Un exfuncionario del Departamento de Estado de EE.UU. ha asegurado que las tropas estadounidenses no abandonarán el territorio de Afganistán hasta los próximos 50 años.
La página Web canadiense Global Research, en su edición del lunes, se ha referido a una entrevista realizada a finales de 2015 a Lawrence Wilkerson, el exjefe de personal del exsecretario de Estado de EE.UU. (2001-2005), el general Colin Powell, quien ostentaba asimismo el cargo de jefe del Estado Mayor Conjunto del país norteamericano (1989-1993), en que desvela las realidades de la presencia de EE.UU. en Afganistán y la importancia estratégica que tiene el país asiático para Washington.
En sus declaraciones Wilkerson ha afirmado que la presencia de Estados Unidos en Afganistán no va a desaparecer hasta dentro de otro medio siglo.
“La guerra se ha transformado en Afganistán. Ya no se trata de una guerra contra Al-Qaeda o los talibanes. Se trata de una guerra hacia China, Rusia, Paquistán, Irán, Siria, Irak, Kurdistán. Es una guerra por el crudo, el agua y la energía en general y la presencia de Estados Unidos en Afganistán, voy a predecir en este momento, que no va a desaparecer hasta otro medio siglo… y va a crecer, no va a disminuir”, ha sostenido Wilkerson.
Global Research ha evaluado de suma importancia las afirmaciones del extitular norteamericano, ya que, a su juicio, la opinión pública occidental sigue creyendo que la invasión de EE.UU. a Afganistán formaba parte del plan de la Casa Blanca para luchar contra el terrorismo.
“Siendo realistas, la invasión de Afganistán en 2001 nunca tuvo nada que ver con el terrorismo, sino que fue por la situación geopolítica y la gran cantidad de riquezas que posee este territorio”, ha confirmado.
De igual forma ha concluido que, como en siglos anteriores, Afganistán y Asia Central serán en los próximos años el epicentro de una competencia feroz entre las grandes potencias.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán, como parte de la llamada guerra contra el terrorismo. La ofensiva apartó del poder al grupo extremista Talibán, pero la inseguridad, pese a la presencia de soldados extranjeros, sigue haciendo estragos en todo el territorio.
A principios de febrero, el portavoz de dicho grupo armado, Zabiolá Muyahid, describió a Estados Unidos como una amenaza mayor que el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) para Afganistán.
Según el balance ofrecido por la Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés), los ataques perpetrados por Estados Unidos en Afganistán desde 2001 hasta 2014 acabaron con la vida de unos 100.000 afganos y paquistaníes.
El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció en octubre de 2015 sus planes para dejar un contingente militar de 5500 soldados en Afganistán después del fin de su mandato, lo que fue denunciado posteriormente por algunos diputados del Parlamento afgano y apoyado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La guerra se ha transformado en Afganistán. Ya no se trata de una guerra contra Al-Qaeda o los talibanes. Se trata de una guerra hacia China, Rusia, Paquistán, Irán, Siria, Irak, Kurdistán. Es una guerra por el crudo, el agua y la energía en general y la presencia de Estados Unidos en Afganistán, voy a predecir en este momento, que no va a desaparecer hasta otro medio siglo… y va a crecer, no va a disminuir”, ha sostenido Lawrence Wilkerson, exfuncionario del Departamento de Estado de EE.UU.