«La gente ha pensado durante bastante tiempo que hemos descubierto todas las formas en que la vida puede reproducirse o replicarse. Pero esto es algo que nunca se había observado antes», señaló el biólogo Douglas Blackiston.
El grupo de científicos de EE.UU. que creó los primeros robots vivientes, o xenobots, a partir de células vivas de embriones de rana, recientemente descubrió que son capaces de autorreproducirse.
Asimismo, los investigadores de las universidades de Vermont, Tufts y el Instituto Wyss de Ingeniería de Inspiración Biológica de la Universidad de Harvard aseguraron que se trata de una forma completamente nueva de reproducción biológica diferente de cualquiera que la ciencia tenga constancia en organismos animales o vegetales. «La gente ha pensado durante bastante tiempo que hemos descubierto todas las formas en que la vida puede reproducirse o replicarse. Pero esto es algo que nunca se había observado antes«, señaló el biólogo Douglas Blackiston.
En un comunicado emitido este lunes, los especialistas revelaron que los biorrobots logran encontrar células individuales, reunirlas en su ‘boca’ y tras unos días, obtener nuevos xenobots idénticos a ellos, que una vez se liberan, también repiten el proceso. «Con el diseño correcto, se replicarán espontáneamente«, dijo el científico Joshua Bongard.
Por su parte, Sam Kriegman, el autor principal del nuevo estudio, explicó que inicialmente se crearon los xenobots padres con forma de Pac-Man, que a su vez «generaron hijos, quienes generaron nietos, quienes crearon bisnietos, quienes generaron tataranietos». «Tenemos el genoma de la rana completo e inalterado», agregó el biólogo Michael Levin, «pero no dio indicios de que estas células puedan trabajar juntas en esta nueva tarea» de reunir células separadas y convertirlas en autocopias funcionales.
Los investigadores comentaron que la replicación cinemática, a pesar de ser bien conocida a nivel de moléculas, nunca antes se había observado en células u organismos completos. Sin embargo, aseguraron que a pesar de que el hallazgo pueda generar preocupación, o incluso terror en ciertas personas, en realidad no debería de verse como una amenaza.
«Lo que representa un riesgo es la próxima pandemia; acelerar el daño al ecosistema causado por la contaminación; intensificando las amenazas del cambio climático», señaló Bongard. «Este es un sistema ideal para estudiar sistemas autorreplicantes. Tenemos un imperativo moral de entender las condiciones bajo las cuales podemos controlarlo, dirigirlo, apagarlo, exagerarlo», dijo.