“Denunciamos ataque terrorista con cócteles molotov contra nuestra Embajada en París […] Responsabilizo al Gobierno de EE.UU. por sus continuas campañas contra nuestro país que alientan estas conductas y por llamados a la violencia, con impunidad, desde su territorio”, ha alertado en la madrugada de este martes el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en su cuenta de Twitter.
La denuncia se publica luego de que el cuerpo de bomberos de París, la capital francesa, haya informado de que dos artefactos incendiarios fueron arrojados durante la noche del lunes al martes contra la misión diplomática de Cuba, que sufrió daños menores, según recoge la agencia de noticias gala AFP.
Por su parte, el embajador de Cuba en Francia, Elio Rodríguez, ha elogiado, en otro tuit difundido, la hidalguía del personal cubano frente a la agresión terrorista, la cual coincide con el día de la Rebeldía Nacional, en homenaje al 68 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
El máximo exponente cubano en el país europeo precisa en su mensaje que la agresión ha provocado un incendio en la fachada y en la entrada de la representación consular, si bien el personal no ha resultado herido, se han notificado daños materiales.
Previo a la mencionada agresión a la embajada, el ministro de Asuntos Exteriores de Cuba había denunciado que EE.UU. ejerce presionar sobre países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) para intensificar los ataques contra la isla.
Entonces, el jefe de la Diplomacia cubana había puesto énfasis en que EE.UU., en su campaña contra Cuba, ha tratado de imponer su visión hegemónica de aislamiento e intervenciones militares y golpes de Estado en la región, y en particular sobre la isla, a los demás miembros de la OEA que suelen prestarse a servir a los intereses de Washington.
El 11 de julio, Cuba fue escenario de movilizaciones contra la compleja situación económica como resultado del coronavirus y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense en su contra. La Habana denuncia los llamados desde el exterior para provocar caos y desobediencia civil en el país, y asegura que las protestas fueron planificadas y organizadas por los medios y la prensa, auspiciados desde EE.UU.