La falta de transparencia y de control a las eléctricas, punto débil de las medidas energéticas anunciadas por Von der Leyen

«Sabemos lo que nos cuesta la energía, pero desconocemos el coste real de la producción energética. Von der Leyen va teniendo buena intención pero no se atreve a tocar los intereses de los oligopolios energéticos», afirma a ‘Público’ la eurodiputada Sira Rego.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una sesión en la Eurocámara, a 14 de septiembre de 2022.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una sesión en la Eurocámara, a 14 de septiembre de 2022.  EFE

El silencio de Pablo Iglesias ANÍBAL MALVAR

Pablo Iglesias, en un acto el pasado mes de julio. ALBERTO ORTEGA / EP

Imagino a Pablo Iglesias sentado a la sombra de una higuera en cualquier rincón de la Alpujarra, la silla de paja, el cayado nudoso de olivo entre las piernas, el palillo entre los dientes y la boina hasta las cejas. Está muy quieto. Solo muy de vez en cuando agita una mano para espantar una mosca o un abejorro. Callado. Sumergido en el silencio.

La corleoniana imagen me vino a mientes estos días, después de rebuscar en nuestros periódicos tradicionales y en las teles alguna reseña a la presentación del libro Medios y cloacas del ex vicepresidente (editado por Escritos Contextatarios/CTXT). Salvo por las Dinas y otras fantasías judiciales de ayer y hoy, Pablo Iglesias ya no está en los medios. Ni por sus hechos ni por sus obras. Lo han desterrado a la higuera de la Alpujarra a dormitar despierto. A un dolce far niente irremediable por mucho que haga.

Pensaba escribir este Repartidor de Periódicos sobre las, previsiblemente furibundas, reacciones mediáticas a este acontecimiento editorial. Y me encontré la nada. La sombra de la higuera en la Alpujarra. Un lo demás es silencio horaciano. Indiferencia total. Vacío y éter. Algunos incluso nos atreveríamos a llamarlo censura, si no viviéramos en una democracia plena.

Lo primero, porque un libro del ex vicepresidente de Gobierno, de cualquier ex vicepresidente de Gobierno, es noticia por obligación. No se le pueden hurtar al ciudadano las reflexiones, saberes, anécdotas o chorradas que haya escrito una de las personas que, durante años, han regido sus destinos. Eclipsarlo es un atentado contra el conocimiento de la Historia (Pablo Iglesias es YA Historia nuestra, como Aznar y Rajoy) y contra la deontología periodística. No está en juego la libertad de expresión de Pablo Iglesias, sino nuestro derecho ciudadano a la información.

Si cualquier ex vicepresidente de cualquier gobierno español publicara ahora un libro, cualquier libro, andaría de gira por todos los medios españoles hasta el agotamiento, recibido por directores y sanedrines de redactores jefes en agotadoras mesas redondas con café y pastas y sin whiskies (ah, viejos tiempos).

Me vienen a la cabeza las presentaciones de los cuentecillos babosos de Ana Botella, o las memorias de José Bono, un compendio de autocomplacencias, tergiversaciones y ocultaciones por las que cobró de Planeta 800.000 euros de adelanto, cantidad que ni hubieran soñado Javier Marías, Vargas-Llosa, el añorado Vázquez Montalbán ni nadie. El libraco de Bono, por supuesto, no solo no fue un best-seller, sino que no le interesó absolutamente a nadie, como era previsible. Supongo que la planetaria editorial, inserta en el grupo Atresmedia, sabía a quién y por qué pagaba esa ruinosa millonada. Pero el libro tuvo tan fastuoso y cansino recorrido mediático como el dorado ataúd de Isabel II. Lo mismo que los botelleros cuentecitos machistas de la aletrada alcaldesa del spa. Era un no parar de entrevistas y dobles y triples páginas. A Pablo Iglesias, el tío que mejor conoce las entretelas del primer gobierno de coalición de nuestra democracia, no lo han llamado ni para insultarlo, con lo que antes les ponía.

Rebusco en la red y no creáis que nuestros muy autoproclamados progresistas periódicos digitales se han volcado, tampoco, en difundir el libro. La conclusión que yo saco es que el título Medios y cloacas es más que acertado, y que ya hay más cloacas que medios.

No dudéis de que este panfletillo rojo de mierda, si sacaran mañana libro el ex vicepresidente Rodrigo Rato o incluso el melifluo y muy caduco Pablo Casado, correríamos a la librería a comprarlo, leerlo y analizarlo, y solicitaríamos una entrevista que el autor no nos concedería. Porque es nuestro deber. Son personas que, en sí, son noticia. Por mucho que nos desagraden.

¿Y si en lugar de Pablo Iglesias fuera Vox, me preguntarán mis queridos y desquiciados trolls? Si alcanzaran cotas de gobierno capaces de influir en el timón de España, por supuesto que sí. De momento, solo son muletas peligrosamente cojas para enfascistar el paso del neoliberalismo pepero. Y, además, son ellos los que no quieren vernos ni en ruedas de prensa.

Como muestra, nunca tuve reparo en conversar con el fascista confeso Manuel Fraga, a quien pude extraer declaraciones pero nunca una entrevista (jamás me la concedió). Hasta en una ocasión cené a su vera, por un premio de guion que me dieron cuando él era presidente de la Xunta. Hasta los postres no se me pasó el agobio, porque en todo momento pensaba que el postre iba a ser yo.

Sinceramente, no sé si Ferreras/Florentino han tenido el poder de orquestar esta sinfonía de silencios a derecha e izquierda (que sería grave), o si ya somos todos tan sucios que no merecemos el calificativo de periodistas (que sería peor), y preferimos no meternos en charcos que evidencien que calzamos pies de barro. Yo me llevo mis pies de barro a pisar charcos con Pablo Iglesias, y con quien haga falta, después de estos trágicos silencios. Y, si hay sequía, ya pondré yo los charcos con lágrimas por mi profesión.

CASO ALGARROBICO El Tribunal Superior de Andalucía rechaza la demolición del hotel de El Algarrobico

Tras 15 años de sentencias condenatorias, los jueces alegan que su derribo todavía es improcedente porque cuenta con licencia urbanística del Ayuntamiento de Carboneras

El hotel de El Algarrobico, en el término municipal de Carboneras (Almería). JULIÁN ROJAS

La piqueta seguirá aún a la espera de derribar el hotel de El Algarrobico en Carboneras (Almería), símbolo del urbanismo desaforado en la costa. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) rechazó el pasado jueves la demolición del hotel pedida por Greenpeace tras la mochila de sentencias contrarias a su legalidad que ha acumulado durante 15 años. El laberinto judicial sobre su devenir acabó en 2016 con la sentencia del Tribunal Supremo, que dictaminó que las obras se realizaron en un “suelo no urbanizable de especial protección del parque natural de Cabo de Gata-Níjar”. Pero cinco años después, la desaparición de este edificio fantasma permanece en un limbo.

Los jueces del alto tribunal andaluz consideran que el derribo no se puede ejecutar de momento porque el Ayuntamiento de Carboneras otorgó la licencia de obras en 2003, que sigue vigente, y antes de que se pronuncie la Justicia sobre la demolición, el consistorio de este municipio de cerca de 8.000 habitantes debe anularla. “La demolición por razones de legalidad de las obras construidas solo es una decisión que corresponde a la Administración o Administraciones, una vez finalizado el procedimiento de revisión de oficio de la licencia”, dictamina la Sala Cuarta de lo Contencioso Administrativo del TSJA. “La obra dispone de un título jurídico válido mientras no se establezca lo contrario”, matizan los magistrados.

De este modo, la pelota está en el tejado del Ayuntamiento de Carboneras (gobernado por el PSOE), que debe anular la licencia concedida hace 18 años si cumple los requerimientos de la justicia. Mientras, la organización ecologista recurrirá el fallo ante el Tribunal Supremo. “Ya existen sentencias del Supremo que ordenan derribos con licencia como en Marina Isla de Valdecañas en Cáceres y además alegaremos el efecto cascada: si un planeamiento es ilegal, los actos posteriores en ese terreno no urbanizable también lo son”, avanza José Ignacio Domínguez, el abogado que lleva el caso para Greenpeace.

Desde la sentencia del Supremo en 2016, el Gobierno y la Junta comenzaron a negociar el derribo del Algarrobico y cómo se pagaría la factura, que podría ascender a 7,1 millones. Pero para demoler este símbolo del ladrillo hace falta un fallo judicial que inste a ese derribo o un acuerdo con la promotora. En su día la constructora Azata rechazó recibir 2,3 millones por los terrenos en el retracto avalado por la justicia, y esto complicó aún más el enrevesado recorrido posterior de este caso.

Vista aérea del Hotel en El Algarrobico, en el Parque Natural de Cabo de Gata.
Vista aérea del Hotel en El Algarrobico, en el Parque Natural de Cabo de Gata.JULIÁN ROJAS

A pesar de rechazar la piqueta, el TSJA da la razón a Greenpeace y obliga al Ayuntamiento de Carboneras a tramitar la revisión de oficio de la licencia de obras por “posible existencia de nulidad de pleno derecho”. Llueve sobre mojado porque en 2018 el TSJA ya instó al Consistorio a modificar su planeamiento urbanístico para que el suelo donde está el hotel figurara como protegido en lugar de urbanizable y ampliar la servidumbre de protección de la orilla del mar hasta los 100 metros, tal y como establece la Ley de Costas. Sin embargo, tres años después del mandato del TSJA, el Consistorio lo sigue ignorando. Un acuerdo del pleno municipal calificó los suelos como no urbanizables, pero no lo envió para su publicación al Boletín Provincial, por lo que no tiene efectos reales.

Domínguez alerta sobre los incumplimientos del alcalde de Carboneras, el socialista José Luis Amérigo: “Estamos en puertas de entrar en la vía penal porque es un desprestigio para la Justicia que el Ayuntamiento no cumpla ninguna de las sentencias. Debe hacerlo, y si no, empezará la vía penal contra el alcalde después de que pidamos al TSJA que le aperciba por desobediencia”.

Mientras tanto, las obras para la desaparición del hotel seguirán a la espera de una sentencia firme que le dé vía libre, al igual que la restauración de 6,5 hectáreas de terreno al borde del Mediterráneo.

Pese al revés recibido ahora desde el TSJA, este hotel levantado a principios de siglo en la costa almeriense está condenado a su desaparición tarde o temprano. Además, cada vez parece más complicado que la constructora pueda ser indemnizada por las Administraciones. La Audiencia Nacional ya ha dejado claro que la promotora no tiene derecho a recibir los más de 70 millones que pedía al Gobierno central, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento. El edificio, cuya construcción de paralizó en 2006 cuando estaba al 94% de su ejecución, además de estar en una zona protegida de un parque natural se levantó a unos 50 metros del mar e invade la franja de protección de 100 metros fijada en la Ley de Costas, algo respaldado también por los tribunales.

 

ACTIVISTAS en TENERIFE se ENFRENTAN a un MACROPROYECTO de VIVIENDAS de LUJO en CUNA DEL ALMA

He estado allí este verano y la situación es muy triste. En la Playa de las Américas a mi chica se le saltaban las lágrimas. Turismo de guiris borrachos y karaokes. Además el capital nisiquiera se queda en la isla y los trabajadores poco más que esclavos. Hay diferencia hasta en la mala leche de la gente entre el Sur y el Norte.Y los más triste, como dice la chica del vídeo, es que hay tinerfeños que lo defiende y dicen que es que ahí «no hay nada más que desierto». EL DESIERTO TAMBIÉN ES NATURALEZA. TAMBIÉN ES PRECIOSO!! Y eso sin hablar de la privatización de las zonas naturales. O el arrase de zonas arqueológicas.

Lula llama a Bolsonaro “genocida” tras el asesinato de un simpatizante

A tres semanas de los comicios presidenciales en Brasil, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva acusa a su rival, Jair Bolsonaro, de ser un genocida.

La campaña electoral de Brasil quedó conmocionada este sábado, por el asesinato de un seguidor del expresidente, Luiz Inácio Lula da Silva, a manos de un partidario del actual mandatario, Jair Bolsonaro, durante una discusión política en el Estado de Mato Grosso. Lula ha sido contundente en culpar por la tragedia a su rival Bolsonaro, a quien acusa de promover el en el país.

Sin presentar acusaciones contra su rival de la ultraderecha, Lula exigió a Bolsonaro que explicara las propiedades compradas con dinero en efectivo por él y su familia.

El exlíder sindical, que aspira a un tercer mandato, también se refirió a los sondeos de la opinión pública que le colocan al frente de todos los candidatos, a tres semanas de los comicios.

Lula también prometió que de ganar en las urnas del 2 de octubre, trabajará para generar oportunidades iguales para todos los brasileños.

Un policía antidisturbios agredió en la cara a un manifestante en la protesta de Sevilla contra la regulación de los VTC de la Junta

El Gobierno de Andalucía aseguró que siguen «negociando y hablando» sobre la regulación, dado que afirman que quieren aprobarla en base «al diálogo y la participación».

08/09/2022 Enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en la protesta convocada por el sector del taxi en Sevilla (Andalucía)
Enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en la protesta convocada por el sector del taxi en Sevilla (Andalucía).  María José López / EUROPA PRESS

En dicha convocatoria hubo enfrentamientos con la Policía. El ambiente estaba cada vez más caldeado. Varios de los manifestantes intentaron tirar las vallas del perímetro de seguridad y lanzaron huevos.

Tras ello, las fuerzas de seguridad detuvieron a uno de los participantes por desórdenes públicos y atentado contra la autoridad. A continuación, tuvo lugar una carga policial que concluyó con una segunda detención.

«Nos han engañado»

Alrededor de un millar de personas participaron en la protesta. Portaronn tambores, pitos y pancartas en las que anunciaban que el sector del taxi «no se rinde», en esta ocasión ante el proyecto normativo, que según anunciaba esta semana Fomento habilitará a los VTC para que sigan operando en los núcleos urbanos a partir del 1 de octubre, si bien se establecerán requisitos para que estas medidas garanticen «la convivencia» y ofrezcan «el mejor servicio al ciudadano».

Una argumentación que no convence al taxi. «Nos han engañado, en esencia nos han engañado», aseguró a los periodistas Francisco de la Piedra Vega, representante de la Federación Andaluza de Autónomos del Taxi (FAAT). Los taxistas consideran que «de la noche a la mañana y con la mayoría absoluta del PP el discurso ha cambiado completamente» en San Telmo y se sienten «traicionados» ante el movimiento de la Consejería, a la que advirtieron de que no dudarán en recurrir a los tribunales.

«Que sepan que vamos a denunciar si prosiguen en esta regulación que pretenden hacer. Ellos sabrán lo que hacen», apuntó tanto en relación al Gobierno de la Junta.

El Gobierno andaluz asegura que sigue negociando

Mientras en los alrededores del Parlamento se desarrollaba la protesta, en el interior Marifrán Carazo, la consejera de Fomento, subrayaba que aún no habían concluido las conversaciones para elaborar la regulación, que se buscará el «diálogo y la participación» y que en todo caso el objetivo es tener seguridad jurídica y «no dañar la actividad que presta el taxi».

«Seguimos negociando y hablando porque queremos aprobar esa norma y hacerlo en base al diálogo y la participación«, dijo la consejera, que señaló que las conversaciones se desarrollan desde hace una semana, «todavía no se ha concluido y tienen que seguir avanzando».

Asimismo, insistió en que el objetivo principal del Gobierno de Juanma Moreno es «contar con seguridad jurídica» para poder organizar y facilitar la convivencia del taxi y los VTC y dar un mejor servicio al usuario. «Por encima de todo y en el centro de la regulación ha de estar el usuario, que tiene que contar con los mejores servicios», argumentó Carazo, que ha aseguró que desde la Junta no se que quiere «dañar la actividad que presta el taxi».

Teresa Rodríguez, «frente a las multinacionales radicadas en paraísos fiscales»

Desde el edificio acudió a saludarles la diputada de Adelante Andalucía Teresa Rodríguez, quien explicó que se dirigía a la reunión con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, al que aseguró le expondría las reivindicaciones de los taxistas «como primer punto» del encuentro, lo que desató vítores entre los manifestantes.

«Nos parece que ha habido mala fe por parte de Fomento y del Gobierno de la Junta«, dijo a la prensa Rodríguez, que consideraba que «les han dado coba durante mucho tiempo diciéndoles que no se iba a regular» para al final proponer «un decreto ley que es claramente pro-VTC».

«Nosotros estamos a favor de las familias del sector del taxi frente a las multinacionales radicadas en paraísos fiscales», subrayó la diputada, que aseguró que defenderá que el decreto no salga adelante y que la Junta negocie con todas las organizaciones del sector.

Feijóo clama ahora contra las puertas giratorias en la Justicia que el PP explotó: Mariscal de Gante, Enrique López, Lesmes

El líder del PP se parapeta en una reforma de la Justicia que impida los saltos desde los partidos a los tribunales, que fueron norma en el partido, para mantener bloqueadas la renovación del Poder Judicial y el Constitucional

El Poder Judicial en funciones desafía al Gobierno e incumplirá la ley en la renovación del Constitucional

 

El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, en una imagen de 2016 con el entonces presidente del Gobierno de Mariano Rajoy, la exvicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y a su espalda el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. EFE/Chema Moya

Como si fuera el Captain Louis Renault en Casablanca, el Partido Popular ha caído en la cuenta, con sorpresa e indignación, de que en las últimas décadas se ha producido un trasvase habitual de cargos entre los poderes Ejecutivo y Legislativo con el Judicial. Alberto Núñez Feijóo, ahora, y Pablo Casado, hasta que los suyos le echaron, han puesto como condición sine qua non para renovar el caducado Poder Judicial acabar con lo que han dado en llamar “puertas giratorias”, esto es, que responsables políticos no acaben en puestos relevantes de la judicatura. Feijóo se parapeta así en esta reforma, junto a una amplia modificación legislativa que va más allá del gobierno de los jueces, para mantener el bloqueo en el que la derecha ha instalado al Consejo General del Poder Judicial, primero, y al Tribunal Constitucional, ahora.

El PP sume al Poder Judicial en un bloqueo definitivo tras la reforma para renovar el Constitucional

El PP sume al Poder Judicial en un bloqueo definitivo tras la reforma para renovar el Constitucional

En el PP saben de lo que hablan pues han elevado esta práctica a la categoría de virtud. Empezando por el actual presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes. Designado durante el Gobierno de Mariano Rajoy, cuya mayoría absoluta utilizó el PP para blindar una gran mayoría conservadora en órganos constitucionales, fue dos veces director general en los gobiernos de José María Aznar. Entre 1996 y 2000, de Objeción de Conciencia. Después, hasta 2004, de Relaciones con la Administración de Justicia.

Su paso por el Ejecutivo de la mano del partido que hoy lidera Feijóo no le impidió llegar a la cúspide del sistema judicial español. Lesmes pasó a la Audiencia Nacional, donde el CGPJ de entonces –nombrado durante la mayoría absoluta de Aznar– le ascendió a presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo. Más tarde saltó al Supremo, a la Sala Tercera, también con el apoyo conservador. Allí fue el ponente de la ilegalización de Sortu, que después anuló el Tribunal Constitucional. Y de ahí, a presidir el CGPJ y el Tribunal Supremo.

Este proceso también ha funcionado a la inversa. Alguien que lo ejemplifica muy bien es el senador Fernando de Rosa, quien en una reciente intervención en la Cámara Alta impartió una lección de independencia entre poderes del Estado, mientras acusaba al Gobierno de querer “ocupar” el Tribunal Constitucional. “La renovación del Consejo General del Poder Judicial es el medio para conseguir el fin: nombrar magistrados que se manchen las togas con el polvo del camino, como dijo Cándido Conde-Pumpido”, aseguró sin que le temblara la voz.

Pero, ¿quién es Fernando de Rosa? Es senador, pero antes ha sido muchas cosas. De Rosa es juez y llegó a ser decano en Valencia, cuando ya militaba públicamente en el PP. Después dio el salto a la política. En 2003, Francisco Camps, a quien él mismo afilió a la Alianza Popular de Manuel Fraga, le nombró secretario de Justicia de la Generalitat valenciana. En la siguiente legislatura le ascendió a consejero de Justicia y Administraciones Públicas, pero un año después lo dejó para poner rumbo al Consejo General del Poder Judicial: De Rosa pasó de consejero autonómico del PP a vicepresidente del órgano de gobierno de los jueces. Después volvió a la judicatura: el nuevo CGPJ, que llegó a presidir por los escándalos económicos de Carlos Dívar, lo nombró presidente de la Audiencia Provincial de Valencia. Era 2015. Cuatro años después, Pablo Casado lo fichó para las listas al Senado, en las que llegó a su actual destino.

Son dos ejemplos del histórico trasvase de dirigentes del PP a la Justicia, y viceversa. Dos de muchos. Uno no muy alejado del Senado donde conviven Feijóo y De Rosa sería el de Enrique López. El hoy consejero de Presidencia, Justicia e Interior en el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso negoció en nombre del PP de Casado las fallidas intentonas de desbloquear la renovación del CGPJ.

Pero antes tuvo una dilatada y exitosa carrera judicial que le llevó, en el último tramo, hasta la cúspide de la Audiencia Nacional, concretamente a la por entonces recién creada Sala de Apelaciones del tribunal especializado. En 2001, el PP de José María Aznar, otra vez gracias a su mayoría absoluta, le eligió vocal del CGPJ. En el órgano de gobierno de los jueces fue designado portavoz y se convirtió en uno de los azotes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y de sus avances sociales, con airadas declaraciones oficiales como representante del Poder Judicial contra el matrimonio igualitario, el Estatut de Catalunya, contra la ley de Violencia de Género o la de Memoria Histórica.

Tras abandonar el CGPJ en 2008 siguió su ascenso. Dos años después, todas las comunidades autónomas gobernadas por el PP lo avalaron como candidato al Tribunal Constitucional. Siete años llevaba el PP intentando situar a Enrique López en el tribunal que interpreta la norma fundamental con la oposición del PSOE, que consideraba que no cumplía con los requisitos establecidos. Finalmente, Enrique López se incorporó al tribunal que interpreta la norma fundamental y si las leyes de los distintos gobiernos se ajustan a la misma. Pero el magistrado tuvo que dimitir en 2014 por circular en moto con el triple de la tasa de alcohol permitida.

El caso de Enrique López es paradigmático. Tras su breve paso por el Constitucional volvió a su plaza en la Audiencia Nacional, pero sus propios compañeros le apartaron de los tribunales que juzgarían los casos de corrupción del PP por incumplir el precepto de “apariencia de imparcialidad”. En 2019, Ayuso lo incorporó a su Gobierno. En una entrevista que concedió a La Razón en 2021 dijo: “El PP tiene el apoyo de la mayoría de la carrera judicial”. En la misma línea, hace solo unos días, el nuevo presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, aseguró a El País: “Los juristas somos casi todos conservadores”.

Hay otros casos anteriores, como la ministra de Justicia del primer Gobierno de Aznar, Margarita Mariscal de Gante, quien llegó al Consejo de Ministros tras convertirse en la primera mujer elegida como vocal del CGPJ, en 1990 y a propuesta del PP. Mariscal de Gante fue diputada del PP por Albacete entre 2000 y 2004. Después fue designada, también a propuesta del PP, para el Tribunal de Cuentas, donde fiscaliza las finanzas de todos los partidos, incluido el PP. O José Merino Jiménez, quien pasó de director general de Relaciones con la Administración de Justicia de la Comunidad de Madrid presidida por Alberto Ruiz-Gallardón a ser elegido vocal del CGPJ a propuesta del PP, durante la mayoría absoluta de Aznar.

El PP considera al Gobierno “abusivo”

Con esta mochila a cuestas, el PP de Feijóo ha hecho de la independencia judicial el parapeto para no acceder a renovar el CGPJ, cuyo mandato va camino de los cuatro años caducado. Un bloqueo que inició el PP de Casado (a cuya dirección pertenecía Enrique López) y que se ha extendido al Tribunal Constitucional, que tiene cuatro vacantes desde el pasado mes de junio.

El sector conservador del Poder Judicial ha decidido boicotear los nombramientos que le corresponden por orden de la Constitución de 1978. Y, sin esas designaciones, el Gobierno no puede acometer las suyas, pues van de la mano según la norma fundamental del Estado.

El proceso conduciría a la natural alternancia que se da en los altos órganos constitucionales y que, según quisieron quienes redactaron la ley fundamental y quienes la ratificaron en referéndum, debe responder en cierta medida a la representación popular en las Cortes Generales y el Gobierno. Así ha sido hasta ahora con el bloque conservador, que incluso ha llevado su control mucho más allá de lo establecido legalmente.

Pero esto al PP le parece “abusivo”. Así lo ha dejado escrito el vicesecretario de Política Institucional, Esteban González Pons, uno de los dirigentes que más influencia ejerce sobre Feijóo, en una carta remitida este jueves a su contraparte en el Gobierno, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

Pons personaliza la estrategia de bloqueo del Poder Judicial, heredada de Casado y aumentada por la nueva dirección. Él ha dado por rotas las negociaciones, las ha recuperado o ha justificado las negativas de su partido a cumplir el mandato constitucional. Es el mascarón del PP en su supuesta travesía hacia la independencia judicial. El mismo González Pons que ejercía de vicesecretario de Estudios y Programas del partido cuando, en 2013, Rajoy usó su mayoría absoluta para reducir las mayorías necesarias para renovar el CGPJ sin la oposición. Como diputado, votó a favor de la reforma.

En la misiva, Pons (en nombre de Feijóo) reitera las condiciones del PP para acceder a cumplir la Constitución y la ley. Unos requisitos que van más allá del propio CGPJ y atañen, por ejemplo, a las “puertas giratorias” entre la política y la Justicia. O a la Fiscalía General del Estado. A las oposiciones para acceder a la judicatura (preparadores que cobran en B y clasismo mediantes), pero para que no se modifiquen en este caso. O a eliminar el papel de los parlamentos autonómicos en la designación de magistrados de los tribunales superiores de justicia regionales.

Una colección de requisitos que en el PP consideran “de mínimos” y que siempre han considerado un todo que el Gobierno debe aceptar como condición previa de que Feijóo y los suyos se sienten a negociar. Un intento de convertir sus 88 diputados en una mayoría suficiente para cambiar leyes que los otros partidos no desean modificar.

El PP no ha dudado incluso de utilizar a las instituciones europeas en su cruzada y, aunque desde la Comisión Europea sí se “recomienda” a España que transite hacia un CGPJ más independiente de los partidos, la última vez que se pronunció fue clara: primero, renovación del Poder Judicial; y luego, debatir la reforma. Con todo, en su última ofensiva después de que Carlos Lesmes haya amenazado con dimitir al frente del gobierno de los jueces, Pons ha remitido sendas cartas a la vicepresidenta europea encargada de Valores y Transparencia, la checa Vera Jourová, y al comisario de Justicia, el belga Didier Reynders.

Menos de 10 años después de modificar la ley para dejar sin maniobra a la oposición y nombrar un CGPJ afín declarado en rebeldía, el PP ha descubierto con escándalo, como Renault en el Rick’s Cafe, que “aquí se juega”, es decir, la connivencia entre políticos y altos cargos judiciales. En la película antinazi rodada en 1942, el jefe de la policía clausura el local de juego mientras recibe su parte de las ganancias. Una metáfora que se acomoda como un guante a la situación de la justicia española 80 años después.

Oncólogos alertan de que la polución genera cáncer de pulmón en no fumadores

Un estudio revela que las partículas que se encuentran en los tubos de escape de los vehículos y el humo de los combustibles fósiles promueven cambios cancerosos. 

10/09/2022. Vista del cielo contaminado de Madrid, a 11 de febrero de 2022.
Vista del cielo contaminado de Madrid, a 11 de febrero de 2022.  Jesús Hellín / EUROPA PRESS

La contaminación del aire y las partículas vinculadas al cambio climático favorecen la aparición de cáncer de pulmón en personas no fumadoras, según una investigación presentada este sábado en el congreso que la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) celebra en París.

El estudio, elaborado por científicos del Francis Crick Institute and University College London, revela que las partículas que se encuentran en los tubos de escape de los vehículos y el humo de los combustibles fósiles promueven cambios cancerosos en las células de las vías respiratorias y generan más casos de cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC por sus siglas en inglés) entre la población que nunca ha fumado.

El estudio, según el oncólogo y coordinador de la investigación Charles Swanton, constata la presencia del gen EGFR mutado en, al menos, la mitad de personas con cáncer de pulmón que no han fumado en toda su vida. Y es que las células con mutaciones en los genes EFGR y KRAS pueden volverse cancerosas cuando se exponen a contaminantes del aire.

La investigación realizada sobre una muestra de medio millón de personas residentes en Inglaterra, Corea del Sur y Taiwán revela que la exposición a concentraciones crecientes de partículas suspendidas en el aire (PM2.5) está vinculado a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. De hecho, demuestra que las partículas contaminantes promovieron cambios rápidos en las células de las vías respiratorias que tenían mutaciones en EGFR y en el gen KRAS, también relacionado con el cáncer de pulmón.

Swanton, coordinador del estudio, reconoce que el riesgo de cáncer de pulmón por la polución es más bajo que el que se desarrolla por consumo de tabaco pero recuerda que, a nivel mundial, más personas están expuestas a niveles peligrosos de contaminación del aire que a las sustancias químicas tóxicas que provoca un cigarrillo. Y es que, dice, «no tenemos control sobre lo que respiramos pero sí hay una capacidad de decisión sobre el hábito de fumar».

Swanton: «No tenemos control sobre lo que respiramos pero sí hay una capacidad de decisión sobre el hábito de fumar»

La investigación también corrobora que la contaminación del aire influye en la liberación de una proteína (interleucina), que impulsa la expansión de las células con mutaciones de EGFR. El estudio hace referencia a ensayos previos en los que personas tratadas con anticuerpos anti-interleucina inhiben significativamente la incidencia del cáncer.

Sobre las mutaciones y el desarrollo de tumores, la investigación subraya que las mutaciones en genes EGFR y KRAS también están presentes en tejido pulmonar normal (entre un 18 y 30%) y son probablemente una consecuencia del envejecimiento. Sin embargo, cuando estas mutaciones son expuestas a la polución se observan más cánceres que cuando las células no lo están, lo que sugiere que la contaminación ambiental promueve el inicio del cáncer en las células que albergan mutaciones del gen conductor.

Para los autores del estudio, el siguiente paso será descubrir por qué algunas células con mutaciones se vuelven cancerígenas cuando están expuestas a contaminantes, mientras que otras no. Y de cara al futuro, los investigadores plantean trabajar en la detección precoz y lesiones precancerosas e intentar revertirlas con medicamentos. Concluye el trabajo que dado que el consumo de combustibles fósiles va de la mano de la polución y de las emisiones de carbono, los profesionales de la oncología tienen el deber de parar la situación tanto por razones ambientales como de salu.

Atentado contra Cristina Kirchner: de la violencia mediática a la física | Inna Afinogenova

La libertad de difamar envuelta en el manto de la libertad de expresión y practicada durante años, si no décadas, hizo posible que un día alguien decidiera que no era tan mala idea restregarle una pistola en la cara a la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. La reacción de muchos medios y distintos voceros políticos al atentado merece un capítulo aparte en esta crónica de violencia mediática que se ha asumido como periodismo crítico. ¡Bienvenido al CANAL de Youtube de Público! Periodismo, investigación y compromiso para construir un mundo más igualitario.