Varios años de lawfre y mediafare a costa del Caso Neurona. Algunas de las novedades de la única de las 7 causas con la que abrieron uno de los casos judiciales más surrealistas en el que llegaron a decir que la empresa de consultoría política no hizo ningún trabajo, pero que finalmente hay que valorar si el precio por sus servicios tiene valor de mercado. Un señor que trabajó en campañas sucias para el PP, se va a encargar del peritaje del caso… además del error de haber metido a Pablo Iglesias en la causa o la comprobación que la factura falsa con la que acusaban a Monedero resultar no ser falsa.
Categoría: Partidos políticos
#ContraprogramaLaSexta con Laura Arroyo y Yago Álvarez
Repasamos la actualidad semanal con Yago Álvarez y Laura Arroyo Corte del programa emitido en Twitch el 24 de febrero de 2023
Ucrania: la paz es la única solución
Varias organizaciones reclaman la paz como la única solución y la diplomacia como la única vía para conseguirla.
El 24 de febrero se cumple un año del comienzo de la invasión de Rusia a Ucrania, invasión que siempre hemos considerado ilegal y contraria al Derecho Internacional.
Un año de invasión y guerra, más de siete millones de personas refugiadas, casi siete millones de desplazadas internas, destrucción masiva de infraestructuras, desabastecimiento, violaciones de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, aniquilación del presente y del futuro para millones de personas. La invasión ha supuesto una de las mayores crisis humanitarias en Europa desde las guerras yugoslavas y la mayor crisis de desplazamiento actual en el mundo, además de la profundización de la crisis energética, alimentaria y de desigualdad a nivel global.
Nuestro apoyo y solidaridad con toda la población afectada por la invasión y los impactos de la guerra
El sufrimiento al que están sometidas las víctimas del conflicto se hace cada día que pasa más insoportable. Las cifras de muertes y personas heridas se incrementan, al igual que la violencia sexual ejercida hacia las mujeres y las niñas, las desapariciones y torturas, la falta de acceso a recursos básicos para la supervivencia y las múltiples formas de violencias y crímenes sobre el conjunto de la población. Nuestro apoyo y solidaridad con toda la población afectada por la invasión y los impactos de la guerra. Nuestro apoyo en su resiliencia. La reconstrucción de las zonas devastadas para que las personas puedan volver a vivir en paz se hace cada vez más difícil y lejana.
El impacto de la guerra ha tambaleado el contexto internacional, y el de Europa en particular, por lo que reivindicamos, con más fuerza si cabe, que la mejor prevención de las guerras es impulsar la seguridad compartida de toda Europa garantizando el cumplimiento de los Derechos Humanos. El impacto de esta guerra está teniendo consecuencias globales, por lo que el compromiso de paz tiene que ser también un compromiso universal.
Alargar la guerra con la intención de vencer al adversario no es la única ni la mejor opción
Cumplido un año desde la invasión rusa, las estrategias de fomento de las acciones bélicas solo han conseguido garantizar la continuidad de la guerra, dificultando cualquier solución negociada para la paz, por lo que es necesario impulsar la acción diplomática como única forma para acabar con el conflicto. Alargar la guerra con la intención de vencer al adversario no es la única ni la mejor opción porque, efectivamente, prolongar esta situación sólo traerá con toda seguridad más muertes y destrucción.
Al igual que hace un año rechazamos y condenamos -de la forma más rotunda posible- el ataque de Rusia a un estado soberano como es Ucrania, una quiebra de la legalidad internacional, en el momento actual las organizaciones pacifistas tenemos la obligación moral y política de insistir en la necesidad de hacer todo lo posible para que finalice la guerra.
Por estas razones, manifestamos nuestro apoyo a las iniciativas de la sociedad civil de Rusia de condena de la guerra y de búsqueda de la paz que han sido promovidas en el interior del país, así como a las movilizaciones por la paz en el resto de Europa. Queremos expresar nuestro apoyo y reconocimiento a las numerosas iniciativas ciudadanas de toda la región que están trabajando día día, a pesar de las dificultades y la violencia, para proteger la vida de las personas, tejer redes de apoyo mutuo, documentar crímenes de guerra, velar, en definitiva, por la democracia. Proteger y apoyar a la sociedad civil es fundamental para encontrar una salida sostenible en el tiempo.
Instamos al Gobierno de España a que asuma el compromiso de impulsar una iniciativa basada en conversaciones diplomáticas
Exigimos a la comunidad internacional que tome las medidas necesarias para iniciar un proceso de paz en el que Naciones Unidas ocupe un papel protagonista, promoviendo una Conferencia de Paz. Para ello, instamos al Gobierno de España a que asuma el compromiso de impulsar una iniciativa basada en conversaciones diplomáticas para una paz duradera.
Las organizaciones firmantes abogamos por la diplomacia y el diálogo como única vía posible para la resolución del conflicto. La paz es urgente. La paz es la única solución y la diplomacia la única vía para conseguirla.
Por eso, exigimos:
Un alto el fuego inmediato y el cese de todas las hostilidades.
El uso de la diplomacia con el único objetivo de iniciar un proceso de paz.
Garantías humanitarias para la población civil en el país y el personal humanitario.
Que Gobierno de España incluya la promoción de la paz en el conflicto en Ucrania como parte de su agenda política durante la próxima Presidencia española del Consejo de la UE.
Organización de una Conferencia de Paz.
Organizaciones firmantes:
Movimiento por la Paz (MPDL)
Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP)
Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ)
Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE)
Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR)
Federación de Derechos Humanos
Fundación Cultura de Paz
Fundación Iniciativas para la Paz (Fundipax)
Instituto de la Paz y los Conflictos (IPAZ)
La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo Plataforma Tercer Sector (PTS)
Unión General de Trabajadores (UGT)
Comisiones Obreras (CCOO)
EMPATÍA selectiva y ANA ROSA no para de mentir
En estos días se han publicado en twitter varios videos/clips de Chema De La Cierva haciendo comentarios sobrepasando totalmente los límites. Infovlogger se encargó de responderle, pero al parecer tiene empatía sólo cuando es un tema que le afecta a él, los demás le dan igual. Ana Rosa, ha vuelto a soltar otro bulo, esta vez sobre la Ley Trans aprobada recientemente.
¿Quién es «la gente de bien» de la que habla Feijóo? Las teorías de los tuiteros sobre la frase del presidente del PP
Alberto Núñez Feijóo cree que la ley trans molesta «a la gente de bien». De forma involuntaria, el presidente del PP dejó este martes en el Senado un retrato, oleo sobre lienzo, del verdadero problema de las derechas con los avances sociales.
No son las excusas que ponen ahora, ni las que pusieron antes cuando hicieron todo lo que pudieron contra la ley del divorcio, la del aborto o la del matrimonio igualitario, sino que diferencian entre gente de bien y gente ¿de mal?
Las palabras de Feijóo recibieron su primera respuesta de boca de Pedro Sánchez.
Pero en la calle y en las redes sociales muchos se están preguntando qué es exactamente lo que Feijóo considera «gente de bien».
Y, por contra ¿quién es la gente que no entra en la categoría de este señor que pretende ser presidente del Gobierno?
En realidad ya tenemos una ligera sospecha de por dónde va la cosa.
Para más teorías sobre quiénes forman parte de ese selecto club de Feijóo, los tuiteros tienen algunas ideas.
La «gente de bien», los que están «en el lado bueno de la historia», «la gente normal»… Si todas esas personas son las que rechazan los derechos de los demás por sus creencias particulares aunque no le afecten en nada, muchos españoles no quieren estar en esa categoría ni de visita.
Alberto Núñez Feijóo Y su forma de ser
Polémicas[editar]
Durante la visita a una explotación ganadera en el municipio coruñés de Rois en febrero de 2009, Feijóo le preguntó a su propietario por qué todas las vacas tenían nombre de mujer. El dueño de las reses, sorprendido, le aclaró que eso era así porque eran vacas y añadió: «¿Cómo las íbamos a llamar, Xulián?».36
En octubre de 2009, Feijóo hizo unas declaraciones en un encuentro con representantes de los sectores pesquero, marisquero y acuícola que causaron mucho revuelo en las redes sociales. El político narró cómo un marinero de la localidad lucense de Burela le había pedido que le trasladase a las autoridades europeas que si no se realizaba una pesca masiva de merluza, estos peces llegarían a las playas y morderían a la gente.37
En marzo de 2013 el periódico El País publicó unas fotografías en las que un joven Feijóo (34 años) aparecía en 1995 de vacaciones con Marcial Dorado, quien fue condenado por narcotráfico años después.38 Tras la publicación de la foto este negó continuadamente su relación con el narcotraficante,39 años después el traficante confirmaría que tenía una estrecha relación con el ahora presidente de la Junta en una entrevista con el periodista Jordi Évole. Feijóo no dimitió como exigía la oposición, pese a que él mismo pidiera la dimisión de Anxo Quintana, antiguo vicepresidente de la Junta de Galicia, cuando se publicaron unas fotos en las que aparecía con un empresario adjudicatario de una concesión pública.40
El 3 de septiembre de 2015 tuvieron lugar en Lugo capital multitud de protestas del sector lácteo gallego que ponían el foco sobre las políticas ganaderas de la Junta, Feijóo las minimizó.41 En Vigo, hubo una gran manifestación con pancartas alusivas a Feijoo quejándose de la baja en la dotación pública del Álvaro Cunqueiro.4243
En 2017 recibió críticas de toda la oposición por cambiar la forma de nombrar el consejo consultivo de Galicia, el cambio consistía en que los cinco miembros electos —hasta es mismo solo hay cuatro— dejaron de ser nombrados directamente por el titular de la Junta para que tres de ellos fueron propuestos por mayoría cualificada por el Parlamento, otorgando más poderes al Parlamento.44 El mismo año, y tras varios años con fuertes quejas sobre su política de montes, debido a la gran oleada de incendios forestales recibió fuertes críticas de diferentes sectores además de multitud de manifestaciones por toda la Comunidad Autónoma.4546
El gobierno de Feijóo recibió numerosas críticas por sus recortes en servicios públicos. Durante su mandato se cerraron 1 de cada 10 escuelas públicas, más de 140 en toda la Comunidad Autónoma, reduciendo la dotación en educación en más de 100 millones,47 relacionado también con el envejecimiento de la población gallega. Las críticas a su gestión de la sanidad pública han sido constantes y numerosas,48 fue especialmente criticado el cierre del paridero de Verín. 49
Durante una charla del Foro Global Youth Leadership celebrada en Santander en octubre de 2022, Núñez Feijóo confundió el título de la famosa novela de ciencia ficción 1984 con su fecha de publicación. Dijo en este evento: «La mentira o la posverdad nos esclaviza. Y de hecho podemos situar el nacimiento de la posverdad en aquella distopía escrita por Orwell allá por el año 84. Que como saben describe un régimen totalitario con toda su crudeza».50 Más tarde, Feijoo aclaro que había sido un lapsus, escribiendo un Tuit, riéndose del lapsus cometido.51
En la presentación de los candidatos de las elecciones municipales de 2023, comparó a sus líderes en Madrid y su Comunidad con el grupo terrorista Triple A.52
Cargos públicos[editar]
En la Junta de Galicia:
- Presidente de la Junta de Galicia (2009-2022).
- Vicepresidente primero de la Junta de Galicia (2004-2005).
- Consejero de Política Territorial, Obras Públicas y Vivienda de la Junta de Galicia (2003-2005).
- Vicepresidente y secretario general del Servicio Gallego de Salud (1992-1996).
- Secretario general de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Galicia (1991-1996).
- Secretario general técnico de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Montes de la Junta de Galicia (1991).
En la Administración General del Estado:
- Secretario general de Asistencia Sanitaria en el Ministerio de Sanidad y Consumo (1996-2000).
- Presidente de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos S.A. (2001-2003).
- Presidente del Insalud (1996-2000).
Cargos en el Partido Popular[editar]
Alberto Núñez Feijóo ha desarrollado toda su carrera política en el Partido Popular, ocupando los siguientes cargos:
- Miembro del Comité de Dirección del PP de Orense (2002).
- Miembro del Comité provincial del PP de Orense (2002).
- Miembro del Comité de Dirección del PP en Pontevedra (2004).
- Miembro del Comité provincial del PP de Pontevedra (2004).
- Miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular (desde el año 2005).
- Diputado autonómico del PPdeG por Pontevedra (agosto de 2005).
- Presidente del PPdeG en el XIII Congreso celebrado el 15 de enero de 2006, hasta el 2 de abril de 2022.
- Presidente del Partido Popular en el XX Congreso celebrado el 2 de abril de 2022, actualmente en el cargo.
Notas
‘Time’ da una lección de periodismo a Ana Rosa y Cía. y pone a Irene Montero como referente mundial
19# Charlando con IONE BELARRA[ENTREVISTA COMPLETA] | Rubén Hood
La Pizarra pregunta a AMLO sobre la derecha latinoamericana
Periodismo, investigación y compromiso para construir un mundo más igualitario.
Ni dialogante, ni moderado ni buen gestor: el año en que se desinfló la imagen de Feijóo
De la parálisis del CGPJ a a la polémica del aborto, el presidente popular ha incurrido en los últimos meses en errores y contradicciones que han debilitado su liderazgo.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en Cádiz. — EFE/Román Ríos.
Cuando aterrizó en Madrid hace poco menos de un año para suceder a Pablo Casado, Feijóo era la gran esperanza del PP. Cargaba en su mochila sus cuatro mayorías absolutas en Galicia y una sólida imagen de político honesto, moderado y competente que lo convertía en el candidato ideal de la derecha. Hasta la progresía mediática simpatizaba con él. Era algo así como ese cuñado de derechas que cualquiera querría tener si no le queda más remedio que tener un cuñado de derechas.
El efecto cuñado de Feijóo ha ido de más a menos y el globo se ha desinflado en apenas doce meses. Las encuestas siguen dándole un buen resultado en unas elecciones generales, pero la idea de ganarlas por mayoría absoluta que el PP acariciaba el año pasado se aleja sondeo a sondeo. Los errores recurrentes de su discurso, las evidencias de que el currículum de buen gestor que se labró en Galicia tiene mucho de impostado, su falta de firmeza para posicionar a su partido en temas clave para la ciudadanía y su ambigüedad ante Vox, que según las encuestas mantiene casi intacto su caladero de votos, han desgastado su liderazgo, cuya fragilidad se pone de manifiesto cada vez que Isabel Díaz Ayuso se lo propone.
¿Buen gestor?
Durante los trece años en los que presidió la Xunta, apenas trascendió fuera de Galicia información alguna que justificara la imagen de buen gestor de la que gozaba. Tampoco ninguna de las que la contradicen: bajo su mandato se triplicó la deuda pública, se destruyó empleo, se recortaron, privatizaron y degradaron la sanidad y los servicios sociales, se ninguneó a la educación pública, desapareció el sistema financiero gallego, se deslocalizaron industrias clave del tejido industrial, se promovió un modelo de desarrollo basado en el eucalipto y la producción de energía con enormes costes medioambientales, y el gallego perdió hablantes como nunca en su historia.
¿Honesto?
Al margen de las fotos con Marcial Dorado, la marcha de Feijóo a Madrid puso la lupa sobre actuaciones polémicas del expresidente del PP que pocas veces habían pasado de la pequeña y escasa prensa independiente de Galicia. En el último año se supo que contaba con un patrimonio exageradamente alto para el salario que recibía como presidente de la Xunta; que había entregado contratos millonarios a la empresa que dirige su hermana en Galicia; que había colocado a su prima médica en puestos relevantes de la gestión sanitaria, y a otros amigos y afines en cargos bien pagados que fueron nombrados a dedo para dirigir chiringuitos y empresas públicas; incluso se supo que, siendo ya presidente del PP, se había dejado invitar en zona VIP junto a su sucesor, Alfonso Rueda, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y sus respectivas parejas, a un concierto organizado por la Xunta en Pontevedra.
También se extendió la idea de que Feijóo se había labrado su imagen en Galicia mediante la manipulación a su favor de la televisión y la radio públicas y de las ayudas millonarias entregadas a los medios privados de comunicación de la comunidad, que recibieron 45 millones en sus trece años de mandato. De hecho, hasta empleó sus últimos días en la Xunta para allanar su aterrizaje en Madrid con subvenciones a dedo difíciles de justificar a los grandes medios privados de ámbito estatal con sede en la capital del Estado.
¿Estadista?
La derecha mediática acogió al expresidente gallego con los titulares abiertos. Pero para presidir el Consejo de Ministros no basta con tener fama de funcionario eficiente, y a Feijóo le está costando mucho dar argumentos que permitan a los medios afines glosarle con ese aura de estadista capacitado sin la que parece imposible ganar elecciones generales. Al contrario. Ha cometido en público algunos errores que pisan la estrecha línea que separa el acto fallido del ridículo intelectual, como afirmar que Orwell escribió 1984 en 1984; creer que Picasso era catalán; situar la Costa Dorada en València y los Óscar en Sevilla; declarar que su lectura favorita es Poemas galegos, algo poco creíble si se tiene en cuenta que lo que escribió Rosalía de Castro fue Cantares galegos; preguntarse por qué las vacas sólo llevan nombres femeninos o creerse que las merluzas que se pescan en el Gran Sol, frente a Irlanda, pueden llegar a atacar a los bañistas de las playas gallegas si los pescadores no las capturan.
No todas esas afirmaciones se realizaron este último año, pero las redes más maledicentes las han recuperado y rebotado hasta la saciedad. Y más allá de esas patadas verbales más o menos hilarantes, lo cierto es que sí son recientes algunas muestras de preocupante ignorancia sobre asuntos sobre los que se le presupone conocimiento de sobra: que no fue el Gobierno socialista de Sánchez, sino el de Rajoy, de su propio partido, el que retiró la rebaja de impuestos por la compra de vivienda; que Podemos no tiene senadores -a Feijóo le extrañó su ausencia en un debate en el Senado, donde él sí ocupa un escaño-, o que las pensiones no dependen de los presupuestos generales del Estado y no computan, por tanto, a la hora establecer el techo de gasto de éstos.
Hace unos días, en uno de los medios que más le miman, el digital El Debate, la periodista que le entrevistaba le preguntó si había empezado a aprender inglés. Feijóo respondió restándole méritos a quienes, a diferencia de él, dominan ese idioma, alegando que cuando uno está representando a España ha de tener tanto cuidado con «el tiempo del verbo» y la elección del «sustantivo adecuado» que casi es mejor dejarlo en manos de un intérprete.
¿Moderado?
Durante sus años en Galicia, Feijóo presumía de que Vox no tenía presencia en la comunidad. Probablemente fue eso lo que más entusiasmó de su perfil al aparato de un PP que aún no ha averiguado cómo taponar la cañería que desagua hacia el partido de Abascal los votos que los populares consideran propios. Sin embargo, lejos de mantener una estrategia de confrontación con la ultraderecha, Feijóo ha insinuado que si le hace falta contará con Vox para gobernar, noticia recibida con estupor en el Partido Popular Europeo; ha bendecido su acceso al Gobierno de Castilla y León y se ha mostrado tibio y seguidista en el planteamiento y la conducción de algunos debates públicos.
¿Dialogante?
Gracias a sus mayorías absolutas, Feijóo nunca necesitó pactar en Galicia. Y desde que llegó a Madrid ha dado muestras de que ahora tampoco dialoga si no le conviene. Su negativa a acordar en las Cortes la renovación del Consejo General del Poder Judicial, como establece la Constitución, incumpliendo el pacto al que había llegado con el PSOE y dando por inválidos los acuerdos previos de su propio partido, pusieron en duda el valor de su palabra y de manifiesto la fragilidad de su liderazgo.
Porque lo que trascendió fue que tomó la decisión de romper las negociaciones presionado por un whatsapp que le envió Isabel Díaz Ayuso. Semanas después, el PP recurrió ante el Tribunal Constitucional, con mayoría caducada de magistrados afines a su formación, para evitar que se tramitara una ley para desbloquear su renovación, lo que derivó en una de las crisis institucionales más graves de la historia de la democracia española. Feijóo no tuvo que aprender a dialogar durante sus trece años en Galicia, y tampoco a ser un buen orador parlamentario, lo que, a la postre, también le está desdibujando en sus debates con Sánchez en el Senado.
¿Previsible?
El pasado 23 de enero, el equipo de Feijóo montó una perfomance en el oratorio de San Felipe Neri, en Cádiz, donde se firmó la Constitución de 1812, para que el líder popular apareciera suscribiendo un solemne contrato con la ciudadanía que él jura cumplir, si gana las elecciones previstas para el próximo otoño, en sus primeros cien días de mandato. El montaje y el mensaje eran clavaditos a otro acto que representó en Santiago poco antes de las elecciones autonómicas gallegas de 2009, donde anunció otro pacto de regeneración democrática que luego incumplió durante sus trece años al frente de la Xunta.
El de ahora también contiene muchas y buenas palabras, que colisionan de frente con su acción política. Como proponer, a pocos meses de las elecciones municipales, que sea nombrado alcalde el cabeza de la lista más votada. Si Feijóo fuera previsible y predicara con el ejemplo, al menos habría impedido o impediría que en Ourense, donde las elecciones anteriores las ganó el PSOE, siguiera gobernando Gonzalo Pérez Jácome con tres de los 27 concejales del pleno.
¿Coherente?
Feijóo se ha metido últimamente en varios jardines, y uno de los más espesos le atrapó hace días cuando aseguró que la legislación española sobre el aborto que su propio partido había recurrido ante el Tribunal Constitucional era «correcta». Los portavoces de la Iglesia Católica le tildaron de traidor, y en las sedes del PP se han cansado de recibir llamadas de militantes católicos sorprendidos por el repentino cambio de postura de su partido.
Feijóo, que presidió hasta hace nada una comunidad donde el 78% de los abortos se realizan en la sanidad privada ante las dificultades para hacerlo en la pública, se apresuró a decir «digo» donde había dicho «Diego», pero sin aclarar si considera el aborto un derecho de la mujer ni explicar por qué desde que accedió al liderazgo del PP estatal no había procedido a retirar el recurso ante esa norma que considera correcta. El pasado viernes anunció que el PP no va a recurrir ante el Constitucional la nueva ley de interrupción voluntaria del embarazo, y tampoco explicó por qué, a pesar de que su partido se ha cansado de repetir que uno de los preceptos de la norma, el que permite el aborto de las menores de 16 a 18 años sin el consentimiento de sus padres, es inconstitucional.