Salomón, el archipiélago de las Nuevas Hébridas, y también el control de Australia y Nueva Zelanda. En el caso de Australia, si bien en 1901 se constituyó la Confederación de Australia, esta gran isla seguía siendo un dominio del Imperio británico.
En el continente africano la presencia británica había sido importante desde los primeros años de la colonización, proceso que se desarrolló en el S.XIX. Controlaban la columna vertebral de África, de Norte a Sur, con la excepción del África Oriental Alemana (actual Tanzania), que se anexionaron los ingleses en 1919, momento a partir del cual tuvieron por completo el control desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo. Además, tenían importantes colonias en Nigeria, Sierra Leona y Costa de Oro.
En Asia el poder del Imperio británico se concentró en el sur continente. El subcontinente indio estaba bajo su control desde 1858, en lo que se conocía como Raj británico, que no encontraría su independencia hasta 1947 (con la lucha de Mahatma Gandhi). Además, las posesiones británicas se extendían por Birmania y Malasia. En el Medio Oriente los ingleses poseían territorios que el Imperio Turco había perdido en 1919, como Irak, Kuwait, Jordania o los actuales Israel y Palestina. También poseían Yemen, Omán y los Emiratos Árabes. En Asia también fue muy importante la colonia establecida en Hong-Kong, uno de los puertos más importantes del mundo. Los ingleses tuvieron el control hasta 1997, cuando el Reino Unido le transfirió Hong-Kong a la República Popular China.
A partir de 1870 varios territorios, como Canadá o Australia, mantuvieron auto-gobiernos, aunque formando parte del Imperio británico. En 1931, con el Estatuto de Westminster, los siguientes territorios del imperio obtuvieron su independencia total: la Confederación de Australia, el Dominio de Canadá, el Estado Libre de Irlanda, el Dominio de Terranova, el Dominio de Nueva Zelanda, y la Unión Sudafricana.
En el contexto de la Gran Depresión (década de 1930), el Reino Unido se sirvió de la Commonwealth para mantener su economía dentro de un circuito cerrado, paliando así los efectos de la crisis. Aunque Inglaterra históricamente había adoptado posiciones librecambistas, en aquéllos años 30 adoptó una política económica proteccionista. Gracias a la Commonwealth, el Reino Unido pudo comerciar con estos territorios en una situación claramente ventajosa.
Imperio colonial francés
Tras una «primera época colonial», cuando los franceses llegaron a las costas de Norteamérica y conquistaron una vasta extensión desde Canadá hasta Luisiana (S.XVII-XVIII), el Imperio francés alcanzó su máxima extensión en una «segunda época colonial» (S.XIX-XX), tomando el control de gran parte del Norte de África y varias zonas del sur de Asia.
Fue en 1830, con la invasión francesa de Argelia, cuando comenzó el segundo imperio colonial de Francia. En 1881 se estableció un protectorado en Túnez, y poco a poco el control francés se extendió por el Norte, Oeste y Centro de África, llegando a ocupar el territorio de los actuales Senegal, Malí, Mauritania, Guinea, Costa de Marfil, Níger, Chad… y un largo etcétera. Además de esta región, en el continente africano también controlaron Madagascar y el enclave de Yibuti (la Somalia francesa), un punto estratégico en el Mar Rojo.
Fue durante la Tercera República (1871-1940) cuando las posesiones de Francia se desarrollaron. Además de consolidarse las colonias africanas (Marruecos en 1911, Chad en 1900…), tras el Tratado de Versalles en 1919, el Imperio francés ganó el control de Siria, Líbano, Togo y Camerún.
Algunos años antes, con Napoleón III, Francia había extendido su poder en Asia. En 1867 se estableció un protectorado en Saigón y en 1863 en Camboya. En 1885, desde el sur de Vietnam (la Conchinchina), los franceses avanzaron hasta Tonkín y Annam. Junto con Camboya, esta región formó la conocida como Indochina francesa, a la que se añadiría Laos en 1893.
En el continente asiático, el Imperio francés también tuvo una importante presencia en la India. En el año 1901 la India francesa tenía una población de 275.000 habitantes. Eran enclaves puntuales en la costa oriental de la India, que se habían establecido en el S.XVII.
Los procesos de colonización y explotación siempre van acompañados por una ideología que considera al colonizador como un ser superior al colonizado. Así lo podemos evidenciar en el eslogan que acompaña al cartel francés de la Exposición Colonial de 1931 (ver en el mapa), donde se dice que Francia lleva la civilización a 60 millones de indígenas, refiriéndose a la población de los territorios colonizados. Junto a la civilización, lo que los países europeos llevaron a sus colonias fue la esclavitud y la muerte.
La mirada más aguda sobre la crisis del euro está en este documental de Michael Wech realizado en 2012 que muestra cómo el euro fue desde el principio un gran fraude y una máquina de mentiras. Todos engañaron y todos mintieron para ocultar los desequilibrios monetarios de la zonaeuro. No sólo Grecia hizo fraude cuando recurrió a Goldman Sach para el maquillaje de sus cuentas, sino también Alemania y Francia cuando engañaron al público con cifras de falsos déficit para no trasgredir «los criterios de la estabilidad monetaria”.
El documental sigue la historia del euro desde 1996 con las primeras y tensas reuniones entre Helmut Kohl y Jacques Chirac. Desde un principio se supo que el euro debía ser para un grupo seleccionado de países y que por ningún motivo podrían formar parte de la moneda única países como Grecia, Portugal, Bélgica, España o Italia. Así se lo hicieron ver a Helmut Kohl Holanda y Austria. Pero Alemania quería tener a su lado a Francia, para borrar los horrores de la guerra, y Francia quería tener a su lado a Italia. Las trampas y apuestas por quien formaría parte de la moneda única son recreadas en esta conversación que sostienen en Verona, en la primavera de 1996, Theo Waigel, ministro de finanzas de Alemania y su homólogo griego Yannos Papantoniou:
-¿cómo se supone que usará este billete un ciudadano o campesino griego que no sabe latín? –pregunta Papantoniou- ¿mirando los números? ¿Estarán en griego? A lo que Waigel responde:
-Grecia no está en el euro ahora y nunca lo estará. ¿Crees que Grecia podría estar en la zonaeuro alguna vez?
-Claro que sí –replicó Papantoniou- ¿apostamos algo?
Grecia tenía una ambición secreta por el euro y a Alemania le interesaba que la moneda que reemplazaría al Deutsche Mark se adoptara en la mayor cantidad de países. El euro prometía un sueño de prosperidad y todos querían ser parte del club. Para los políticos de España, Portugal o Irlanda quedar fuera de la moneda única era un rotundo fracaso ante sus ciudadanos. Todos querían ser parte de la eurozona para introducir la moderna disciplina financiera aunque los enormes desequilibrios eran conocidos por todo el mundo: en pleno 1997 el Estado griego carecía de sistemas informáticos y llevaba sus estadísticas “a mano”.
Las decisiones equivocadas que se tomaron en las primeras etapas de la eurozona son presentadas en este documental desde la perspectiva de los personajes directamente involucrados: Wolfgang Schäuble, Theo Waigel, Yannis Stournaras, Hans Eichel, Jean-Claude Juncker. Por eso el trabajo de Michael Wech es una crónica fascinante de los acontecimientos que ocurrieron y que han llevado a Europa a la crisis actual. Wech reconstruye las trampas de los políticos, y cómo mintieron y se engañaron unos a otros, incluyendo al primer ministro alemán Gerhard Schröder, quien mintió sobre el déficit para no sufrir una derrota en las elecciones y ser reelecto por un segundo mandato.
La ambición y el individualismo tan característicos en la ideología implantada por Thatcher y Reagan, arrastró a Europa a una enorme trampa. Todos mintieron, engañaron y perdieron por la moneda única, hundiendo la democracia y el estado de bienestar que era uno de los grandes logros de la postguerra. Sólo ganó la gran banca, una vez más. Por maquillar las cuentas griegas, esconder el gasto militar y trasladar gastos al futuro, Goldman Sachs se embolsó 500 millones de dólares. Es la fría transformación del mundo, que privilegió a las finanzas en detrimento de las personas.