El expresidente de Estados Unidos (EE.UU.) Donald Trump, tras su salida de la Casa Blanca debido a su derrota electoral ante Joe Biden, anunció la contratación de dos controvertidos abogados para representarle en su juicio político que se estará desarrollando desde el 9 de febrero en el Senado de ese país, acusado de haber incitado a la violenta invasión del Capitolio el 6 de enero.
Tras la deserción de cinco juristas este fin de semana, y a solo ocho días del comienzo de su proceso, confió finalmente la tarea a Bruce Castor y David Schoen. Uno es un exfiscal que rechazó procesar al actor Bill Cosby por agresión sexual, y el otro sigue convencido de que el financiero Jeffrey Epstein no se suicidó en prisión por su proceso judicial de pederastia, informa un trabajo publicado por AFP.
Pese a no ser figuras de primera línea, ambos letrados ya han copado titulares y podrían garantizar el espectáculo durante unas audiencias que serán retransmitidas en directo en todo el país.
El penalista Schoen, de Alabama, se ha vanagloriado en el pasado de haber defendido a “todo tipo de gánsters”, incluidos los jefes de la mafia rusa o italiana. Entre sus clientes más famosos figura Roger Stone, amigo de larga data de Trump. Condenado por “perjurio” durante la investigación rusa; Stone es un autoproclamado especialista en “golpes bajos” de la política quien fue finalmente “indultado” por el Presidente justo antes de dejar el poder.
Schoen ha dado mucho de qué hablar sobre todo tras la muerte del multimillonario Jeffrey Epstein en agosto de 2019. El letrado aseguró haber sido contratado para defender al financiero, acusado de explotación sexual de menores, y de haberle visitado antes de que apareciera colgado en su celda. “No creo que sea un suicidio”, afirmó entonces al Atlanta Jewish Times.
Castor, por su parte, es un exlegislador republicano de 59 años, quien también fue fiscal general interino del estado de Pensilvania. En este influyente puesto, rechazó, en 2005, abrir acciones contra el actor Bill Cosby, acusado por una mujer de violencia sexual. El actor, denunciado por decenas de otras mujeres en los años siguientes, acabó siendo condenado a prisión trece años después por estos abusos.
A partir del 9 de febrero, los dos abogados se verán de nuevo bajo los focos durante el proceso de Trump, el único presidente de la historia de Estados Unidos en enfrentar dos juicios políticos.
Abogados temerosos del “fraude”
Para evitar el debate de fondo (la invasión del Capitolio), los abogados de Trump piensan argumentar que un expresidente no puede ser sometido a un proceso de destitución. “Schoen y Castor están de acuerdo en que este impeachment es inconstitucional”, aseguraba el comunicado que anunció su contratación.
La prensa estadounidense ha puesto en la mesa si, entonces, estos abogados tratarán de justificar la cruzada poselectoral de Trump retomando las acusaciones de fraude que no pudo querellar judicialmente.
Una parte de los abogados del exinquilino de la Casa Blanca, precisamente abandonaron su defensa este fin de semana por negarse a entrar en esta vía.
Schoen aseguró al Washington Post que no desarrollará una teoría sobre el “fraude electoral”. “El proceso no versará sobre eso”, juró.
CLAVES:
- El Exmandatario será juzgado por “incitación a la insurrección” tras el asalto de sus seguidores al Capitolio en la sesión en la que los legisladores certificaban la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales.
- Algunos de los 50 senadores republicanos, impresionados por la violencia de la invasión, podrían unir sus votos a los de los 50 demócratas.
- Es, sin embargo, poco probable que alcancen los 67 legisladores necesarios para que sea condenado en el senado.