Los contratos de la Xunta de Feijóo indican que Eulen manejó información privilegiada en varias adjudicaciones

Las empresas del grupo que dirige en Galicia la hermana del todavía presidente de Galicia ganaron varios concursos ofertando el mismo precio que el de la licitación en procedimientos en los que en teoría no podían saber que no tenían competidores que pujaran más bajo

30/3/22 Alberto Núñez Feijóo, este miércoles en un acto con militantes del PP en Logroño Alberto Núñez Feijóo, este miércoles en un acto con militantes del PP en Logroño. — Eduardo Sanz / EUROPA PRESS

El análisis de los cerca de 140 expedientes de contratación que ha firmado la Xunta con las empresas del Grupo Eulen desde que Feijóo es presidente de Galicia apuntan a que éstas contaban con información privilegiada en numerosos procedimientos de adjudicación, que acabaron ganando frente a sus competidoras.

Eulen está dirigida en la comunidad por Micaela Núñez Feijóo, hermana del candidato a presidir el Partidio Popular. Desde que Feijóo accedió al poder en Galicia, se multiplicaron las adjudicaciones a las sociedades del grupo por parte de fundaciones, empresas públicas y otras entidades instrumentales dependientes de la Administración gallega.

El estudio pormenorizado de los procedimientos también apunta a que Eulen obtuvo trato de favor, tanto es así que, con el paso del tiempo, en algunos concursos se ha convertido en la única empresa que concurre a las adjudicaciones. En otros, éstas coinciden con ceses y nombramientos a dedo en las administraciones que los convocan. Y en otros, la Xunta no facilita toda la documentación completa relativa a los procedimientos que está obligada por ley a ofrecer en su plataforma de contratación pública.

Uno de los casos más llamativos es el del contrato que en el 2019 adjudicó a Eulen Servicios Sociosanitarios el Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar, para la gestión de varios centros de día de atención a mayores y dependientes en la comarca de Ferrol.

En la anterior adjudicación, en el 2014, Eulen se había llevado el concurso pese a no tener la mejor oferta económica gracias a la valoración subjetiva de su propuesta técnica. Entonces se habían presentado cinco empresas y en esta ocasión sólo lo hicieron tres. El precio de licitación -el máximo que la Administración ofrece a pagar por un bien o servicio- se elevó a 2,025 millones de euros, y la empresa de Micaela Núñez presentó una oferta de 2.023.950,24 euros.

Expresamos la cantidad íntegra, céntimos incluidos, porque es exactamente igual a la propuesta económica de una de sus competidoras, que también oferta, insistimos, 2.023.950,24 euros. La tercera empresa, con una propuesta más barata (1.968.688,80 euros) no se llevó el contrato, que sí ganó Eulen gracias a la valoración subjetiva de su propuesta técnica.

¿Es normal que dos empresas liciten exactamente la misma cifra, céntimos incluidos, sólo un 0,6% por debajo del precio de licitación en un contrato de más de dos millones de euros?

«No, no es normal en absoluto», asegura Eva Belmonte, codirectora de Civio, una fundación dedicada a la investigación periodística sobre transparencia y contratación pública. «No estamos hablando de cifras redondas, lo que hace que sea bastante sospechoso. Habría que ver cómo han calculado sus costes y qué desglose hacen para ver de dónde sale esa cifra, eso sí. Pero que coincidan en cifras tan precisas llama mucho la atención. Yo no suelo encontrarme algo así”, añade la experta.

Eulen, que trabaja en Galicia a través de varias sociedades, suele ofrecer precios muy competitivos y bastante por debajo del precio de licitación. Por eso llama la atención que eleve su oferta justo en los concursos en los que no tiene competidores. En teoría no puede ni debería saberlo hasta el momento en que la Administración da a conocer las ofertas e inicia la valoración de las mismas. Pero en varios procedimientos, todo parece indicar que sí lo sabía.

Es el caso del contrato que obtuvo en el 2018 de la Fundación Deporte Galego, dependiente de la Secretaria Xeral para el Deporte y adscrita directamente a la presidencia de la Xunta, es decir bajo el mando directo de Feijóo. La Fundación llevaba desde el año 2010 adjudicando sistemáticamente a Eulen los contratos de gestión estival del complejo deportivo de Monterrei, con instalaciones y pistas de atletismo, pádel y tenis en el municipio de Pereiro de Aguiar, a escasos kilómetros de la ciudad de Ourense.

En los años anteriores, Eulen se llevó todos los contratos con ofertas entre un 6% y un 8% por debajo del precio de licitación. Pero en el año 2018, justo el único en el que no tiene competidores, hizo una oferta de 72.983,57 euros, sólo 43 céntimos de euro por debajo del precio de licitación. Es decir, un 0,0005% menos.

«Una rebaja tan mínima, si no hay competidores y si en otros años se han hecho ofertas mucho más bajas habiendo competidores, es, como mínimo, sospechosa», afirma Eva Belmonte. «Sería una bandera roja, algo que llama la atención y que, por ejemplo, cuando investigamos contratación en Civio, nos alertaría para ir más allá en ese contrato e intentar entender qué ha pasado».

«Eso no significa que sea ilegal o que tuviera información privilegiada necesariamente», advierte la experta. «Puede haber otros factores: aumento de costes, mejoras en la oferta técnica…».

Hay más fundaciones de la Xunta que dan adjudicaciones a Eulen en condiciones parecidas. La Fundación Semana Verde de Galicia, que gestiona el recinto ferial de Silleda (Pontevedra) y que nunca había contratado con Eulen hasta la llegada de Feijóo, al menos según la información pública de la plataforma de contratos del Gobierno gallego, empezó a adjudicar a las empresa del grupo de su hermana la limpieza de oficinas, la seguridad del recinto y la recogida de residuos tras las ferias.

Eulen ganó una decena de contratos para esos tres servicios sólo entre el 2009 y el 2015, con ofertas sensiblemente por debajo del presupuesto licitado que, aunque no siempre eran mejores que las de su competencia, le permitieron hacerse con ellos gracias a las valoraciones subjetivas. En el caso de la limpieza de oficinas, se los llevó sucesivamente en tres ocasiones ofertando un 12,5%, un 14,5% y un 8,8% menos que el precio de licitación. Justo en el concurso para el 2013, cuando sus competidores parecen haber advertido que es imposible hacerse con él y renuncian a concursar, Eulen puja sólo 48,50 euros por debajo del precio de licitación. Apenas un 0,16% menos.

Esa forma de actuar se repite en otras fundaciones, como la que gestiona la Cidade da Cultura, el macrocomplejo cultural del monte Gaiás, en Santiago. Entre el 2014 y el 2018, la Fundación Cidade da Cultura adjudicó a Eulen contratos para su servicio de atención e información al público con pujas un 7,4% (2014), un 10,36% (2016) y un 11,16% (2018) por debajo del precio de licitación. En el concurso del 2019 para el servicio de apoyo técnico y mantenimiento para actividades y eventos institucionales, al que ya sólo se presenta Eulen, la puja está sólo un 4,3% por debajo del presupuesto, con un valor estimado sin IVA de más de 215.000 euros.

En algunos procedimientos, ni siquiera es fácil saber si Eulen cuenta o no con competencia, porque la Xunta no cumple con la obligación legal de proporcionar toda la documentación sobre ellos.

En el año 2012, por ejemplo, se hizo con dos contratos por valor de 100.300 euros para el servicio de atención al consumidor del Instituto Galego de Consumo (IGC) en A Coruña (70.800 euros) y Pontevedra (29.500 euros). El precio que ofertó para el primero es idéntico al de licitación, y el de Pontevedra, sólo 697 euros menos. En ambos expedientes sólo figura un único documento, la resolución final que asegura que el IGC ha invitado a otras empresas a participar, pero sin información alguna sobre cuáles son, ni sobre sus ofertas ni las valoraciones sobre las mismas.

En otras ocasiones es fácil deducir que la competencia de Eulen ha acabado por entender que es inútil concursar para determinados contratos y acaba desistiendo de participar.

La Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama), empresa pública mixta gestora de la recogida y tratamiento de residuos en la comunidad, ha adjudicado a las empresas del grupo contratos plurianuales que suman más de 3,5 millones de euros desde el 2011, encargándole sus servicios de enfermería y cuidado y mantenimiento de jardines en adjudicaciones con irregularidades como que no aparezcan en el expediente las justificaciones a una oferta considerada como anormal o desproporcionadamente baja.

Al concurso para la enfermería de Sogama se presentaron seis empresas en el 2011 y cinco en el 2014, pero al del 2019 sólo concurrió Eulen. En el caso de la jardinería, en el 2012 fueron dieciséis las empresas que optaron al contrato, que Eulen se llevó pese a que los técnicos declararon que su oferta era un baja desproporcionada. Al del 2016 concurrieron nueve competidoras, y al del 2020, sólo tres, dos de las cuales fueron excluidas por defectos técnicos.

Algo similar ocurrió con la gestión de los centros de día del Consorcio Galego de Servicios de Igualdade e Benestar en la provincia de Lugo, en un concurso similar al citado más arriba sobre los centros de la comarca de Ferrol.

Al concurso de Lugo, por 1,44 millones de euros, se presentaron cinco empresas y lo ganó Eulen con la cuarta peor oferta económica. Al del 2019 ya sólo concurrieron dos: Eulen y, curiosamente, la misma empresa que ofertó la misma cifra que ella, céntimos incluidos, para el sospechoso contrato de los centros para mayores y dependientes de Ferrol y su comarca. El concurso para lo de Lugo en el 2019 también lo ganó la empresa que dirige en Galicia la hermana de Feijóo.

El Partido Popular rechazó este miércoles en el Parlamento de Galicia una propuesta del Bloque Nacionalista Galego para solicitar al Consello de Contas de Galicia que investigue las adjudicaciones de la Xunta a Eulen desde el 2009, propuesta que sí contó con el apoyo del PSOE.

Público ha pedido a Eulen y a la Presidencia de la Xunta su valoración sobre el aumento de los contratos de la Administración gallega con Eulen y el hecho de que en muchos procedimientos existan sospechas de trato de favor e información privilegiada. Eulen ha declinado hacer valoraciones, y la Xunta ni siquiera ha contestado a la solicitud de este diario.

Candidatos presidenciales de Colombia acuden a su primer debate

En Colombia, 5 de los 8 candidatos presidenciales, se enfrentaron en un debate, de cara a los comicios de mayo para presentar sus iniciativas.

Luego de los resultados en las pasadas consultas partidistas, el tablero del ajedrez de la contienda electoral en Colombia, ya está armado. Los candidatos presidenciales ya empiezan a mover las fichas electorales. En un debate presidencial, organizado por la universidad Externado, los aspirantes trataron de exponer sus ideas ante los académicos.

Participaron Íngrid Betancourt del partido Verde Oxígeno; Enrique Gómez del Movimiento de Salvación Nacional; Gustavo Petro del Pacto Histórico; Luis Pérez del movimiento Piensa en Grande y John Milton Rodríguez de Colombia Justa Libres. Los grandes ausentes fueron: Federico Gutiérrez, Sergio Fajardo y Rodolfo Hernández.

Sobre, el asesinato de líderes sociales, Gustavo Petro, así expuso sus iniciativas.

Para Íngrid Betancourt, la equidad de género es una prioridad.

Por su parte, Luis Pérez, afirmó que apostará por los jóvenes.

Y a su vez, John Milton Rodríguez abogó por una Colombia en paz.

Todos los participantes afirmaron que están a favor de restablecer las relaciones con Venezuela. En cuanto a la reanudación de diálogos con el ejército de Liberación Nacional, solo Gómez se opuso a la iniciativa.

Venezuela amplía operaciones aéreas para enfrentar bloqueo de EEUU

En Venezuela se avanza en la interconexión aérea con Asia y Europa, para enfrentar el bloqueo de los Estados Unidos.

Los colores blanco y naranja, de los aviones de Conviasa, la línea aérea estatal venezolana creada por Hugo Chávez hace 18 años, son cada vez más vistos en regiones lejanas. Ya llegan a Moscú, en Rusia, y a Teherán, en la República Islámica de Irán, en operaciones que no se detienen y, por el contrario, tienden a crecer, a pesar de las sanciones directas de los Estados Unidos contra los aviones de la empresa.

Una contraofensiva que se traduce en la ampliación de instalaciones en el aeropuerto que sirve a la ciudad de Caracas y en otros del país, especialmente en los destinos turísticos.

Conviasa se prepara para recibir más aviones como estos, de largo alcance, para crear un puente entre Rusia, Irán y Caracas.

La expansión de los vuelos trasatlánticos de la línea aérea de bandera venezolana convertirán a este aeropuerto Simón Bolívar también en un centro de conexiones desde Rusia y desde Irán para vencer el bloqueo impuesto por los Estados Unidos.

Marcos Salgado, Maiquetía.

Los expedientes de los contratos de la Xunta con Eulen apuntan a que la empresa de la hermana de Feijóo tuvo trato de favor

El grupo para el que trabaja Micaela Núñez Feijóo se hizo con adjudicaciones en las que no era la mejor oferta económica, incluso siendo la más cara; ganando por exclusión de sus competidoras o presentando ofertas calificadas de «temerarias»

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, posa junto a su hermana Micaela (izquierda), su pareja, Eva Cárdenas, y su madre Sira, tras la toma de posesión como presidente de la Xunta en septiembre del 2016. — Lavandeira Jr / EFE

Los expediente de adjudicación de decenas de contratos de la administración gallega con el Grupo Eulen apuntan a que la compañía tuvo trato de favor con respecto a sus competidores en numerosos procedimientos. La directora del grupo para el Noroeste de España es Micaela Núñez Feijóo, hermana menor del presidente de la Xunta.

Las sociedades del Grupo Eulen multiplicaron los contratos con la Xunta desde que Feijóo llegó al Gobierno en el 2009. Desde entonces hasta finales del 2021 recibió adjudicaciones por valor de 37 millones de euros, casi 3 millones al año. Es decir, el triple de la media de lo que contrataba con el Ejecutivo bipartito PSOE-BNG de Emilio Pérez Touriño entre el 2005 y el 2009.

Micaela Núñez Feijóo, que fue delegada del grupo en Pontevedra y Vigo y directora regional para Galicia, fue ascendida a directora para el Noroeste en el 2016, justo al año siguiente de que la empresa obtuviera su récord de adjudicaciones de las consellerías, fundaciones, empresas públicas y el resto de entidades instrumentales dependientes de la administración que preside su hermano: más de 6,2 millones ese año.

Del análisis de los cerca de 140 contratos adjudicados por la Xunta a las filiales del grupo desde el 2009 que figuran en la plataforma de Contratos Públicos de Galicia, se puede deducir que obtuvo trato de favor en muchos de ellos.

Eulen se lleva adjudicaciones en las que no era la mejor oferta económica, incluso siendo la más cara en algunas; ganando procedimientos por exclusión de sus competidoras sin que aparezcan explicaciones en el expediente o incluso cuando presenta una oferta considerada como temeraria, es decir anormalmente baja y que podría poner en riesgo la correcta prestación del servicio o basarse en salarios desproporcionadamente bajos del personal de la empresa contratista.

Público ha preguntado a Eulen y a la Presidencia de la Xunta sobre su valoración de esos hechos, pero no ha obtenido respuesta de ninguna de las dos.

El contrato más cuantioso adjudicado hasta la fecha por la Xunta al Grupo Eulen se refiere a los servicios de vigilancia y seguridad de cinco hospitales y veinticinco centros de salud del área sanitaria de A Coruña. El precio de licitación asignado por el Servicio Galego de Saúde (Sergas) fue de 4,7 millones, IVA incluido, para un período de dos años.

Según las condiciones del concurso, sumando la prórroga de otros dos años y posibles modificaciones, el valor estimado del contrato se elevó a más de 10,5 millones (sin incluir el IVA, porque así lo exige la legislación al no poder ponderar el tipo aplicable a los servicios o bienes que podría añadirse o modificarse).

Eulen Seguridad se llevó ese contrato por 9,7 millones (4,38 millones más prórrogas y otros 940.00 euros de colchón para modificaciones del servicio). No era ni la mejor oferta económica ni tenía la mejor propuesta técnica, pero ganó frente a otras tres empresas (Vigilancia Integrada, Prosegur y Securitas) sin que conste en el expediente la explicación que motivó que la suya fuera considerada la oferta más ventajosa.

Que una empresa gane un concurso a los puntos, es decir por la valoración de su oferta técnica, sin ser la propuesta más barata no es infrecuente. Pero en este caso llama también la atención que la vigilancia de los treinta centros sanitarios coruñeses no fuera dividida en lotes, lo habitual y recomendado por la legislación para las grandes licitaciones.

Cuando un gran contrato no se divide suele ser «una mala práctica y hay que justificar por qué se hace así», sostiene Eva Belmonte, experta en contratación pública y codirectora de Civio, una fundación sin ánimo de lucro dedicada a la investigación y análisis periodístico y al fomento de la transparencia en la actuación de los poderes públicos.

Belmonte recuerda que la ley española establece que si una licitación de este tipo no es dividida en lotes, la Administración tiene la obligación de justificarlo. En el caso de los treinta centros de salud del área de A Coruña, el expediente de contratación del Sergas no ofrece ninguna explicación.

Lo más llamativo es que sólo unos meses antes, el Sergas sí había dividido el mismo concurso para los hospitales y centros del área sanitaria de Vigo, por una cuantía similar. En esa ocasión Eulen sólo se llevó ocho de los treinta lotes. Fueron 438.000 euros, un 10% de lo que obtuvo en A Coruña. Tras el concurso del área de Vigo, la gerente del Sergas dimitió aludiendo razones personales, y el gerente del área sanitaria viguesa fue cesado poco después.

Desde entonces, el Sergas licita la vigilancia y seguridad de sus centros sin dividir los procedimientos en lotes. En el 2015, Eulen Seguridad se lleva el contrato del área sanitaria de O Barbanza, al sur de A Coruña; y en el 2017, el 2019 y el 2021, los del área de Pontevedra. Suman otros 5,15 millones, y en ninguno la oferta de Eulen era la más barata. De hecho, en el último era la más cara.

En las adjudicaciones públicas se valoran tanto la cuantía económica como otras condiciones técnicas que la mesa de contratación, formada por varias personas autorizadas, puntúa tras valorarlas subjetivamente o mediante juicios de valor, que la Administración está obligada a exponer y hacer públicos.

¿Es normal y frecuente que la oferta más onerosa gane sistemáticamente varios concursos gracias a esos juicios de valor? «Depende de lo importante que sean los criterios subjetivos para ese contrato en concreto, responde Belmonte. «Si está justificado que tengan ese peso, y es la mejor oferta técnicamente, sí es normal. No es muy frecuente, eso sí, porque las administraciones públicas tienden a centrarlo casi todo o todo en el precio«, afirma la experta, quien, sin embargo, recuerda que eso no tiene «por qué ser bueno per se«. «Imagine un contrato de compra de prótesis en los que tiran todo a precio: igual acabamos implantando materiales de mala calidad».

Los contratos de Eulen no eran para material sanitario, medicamentos o tecnología sanitaria, sino para contratar tareas de vigilancia y seguridad.

Desde que Feijóo es presidente, Eulen ha ganado muchos otros grandes concursos de la Xunta que no se dividen en lotes y en los que no es la mejor oferta económica. También en ámbitos que no tienen que ver con la seguridad.

En el 2014, Eulen Servicios Sociosanitarios obtuvo del Consorcio Galego de Serivicios de Igualdade e Benestar 2,7 millones en dos contratos para la gestión de cuatro centros de día de personas dependientes en la comarca de Ferrolterra y otros cuatro en municipios del interior de la provincia de Lugo.

Al primero se presentaron ocho empresas, y al segundo, cinco. Las propuestas de Eulen quedaron en quinto y cuarto lugar, respectivamente, en la valoración económica. Pero se llevaron los contratos a los puntos porque el Consorcio, en su resolución de adjudicación, consideró que la oferta de Eulen era la que mejor «comprende y planifica» el servicio.

Los expedientes, sin embargo, no explican por qué se valoró más esa característica que las de otras empresas con ofertas más baratas que la mesa de contratación también alabó como más que apropiadas, porque habían presentado «un proyecto exhaustivo» o mejoras como un plan sanitario o un programa de individual de acogimiento para los usuarios, personas mayores y dependientes.

Hay decenas de ejemplos más de adjudicaciones de la Xunta a las empresas del Grupo Eulen en los que sus ofertas no son las más ventajosas, y que ganan gracias a mejores puntuaciones en los criterios valorados subjetivamente. En muchas ocasiones sin que se justifiquen o con explicaciones someras e insuficientes.

En el 2013, el 2018 y el 2019, la Corporación Radio e Televisión de Galicia adjudicó a Eulen Seguridad tres contratos consecutivos para la vigilancia de sus instalaciones en Santiago por un valor estimado total de más de 3,68 millones de euros.

Los dos primeros sin ser la oferta económica más ventajosa, y, de hecho, siendo la más cara en el segundo en varios criterios en el cálculo del coste por hora de cada vigilante. Del tercer contrato es imposible saberlo, porque en el expediente no aparece información alguna sobre el resto de concursantes, si los hubo, ni quiénes eran, ni cuáles fueron sus ofertas, ni las puntuaciones y valoraciones que en su caso hubieran obtenido.

Otro ejemplo es la Fundación Semana Verde de Galicia, la entidad que gestiona el recinto ferial de Silleda (Pontevedra) en el que se celebran las grandes ferias agroganaderas de la comunidad. Hasta la llegada de Feijóo a la Xunta nunca había contratado con Eulen, al menos según la documentación que consta en la plataforma Contratos Públicos de Galicia. Desde entonces y hasta el 2012 le adjudicó tres para vigilancia y seguridad por un valor estimado de alrededor de 771.300 euros. En ninguno de ellos la oferta de Eulen era la más barata, pero los ganó gracias a la valoración subjetiva de los criterios técnicos.

Augas de Galicia, la administración hidráulica de la comunidad autónoma, licitó en el año 2014 el acondicionamiento y limpieza del río Rodeiro por cerca de 300.000 euros. Se presentaron veintidós empresas y Eulen, que ocupaba el puesto once en el ranking de ofertas económicas, obtuvo la adjudicación.

Al poco de la llegada de Feijóo a la Presidencia de la Xunta, en el 2009, Augas de Galicia licitó en dos contratos el acondicionamiento y mantenimiento de las zonas de dominio público de las cuencas de los ríos bajo su competencia, en el norte y el sur de la comunidad.

Al primero, para los ríos del norte y por un precio de 474.900 euros, se presentaron diez empresas. Había cuatro ofertas más ventajosas que las de Eulen, pero las cuatro se eliminaron por baja desproporcionada no justificada.

Al contrato de la cuencas del sur, por 472.500 euros, se presentaron otros diez licitadores, pero Eulen se lo llevó a pesar de que era la quinta en el listado económico. Los criterios de baja desproporcionada eran diferentes a los del contrato anterior y no le afectaron, de forma que pudo hacerse con la adjudicación de nuevo gracias a los criterios técnicos.

Eva Belmonte explica que las leyes españolas permiten que cada procedimiento de contratación establezca «cuál es su criterio para definir una oferta anormalmente baja, o más comúnmente baja temeraria» y que establecen que «si los pliegos no lo especifican y el único criterio es el precio, es anormal que hagas un descuento de más del 25% si te presentas solo, o de más del 20% con respecto a otro competidor, si pujan dos, por ejemplo».

Eulen ha obtenido otros contratos cuantiosos a pesar de que sus ofertas fueron declaradas como baja temeraria por las respectivas mesas de contratación. Le sucedió en el 2011, cuando la Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama), que gestiona la recogida y tratamiento de residuos en la mayoría de los municipios de Galicia, le adjudicó su servicio de enfermería por 781.500 euros más IVA a pesar de que su oferta fue declarada anormalmente baja.

La resolución de Sogama se limita a señalar que «analizadas por los técnicos las justificaciones recibidas, se estima que la oferta puede ser cumplida», sin que aparezcan en el expediente las justificaciones expuestas por la empresa.

«Es muy, muy habitual que se acepten las bajas temerarias, y eso es un problema muy importante de la contratación. Porque si una empresa gana un contrato porque dice que lo hace por ‘equis’ y acaba costando mucho más, los tan habituales sobrecostes, al final no le has dado el contrato a la mejor oferta. Esto pasa muchísimo», apunta Eva Belmonte.

La experta también explica que las justificaciones a las bajas temerarias «casi siempre» se aceptan, y aunque admite que «casi ninguna administración está publicando» los informes que deben justificarlas, «la ley de contratos es clara» al respecto: «Deben publicar todos los documentos del proceso, con las excepciones claras y concretas de defensa de intereses superiores. Pero incluso aunque se tachara algún dato por secreto comercial, que me da que no van a ser la mayoría, se deberían publicar estas justificaciones siempre».

Sogama no lo hizo con las de Eulen en el contrato de su servicio de enfermería en el 2011, y tampoco un año después, en el 2012, cuando adjudicó el cuidado y mantenimiento de la jardinería de sus instalaciones en Cerceda (A Coruña) a la empresa que dirige en Galicia y el noroeste la hermana de Feijóo. Fueron 800.929 euros más IVA (400.464 euros por dos años más otros dos de prórroga). Al concurso se presentaron dieciséis empresas y la oferta de Eulen fue declarada temeraria. Pero ni en la resolución ni en el resto del expediente aparece justificación alguna sobre la subsanación de ese impedimento.

El Consejo de Ministros aprueba el nuevo escudo social: estas son las principales medidas

El plan del Gobierno para amortiguar el impacto de la crisis contempla movilizar 16.000 millones de euros. Se prevé la extensión a 600.000 familias más del bono social eléctrico, hasta llegar a los 1,9 millones de hogares.

El Consejo de Ministros aprueba el nuevo escudo social: estas son las principales medidas El plan del Gobierno para amortiguar el impacto de la crisis contempla movilizar 16.000 millones de euros. Se prevé la extensión a 600.000 familias más del bono social eléctrico, hasta llegar a los 1,9 millones de hogares. Pedro Sánchez El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. — I.Infantes / POOL / EUROPA PRESS

El denominado Plan de Choque de Respuesta a la Guerra impulsado por el Gobierno ha llegado este martes al Consejo de Ministros. Este «escudo social» se compone de un conjunto de medidas que servirán para proteger a los sectores más afectados, así como repartir de forma justa los efectos de la guerra y preservar al máximo la senda de crecimiento y creación de empleo ya iniciada.

El plan del Ejecutivo para amortiguar el impacto de la crisis sobre las familias y las empresas contempla movilizar 16.000 millones de euros, de los cuales 6.000 millones de euros serán en concepto de ayudas directas y rebajas de impuestos, mientras que los restantes 10.000 millones se materializarán en créditos ICO.

El plan se compone de distintos ejes. En uno de ellos, enfocado en «medidas para ayudar a las familias, trabajadores, personas desplazadas y ayuda humanitaria», se prevé la «bonificación mínima de 20 céntimos en cada litro de combustible hasta el 30 de junio para todos los ciudadanos» y la «protección del empleo, evitando el despido». En esa línea, las empresas podrán «acudir a medidas de flexibilidad interna, como los ERTES».

Las revisiones de los alquileres durante los próximos tres meses tendrán un límite del 2%, mientras que la cuantía del ingreso mínimo vital aumentará un 15% durante tres meses. Asimismo, se prevé la extensión a 600.000 familias más del bono social eléctrico, hasta llegar a los 1,9 millones de hogares.

Las medidas sociales incluyen también un prórroga hasta el 30 de junio de la rebaja impositiva en la factura de la luz: del tipo del IVA al 10% para los pequeños consumidores, el impuesto especial a la electricidad al 0,5%, así como la suspensión del impuesto a la generación eléctrica.

Hay un paquete de ayudas de 362 millones de euros para la agricultura y la ganadería

El apoyo al tejido económico y empresarial se materializará con la nueva línea de avales de créditos ICO por 10.000 millones de euros para «cubrir necesidades de liquidez provocadas por el aumento temporal del coste de la energía y los combustibles» o un paquete de ayudas de 362 millones de euros «para el sector de la agricultura y la ganadería», mientras que habrá otro de unos 68 millones, para el pesquero.

La industria gran consumidora de energía será objeto de una ayuda de 500 millones de euros para «compensar los peajes en un 80%, alcanzar el máximo en la compensación del CO2 y reforzar las ayudas directas al sector».

Apoyo al transporte

En materia de transportes se contempla una inyección de más de 1.000 millones de euros. Este sector se beneficiará de la rebaja mínima de 20 céntimos por litro o kilo de combustible, mientras que habrá un «nuevo fondo de 450 millones de euros para ayudas directas a las empresas de transporte de mercancías y de pasajeros, en función del tipo de vehículo», entre otras.

Del mismo modo, el Gobierno asume el compromiso de «aprobar una ley que permita a los transportistas trabajar con un precio justo».

 

Las incógnitas por resolver sobre la «isla energética ibérica»: del precio máximo del gas a los intercambios con Europa

España y Portugal deben presentar una propuesta a Bruselas para bajar el precio de la energía. Por el momento los países pretenden fijar un precio límite máximo del gas, pero se desconoce la cifra.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al primer ministro de Portugal, Antonio Costa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al primer ministro de Portugal, Antonio Costa. — EFE/EPA/OLIVIER HOSLET MADRID28/03/2022 21:40 ACTUALIZADO: 29/03/2022 07:41

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha avanzado este lunes un plan de choque para afrontar la crisis derivada de la guerra en Ucrania que pasará por un incremento de la inversión social. El plan del Gobierno llega después de que Bruselas reconociera a España y Portugal como «isla» energética y les diera luz verde para avanzar una propuesta firme que desacople la escalada del precio del gas del precio de la luz. Se aplicarán, según ha anunciado el propio dirigente socialista, medidas excepcionales para conseguir abaratar los costes energéticos y, con ello, frenar la inflación.

El reconocimiento de la península ibérica como una isla energética es, a todas luces, un tanto a favor de España y Portugal, sin embargo, todavía existen algunas incógnitas a cerca de cómo se articulará el plan que saqué el gas del pool eléctrico –una medida que fue exigida por la ministra Teresa Ribera en 2021, antes de la guerra–. Por el momento, Sánchez sólo ha anunciado dos puntos que se presuponían: habrá un precio fijo máximo para el gas y el mecanismo para recortar los beneficios caídos del cielo del oligopolio energético se alargará hasta verano.

Por lo demás, todo son dudas. Unas dudas que, no en vano, van ligadas a las características propias de esta medida, pues no depende en exclusiva del Ejecutivo español sino que deberá haber un acuerdo con los vecinos lusos antes de mandar la propuesta a Bruselas. De esta forma, se desconoce todavía cuál será ese tope al precio del gas. Como en otros casos, el Gobierno de coalición debate en su seno interno la cuantía que oscilaría entre los 50 euros por MW/h y los 100 euros por MW/h.

Bruselas, además, pone ciertos límites. La línea roja es el mercado europeo, que no deberá quedar alterado por los planes ibéricos de regulación. Esto tiene que ver con la interconexión eléctrica con Francia, de modo que el Ejecutivo de Sánchez deberá trabajar para encontrar una propuesta que ofrezca garantías de que los galos no se benefician de la caída de precios en la ‘compra’ de electricidad generada en España. Fuentes del Ministerio para la Transición Energética explican a Público que se está trabajando en una doble casación de precios. Esto quiere decir, a grandes rasgos, que se establecerán dos precios diferentes: uno de mercado ibérico interno, con un tope al gas, y otro para los intercambios con Francia que se mantendrán de acuerdo a los valores de Europa.

Beneficios caídos del cielo

El mecanismo que recorta a las empresas energéticas españolas sus beneficios caídos del cielo –los cuales permiten a las compañías incluir en los recibos costes asociados a las emisiones de CO2 a pesar de haber producido energía con tecnologías no emisoras como la nuclear o las hidroeléctricas– seguirá activo hasta verano y habrá, según ha anunciado Sánchez este lunes, algunas modificaciones para adaptar la norma «a las directrices europeas». Se desconoce por el momento de qué calado serán los cambios.

Los sobrebeneficios del oligopolio energético enlazan con otras incógnitas que tienen que ver con la forma en la que el Gobierno afrontará el impacto del límite de precio del gas a las plantas que generan electricidad con gas. Algunos sectores del Ejecutivo han reclamado –el ala de Unidas Podemos– que los beneficios caídos del cielo se utilicen para sufragar los gastos de la intervención y para amortiguar la escalada de precios de la factura. Sin embargo, no hay detalles sobre ello.

En ese sentido, el Gobierno deberá resolver de qué modo se compensa a dichas centrales que, como las de ciclo combinado, emplean gas para generar electricidad. El precio máximo ibérico estará por debajo del precio del mercado europeo, de modo que estas tecnologías podrían terminar vendiendo su energía a un precio por debajo del coste de generación, pues el gas seguirá disparado en Europa. ¿Serán las arcas del Estado las que compensen a las empresas estas pérdidas? ¿Se utilizarán los beneficios caídos del cielo para asegurar el desacople del gas del precio de la luz? 

Certezas del plan de choque

Además del precio máximo para el gas, Sánchez ha avanzado otras medidas de corte social que complementarán la puesta en marcha de la isla energética ibérica. Estas, según ha informado el presidente, se aprobarán en el Consejo de Ministros del martes y no dependerán del acuerdo con Portugal.

Así, el Ejecutivo ha planificado medidas energéticas de calado como la ampliación de los beneficiarios del bono social de la electricidad, que llegará a 600.000 personas más situadas en régimen de vulnerabilidad. A ello se suma el incremento del 15% de la cuantía del Ingreso Mínimo Vital y la bonificación fiscal a los combustibles de 20 céntimos por litro, de modo que se extiende al resto de la población la cobertura social anunciada para los transportistas.

Las medidas aprobadas este martes serán de carácter excepcional y se extenderán hasta el próximo 30 de junio. No se descarta que se puedan prorrogar en el tiempo si la coyuntura de crisis energética y económica perdura en el tiempo.

Un carrusel de tres crisis deja a la quinta parte de las familias en una situación económica precaria

A los efectos de la devaluación salarial y la precarización laboral provocada por las reformas laborales tras el empobrecimiento que generó el estallido de la burbuja inmobiliaria se les ha sumado un endurecimiento de las dificultades de acceso al empleo por la tecnificación, acelerada por la pandemia antes de haber superado la anterior recesión y de que se superpusiera a ese escenario una inflación que dificulta más si cabe la cobertura de las necesidades básicas a los hogares de menor renta.

Un hombre ve la de televisión en una sala de un albergue para personas sin hogar, en Madrid. E.P./Ricardo Rubio Un hombre ve la de televisión en una sala de un albergue para personas sin hogar, en Madrid. — Ricardo Rubio / EUROPA PRESS ZARAGOZA28/03/2022 17:01 ACTUALIZADO: 29/03/2022 07:41

«Los factores de empobrecimiento parecen competir entre ellos», señala Daniel Sorando, sociólogo de la Universidad de Zaragoza especializado en estructura social, segregación residencial y políticas urbanas, para referirse a las consecuencias de la acumulación de las tres crisis que, en todos los casos antes de haber superado la anterior, se han superpuesto en los últimos tres lustros: la posterior al estallido de la burbuja, la provocada por la pandemia y el parón la actividad económica y comercial y, tras ellas, la causada por una escalada de precios de productos básicos como los alimentos y la energía desatada por la especulación financiera con el pretexto de la guerra de Ucrania.

Un carrusel de datos indica, a falta de comenzar a conocer las valoraciones de 2021, cómo ese carrusel de crisis está teniendo como consecuencia conjunta una cronificación de las situaciones de pobreza en amplios sectores de la población española, distintos en función de cuál sea el indicador que se observe pero que en la mayoría de los casos apuntan que la afección alcanza a entre la quinta y la cuarta parte de los hogares y/o de las personas.

Varios de esos registros se encuentran en la Encuesta de Condiciones de Vida del INE (Instituto Nacional de Estadística), que situaba al 19,7% de los ciudadanos por debajo del umbral de la pobreza en 2020, una tasa que empeora tanto la de 2008 como la de 2013, en el estallido de la burbuja y cuando se tocó fondo en esa crisis, y que corta de plano una tendencia de mejora de tres años tras dos de relativa estabilidad.

El umbral de pobreza se sitúa, según explica el propio INE, en «el 60% de la mediana de los ingresos anuales por unidad de consumo», es decir, en ese porcentaje de los cobros mínimos que reciben la mitad de los españoles.

El hecho de que ese repunte se diera en un año de en el que las rentas sufrieron un claro desplome por el parón de la actividad da idea de la intensidad con la que la crisis pandémica azotó a las familias, algo que ocurrió en vísperas de una escalada de precios que está aumentando las estrecheces de esa parte de la población en especial.

Esos indicadores de la pobreza suelen ser, como la mayoría de los índices, relativos. Aunque en este caso se ven reforzados por otros como el que observa los problemas que las familias tienen para llegar a fin de mes: según los datos del INE, más de la tercera parte de las familias carece de capacidad para afrontar un gasto extraordinario de 750 euros, una situación que alcanza al 56% de los hogares monoparentales, al 44% de los que incluyen menores o jóvenes de menos de 24 años que aun no trabajan y al 41% de los formados por una única persona, jubilados y pensionistas en la mayoría de los casos.

La estimación del INE sobre qué grado de dificultades tienen los hogares para llegar a fin de mes apunta en una dirección similar a la del umbral de la pobreza, con un 22,1% de las familias pasando apuros y de nuevo con un aumento de ese grupo en vísperas de la escalada inflacionista.

La tasa, que al mismo tiempo resulta algo más de ocho y de catorce puntos inferior a las de 2008 y 2013, respectivamente, aporta una pista sobre las diferencias en las afecciones que provocó el comienzo la crisis pandémica, ya que el aumento del número de hogares con dificultades coincidió con otro, mayor, de quienes no las sufren, aunque por motivos bien distintos: insuficiencia de rentas en el primer caso y reducción de oportunidades de consumo en el segundo.

Esas tendencias conviven con otra que revela una reducción del margen de maniobra de los hogares para hacer frente a imprevistos, lo que en realidad significa que su liquidez va a la baja; de manera más acusada cuanto menor es el nivel de renta, pero al mismo tiempo con una creciente presencia de ese factor en los estratos más pudientes.

Eso remite a los fenómenos de desclasización que comenzaron a proliferar con el estallido de la burbuja: amplias capas de la población descubrían con estupor que no formaban parte de la clase media sino que eran pobres, a menudo entonces con una losa de deuda que alejaba los horizontes de prosperidad y con frecuencia ahora descubriendo que al sueldo cada vez le sobra más mes por el encarecimiento de la parte básica de la cesta de la compra.

«La vivienda y la situación económica condicionaron mucho la manera en la que cada uno vivió la pandemia», apunta Sorando, que recuerda cómo la debilidad del mercado laboral español, centrado en prestaciones de servicios que generan escaso valor añadido, y la devaluación salarial iniciada la pasada década se encuentra, junto con la precariedad laboral, en la base de «otro de los fenómenos que ha venido para caracterizar nuestra sociedad, que es el del trabajador pobre al que el empleo no le garantiza un nivel de vida holgado. Esa figura es un indicador de la sociedad que está quedando después de estas crisis, aunque algunos indicadores están mejorando como consecuencia de las subidas del salario mínimo«.

Ese fenómeno, que coincide con otro creciente de empobrecimiento de los pensionistas, afecta ya a casi uno de cada ocho ocupados, alrededor de dos millones y medio de personas, cuyas economías se encuentran por debajo del umbral de la pobreza.

En este sentido, resultan significativos los datos de la Agencia Tributaria sobre las fuentes de ingresos de los españoles, que reducen a quince millones el número de los que en 2019 vivieron todo el año solo con su salario mientras la cifra de 3,3 que compaginaban el sueldo y la prestación de desempleo a lo largo del año repuntaba de nuevo para encaminarse de nuevo hacia la horquilla de 3,5 a 3,8 que caracterizó la fase dura de la crisis posterior a 2008.

Son una parte del precariado, la que alterna el trabajo inestable con las ayudas públicas cuando sus breves e irregulares carreras de cotización les permiten la segunda opción cuando falla la primera.

“La mayoría social se ha empobrecido”

La situación, en cualquier caso, no es nueva ni, aunque sí se ha visto intensificada con el carrusel de crisis, tampoco tiene su origen en el estallido de la burbuja. La cosa ya venía fraguándose.

«Antes de la gran recesión había ya un caldo de cultivo que se manifestaba, se estaba viendo que el sistema económico se mantenía sobre grandes dosis de precariedad y que había dificultades para el acceso a la vivienda, aunque el crédito lo amortiguaba», explica Sorando.

A partir de ahí, primero cayó el empleo precario y vinculado a la construcción mientras la espiral de deuda crecía. «Después vino el reinicio de ciclo económico, pero con una devaluación del sistema salarial y con recortes de servicios públicos tras las dos reformas laborales«, señala el sociólogo, que recuerda cómo, junto con esos factores el alquiler comenzaba a actuar como «n mecanismo de empobrecimiento» por sus elevados niveles y subidas.

En el cambio de década, «cuando empezábamos a remontar y se dada un contexto en el que se podían asentar factores de estabilidad llegó la pandemia, que provocó una nueva pérdida de empleo pese a los mecanismos de protección social» y tras la que comenzaron a acelerarse los incipientes procesos de digitalización y de robotización, que han tenido como consecuencia la exclusión de amplios grupos de trabajadores de baja formación y edad avanzada, entre los que se está cronificando el paro de larga duración.

«El riesgo de reemplazo de un trabajador por la digitalización y la robotización es mayor en los sectores de mayor edad y, dentro de estos, entre los estratos sociales más bajos», anota Sorando, que recuerda cómo, tras esa combinación de crisis y de vectores de precarización y empobrecimiento, «la inflación ha cortado de nuevo la incipiente recuperación» en una sociedad en la que, quince años después, «la mayoría social se ha empobrecido».

La Base #31 – Libertad Pablo González

Diario Público

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Pablo Iglesias, Sara Serrano y Manu Levin informan sobre la situación del periodista Pablo González, detenido, enviado a prisión provisional e incomunicado en Polonia desde el 28 de febrero, acusado de ser un «espía ruso». Con entrevistas a Oihana Goiriena, esposa de Pablo González; a Juan Teixeira, fotoperiodista y amigo de González desde hace más de 10 años; a Gonzalo Boye, abogado designado por González; a Enrique Santiago, secretario de Estado para la Agenda 2030 que ha hecho gestiones gubernamentales para lograr su libertad; y a Jon Inarritu, diputado en el Congreso por EH Bildu que viene denunciando con vehemencia este caso. Con la participación de Virginia Pérez Alonso, directora de Público, y de Nacho Calle, periodista de Público que ha seguido la detención de González. Y con la colaboración de Alfredo Serrano en ‘La Pizarra latinoamericana’. ¡Bienvenido al CANAL de Youtube de Público! Periodismo, investigación y compromiso para construir un mundo más igualitario.

Ángel Acebes presidirá la Comisión de Nombramientos de Iberdrola

Ángel Acebes presidirá la Comisión de Nombramientos de Iberdrola El exministro del PP regresó al consejo de Iberdrola en 2020, tras ser absuelto en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia. (21/4/2021) Ángel Acebes a la salida de una cena con Tita Cerbera y Borja Thyssen en abril de 2021. Ángel Acebes a la salida de una cena con Tita Cerbera y Borja Thyssen en abril de 2021. — Óscar Ortiz / EUROPA PRESS MADRID 25/03/2022 21:10 ACTUALIZADO: 25/03/2022 21:17

El exministro de Interior del Partido PopularÁngel Acebes, asume este sábado, 26 de marzo, la presidencia de la Comisión de Nombramientos de Iberdrola, tal y como lo designó el consejo de administración el pasado 22 de febrero.

La comisión es un órgano «sin funciones ejecutivas, con facultades de información, asesoramiento y propuesta», según explica en su página web.

El conservador tuvo que dejar su cargo de consejero independiente de Iberdrola en 2019 al iniciarse una investigación contra él por la salida a Bolsa de Bankia, pero regresó en octubre de 2020 tras ser absuelto.

Acebes sustituirá a María Helena Antolín Raybaud, quien hasta ahora ostentaba el cargo. A partir de este sábado, Raybaud pasará a ser consejera externa de Iberdrola, ya que se cumple el plazo de 12 años en los que ha ejercido como consejera independiente.